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El nombre de mi hijo es Traidor: Una historia de la incesante pena de los Yazidíes.

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Una madre yazidí y su hijo en un lugar en construcción inacabado en la región autónoma kurda del norte de Iraq / Fotografía extraída de Kurdish Question

Hay algunos dolores que son imposibles de describir, que no pueden ser explicados ni comprendidos. Algunos dolores son imposibles de percibir, de aceptar; como la madre que llama a una parte de sí misma, a su hijo, “Traidor”.

En el centro de Duhok, una ciudad en el Sur de Kurdistán, hay una construcción de cinco pisos a medio terminar, hogar de kurdos yazidíes. Lo llamamos “hogar”, pero en realidad es solo un esqueleto cubierto de hormigón. Desprotegidos, sin muros ni mantas, las cercas de madera improvisadas dividen las habitaciones. El edificio resuena con las voces de los niños. Una madre, ajena al frío, está lavando a su hijo en un barreño de plástico en el borde del tercer piso.

Dos oficiales de las Naciones Unidas están presentes para la identificación de las mujeres que viven en el edificio y registrar a los niños para las tarjetas de identificación. Una mujer de veinticinco años, tiene un niño sentado en su regazo. Los dos trabajadores de la ONU comienzan a explicar el propósito de su visita y empiezan a hacer preguntas.

El primer oficial pregunta el nombre del hijo y la madre responde: “Mi hijo se llama Mixabin”. Para asegurarse, el oficial pregunta de nuevo, y de nuevo recibe la misma respuesta: “Mixabin”, lo cual significa “desafortunado” en kurdo y se utiliza para explicar una sensación de desesperación y arrepentimiento.

El oficial se muestra incómodo con la respuesta pero continúa su trabajo.

La otra mujer es también una madre joven y pariente de la primera mujer. Su hijo, a quien ella acababa de bañar, tiene la misma edad que el otro niño. Del mismo modo, el segundo oficial comienza a preguntar el nombre del niño. La respuesta impacta al oficial más de lo que la primera respuesta perturbó a su colega.

“Mi hijo se llama Xayîn (Traidor),” dice la mujer.

El oficial estudia la cara de la mujer, nada excepto desaliento, tristeza y rebelión; entonces se vuelve para mirar a su compañero. Con cólera la mujer repite; “¡mi hijo se llama Xayîn!”

Fecha de nacimiento: ¡Verano de 2015!

Lugar de nacimiento: ¡Raqqa, Siria!

Nombre del padre:…!

Religión:…!

Los oficiales de la ONU intentan persuadir a ambas mujeres para que replanteen los nombres que han dado a sus hijos. Sugieren que los nombres crearán grandes problemas a sus hijos en el futuro. Sólo se oye una frase de la madre de Xayîn: ¡El mundo nos traicionó!”

Los niños son registrados oficialmente como Mixabin y Xayîn.

Estas dos jóvenes mujeres sólo han estado casadas unos meses, cuando el 3 de Agosto del 2014 sus vidas se sumieron en la oscuridad por monstruos negros y barbudos, cuando dormían plácidamente en su pueblo cercano a Sinjar (Shengal). Ambas fueron secuestradas, primero llevadas a Mosul y luego a Raqqa. Ellas no pueden explicar lo que han experimentado durante este tiempo, y nadie lo puede comprender. Cada segundo de cada día era una tortura, una violación, una barbarie…

Y entre toda esta barbaridad, el nacimiento de dos hijos…

Aunque la madre de Mixabin dice que la única cosa que la mantenía viva en ese infierno era su hijo, ella piensa que su nombre será un símbolo de su sufrimiento. ¡Las madres de Mixabin y Xayîn sufrirán cada vez que miren a sus hijos, su dolor durará mientras ellas vivan! ¿Pero qué pasa con esos niños inocentes…?

Ambas mujeres escaparon del Daesh (ISIS) en Junio del 2016 y llegaron al sur de Kurdistán. Ellas todavía no saben qué ha pasado con sus maridos, padres, hermanos y si están vivos o no.

El genocidio de los kurdos yazidíes en agosto de 2014 no se parecían a los otros 72 genocidios a los que se habían enfrentado. Aunque hubo asesinatos en masa como en otros genocidios, en ningún otro genocidio se vendieron mujeres y niñas en los mercados de esclavos sexuales y niños fueron secuestrados para ser criados como terroristas suicidas. ¡Esta vez, ni siquiera sabemos el número de mujeres, niñas y niños desaparecidos!

Han transcurrido dos años y medio desde esta atrocidad, pero el dolor sique siendo el mismo, puede que ahora incluso mayor, las víctimas ahora viven más miserablemente que nunca, todavía esperando a ser admitidos en Europa, todavía viviendo en parques, campos y edificios en construcción, medio hambrientos y sólo medio vivos.

3500 mujeres y niños siguen en manos de los sucios y oscuros bárbaros barbudos como prisioneros. Más de 1000 mujeres han sido salvadas. Una gran mayoría de supervivientes se encuentran actualmente en Alemania y están siendo tratados por lesiones y experiencias que no tienen remedio. Al igual que las dos jóvenes madres de Mixabin y Xayîn, cientos de ellas todavía viven en silencio en los edificios en construcción y campamentos del sur de Kurdistán.

Sin embargo la única solución que el Partido Democrático del Kurdistán (KDP), el partido más grande en el Kurdistán Meridional, puede encontrar a este sufrimiento es exigir que el “PKK abandone Sinjar!”.

No se han detenido ni siquiera ayer (3 de Enero) cuando, sin justificación, cerraron las oficinas de YAZDA, una organización benéfica apoyada por Nadia Murad, superviviente a la trata de esclavos sexuales del ISIS y ganadora del Premio Sakharov de la Paz, que ayuda a Yazidíes.

“¡Mixabin…!”

Fuente: Kurdish Question

Autoría: Aladdin Sinayic

Fecha de publicación del original: 05/01/2017

Traducido por Rojava Azadî

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