Sin nacionalidades ni fronteras, despierta un Kurdistán libertario
Fuente: Attac!
Autor: Pierre Bance
Fecha: 19/12/2017
Traducido por Rojava Azadi
En la memoria de los vencidos, los kurdos se distinguen por su resistencia ancestral. Las fronteras los separan, Anatolia y Mesopotamia son su tierra. Las nacionalidades los distinguen, la cultura los une. Los estados-nación no pueden contenerlos, integrarlos voluntariamente o por la fuerza y, sin embargo, los kurdos sólo quieren vivir en paz en el respeto a su identidad. Algunos lamentan el destino del mayor pueblo sin Estado y reclaman su introducción en la comunidad internacional para poner fin a la injusticia. Y ahora, revirtiendo esta reivindicación y los tormentos de la historia, ignorando los buenos usos de la diplomacia y la ciencia política, en los albores del siglo XXI, desde su prisión en la isla de Imrali, el «jefe» Abdullah Öcalan les dijo a los kurdos que el estado-nación no es la solución a su desgracia, que otro futuro es posible. Las fronteras y las nacionalidades serán ignoradas para construir un mundo nuevo, no sólo para los kurdos, sino para todos los pueblos de Oriente Medio, para todos los pueblos del planeta.
Índice:
I – Kurdistán(es)
- La fruta amarga de la historia
- Kurdistán en llamas
- Confederalismo democrático
II – Otro futuro en Rojava
- Los orígenes del contrato social
- La ambición de abolir el Estado
- La ambición de terminar con el capitalismo
III – Una democracia sin nacionalidades ni fronteras
- Ir más allá de los pueblos sin negarlos
- Ir más allá de las fronteras sin negarlas
Conclusión: la confianza no excluye la crítica
Bibliografía seleccionada
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En Rojava, en el norte de Siria, los kurdos han escuchado el mensaje. En 2012, la efervescencia de la revuelta contra Bashar al-Assad les ofrece la oportunidad de una revolución en la revolución para dar vida al proyecto de una democracia sin Estado. Pero esta ambiciosa aventura política enfrenta muchas dificultades internas y amenazas externas. Porque «el Kurdistán libertario nos importa» [1], es interesante conocer sus fundamentos ideológicos (I), así como entender los resortes de las instituciones proto-estatales establecidas en una relación incestuosa con una sociedad civil que se auto-organiza (II). Los observadores ven a los kurdos sirios como guerreros intrépidos, a la vez que se muestran como constitucionalistas aún más intrépidos. Contra el consejo de todos, se han puesto en marcha, liberados de nacionalidades y fronteras, hacia lo que llaman confederalismo democrático, un sistema basado en la comuna autónoma (III).
I – Kurdistán(es)
1. La fruta amarga de la historia
Sin remontarnos a la antigüedad, como le gusta hacer a Abdullah Öcalan, para comprender la situación actual, sí conviene regresar a la Primera Guerra Mundial. Antes de esta guerra, los kurdos estaban separados entre el Imperio otomano y el Irán imperial. En 1914, el Imperio otomano se alió con Alemania. La derrota de las fuerzas austroalemanas conllevó su desmantelamiento. En este contexto, franceses e ingleses reconfiguraron la geografía política de Oriente Medio con el Acuerdo Sykes-Picot de 16 de mayo 1916 y los tratados que lo siguieron, Sèvres en 1920, Lausana en 1923. Los kurdos, a pesar de las promesas que pudieran haberles hecho en uno u otro momento, los padecieron. Kurdistán se dividió entre cuatro países: Turquía, Irán, Irak y Siria. Todos les aplicaron un régimen colonial, ninguno les reconoció la ciudadanía plena, todos negaron su cultura [2]. Víctimas de esta historia, «los kurdos no son un pueblo minoritario, sino un pueblo disminuido«, dirá el investigador Gerard Gautier durante unas Jornadas de estudio organizadas por la Amistad Kurda de Bretaña, el 20 de agosto de 2017 en Douarnenez [3].
El Kurdistán se presenta hoy como un territorio de unos 520.000 km². La población kurda, estimada entre 35 y 40 millones de personas, se distribuye como sigue:
- Kurdistán del Norte, o Bakur, en Turquía, agrupa entre 13 y 15 millones de habitantes (del 16 al 19% de la población turca), en un área de unos 210.000 km2 (27% de la superficie del país);
- Kurdistán del Sur, o Başur, Irak, de 5 a 7 millones (14 a 19%), en 83.000 km² (19%);
- Kurdistán Oriental, o Rojhilat, en Irán, de 6 a 9 millones (8 a 11%), en 195.000 km² (12%);
- Kurdistán Occidental, o Rojava, en Siria, es la parte más pequeña de Kurdistán, con 3 ó 4 millones de habitantes (17-18%), en 32.000 km² (16%).
La diáspora kurda representa más de 2 millones de personas, de las cuales 800.000 en Alemania y 200.000 en Francia. Se entiende que todas estas cifras son estimaciones, a falta de estadísticas oficiales sobre la población kurda.
En cuanto al Kurdistán sirio, puesto que es ahí donde se produce la gran agitación, los tres cantones originales han sido transformados en tres regiones y seis distritos por la Asamblea constituyente de la Federación Democrática del Norte de Siria en julio de 2017 [4]:
- la región de Cizîre (Jazira) (cantones de Qamişhlo y al-Hasakah), al este, tiene 1,5 millones de habitantes;
- la región del Éufrates (cantones de Kobani y Tel Abyad), en el centro, 1 millón;
- la región de Efrín (cantones de Efrîn y al-Shahba), en el centro, 1,5 millones.
Una vez más, las cifras son estimativas, debido a la falta de un censo reciente y a los movimientos de población a causa de la guerra.
La región de Cizîre es la más extensa, con 20.000 km2; la del Éufrates es aproximadamente la mitad y la de Efrín de unos 2.000 km2. Así, Rojava tiene un área equivalente a la de Bélgica, pero con una población tres veces menor.
La región de Efrîn está separada de las del Éufrates y Cizîre por una franja a lo largo de la frontera turca de 100 km de largo y 50 km de profundidad, ocupada por el ejército turco y su milicia de la oposición siria desde agosto de 2016. Está expuesta a incesantes provocaciones verbales y militares por parte del gobierno y el ejército turco que amenazan con invadirla. Última observación que nos lleva a decir unas palabras sobre la situación geopolítica.
2. Kurdistán en llamas
En Turquía, después de muchos altos el fuego declarados unilateralmente por el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), de los que el último podría haber dado lugar a un acuerdo sobre un estatuto para Bakur, todo se desmorona en 2015. El presidente Recep Tayyip Erdoğan, presa del pánico por los resultados electorales del Partido Popular Democrático (HDP), pro kurdo y modernista, e inquieto por el desarrollo de un Kurdistán autónomo en Siria, lanza brutalmente su policía y ejército contra los barrios y ciudades donde los militantes del PKK habían proclamado, imprudentemente, la autonomía democrática. El terror estatal, si contiene el levantamiento urbano a costa de muchas muertes, tendrá el efecto principal de revitalizar la guerra civil.
En Irak, los kurdos, después de haber votado por la independencia el 17 de septiembre de 2017, han sido expulsados de los territorios conquistados al Estado Islámico por el ejército iraquí y las milicias chiítas porque las dos familias oligárquicas, los Barzani y los Talabani, que se disputan el país por medio del Partido Democrático del Kurdistán (KDP) y la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK) y sus respectivas milicias, han sido incapaces de llegar a un acuerdo. Abandonados por los turcos, sus viejos amigos, debido a su deseo de independencia -un mal ejemplo para los kurdos turcos- y abandonados por los estadounidenses por oscuras razones geoestratégicas, los kurdos permanecerán en el seno de Irak dentro de los límites iniciales de su región y según su estatuto de autonomía anterior. Un discurso parisino nos haría creer que, bajo la presidencia de Barzani, el Kurdistán era una hermosa democracia. No era así, se trataba de un régimen autoritario, apoyándose en una clase política corrupta que dio lugar a un frenesí capitalista impulsado por el dinero del petróleo [5]. Por tanto, no es sorprendente que el gobierno kurdo de Irak tenga malas relaciones con la autoadministración democrática de Siria.
En Irán, donde existen resistencias kurdas, unas próximas al PDK y otras al PKK, la agitación se reanuda. La sangrienta represión de la República islámica también. Pero aún es difícil saber exactamente qué está pasando en las montañas occidentales.
Llegamos así a Rojava, donde se desarrolla una tragedia cuyo resultado determinará el futuro de todo Kurdistán. En caso de victoria, el confederalismo democrático de los kurdos de Siria podría ser la herramienta que, a largo plazo, podría socavar las fronteras y el concepto de nacionalidad. Pero, antes de entrar en la compleja organización política de Rojava, es conveniente tener una idea de los orígenes del confederalismo democrático, de lo que tiene de innovador.
3. Confederalismo Democrático
Fundado en 1978 y en clandestinidad en 1984, el PKK mantiene una guerra mortífera contra el Estado turco, que prosigue hoy con un nuevo ideal político, una nueva ambición institucional. En efecto, con el cambio de siglo, el PKK y sus numerosas ramas civiles y militares en los cuatro Estados que se reparten el país kurdo, abandonan el marxismo-leninismo, que ha demostrado su incapacidad para dirigir la emancipación y renuncian a su ambición de construir un estado-nación kurdo, un «Estado adicional [que] sólo reforzaría la injusticia y además impediría el derecho a la libertad» [6]. Adoptan, y hacen públicas en 2005, la idea y la estrategia del confederalismo democrático teorizadas por su líder Abdullah Öcalan, él mismo influenciado por el municipalismo libertario del filósofo estadounidense Murray Bookchin.
Dado que asume que el Estado y el capitalismo son la fuente de la desgracia de los hombres, el municipalismo libertario adopta un patrón clásico del anarquismo en el que las comunas autónomas se federan y se organizan sin Estado a través de asambleas generales. Pero él lo enriquece con dos elementos. El primero es la importancia de la ecología en la revolución, porque si no protegemos la naturaleza, los humanos no tenemos futuro; esta ecología es social porque todos los problemas ecológicos son problemas sociales [7]. El segundo es el de una revolución por marginación progresiva del Estado que, inutilizado por la multiplicación de comunas autónomas y su autoorganización federativa, finalmente desaparece. Al mismo tiempo, el capitalismo es reemplazado gradualmente por la economía social que, en sí misma, es garante del desarrollo ecológico. Para marginar al Estado y al capitalismo, las organizaciones de la sociedad civil actúan en todos los frentes, incluido el electorado, cuando el movimiento municipalista es lo suficientemente fuerte como para influir o tomar el control de un consejo municipal legal. Cada instancia de la federación, y en primer lugar la comuna, se organiza como lo considere oportuno, con el único límite de la libertad de las otras comunas o instancias federales. El motor de este sistema es la democracia directa. Las decisiones son tomadas por la asamblea general. Ésta puede ser constituida por todos los ciudadanos, especialmente en la comuna, o, en los órganos federales superiores, por delegados revocables con mandatos específicos [8].
El proyecto de confederalismo democrático de Öcalan está en consonancia con el plan anarquista de Bookchin para una democracia sin Estado. El confederalismo democrático «no está controlado por un Estado», por lo que es una sociedad sin Estado, «un paradigma social y no estatal». Un sistema federal en el que los niveles superiores se justifican sólo «para garantizar la coordinación y la implementación de la voluntad de las comunidades que envían a sus delegados a las reuniones generales [9]». Sin embargo, aunque en el confederalismo democrático el Estado es reemplazado por un sistema federal en un área geográfica sin fronteras, Oriente Medio no es el pacífico Vermont donde vivió Bookchin. Su entrelazamiento étnico, cultural y religioso, su historia tumultuosa, requieren adaptaciones. La ecología no se descuida, pero no es la base moral del confederalismo democrático. Es la igualdad entre los sexos, porque no habrá revolución si no va acompañada de una revolución de las mujeres, y la fraternidad entre los pueblos que darán vida a la comuna:
«El confederalismo ofrece un tipo de administración política en la que todos los grupos de la sociedad, así como todas las identidades culturales, tienen la oportunidad de expresarse a través de reuniones locales, convenciones generales y consejos. Esta visión de la democracia abre así el espacio político a todas las capas de la sociedad y permite la formación de grupos políticos diversos y variados, lo que es un avance en la integración política de toda la sociedad. La política es entonces parte de la vida cotidiana [10]”
Si Bookchin consideraba cautelosamente participar en las elecciones locales, Öcalan se muestra más pragmático. En el proyecto de marginación del Estado, la acción asociativa se coordinará con una participación municipal, pero también nacional, de un partido legal mientras continúa la resistencia militar. No descarta la posibilidad de llegar a un acuerdo con el Estado si éste reconoce la autonomía de las regiones que lo deseen y, para ello, sienta las bases para una constitución democrática para Turquía [11].
Al igual que en el municipalismo libertario, se establece, concomitantemente, una economía alternativa. Öcalan escribe, como lo haría Bookchin: «Las unidades ecológicas, sociales y económicas no están destinadas a obtener ganancias; su propósito esencial es la definición y el servicio de las necesidades básicas [12]».
Incluso menos que Bookchin al explicar el municipalismo libertario, Öcalan no entra en los detalles del confederalismo democrático [13]. Para ambos, la práctica adaptará su esquema. Esto es lo que han hecho los kurdos de Rojava. Tienen el objetivo, el marco ideológico y estratégico para lograrlo. Pero ellos son los primeros en encontrar e implementar los medios para lograr la sociedad sin Estado.
II – Otro futuro en Rojava
Rojava no es una isla. Región siria, está integrada en el mundo árabe-musulmán. Durante mucho tiempo, todos los países que componen este último son el campo de una lucha política y legal entre la tradición y la modernidad, entre la ley de Dios y la ley del Estado. Por un lado, una ley arcaica reforzada por la jurisprudencia medieval, ambas legitimadas en nombre de un islam ahistórico. Por otro, un Estado que quiere ser portador del racionalismo y los valores universales de la democracia. Todos los Estados árabes se someten a la religión; los más avanzados, como Túnez, luchan por imponer el secularismo; los más atrasados, como Arabia Saudita, rechazan cualquier constitución que no sea el Corán y la sunna, la tradición basada en el ejemplo del Profeta. El poder en el islam, ya sea proveniente de un linaje dinástico u oligárquico, de un golpe de Estado o de una elección, no procede de los hombres, sino de la delegación divina. Las primaveras árabes y su destino son la última ilustración de este fracaso de la modernidad que haría del pueblo la fuente del estado de derecho [14]. El confederalismo democrático y su proyecto de sociedad sin Estado pretenden precisamente superar esta alternativa entre la tradición patriarcal enraizada en la religión y la modernidad capitalista basada en el estado-nación y las llamadas para el enfrentamiento entre ambas. Se presenta como una teoría libertaria posmoderna, que reemplazaría a la ley tradicional y la ley estatal con las prácticas emancipadoras de la democracia directa, el federalismo y la autogestión económica.
- Los orígenes del contrato social
En el norte de Siria, la agitación de la revolución de 2011 favorecen la autonomía de los tres cantones kurdos del Kurdistán sirio (Cizîre, Kobani y Efrîn) que, bajo el liderazgo -pero también el control- del Partido de la Unión Democrática (PYD), adoptan, el 29 de enero de 2014, la Carta de Rojava y se organizan de acuerdo con la autoadministración democrática, una fase previa al confederalismo democrático. El Movimiento por una Sociedad Democrática (TEV-DEM), que agrupa asociaciones de colectivos, sindicatos, políticos, cooperativas, organizaciones culturales, étnicas y religiosas, implementa el proyecto a pesar de las dificultades obvias en una zona en guerra.
A pesar de la sólida organización del TEV-DEM, la coordinación federal de los tres cantones, tal como se refleja en la Carta, muestra debilidades prácticas e institucionales. Para remediar esto, a finales de 2015, se inicia un proceso consultivo de revisión constitucional que dará lugar a una primera sesión de la Asamblea Constituyente los días 17 y 18 de marzo de 2016. Presidida por una kurda, Hadiya Yousef (Hediye Yousef) y un árabe Mansour al-Souloum, sus 151 delegados, que representan el consenso de todos los segmentos de la sociedad, llegarán a la adopción del Contrato Social de la Federación Democrática del Norte de Siria el 29 de diciembre de 2016. La ambición democrática y confederalista del texto no está reservada a los kurdos. Se abre a comunidades y territorios liberados de las garras del Estado Islámico, principalmente pobladas por árabes. En enero de 2017, se constituye un consejo ejecutivo presidido por una kurda, Foza Yousef (Foze Yousef) y un cristiano siriaco, Senherîb Birsûm [15].
Al igual que la Carta de Rojava, el nuevo Contrato Social afirma todos los derechos y libertades civiles y políticos: igualdad de género y etnias, derechos de expresión e información, libertades religiosas y de opinión, derecho a organizarse, a sindicarse, a reunirse, condena del patriarcado por la emancipación de mujeres y jóvenes … sin olvidar el derecho de propiedad. Refunda la estructura territorial, los tres cantones se convierten en tres regiones (ver más arriba). Comunas, distritos y municipios están integrados en el orden institucional. ¿Simple cumplimiento o límite a la autonomía?
Las regiones se coordinan en la Federación Democrática del Norte de Siria, que a su vez es una colectividad territorial de una futura confederación siria. Cada uno de los cinco niveles federales de toma de decisiones (comuna, distrito y municipio, cantón, región, federación), en principio autónomos, elegirá una asamblea y se dotará de un consejo ejecutivo. Las asambleas de estos cinco niveles estarán compuestas en un 60% por miembros electos y 40% por delegados de la sociedad civil (comunas, consejos de mujeres, asociaciones sociales, cooperativas, organizaciones profesionales, grupos de defensa de los derechos humanos o comunidades religiosas). La ley electoral del 28 de julio de 2017 establece una representación paritaria de ambos sexos [16]. Se pone en marcha la reforma institucional. ¿Está inventando una nueva idea de democracia?
2. La ambición de abolir el Estado
A esta pregunta, se impone una respuesta: el Contrato Social de la Federación Democrática del Norte de Siria no da el salto de una sociedad arcaica a una sociedad sin Estado. Considera necesario, al principio, llevar a los pueblos del norte de Siria a la modernidad democrática: las estructuras políticas propuestas se asemejan a las de la democracia parlamentaria occidental, se adhiere a las cartas internacionales sobre los derechos y las libertades fundamentales, mantiene el capitalismo y la propiedad privada de los medios de producción. Así, al igual que la modernidad proyectada por los Estados árabes tropieza con la costumbre religiosa, el proyecto emancipador del confederalismo democrático parece tropezar con la conformidad establecida en el Contrato Social. Sin embargo, bajo esta pantalla, surge otra realidad, una estrategia que marca la originalidad y el interés político del texto. Debe marcar tan sólo una etapa, un tiempo de gestación hacia el final del Estado y del capitalismo, hacia la federación de autonomías. Para deshacerse de la sharia y superar el derecho de la modernidad capitalista -mantenido por el cálculo tanto con respecto a algunas poblaciones locales como a la comunidad internacional-, el anuncio de Contrato Social anuncia, con discreción, los instrumentos de su propia destrucción, evocando la democracia directa. Junto a la estructura política, se establece una red de comunas autónomas y federadas que contribuirá a la marginación del Estado al proporcionar la mayoría de las funciones de servicio público.
Por lo tanto, el Contrato Social de la Federación Democrática del Norte de Siria es evidencia de un pensamiento sofisticado, que puede arrojar dudas sobre su capacidad para producir cualquier otra cosa que no sea una democracia parlamentaria. Incluso en su Preámbulo rechaza el concepto de Estado o, más precisamente, el de estado-nación, que «conduce a la destrucción y fragmentación de la sociedad de Oriente Medio». El Estado, en el sentido del derecho público internacional, es un territorio delimitado por las fronteras, una población que vive en ese territorio y un poder soberano que controla a la población si es necesario mediante el ejercicio legítimo de la coacción. Una condición, no formalizada, da vida a esta personalidad jurídica: reconocimiento internacional. A primera vista, la Federación Democrática del Norte de Siria cumple con esta definición: su territorio está demarcado, en el que vive una población sujeta al poder político, incluso la de las personas que se auto-administran. Sin embargo, adolece de no ser reconocido por la comunidad internacional. Pero ¿cómo reconocer a un Estado que no quiere ser un Estado y se mantiene dentro de las fronteras de otro Estado, ya que los kurdos reclaman autonomía dentro de las fronteras de Siria?
La administración protoestatal de Rojava
Un lector que no esté muy atento al Contrato Social pensará que se enfrenta a una constitución de una democracia occidental con algunas peculiaridades. Encontrará que el Estado está descentralizado, con entidades territoriales con amplios poderes para la toma de decisiones. Sobre todo, encontrará la separación de poderes de Montesquieu: legislativo, ejecutivo y judicial.
Una asamblea nacional, el Congreso de los Pueblos Democráticos, se compone de delegados elegidos por cuatro años con una sola renovación consecutiva posible. El mandato no es imperativo, como lo sería en la democracia directa, pero una revocación, llamada «derecho de desconfianza», puede ser ejercida por el electorado (Artículo 72 del Contrato Social). Los diputados representan sólo el 60% del Congreso. Al igual que con todas las demás asambleas territoriales, el Congreso tendrá el 40% de sus miembros «elegidos según los principios de la democracia de consenso» por parte de organizaciones de la sociedad civil, para equilibrar la representación a favor de las minorías étnicas, ideológicas y religiosas [17]. La idea del confederalismo democrático, como del Contrato Social, es reconocer y proteger la diversidad en los territorios donde el estado-nación impuso una cultura dominante (un país, un pueblo, una ciudadanía, una nacionalidad, una religión, un idioma, una capital, una bandera, etc.) [18]. En términos de comunalismo, vemos que la sociedad civil permanece en minoría frente a la sociedad política. Finalmente, y esto no tiene paragón en Oriente Medio, la paridad entre hombres y mujeres tendrá que ser absoluta en el Congreso y su presidencia asegurada por un hombre y una mujer [19]. Las elecciones se llevarán a cabo el 19 de enero de 2018. Este Congreso de los Pueblos Democráticos, como cualquier asamblea legislativa, aprobará leyes aplicables a toda la Federación. ¿Estas leyes prevalecerán sobre las leyes de las regiones o las decisiones de los cantones? ¿Podrá derogarlas -probablemente- o restringirlas?
Caso práctico.- Un distrito o una ciudad, o por qué no, una comuna, ¿podrían replantearse la ley federal que prohíbe la poligamia? El artículo 74 del Contrato Social permite a «los componentes locales […] impugnar las decisiones de los sistemas generales». Tendrían que encontrar una solución con la autoridad emisora superior. Si no se alcanza un consenso, los componentes locales decidirían. Si se confirmara la negativa a la prohibición de la poligamia, el Consejo del Contrato Social (Asamblea constitucional) podría aceptarla o someterla a estudio, debiendo dictaminar si la disposición en litigio contradice los intereses generales -concepto vago- o el Contrato Social, un concepto que no es menor (Artículo 75), especialmente dado que el Artículo 21 establece que cada entidad puede «decidir sobre sus propios asuntos», «dentro de los límites del respeto a este contrato». En este caso, la Asamblea del Contrato Social decidiría que la ley contra la poligamia es de interés general y, lo que es más importante, responde al objetivo de emancipación de las mujeres que se ejecuta por medio del Contrato.
Por lo tanto, existe un límite constitucional a la autonomía en un tema, como los derechos de las mujeres o de la familia, donde las ideas más progresistas de los kurdos pueden no ser entendidas en las áreas árabe-musulmanas recién liberadas [20].
El gobierno, el Consejo Ejecutivo de la Federación Democrática del Norte de Siria, es elegido entre los miembros del Congreso a propuesta de las asambleas regionales de los cantones, de las cuales hay tres, recordemos. Sin embargo, el 20% de sus miembros no pueden ser elegidos entre los miembros del Congreso y lo serán en base a sus competencias técnicas. Los ministerios encabezados por miembros del Consejo Ejecutivo se denominan «departamentos ejecutivos». A la lectura del texto, el Consejo Ejecutivo no tiene poder regulatorio. Es sólo un administrador que «ejecuta las decisiones y aplica las políticas elaboradas y decididas por el Congreso» (Artículo 62, § 1). Aquí se hace una alusión a la democracia directa. También debe garantizar la coordinación y la cooperación entre las regiones en los ámbitos político, económico, social y cultural. Y asegura la representación diplomática de la Federación.
El sistema democrático de justicia es el tercer poder. Podemos decir, ante la lectura del Contrato Social, que se trata, de hecho, de un sistema -original- más que de un poder. Gestiona la justicia mediante la aplicación de la ley «a través de su propia autoorganización y la participación de los pueblos» (Artículo 67). Este sistema, basado en la primacía de la mediación y la conciliación, con Comisiones de Paz en todos los niveles territoriales, merece un mayor desarrollo que vaya más allá del tema de este informe. No obstante, hay que señalar la existencia de un Consejo de Justicia de Mujeres de la Federación Democrática del Norte de Siria que «se ocupa de todas las cuestiones y de todos los asuntos relativos a las mujeres y las familias» (Artículo 69, § 6). Estos órganos ostentan el derecho a remitir los casos que entran dentro de su jurisdicción a otras Comisiones de Conciliación y Tribunales.
Y, por último, se establecerá un consejo constitucional, la Asamblea del Contrato Social, compuesto por jueces y abogados que representan a todos los componentes de la sociedad, para interpretar los artículos del Contrato, asegurar el cumplimiento de las leyes nacionales y regionales, así como de las decisiones de su Consejo Ejecutivo (Artículo 66). Solucionará los desacuerdos entre los tres poderes constitucionales, la Federación y las regiones, y entre las propias regiones. Un litigante también podrá someterse a él si desafía la constitucionalidad de una ley.
Esta organización responde al principal «defecto» de la Carta de Rojava. En ésta, cada uno de los tres cantones tenía su asamblea legislativa; por lo tanto, sus leyes, su poder ejecutivo, su justicia e incluso su consejo constitucional. Esta autonomía casi total de los cantones creaba disparidades y disfunciones en la organización de todo el territorio. El Contrato Social restablece un orden constitucional piramidal. Por lo tanto, podemos decir que, por un lado, se mejora el funcionamiento federal y, por otro, se refuerza el Estado a expensas del principio de autonomía. Las autoridades de Rojava rechazan esta idea al destacar la democracia directa y la autonomía de los municipios.
Democracia directa y comunas autónomas
El Contrato Social se refiere a la democracia directa en dos artículos [21]. Su redacción compromete la democracia directa como la base ideológica del régimen político que la Federación Democrática de Siria del Norte quiere poner en práctica:
Artículo 48: «La Comuna es la forma organizativa básica de la democracia directa. […] La Comuna funciona como una Asamblea independiente.»
Artículo 49: «[…] Las Asambleas [en todos los niveles de la Federación] organizan la sociedad estableciendo la democracia directa, así como las reglas y principios de la vida democrática libre.»
Los elementos declarativos de la democracia directa no hacen democracia directa. Hay algo voluntarista en estos artículos porque, como acabamos de ver, el Contrato social es una constitución democrática, no una carta de democracia directa. A esto, los funcionarios kurdos replican que no se puede hacer una democracia directa en el norte de Siria, sin representación, como se hizo en la Ciudad ateniense o en las franquicias comunales de la Edad Media. Argumentan, con razón, que la Comuna de París de 1871, una de sus referencias, recurrió a la representación. Entonces, ¿cómo debería ejercerse el poder para que podamos hablar de democracia directa? ¿Los delegados son elegidos en una asamblea general, tienen un mandato específico, cómo están controlados, pueden ser despedidos en cualquier momento, se prevé una rotación del cargo? ¿Los poderes legislativo y ejecutivo están realmente confundidos? A estas preguntas, y algunas otras, el Contrato Social no responde de manera consistente.
Antes de que tiempos mejores permitan la implementación de una verdadera democracia directa, la situación actual podría describirse como un Estado funcional. Se mantiene un Estado provisional, anterior al confederalismo democrático, para garantizar las funciones que no pueden ser realizadas por las autonomías regionales o comunales. «Es a la vez un verdadero sistema comunalista y un sistema parlamentario [22].» La triste experiencia de la teoría de la decadencia del Estado del marxismo hace plantearse la pregunta: el Estado funcional, por su propia naturaleza estatal, ¿no se regenerará en Estado permanente y hegemónico? Una situación en la que el movimiento civil confederalista se enfrentaría al Estado. Porque este movimiento civil existe y actúa. Existe, ya que está representado por unas cinco mil comunas por toda Rojava. No cubren todo el territorio, pero se crean nuevas comunas todos los días. La comuna se puede constituir en una calle, un distrito, un pueblo; no se define ningún límite territorial. A través de TEV-DEM, su organización general, proporcionan, ya sea directamente o por delegación, la mayoría de los servicios públicos y las actividades económicas que controlan porque, parafraseando a Öcalan, se trata de un «Estado débil» cuyos departamentos ejecutivos (ministerios), con personal insuficiente, no pueden garantizar plenamente sus misiones sociales, sanitarias, educativas, culturales, económicas … incluso judiciales y de seguridad. En esto, las comunas detentan más poder de lo que parece al leer el Contrato Social [23].
Se pueden hacer dos observaciones sobre su verdadera autonomía. La primera es la omnipresencia del PYD en las comunas. A menudo son sus militantes quienes tienen la iniciativa de su creación y las animan. Así, el PYD no se contentaría con el control de las instituciones del proto-Estado y las Unidades de Protección del Pueblo y las Mujeres (YPG-YPJ), sino al conjunto de la sociedad [24]. Obviamente, supondría minusvalorar la capacidad de los ciudadanos para hacerse oír por el partido y las instituciones; si los kurdos no tienen una formación política, como podían tenerla los campesinos anarquistas de Aragón en 1936, no tienen una menor tradición de deliberación. La segunda observación se desprende de la organización de la elección de los copresidentes de las comunas el 22 de septiembre de 2017 [25]. ¿Haría falta una ley que diga a las comunas que deberían elegir copresidentes en una fecha específica para todos? No se trata tanto de la decisión misma como del proceso que conduce a interrogarse sobre el grado de autonomía acordado a las comunas, especialmente cuando una personalidad como Ruken Mullah Ibrahim, Co-Presidente de la Comisión Electoral de la región de Cizîre, declara que las comunas «son la base del federalismo democrático y la democracia directa» [26].
Todo debe ponerse en el contexto de una guerra que nunca es favorable, sin siquiera hablar de democracia directa, a la democracia. Será necesario esperar a tiempos de paz para ver cuál será el destino de la organización política, así como del capitalismo. «Ser anticapitalista no puede tener éxito sin ser antiestatista», dice Mustafa Karasu del Consejo Ejecutivo de la Unión de Comunidades del Kurdistán (KCK) [27]. Donde sobrevive el Estado, sobrevive el capitalismo, ya sea un capitalismo de Estado como fue el caso en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). A partir de este teorema anarquista, se deduce que el mantenimiento -provisional- de un Estado funcional va necesariamente acompañado del mantenimiento temporal del capitalismo. ¿Cómo maneja el capitalismo el Contrato social, que no evade ni resuelve el enigma de la desaparición del Estado? Si el Estado «provisional» se impone como el instrumento que responde a los imperativos institucionales de un momento de la revolución, ¿el capitalismo “mantenido” es el instrumento que responde a los imperativos económicos de este momento?
3. La ambición de terminar con el capitalismo
El mantenimiento temporal del capitalismo se basa en la estrategia de Bookchin y Öcalan: debe ser sustituido, paso a paso, por una economía social que lo reemplazará permanentemente. En sus escritos, el capitalismo y el estado-nación están tan íntimamente unidos que la desaparición de uno no puede concebirse sin la desaparición del otro. Al mantener y regular el mercado, está claro que la autoadministración democrática del norte de Siria es más que un Estado funcional [28]. Se resiente de la ausencia de un sindicato de masas que habría preparado al pueblo para autogestionar y reconstruir una economía desorganizada, como en Cataluña en julio de 1936.
La libertad de comercio e industria se consagra así gracias a la preservación del derecho de propiedad que encuentra su justificación en la referencia del Contrato social a la Declaración Universal de los derechos humanos de 1948. Ésta hace de la propiedad un eje de los derechos humanos porque es la esencia del orden social, algo que convenía a todos los Estados signatarios. La propiedad es una libertad fundamental bastante especial, no beneficia a todos, pero todos están obligados a respetarla [29]. Es por eso que, en una sociedad igualitaria como la desea el confederalismo democrático, ya no tiene cabida.
Aun así, ¿deberíamos estar de acuerdo en lo que se entiende por propiedad? Se trata de los objetos de la vida cotidiana, la vivienda familiar, el negocio, o la propiedad de los medios de producción e intercambio que permiten acumular bienes muebles e inmuebles. En ninguna parte del texto del Contrato Social se hace la distinción, y no se menciona la cuestión de la supresión del capitalismo. Esta supresión no queda descartada permanentemente, el capitalismo se coloca en una discreta prórroga por lo que podría considerarse una preocupación diplomática, tanto en el interior como cara al exterior. En el interior, no se debe subestimar la renuencia de parte de la población a terminar con el capitalismo sin previo aviso. Una reticencia que no es ajena al recuerdo de las expropiaciones del Estado Baazista sirio. En el extranjero, la situación militar requiere el apoyo de los occidentales, que podrían asustarse por la afirmación del proyecto anticapitalista. Cualesquiera que sean las razones del compromiso táctico, al que debe añadirse la degradación de la economía de Rojava, agotada por la destrucción y el esfuerzo bélico, el gobierno de Rojava se mantiene en la estrategia de la fase transitoria del confederalismo democrático. Y para la gestión de ésta, el Contrato Social prevé, como en las constituciones reguladoras de los Estados capitalistas, límites al derecho a poseer una cosa, a poder disponer de ella, a usarla y sacar provecho de ella. De ahí, esta fórmula general del Artículo 43:
«El derecho a la propiedad privada está garantizado, a menos que contradiga el interés general, y está regulado por ley [30]. «
Sobre todo, el Contrato Social utiliza la economía social para prescindir del capitalismo industrial y financiero, sin socavar la propiedad privada de los bienes nacionales [31]. Lo hace brevemente, en una frase del Artículo 11:
«La Federación Democrática del Norte de Siria […] adopta los principios de la economía social y de la industria ecológica.»
El papel decisivo, aunque aún limitado, de la economía social
En un sistema federalista, la descentralización política y administrativa va naturalmente acompañada de una descentralización económica. Especialmente cuando tiene que preservar el medio ambiente. Mientras esperan la colectivización de todos los sectores de producción por parte de sus trabajadores, una autogestión generalizada, en el sistema capitalista mantenido, la cooperativa parece, para los líderes de la Federación Democrática, el mejor contrapeso. Esta forma legal de empresa no se menciona en el texto del Contrato Social, pero se recuerda constantemente en las declaraciones oficiales.
Las cooperativas son «unidades ecológicas, sociales y económicas», escribe Öcalan [32]. De eso se trata en el norte de Siria. Las cooperativas no buscan obtener ganancias, sino satisfacer las necesidades básicas de la población dentro de la comuna. Combustible, gas, alimentos y otras necesidades para la autosuficiencia comunal. Esto no excluye el establecimiento de comisiones económicas en todos los niveles y la federación para responder de manera efectiva a las necesidades vitales de la comunidad.
En Rojava, el movimiento cooperativo sigue siendo modesto a escala del país. Salvador Zana, ex miembro de la comisión económica del cantón de Cizîre, en 2017, estima en 100.000 el número de cooperativistas entre los más de 4 millones de habitantes de la Federación y considera que «la recepción del modelo cooperativo actual ha sido moderada» [33]. Las explotaciones industriales, artesanales o agrícolas también son pequeñas, desde menos de 10 a 150 cooperativistas. Incluso con un ritmo constante, y considerando el declive paralelo del Estado, será necesario, en un momento u otro, acelerar el proceso mediante expropiaciones obreras que no permitan la reorganización del capitalismo y, al mismo tiempo, para devolver la fuerza al Estado en declive. Además, para contener el capitalismo, las autoridades kurdas han optado por imponer límites estructurales para evitar que se desarrolle a expensas de la economía social y los límites ecológicos para preservar el medio ambiente.
Los límites estructurales a los capitalismos
El mercado «debe ser limitado y quedar bajo el control ético de la sociedad» según una fórmula de Öcalan [34]. Para darle cuerpo, la autogestión democrática de Rojava dispone de dos herramientas en el Contrato Social: la apropiación colectiva de los bienes naturales, el control de las inversiones.
La tierra, la energía y los recursos naturales en la superficie o en el subsuelo (petróleo, minerales, agua, madera) son «propiedad de toda la sociedad» (Artículo 41). Ésta es una receta cuya implementación puede ser simple, especialmente para las riquezas del subsuelo, o incluso el agua, pero más complicada cuando se habla de la tierra. Si la tierra es un bien común, ¿qué queda de la propiedad agrícola privada que no se cuestione?
En estos momentos, la autoadministración ya debe considerar la explotación de sus riquezas así como la reconstrucción de edificios e infraestructuras del país, sabiendo que no es capaz, ni financieramente ni en la práctica, de asegurarla con las empresas públicas o las cooperativas. Por lo tanto, no se descarta la inversión privada, regulada por la ley. Lo mismo se aplicará a posibles inversiones extranjeras, con la aprobación del Congreso de los pueblos democráticos y las asambleas regionales interesadas [35]. El artículo 42 brinda la filosofía de inversión:
«Se permite la inversión en proyectos privados siempre que estos proyectos respeten el equilibrio ecológico, proporcionen los servicios necesarios para el desarrollo económico y tengan como objetivos la satisfacción de las necesidades de la sociedad y el crecimiento de actividades económicas sociales.»
La inversión también será la forma de evitar el éxodo de la población por razones económicas o de seguridad. «Necesitamos inversiones para mantener a la gente en Rojava», declaró Salih Muslim (Saleh Moslem), cuando todavía era copresidente del PYD [36]. Por tanto, el capitalismo rueda por los parajes de la revolución rizomática, listo a responder a las llamadas de ayuda de una economía exangüe. Se toma su tiempo, esperando su momento, el momento de la derrota de los federados.
¿Es compatible la inversión con lo que dijo Amaad Youssef, Ministro de Economía del Cantón de Efrín: «Aquí sólo hay una cosa que está prohibida y es el capitalismo financiero”? Añadirá que la usura está desterrada de Rojava y que todo interés está prohibido y reprimido [37]. ¿Cómo atraer la inversión sin remunerarla? ¿Cómo separar el capitalismo industrial del capitalismo financiero cuando las empresas multinacionales invierten en un mercado? ¿Cómo preservará la autoadministración su economía de una colonización capitalista? ¿Qué influencia tendrán las cooperativas agrícolas de Rojava frente a Nestlé, sus constructores frente a Bouygues, su explotación de hidrocarburos frente a Total, todas estas multinacionales que desafían a los Estados? Si la resistencia local es posible, a la escala de un país debilitado, es otra cuestión.
Esta llamada a la inversión, especialmente a la inversión extranjera, se enfrenta al objetivo de autosuficiencia que defiende el municipalismo libertario y el confederalismo democrático. Los textos teóricos lo contemplan a nivel de la comuna, el Contrato Social al de la región (Artículo 54), un nivel que parece, localmente, el mejor adaptado al uso inteligente de los recursos naturales. Rojava tiene una capacidad de autosuficiencia como se ha observado en este difícil período:
«Es cierto que, sin autosuficiencia alimentaria y energética, la experiencia democrática que representa Rojava nunca hubiera podido durar tanto tiempo [38].»
Una sociedad autosuficiente es aquélla que dispone de medios normales de existencia. Lo normal en una sociedad comunista, o una que aspira a serlo, no es lo normal en una sociedad capitalista. La autosuficiencia no significa autarquía. La comuna necesita la región, la región de otras regiones, de ahí la idea de federación, pero, más allá de las regiones federadas, reaparece el espectro del capitalismo internacional para el que la autosuficiencia local es la última preocupación. Mientras esperamos esta confrontación inevitable con la economía globalizada, comprendemos que la primera idea de autosuficiencia es la preocupación por una producción razonada que proteja contra los riesgos ecológicos de los cuales el capitalismo es, por naturaleza, portador.
Los límites ecológicos del capitalismo
El sistema democrático instituido por el Contrato Social no es sólo un modo de organización de la sociedad, sino también el «medio para lograr el equilibrio entre economía y ecología» (Artículo 57). La preocupación es constante en el Contrato Social porque la democracia es inseparable de la ecología (Artículos 2 y 9), porque «la vida y el equilibrio ecológico deben ser protegidos» (Artículo 76), porque, finalmente, «todos tienen derecho a vivir en una sociedad ecológica saludable» (Artículo 32).
Con la precaución que puede suscitar el poder del capitalismo globalizado, la autoadministración trata de dotarse de los medios para hacer respetar la protección del medio ambiente, como hemos visto, mediante un conjunto de especificaciones impuestas a los proyectos de inversión privados (artículo 42) mediante la expropiación en nombre del interés público (artículo 43). También se sabe que la distribución de tierras del Estado sirio, expropiadas en beneficio de las cooperativas, principalmente tierras de trigo, ha ido acompañada de una diversificación de los cultivos y el desarrollo del ganado para restaurar la diversidad biológica y contribuir a la autosuficiencia alimentaria, evoluciones que son también un medio para salir de la economía colonial [39]. El proceso de transformación hacia la producción agrícola ecológica encuentra dificultades. Las cooperativas se ven forzadas, debido a la falta de productos saludables disponibles, a usar fertilizantes químicos. A la agricultura ecológica corresponde una industria ecológica, la idea de no destruir el medio ambiente está asociada a no saquear las riquezas naturales (artículos 11 y 9). Ésta no es una tarea fácil cuando la principal riqueza principal del país es el petróleo. Hoy, la ausencia de refinerías modernas obliga al refinado artesanal, que es particularmente contaminante y peligroso para la salud.
Al igual que la sociedad sin Estado, que se organiza a sí misma sin instituciones autoritarias y hace que sus diversidades sociales sean una ventaja, es importante preservar un ecosistema regulado por la diversidad de producciones y la medición de los modos de explotación. Esta preocupación es fuerte en la sociedad, según el activista Salvador Zana, hasta el punto de que «una de las críticas principales expuestas en los consejos de la autonomía democrática y los de la Federación Democrática de Siria de Norte es la falta de desarrollo ecológico. Y Zana constata que, a pesar de los principios y resoluciones revolucionarios, «la economía apenas ha progresado para volverse ambientalmente sostenible. La razón principal es la dificultad para alejarse de la agricultura industrial en las condiciones actuales de guerra y embargo [40].”
Esta observación destaca el papel de la economía social y el camino a seguir para satisfacer la preocupación ecológica de una democracia popular, uno de cuyos fundamentos es la preservación del ecosistema. Aquí también la justicia tendrá su papel: la ley aportará los medios para «construir una sociedad que sea a la vez democrática y ecológica» (artículo 67).
La desaparición del Estado y del capitalismo no se puede decretar, se constata. La autoadministración democrática de Rojava hace valer su acción para llegar a esta conclusión. Señala que lleva tiempo, una estrategia política compatible con el entorno local e internacional, para contener el impacto en una Siria donde reina la incertidumbre. Pero la idea, aún subyacente, sigue siendo acabar con las nacionalidades y las fronteras.
III – Una democracia sin nacionalidades ni fronteras
Un párrafo del Preámbulo de la Carta de Rojava aborda el tema de las fronteras, así como el de la diversidad de las poblaciones, al tiempo que expresa la filosofía del proyecto federalista:
«A través de esta Carta, nosotros, los pueblos de las Regiones autónomas, nos unimos en el espíritu de la reconciliación, el pluralismo y la participación democrática para que todos puedan expresarse libremente en la vida pública. Al construir una sociedad libre de autoritarismo, militarismo, centralismo e intervención de las autoridades religiosas en los asuntos públicos, la Carta reconoce la integridad territorial de Siria y aspira al mantenimiento de la paz interna e internacional.»
Aunque el Contrato social no ha incluido este párrafo tal cual, ha conservado la idea [41]. La nacionalidad no importa. Rojava permanece dentro de las fronteras de Siria, cuya unidad se preserva (artículo 9). Sus habitantes son sirios, como por defecto. Por otro lado, es necesario poner fin a los conflictos ancestrales de territorio, de confianza, de dominación, de racismo entre los pueblos del norte de Siria, generados y mantenidos por el nacionalismo y el estatismo.
A diferencia del estado-nación, que tiende a la unificación y estandarización al negar las particularidades étnicas o culturales, en el mejor de los casos reduciéndolas a curiosidades folclóricas, la intención que se muestra en la Carta y el Contrato Social es borrar los límites raciales mientras se reconocen los derechos culturales y políticos específicos de cada pueblo. Derecho a practicar y enseñar su idioma, por ejemplo, derecho a practicar su religión, derecho a asociación por afinidad, derecho a una representación política específica.
- Ir más allá de los pueblos sin negarlos
En el territorio de Rojava viven diversos pueblos: los kurdos son generalmente mayoritarios, los árabes son mayoría en algunas áreas, asirios, caldeos, turcomanos, armenios, chechenos, circasianos, por seguir el orden del Preámbulo del Contrato Social. Estas poblaciones están repartidas en varios grupos religiosos y culturales musulmanes (sunnitas principalmente), cristianos (católicos y ortodoxos), yazidis y «diferentes doctrinas», añade, con cautela, el Contrato Social. No menciona el secularismo, aunque la idea está ahí y no está oculta en ningún otro lado. Sin embargo, este secularismo toma un aspecto diferente al nuestro. Las religiones no intervienen como tales en la vida pública, pero la cultura, la moral que conllevan, a menudo vinculadas a una comunidad, deben tenerse en cuenta en el funcionamiento de la sociedad y las decisiones políticas. La comunidad es un tema de derecho constitucional en el norte de Siria.
De una manera general y más en Oriente Medio, Öcalan dice, «el ciudadano toma forma sólo por su pertenencia a un grupo, a una comunidad o a la sociedad civil [42]». Por tanto, el principio de igualdad no derivará hacia el individualismo liberal si se combina con el principio de «la indivisibilidad de los derechos individuales y colectivos [43]». Además, las minorías, como pueblos, grupos, etnias, comunidades -el Contrato Social usa varias calificaciones- deben estar asociadas, como tales, a todas las decisiones por su participación en las instancias de la Federación. Representados en proporción a su importancia, se benefician del reequilibrio cuando un procedimiento los desfavorece (ver, por ejemplo, más arriba, la composición del Congreso de los Pueblos Democráticos). Las copresidencias mixtas generalmente se comparten entre diferentes grupos étnicos, pero siempre con uno o una kurdo(a). El principio de igualdad, por tanto, es activado por el comunitarismo. Esto es lo que Öcalan llama «la nación democrática, un nuevo tipo de nación que abarca todas las entidades culturales, étnicas y religiosas e integra comunidades urbanas, locales, regionales y nacionales organizadas en formaciones políticas democráticas y autónomas bajo la forma política principal del confederalismo democrático. La nación democrática es, frente a los monstruos nacional-estatistas, una nación con formaciones políticas e identidades plurales, rica en su multiculturalidad [44].»
Existe una diferencia entre lo que se entiende en Francia por «multiculturalismo» o «comunitarismo» y lo que significa la idea de comunitario en la Carta de Rojava o el Contrato Social. Aquí, «el comunitarismo es el otro», nunca nosotros [45]. Allí, el comunitarismo no se entiende como un repliegue comunitario, sino como el derecho de una comunidad a tener su propia historia, idioma, cultura …, para disfrutar de los derechos y libertades en consecuencia, con el fin de vivir en paz y colaborar para el bien común con los demás a través de la autoadministración y la autogestión. La polifonía comunitaria se convierte en un medio para luchar contra cualquier tentación nacionalista, cualquier desarrollo separado, cualquier inclinación de algunos por dominar a los demás. Si el pueblo es un significante vacío, el confederalismo democrático le da cuerpo mediante la agregación de las comunidades sin perder nada de sus particularidades y diferencias. Paradójicamente, en el federalismo se encuentra la autonomía. No es peculiar del norte de Siria, es un principio del comunalismo que toma, según las regiones del mundo, diferentes colores.
La nación democrática así explicada puede tener dos aplicaciones. En la teoría del confederalismo democrático, ella es la sangre, lo vivo; la autonomía democrática es la columna vertebral institucional. Mientras mantienen esta filosofía y la implementan de una manera pragmática, hoy, los líderes del norte de Siria también hacen que juegue un papel en el panorama diplomático, al menos complicado, de Mesopotamia.
2. Ir más allá de las fronteras sin negarlas
La crítica del estado-nación ha llevado a renunciar a la construcción de una república kurda independiente que sólo reproduciría los errores. El municipalismo libertario y el confederalismo democrático se desarrollan sin tener en cuenta las fronteras de los Estados. Cada entidad territorial se adhiere a la confederación sin referencia nacional. Sin embargo, la realidad conduce a dos correctivos.
El primero es temporal. En una primera fase, si un Estado reconoce el derecho de una entidad territorial regional a practicar su concepción de democracia, a su vez, esta entidad reconocerá la frontera internacional del Estado. Desarrollará en su territorio, si ése es su proyecto político, la autoadministración política y la autogestión económica. Éste es el bosquejo de la constitución turca de Öcalan, es la propuesta que el Contrato Social hace a Siria. Llegará el momento, en un segundo paso, de pensar cómo las autonomías democráticas en este Estado y más allá se confederarán desafiando las fronteras.
El segundo correctivo es diplomático, motivado por la resolución del conflicto en Siria. El confederalismo democrático y su proyecto de una sociedad sin Estado tienen todas las razones para asustar a los diversos protagonistas internacionales, ya sean los cuatro países directamente interesados o los rusos y los Occidentales. Han entendido su ambición, medido sus habilidades en el terreno y temen el contagio. ¿No sería éste el foco de un nuevo movimiento revolucionario internacional? En el sutil juego diplomático del momento, los kurdos y sus aliados deben tranquilizar, y el proyecto de nación democrática, presentado como un protector de los derechos de los pueblos en un sistema federal, es aceptable al menos para los rusos, dueños del juego. Es la razón por la que las autoridades y diplomáticos de la Federación nunca hablan de «confederalismo democrático», de gran carga ideológica, sino siempre de «nación democrática» en el marco de una «Federación de Siria democrática unida»; está escrito en el Preámbulo del Contrato Social, que agrega: «es la solución óptima» [46].
A diferencia de los rusos, los turcos y los iraníes se oponen firmemente a esta solución federal para protegerse del mismo reclamo de autonomía de su población kurda. Los estadounidenses agitan la mano, listos para dejar caer a los kurdos sirios, como suelen hacer con sus aliados locales. Inicialmente intranquilo ante esta hipótesis, el gobierno sirio de Bashar al-Assad se suaviza bajo la presión de los rusos [47]. El ministro de Relaciones Exteriores, Walid al-Moallem, dijo a finales de septiembre que «el gobierno sirio está abierto a negociaciones con los kurdos sobre su demanda de autonomía en el norte de Siria». Los kurdos, aunque encontraron tardía la propuesta, se declararon «listos para negociar» [48]. Por si acaso, Assad se enfurece: «Siria […] podría atacar a las Fuerzas Democráticas Sirias [kurdos y aliados] después de la derrota del Estado Islámico», bramó el 7 de noviembre de 2017 [49].
Conclusión: la confianza no excluye la crítica
Suponiendo que fuera posible un compromiso con el Estado sirio, de lo que no todos los políticos kurdos están convencidos [50], y que el norte de Siria no quede abandonado a dos psicópatas, Erdoğan y Assad, desencadenando una nueva guerra civil de resultado incierto, tanto para uno como para el otro, una vez que retorne la paz, la Federación Democrática del Norte de Siria se convertiría en una entidad territorial autónoma dentro de una república federal y democrática siria con poderes limitados a ciertas funciones soberanas. ¿Cuál sería el futuro de Rojava y cómo evolucionaría la autonomía democrática? Se pueden emitir varias hipótesis [51].
- Los que están en el poder en el norte de Siria quieren mantenerlo y no tienen ni la voluntad ni la intención de iniciar el proceso de disolución de las instituciones protoestatales hacia el confederalismo democrático. Por el contrario, cierran instituciones y enmiendan el Contrato Social hacia más Estado. Entonces, en un evento paradójico, ¿Se rebelará la sociedad civil, en nombre del confederalismo, contra los gobernantes y un partido surgido de sus filas? ¿Contra un Estado de Rojava que se ha vuelto hostil? ¿Tratarán los «comuneros» sirios de implementar las estrategias de Öcalan y Bookchin para sustituir la comuna de comunas autónomas en el Estado regional kurdo?
- Las autoridades se enfrentan a problemas internos e internacionales insuperables [52]. Se resignan a optar por una especie de socialdemocracia libertaria, una república social que respeta las libertades públicas, protege las identidades étnicas, mantiene la igualdad de género y desarrolla la participación ciudadana en la vida política con una dosis de democracia directa, fomentando la economía social. Perpetúan el Contrato Social. Después de todo, no sería tan malo para Oriente Medio. El riesgo, varias veces informado, es que un Estado, siendo funcional, siempre tratará de fortalecerse, de quitarle a la gente lo que le ha cedido. La presencia de un partido poderoso, incluso bien intencionado, simplemente porque es un partido, refuerza este temor.
- Las autoridades y el pueblo desarrollan la red comunal que asume cada vez más las funciones transferidas al Estado, la economía social compite con el mercado capitalista y lo margina; en una palabra, las instituciones protoestatales abandonan gradualmente sus prerrogativas para quedarse dormidas. El PYD deja de controlarlo todo. El proceso es parte de lo que a veces se llama la «tercera vía». El municipalismo libertario y el confederalismo democrático se construyen gradualmente según el plan de Bookchin y Öcalan. El comandante del Centro de Entrenamiento Internacional de las YPG, Cihan Kendal, resume:
«No es ni la idea anarquista de abolir todo el Estado de inmediato, ni la idea comunista de tomar el control de todo el Estado de inmediato. Con el tiempo, organizaremos alternativas para cada parte del Estado controlado por el pueblo, y cuando funcionen, esas partes del Estado se disolverán. [53]»
Por ahora, ¿por qué no confiar en los líderes y los pueblos del norte de Siria? ¿No tener en cuenta más que la última hipótesis, con las reservas y críticas constructivas que cada uno puede aportar según sus convicciones? Experiencia única, merece el apoyo de todos aquéllos que, en todo el mundo, aspiran a un cambio de la sociedad para poner fin a la dominación y la alienación producida por la pareja fusionada Estado-Capital. Adaptable localmente, la federación de comunas autónomas es una oportunidad para el socialismo. Tal vez, la última.
Bibliografía seleccionada
Dos libros de Murray Bookchin:
- Murray Bookchin, Rehacer la sociedad. Senderos hacia un futuro verde. Versión Amazon Kindle.
- Murray Bookchin, Inglés: Post-scarcity Anarchism, Working Classics Series. Francés: Au-delà de la rareté. L’anarchisme dans une société d’abondance, presentación de Vicente Gerber, Montreal, Les Éditions Écosociété, «Retrouvailles», 2016, 280 páginas.
Dos libros sobre municipalismo libertario:
- Janet Biehl, Municipalismo libertario. Las Políticas de la Ecología Social, Ensayo (virus), Virus Editorial. 2015.
- Vincent Gerber, Murray Bookchin et l’écologie sociale. Une biographie intellectuelle, préface de Jean-François Filion, Montréal, Les Éditions Écosociété, 2013, 182 pages.
Dos libros de Abdullah Öcalan:
- Abdullah Öcalan, Confederalismo Democrático, Colonia, International Initiative Edition, 2012, 48 páginas. ISBN 978-3-941012-53-0
- Abdullah Öcalan, Hoja de ruta hacia la paz en el Kurdistán. Prefacios de Immanuel Wallerstein y Arnaldo Otegi, Colonia, International Initiative Edition, 2013, 150 páginas. ISBN 9788415313571.
Dos libros sobre el confederalismo democrático y Rojava:
- Pierre Bance, Un autre futur pour le Kurdistan ? Municipalisme libertaire et confédéralisme démocratique, Paris, Noir et Rouge, 2017, 400 pages.
- Stephen Bouquin, Mireille Court y Chris Den Hond (coordinación de), La Commune du Rojava. L’alternative kurde à l’État-nation, Bruxelles, Critica, Paris, Éditions Syllepse, 2017, 208 pages.
Selección de sitios web:
- Dos sitios kurdos en Francia:
Conseil démocratique kurde en France (CDKF)
Institut kurde de Paris
- Dos sitios orgánicos kurdos (en inglés):
ANF (Noticias Ajansa Nûçeyan en Firatê, cercano al PKK)
ANHA News (Agencia de noticias Hawar, cercano al PYD)
- Dos sitios de noticias sobre Kurdistán (en francés):
Kedistan
Roj Info
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Notas
[1] Michael Löwy, Introduction à La Commune du Rojava. L’alternative kurde à l’État-nation, coordonné par Stephen Bouquin, Mireille Court et Chris Den Hond, Bruxelles, Critica, Paris, Éditions Syllepse, 2017.
[2] Para una historia moderna del Kurdistán, consulte Gérard Chaliand en colaboración con Sophie Mousset, La Question kurde à l’heure de Daech, Paris, Éditions du Seuil, 2015, 158 pages, pages 17 et suivantes.
[3] André Métayer, « Les frontières : un concept obsolète et dangereux pour la paix entre les hommes », Amitiés kurdes de Bretagne, 1er septembre 2017..
[4] Ley sobre la división administrativa de la Federación Democrática del Norte de Siria del 27 de julio de 2017 (en árabe, en el sitio Reddit.com).
[5] Leer en Le Monde de 18 de octubre de 2017, una tribuna de dos intelectuales kurdos, Aras Fatah y Mariwan Kanie, «Kurdistán no necesita propagandistas», en respuesta a la de Bernard-Henri Levy, «Alcemos la voz a favor de los kurdos». Además, una tribuna de Carolina Fourest, Anne Hidalgo, Bernard Kouchner, Bernard-Henri Levy, Kendal Nezan, Manuel Valls en Le Monde de 9 de noviembre de 2017, «Que no se apague en nosotros la llama de Kurdistán».
[6] Abdullah Öcalan, Confederalismo democrático, Colonia, International Initiative Edition, 2011, 46 pages, citations pages 33 et 34. Cette brochure est disponible sur Internet (http://www.freedom-for-ocalan.com/francais/Abdullah-Ocalan-Confederalisme-democratique.pdf
[7] La ecología social se sitúa entre la ecología profunda de un retorno a la naturaleza y la ecología política integrada en el Estado.
[8] Para profundizar en la cuestión del municipalismo libertario y la ecología social, leer: Vincent Gerber, Murray Bookchin et l’écologie sociale. Une biographie intellectuelle. Prefacio de Jean-François Filion, Montreal, Les Éditions Écosociété, 2013, 182 páginas. Del mismo autor asociado con Floreal Romero, un folleto en el que sus comentarios se refieren a piezas seleccionadas: Murray Bookchin, pour une écologie sociale et radicale, Neuvy-en-Champagne, Le Passager clandestin, « Les précurseurs de la décroissance » 2014, 92 páginas.
[9] Abdullah Öcalan, Confederalismo democrático, precitada en la nota (6), cita páginas 33 y 34. Öcalan dice también, en la página 21, que se puede describir el confederalismo democrático como «administración política no estatal o incluso democracia sin Estado» o, en la página 27, que «el confederalismo democrático es un proceso democrático continuo».
[10] Abdullah Öcalan, Ibidem, página 26.
[11] Abdullah Öcalan, Hoja de ruta hacia la paz en el Kurdistán. Prefacios de Immanuel Wallerstein y Arnaldo Otegi, Colonia, International Initiative Edition, 2013, 150 páginas. ISBN 9788415313571.
[12] Ibidem, página 106.
[13] Para profundizar en la idea del confederalismo democrático, ver Pierre Bance, Un autre futur pour le Kurdistan ? Municipalisme libertaire et confédéralisme démocratique, Paris, Noir et Rouge, 2017, 400 páginas, página 99 y siguientes.
[14] Ali Mezghani, L’État inachevé. La question du droit dans les pays arabes, Abdou Filali-prefacio Ansari y Abdelmajid Charfi, París, Gallimard, «Nrf, Nrf, Bibliothèque des sciences humaines», 2011, 352 páginas. «El trabajo que hay que hacer es titánico, ya que hay que pasar de un mundo a otro y atravesar el tiempo… en poco tiempo.»(Página 19).
Los kurdos no son árabes. Tienen sus propios idioma y cultura, pero están sujetos al sistema político y legal del país que los ocupa: la ley árabe-musulmana en Siria e Irak; el poder de la República Islámica en Irán; la modernidad del Estado nacional secular en Turquía, que está dando paso al reaccionario islamismo de Recep Tayyip Erdoğan. Al igual que los árabes, o los turcos e iraníes, los kurdos sufren los reclamos de la religión musulmana por imponer una visión islámica de la sociedad y del mundo.
[15] El texto del Contrato Social de la Federación Democrática del Norte de Siria del 29 de diciembre de 2016 ha sido traducido del árabe [al francés] por el servicio de traducción de la Representación de Rojava en Francia. Para la Carta Rojava de 29 de enero de 2014, el texto también está publicado por la Representación de Rojava en Francia, pero no es la traductora. [En español, Rojava Azadi ha traducido el texto completo del Contrato Social].
[16] Ley Electoral de la Federación Democrática del Norte de Siria de 28 de julio de 2017, Artículo 4 (en árabe en Reddit.com). Esta ley fue aprobada por la Asamblea Constituyente cuyos miembros fueron nombrados por consenso entre los diferentes segmentos políticos y culturales de la sociedad.
[17] Ibidem.
[18] El Artículo 5 del Contrato Social establece que la Federación tendrá una capital, un emblema y una bandera. ¿No escribió Abdullah Öcalan: «Nuestro concepto de nación democrática no está definido por banderas y fronteras”? (Guerra y paz en Kurdistán: Perspectivas para una solución política de la cuestión kurda, Colonia, International Initiative Edition, 2ª edición, 2010 [en imprenta la 3ª edición, 2018], 48 páginas, cita en la página 42). La palabra «definido» debe entenderse como «sacralizado».
[19] Artículo 12 del Contrato Social, Artículo 4 de la Ley Electoral de 28 de julio de 2017, nota supra (16).
[20] En los tres anteriores cantones existen leyes favorables a los derechos de las mujeres, como el Decreto-ley del 1 de noviembre 2014 del cantón de Cizîre (Pierre Bance, Un autre futur pour le Kurdistan ?, nota supra 13, página 200).
Leer Wladimir Van Wilgenburg, «Syrie: la difficile lutte des Kurdes pour les droits des femmes«, Middle East Eye, 22 de octubre de 2017.
[21] La democracia directa de la que estamos hablando es la integral del socialismo libertario. No las formas ocasionales -referéndums- o parciales -consejos de distrito- que las democracias representativas le dan para volver a ponerse de pie.
[22] Hadiya Yousef entrevista con el Washington Kurdish Institute, 27 de septiembre de 2017. Con este recordatorio de Öcalan: «no es realista pensar en la abolición inmediata del Estado […] eso no significa que nos debamos aceptarlo tal como es» (Guerra y paz en Kurdistán, nota supra 18, página 32).
[23] Para un testimonio reciente, Mireille Court y Chris Den Hond, «Une utopie au cœur du chaos syrien. Expérience libertaire au Rojava«, Le Monde diplomatique, septiembre de 2017.
[24] El partido rediseñado por Öcalan debe ser «libertario e igualitario», «socialista y democrático» ([La Nation démocratique, Colonia, International Initiative Edition, 2017, 76 páginas, cita la página 66. Disponible en línea, este libro es una recopilación de varios Textos Öcalan). N. del T.: la edición en español se encuentra en imprenta.
[25] Ley sobre las fechas de las elecciones del 28 de julio de 2017, artículo 1 (en árabe en el sitio Reddit.com).
[26] Hawar News Agency (ANHA News), «3,372 women nominated themselves for communes’ co-chairs” (3.372 mujeres se postularon para la copresidencia de las comunas), el 18 de septiembre de 2017.
[27] Declaración en video de Mustafa Karasu, en el marco de la reunión «Challenging Capitalist Modernity III : Uncovering Democratic Modernity – Resistance, Rebellion and Building the New» (Desafiar la Modernidad Capitalista: descubrir la modernidad democrática -resistencia, rebelión y construcción de lo nuevo) en Hamburgo del 14 al 16 de mayo de 2017 (Kurdish Question.com, 15 de abril de 2017).
KCK es una organización que agrupa todo el movimiento del PKK. Además del PKK en Turquía, son también miembros de KCK, como partido, el Partido Unión Democrática (PYD) en Siria, el Partido por una Vida Libre en el Kurdistán (PJAK) en Irán y el Partido para una Solución Democrática en Kurdistán (PCDK) en Irak.
[28] Esta idea de la regulación del mercado se encuentra en los escritos de Öcalan. La autonomía económica y la economía comunal es un sistema que «no rechaza el mercado, el comercio, la diversidad de productos, la competencia y la productividad, [pero] este modelo rechaza, sin embargo, la dominación del beneficio y la acumulación de capital». Para más detalle, ver Abdullah Öcalan, Nación Democrática, nota supra (24), página 50.
[29] Jacques Robert y Jean Duffar, Droits de l’homme et libertés fondamentales, París, Montchrestien «Domat, droit public», 8ª edición, 2009, ver páginas 14 y 45.
[30] Bajo esta condición, las fuerzas de autodefensa proporcionan «la protección de las vidas y la propiedad de los ciudadanos» (Artículo 64).
[31] En una sociedad sin Estado, sería más pertinente, en referencia a los bienes familiares, hablar de posesión y uso de la propiedad en lugar de derecho de propiedad (Pierre Bance, «La question du droit en anarchie«, Grand Angle libertaire, 4 de octubre de 2013.
[32] Abdullah Öcalan, Hoja de ruta, nota supra (11), página 106.
[33] Salvador Zana, «La economía de Rojava y el futuro de la revolución«, Kurdish Question.com, 1 de julio de 2017.
[34] Abdullah Öcalan, Hoja de ruta, nota supra (11), página 106.
[35] Una llamada a la inversión extranjera en 2014 quedó sin respuesta (Pierre Bance, Un autre futur pour le Kurdistan ?, nota supra 13, página 236).
[36] Entrevista de Salih Muslim con Jonathan Steele y Carne Ross, 13 de diciembre de 2016, publicada en el libro La Commune du Rojava, nota supra (1), página 89.
[37] Amaad Youssef, Ministro de Economía del cantón de Efrîn, entrevista con Sedat Yilmaz para el periódico turco, hoy prohibido, Özgür Gündem, «Rojava Challenging Norms of Class, Gender and Power«, traducida al inglés el 22 de diciembre de 2014 en el sitio web The Rojava Report.
[38] Stephen Bouquin, Mireille Court y Chris Den Hond, «El cambio desde abajo» en La Commune du Rojava, nota supra (1), página 15.
[39] La economía de Rojava se puede considerar como una economía colonial. Tiene trigo, pero los molinos están en Siria. Tiene petróleo, y las refinerías están en Siria. Los ejes de circulación son de norte a sur, de Rojava hacia Siria, pero no de este a oeste entre los diferentes cantones.
[40] Salvador Zana, «La economía de Rojava y el futuro de la revolución», Kurdish Question.com, 1 de julio de 2017, nota supra (33).
[41] Para el Contrato Social, ¿este discurso ha sido considerado como demasiado avanzado, por ejemplo, sobre la separación de la iglesia y el Estado, con respecto a las poblaciones y las autoridades árabes tradicionales recientemente liberadas del yugo del Estado Islámico?
[42] Abdullah Öcalan, Hoja de ruta, nota supra (11), página 27.
[43] Ibidem, páginas 38, 71 y 107.
[44] Abdullah Öcalan, Nación democrática, nota supra (24), página 68. A esta base humana que nos interesa aquí, corresponde una base material: «Una economía liberada de monopolios, una ecología en armonía con el medio ambiente y una tecnología compatible con la naturaleza y la humanidad, tales son las bases institucionales de la modernidad democrática y, por tanto, de la nación democrática.” (Página 18).
[45] Prefacio de Éric Fassin al libro de Fabrice Dhume-Sonzogni, Communautarisme. Enquête sur une chimère du nationalisme français, París, Demopolis, 2016, 236 páginas.
[46] Véase, por ejemplo, Firat News Agency [ANF News], «Hediye Yusuf : Syrian crisis will be resolved with federal system«, 25 de julio de 2017. Hadiya Yousef es la Copresidenta de la Asamblea constituyente de la Federación Democrática del Norte de Siria.
Por tanto, no es coincidencia que una colección de textos de Öcalan acaba de publicarse bajo el título Nación Democrática, nota supra 24.
[47] Allan Kaval, «Les Kurdes syriens misent sur un soutien russe «, Le Monde, 18 de noviembre de 2017.
[48] ANF News «Northern Syria answers Damascus : We are ready for negotiations» (La Siria del norte responde a Damasco: estamos listos para las negociaciones), 27 de Septiembre 2017.
[49] Nadia Riva, «Assad’s top advisor says Syria will ‘deal with illegal invaders’ Turkey, US» (Un alto asesor de Assad declara que Siria «se ocupará de los invasores» turcos y estadounidenses), Kurdistan 24, 8 de noviembre de 2017.
[50] La Copresidenta del Consejo ejecutivo de la Federación Democrática del Norte de Siria, Foza Yousef, no cree en la sinceridad de Assad y su gobierno «vuelven a asumir un enfoque fascista para recuperar el control de los derechos y el destino de los pueblos de Rojava«. Propone avanzar en el campo político y militar «sin escucharlos demasiado» (ANF News «Foza Yusif : Whoever attacks Efrîn will lose» [El que ataque Efrîn será derrotado], 14 de octubre de 2017). Lo que debe traducirse como el deseo de los kurdos por la partida de Assad y la instalación de un gobierno democrático.
[51] En todas estas situaciones, será necesario cuestionar el papel que podría desempeñar el PKK. Aunque PYD y PKK pertenecen a la misma internacional -KCK-, no son idénticos, responden disgustados a aquéllos que repiten que el PYD es un clon del PKK. Los observadores no ven que el PKK desempeñe un papel más moderador de la impaciencia institucional y militar del PYD.
[52] Estas dificultades se describen en testimonios recientes, no hostiles. Entre ellos el de Wladimir Van Wilgenburg (nota citada 20), de Mireille Corte y de Chris Den Hond (nota citada 23), ver la entrevista de Patrice Franceschi con Cris Den Hond y Jean-Michel Morel, «L’erreur de Barzani et la victoire des FDS à Raqqa«, Rojinfo, 24 de octubre de 2017.
[53] Entrevista con Cihan Kendal en agosto de 2016 en el sitio inglés Plan C, traducido y anotado por Julien Clamence, Collective Alternative Libertaire Bruxelles, 17 de enero de 2017.
Sobre el autor
Pierre Bance, Doctor en Derecho, ha sido director de las ediciones Droit et Société (Derecho y Sociedad) de 1985 a 2008. Colabora con el sitio Autrefutur.net, lugar de encuentro para un sindicalismo de base, de lucha, autogestionario, anarco-sindicalista, sindicalista revolucionario (www.autrefutur.net).