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Sudáfrica defiende la causa del pueblo kurdo

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CAUSA COMÚN: La cuestión kurda estaba en la agenda de la quinta conferencia de política nacional del ANC en Johannesburgo. Foto: Itumeleng English

Por Mansoor Jaffer

La causa de la autodeterminación kurda se instaló firmemente en la agenda sudafricana en las últimas semanas, cuando tanto el ANC como el SACP adoptaron resoluciones sobre la cuestión kurda en sus respectivas conferencias.

La resolución del ANC, que será enviada para su ratificación final a la conferencia electiva del próximo mes de diciembre, declara: “El ANC respalda la lucha de los pueblos kurdos por los derechos políticos, la paz y la justicia en Oriente Medio y exhorta a todos los actores a participar en un proceso político para la solución del conflicto. El ANC reclama además la liberación del líder kurdo, Abdullah Ocalan, y de todos los presos políticos».

Al mismo tiempo, el XIV Congreso Nacional del SACP también pidió la liberación de Ocalan, el levantamiento de la prohibición de las formaciones políticas kurdas y una resolución pacífica del conflicto.

Nilufer Koc, copresidenta del Congreso Nacional del Kurdistán (KNK), asistió a ambas conferencias y se mostró satisfecha con el resultado. Su visita tenía como objetivo obtener apoyo entre el gobierno y la sociedad civil para la lucha kurda.

El KNK es una coalición de cientos de partidos políticos, organizaciones civiles e individuos de todo el Kurdistán y la diáspora. Aboga por una resolución pacífica de la cuestión kurda por todo Oriente Medio.

La causa kurda ha sido promovida en Sudáfrica por el Grupo de Acción Kurdo por los Derechos Humanos (KHRAG), que se formó en 1997. Su ex presidente, el juez Essa Moosa, que murió a principios de este año, trabajó incansablemente para crear conciencia de la difícil situación de los kurdos. Presionó incansablemente durante varios años para la adopción de resoluciones sobre el pueblo kurdo por parte del ANC y sus aliados. Los resultados alcanzados este mes dan testimonio de su impulso y dedicación.

APOYO: Jeremy Cronin en el 14º congreso nacional del SACP en Boksburg. Foto: Nokuthula Mbatha

El secretario del KHRAG, Mahmoud Patel, declaró que la adopción de las resoluciones ha sido largamente esperada y el resultado de la campaña continua de los grupos pro derechos durante muchos años. Señaló que las resoluciones fueron modeladas por la realidad de la condición kurda.

«La liberación de Abdullah Öcalan y de todos los presos políticos y la reanudación de un proceso político que ponga a todos los actores en igualdad de condiciones son de suma importancia para un futuro democrático estable», dijo Patel.

El pueblo kurdo, con 40 millones de habitantes, es el grupo étnico más grande del mundo sin un Estado. Su patria histórica, Kurdistán, entre los ríos Tigris y Éufrates, quedó dividida por las potencias coloniales europeas después de la Primera Guerra Mundial, lo que dio como resultado que los kurdos se encontraran como minorías oprimidas en cuatro países. Hay 20 millones de kurdos en Turquía, 8 millones en Irak, 7 millones en Irán, 3 millones en Siria y 2 millones en el resto del mundo. Kurdistán solía formar parte del Imperio Otomano.

Con el colapso del imperio a principios del siglo pasado, Gran Bretaña y Francia dividieron la región. Desde entonces, el pueblo kurdo, al igual que los palestinos, ha estado luchando por su libertad, independencia y derechos humanos básicos.

En los cuatro países en los que se encuentran, se les ha negado su identidad como kurdos o el derecho a hablar su idioma, practicar sus costumbres, cantar sus canciones, educarse en su lengua materna, pertenecer a sus propias organizaciones o tener sus propios periódicos, emisoras de radio o cadenas de televisión. Varios movimientos separatistas kurdos han surgido a lo largo de los años y han sido violentamente aplastados.

Los kurdos han sufrido una terrible violencia a lo largo del tiempo, siendo el más brutal el ataque con gas venenoso contra miles de kurdos por parte del régimen de Saddam Hussein y la destrucción de cientos de aldeas kurdas durante el gobierno militar en Turquía. Han soportado una larga historia de asimilación cultural y una negación general de sus derechos humanos.

El movimiento militante kurdo, el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), encabezado por Ocalan encarcelado, inició una lucha armada contra el Estado turco en 1984, una guerra que ha costado más de 40.000 vidas. Nelson Mandela había acordado proporcionar asilo a Ocalan en 1999. El líder kurdo viajaba a Sudáfrica cuando fue secuestrado en Nairobi, Kenia, por agencias de seguridad turcas y occidentales.

Fue sentenciado a muerte por traición, una sentencia que posteriormente fue conmutada a cadena perpetua. Ha estado cumpliendo su condena en duras condiciones en la isla de Imrali, frente a la costa de Estambul. Un proceso de paz iniciado en Turquía en 2012 se derrumbó dos años después. En los últimos años, las fuerzas de liberación kurdas han desempeñado un papel destacado en las batallas contra el grupo del Estado Islámico.

ENCARCELADO: Abdullah Öcalan, líder del PKK. Imagen: AP

Las fuerzas de defensa kurdas se preparan ahora para liberar la ciudad de Raqqa (norte de Siria), que es la capital del Estado Islámico.

Inicialmente, las demandas kurdas incluyeron el restablecimiento del Kurdistán, pero en la última década han hablado más de autonomía regional o federalismo democrático.

Las demandas de los kurdos deben ser reconocidas como grupo nacional en los estados democráticos, en los que puedan disfrutar de derechos humanos básicos, libertad, dignidad e igualdad; estados en los que sean libres para formar sus propias organizaciones políticas, cívicas y sociales.

Los kurdos en el norte de Siria han comenzado a construir estructuras democráticas de gobierno en los últimos años. Éstas se han visto severamente interrumpidas debido a la expansión del ISIS. Las estructuras de gobierno en áreas como Kobani y alrededores han sido totalmente incluyentes, dando cobijo a árabes, kurdos, yazidis, asirios, cristianos, musulmanes y otros grupos. Los kurdos esperan que este modelo pueda sobrevivir y expandirse, y desencadenar el desarrollo de vibrantes democracias locales en muchas partes de Oriente Medio.

* Mansoor Jaffer es escritor, músico y activista y, previamente, miembro ejecutivo del Grupo de Acción Kurdo por los Derechos Humanos.

Fecha de publicación original: 20 de julio de 2017

Fuente: IOL News

Traducido por Rojava Azadi

 

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