¿Quién está detrás del atentado de Estambul? Desde luego, no el PKK.
¿Quién está detrás del atentado de Estambul? Desde luego, no el PKK, pero puede servir de excusa para una nueva invasión del norte de Siria que exacerbe el sentimiento nacionalista turco y aumente la intención de voto para la coalición AKP-MHP.
El pasado domingo 13 de noviembre, Estambul volvió a sufrir un atentado terrorista; en esta ocasión, en la muy concurrida arteria comercial de Istiklal en el barrio de Taksim. El balance de víctimas se eleva a 6 personas muertas y más de 80 heridas.
Hay una gran controversia sobre la autoría del atentado, y las redes la alimentan, a falta de medios de comunicación que aporten información fiable. La reciente ley turca sobre desinformación permite el bloqueo informativo de los ya de por sí escasos medios independientes en el pais; también las redes sociales tienen acceso limitado.
Varias razones apuntalan que el acto terrorista no partió de la fuente señalada por el ministro de Interior turco, Suleyman Soylu: el PKK vía YPG, y que la orden partió de Kobane (ciudad del norte de Siria, pero también sobrenombre de Mazlum ‘Kobane’ Abdi, comandante en jefe de las SDF).
1. El PKK ha comunicado oficialmente que no tiene relación alguna con el atentado y expresado su repudio a acciones violentas cuyo objetivo son civiles. Las acciones de las HPG, el brazo armado del PKK, tienen como objetivo instalaciones de las fuerzas de seguridad estatales turcas, además de comunicar siempre la responsabilidad de sus acciones.
2. Las YPG y las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) han emitido sendas comunicaciones oficiales negando su participación en el acto terrorista y presentando sus condolencias a las víctimas.
3. La Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES) ha rechazado la argumentación del gobierno turco y negado su relación con la presunta autora del atentado.
4. El PKK y otras organizaciones del movimiento kurdo, como la KCK, se encuentran inmersas en una amplia campaña pública que reclama la salida del PKK de la lista de organizaciones terroristas, por lo que realizar el crimen de Istiklal seria contrario a tal campaña.
5. Las SDF y su componente YPG/YPJ no han realizado nunca ataques contra suelo turco. Su lucha se limita a combatir a fuerzas ocupantes dentro de las propias fronteras sirias. En un momento en que Turquía busca la aprobación internacional -ya negada explícitamente tanto por Rusia como por EE.UU.- para una nueva operación de ocupación en el norte y este de Siria, un atentado así sería dar alas a las intenciones de Turquía.
6. La primera explicación de que la presunta autora, Ahlam Albashir -cuya identidad es aún una incógnita-, partió de Siria a Turquía vía Afrin, podría ser cierta. Sin embargo, hay que tener presente que Afrin está ocupado por la propia Turquía y sus facciones yihadistas proxies de la oposición siria. El control del territorio, y en especial de las fronteras, es férreo. Las milicias proturcas y los diversos servicios de inteligencia y seguridad de Turquía persiguen a cualquier persona que pueda ser sospechosa de tener relación con la Administración Autónoma. Resulta más verosímil que la presunta terrorista haya actuado por cuenta de las milicias proxies, o incluso de ISIS, quien se mueve con bastante libertad en la zona bajo tutela turca, como han demostrado las fuerzas de la Coalición internacional contra ISIS, al descubrir y ejecutar a varios altos mandos del califato en ese territorio. Por otra parte, en la vista ante el juzgado el jueves, la presunta autora ha declarado que llegó a Turquía desde Idlib, lo que refuerza la tesis de que no se trata de una persona cercana a las milicias kurdas. Idlib es zona de control de Hayat Tahrir al-Sham (HTS) -Al Qaeda-, que recientemente ha ocupado también Afrin, imponiéndose a las milicias proxies de Turquía.
7. Si, como dice el ministro Soylu, la presunta autora había sido entrenada como «agente especial de inteligencia» para cometer el atentado, no se explica que la misma haya dejado un rastro tan claro en su huida, favoreciendo que las fuerzas de seguridad turcas la encontraran en cuestión de escasas horas. O bien se trata de alguien sin tal formación, en un atentado de escasa planificación, o bien se trata de una ‘puesta en escena’ con oscuros intereses.
8. El video y fotografías publicadas de la presunta autora en el momento de huir del lugar resultan poco naturales: el pantalón militar, sin amago de cubrir el rostro (debería conocer la existencia de cámaras de seguridad en la que es una de las calles más transitadas de Estambul). En especial una de ellas es cuando menos chocante por la ubicación de la cámara y su nitidez; parece que estuviera tomada intencionadamente.
Las fotografías durante su detención muestran el rostro tenso de una persona en estado de shock, muy asustada. Una «agente especial», entrenada y convencida de sus actos, habría mostrado más frialdad.
9. El lunes 13 de noviembre, las llamadas entre el teléfono de la presunta terrorista y otro a nombre de Mehmet Emin İlhan, presidente del distrito Güçlükonak de Şırnak por el MHP -el partido ultranacionalista socio del partido gobernante AKP – abren una nueva línea de investigación para la policía turca. El político del MHP ha negado toda relación con el asunto, apuntando a ‘malas artes’ del PKK.
10. Finalmente el miércoles, diversos medios informaron de que las fuerzas de seguridad turcas habían detenido a una persona relacionada con el atentado en la ciudad de Azaz, al norte de Siria, que se encuentra controlada por las milicias proxies de Turquía desde 2016. La noticia informaba de que dicho detenido era miembro de las YPG. Una vez más se pretende hacer creer que un miembro de las fuerzas de autodefensa kurdas se encontraba en una zona -como ocurre en Afrin- donde la más mínima sospecha de simpatía prokurda puede llevar al encarcelamiento e incluso la ejecución. Es inverosímil.
Se acercan las elecciones generales en Turquía
La coalición gobernante AKP-MHP se encuentra ante una difícil situación para revalidar su posición en las elecciones generales del próximo año. Las encuestas le son desfavorables; pero, además, estas indican una subida en intención de voto para el Partido Democrático de los Pueblos (HDP), que aboga por el Confederalismo Democrático del Movimiento de Libertad de Kurdistán, incluso a pesar de que el HDP ha sido perseguido intensamente por el gobierno, hasta el punto de defenestrar a una gran parte de sus cargos elegidos en las urnas, enviándolos a la cárcel por cargos de apología del terrorismo o pertenencia a organización terrorista. Asimismo, se ha iniciado un procedimiento para la ilegalización del HDP, que el Parlamento Europeo ha denunciado como irregular.
Para el gobierno de Erdogan, la cuestión kurda es el chivo expiatorio para la redención de sus problemas domésticos. Hasta hoy, la agitación del sentimiento nacionalista le ha servido para mantenerse en el poder. El electorado turco ha venido demostrando que la situación económica provocada en buena parte por las erróneas políticas del gobierno no tenía peso suficiente para retirar su confianza a la coalición AKP-MHP. Pero esta confianza se va minando hasta llegar al punto de poner en peligro su mayoría absoluta.
La designación del PKK como organización terrorista en la lista de EE.UU. y de Europa da alas al gobierno turco para señalar a las fuerzas de autodefensa de la AANES como brazo del PKK, simplemente por su afinidad ideológica y etnicidad kurda original. No se tiene en cuenta en absoluto que las SDF y su componente YPG/YPJ no realicen acciones violentas en suelo turco ni extranjero. La base para su acusación se basa exclusivamente en que la AANES tiene su desarrollo sociopolitico en la propuesta ideológica del Confederalismo Democrático, ideada originalmente en el PKK.
La hipocresía de Occidente mantiene al PKK en la lista de organizaciones terroristas. El interés por mantener a Turquía en la OTAN y como cliente preferente del mercado armamentista, entre otros, hace que la «tradición democrática y defensora de los derechos humanos» de Europa pierda fuelle ante las amenazas y chantajes del gobierno turco. Como ejemplo está la actitud de Suecia y Finlandia. En el otro extremo, la sentencia del Tribunal Supremo Belga que señala al PKK como un movimiento de liberación en lucha en un conflicto interno y no como organización terrorista. Es evidente que los halcones militaristas y neoliberales tienen preponderancia hoy en Europa.
Pero, sobre todo, es el silencio internacional ante las abundantes muestras de actos terroristas del Estado turco lo que alimenta su prepotencia:
(1) Decenas de ataques con drones en el norte de Siria e Irak contra personas políticas kurdas, ataques que tienen total impunidad internacional incluso contando entre sus víctimas a civiles y menores.
(2) Un sinfín de evidencias del posible uso de armas químicas y nucleares tácticas en las montañas de Kurdistán contra la guerrilla kurda, para cuya comprobación se pide insistentemente un investigación independiente que despeje las dudas de su veracidad.
(3) El soporte, equipamiento y dirección de las milicias proxies autoras de violaciones de los derechos humanos en las zonas ocupadas del norte de Siria.
Como es habitual en los regímenes autocráticos -y Turquía es hoy ya uno de ellos por obra y gracia del presidencialismo elegido y la escora islamista-, apuntar al exterior como origen de sus problemas domésticos es la vía de escape a la presión interna.
Como en otras ocasiones previas al encuentro en las urnas, el gobierno de Erdogan busca aumentar la intención de voto para el AKP mediante declaraciones y acciones que amplíen el sentimiento nacionalista turco. Hay muchas voces, dentro y fuera de Turquía, que señalan al atentado en Estambul como una acción del Estado profundo en línea con esta intención. Una nueva ocupación e invasión de la AANES pondría el foco en el exterior y contra los kurdos, y exacerbaria el sentimiento nacionalista turco.
A falta de una reivindicación de la autoría de la masacre, los investigadores, si se les permite, desentrañarán las intenciones ocultas tras la acción terrorista. Y, mientras tanto, habremos de estar pendientes del sonido de los tambores de guerra turcos llamando a una nueva invasión del norte de Siria.
Rojava Azadi Madrid
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