Sobre los motivos y experiencias de las combatientes de YPJ International
Oficina de Información de YPJ International Fighters
Declaración Oficial
Vinimos a cumplir con nuestro deber de construir una vida libre.
Muchas de nuestras combatientes de YPJ International han participado en la ofensiva ‘Tormenta de Cizîre’ de diferentes maneras. Participamos en la liberación y evacuación de miles de civiles y en la entrega controlada de los combatientes de Daesh (ISIS) y sus familias, así como en las batallas de los últimos años para acabar con el califato fascista de ISIS.
Como mujeres, y especialmente como mujeres que forman parte de
una unidad de autodefensa de las YPJ, todo esto ha fortalecido nuestra conciencia respecto a las razones y motivos por los que vinimos y dejamos nuestros hogares hasta hoy.
Enfrentarnos directamente al horror de la ideología patriarcal y antilibertad de ISIS, a la fealdad de sus almas y mentes, escrita en sus rostros, nos ha hecho percatarnos aún más de la belleza de los valores, la belleza de la lucha por un mundo y una vida libre para todos, que se refleja en los rostros de las YPJ, las YPG y las SDF.
Nos enfrentamos a mujeres, que también han venido desde muy lejos, pero que lo han hecho para apoyar y vivir en un sistema de opresión y odio; mujeres que recorren su vida como esclavas y objetos sexuales de los hombres. Estar frente a estas mujeres, nos hace sentir que no tenemos nada
en común, excepto no haber crecido aquí.
Luchamos para liberarnos nosotras mismas y a todas las personas oprimidas. Esto significa luchar contra el enemigo que nos rodea, así como contra el enemigo en nuestro interior. Vinimos para superar el hecho de ser mujeres llenas de enfoques patriarcales hacia nosotras y entre nosotras, algo que nos debilita, nos disminuye y nos roba la confianza y el amor a nuestro género.
Queremos convertirnos en mujeres libres. Para eso estamos aquí y, por lo tanto, ésta es una pregunta importante para nosotras: ¿cómo es posible, que haya mujeres que quieren convertirse exactamente en lo contrario? ¿Cómo puede una mujer sentir su propia opresión, y la opresión y la violencia contra otras mujeres, como atractivas?
Les hicimos ésta y otras preguntas, intentando hacernos una idea de sus motivos. No son pocas las que nos dijeron que antes no eran felices en sus vidas. Que no podían vivir su religión de la manera que ellas querían. Así que se fueron a vivir a una comunidad que sólo acepta una única forma de creer.
Dijeron que ya no querían ser vistas de una manera sexista por los hombres, que habían tenido malas experiencias por ello. Así que corrieron hacia una vida en la que sólo son objetos invisibles y sirvientes para los hombres. Dijeron que estaban tristes por el enfoque materialista de la vida que sigue la gente en los países occidentales. Por eso se unieron a una cultura que es la celebración de la muerte más que de la vida.
Dijeron que se sentían solas y deprimidas con el individualismo de la vida en el capitalismo, y decidieron formar parte de un grupo totalmente cerrado a los demás. Ellas vinieron para sí mismas y para nadie más. Todas éstas son obviamente grandes contradicciones. Y al final, no pocas dijeron que no habían encontrado realmente lo que estaban buscando. Las mueve el odio. Eligieron una vida que se construye matando, torturando, anulando y esclavizando a mujeres y niños, haciendo que las mujeres no sean más que un objeto, despersonalizando a todo el mundo. No vemos en ello ninguna diferencia con la vida en el patriarcado capitalista, sino más bien un paso más profundo en su camino venenoso. Este camino no es una alternativa radical, porque no resuelve ningún problema de la humanidad. No es una alternativa en absoluto, sino sólo otro rincón de la misma jaula. Fascismo, patriarcado y mentalidad de Estado.
Lo que nos indujo a venir aquí fue la visión de la situación de la humanidad, no sólo de nuestra propia vida. Darnos cuenta de la historia de 5000 años de patriarcado y sus consecuencias para cada una de las personas. La percepción de que todos debemos abandonar esta forma de vida y liberarnos a nosotras y nosotros mismos para no continuar destruyendo los fundamentos de la vida hasta que sea demasiado tarde para cambiar algo. Una profunda fe en la capacidad de la humanidad para convivir en paz y en la diversidad. Esta fe se alimenta del conocimiento del 99% de la historia de la humanidad, de lo que era antes del patriarcado. Nos mueve el amor.
Luchamos por una comunidad que permita el desarrollo de todas las identidades, crecer de manera libre, viviendo en verdadera solidaridad. Ofrecemos la ayuda de nuestras manos, por eso también los hombres empiezan a cambiar para construir una sociedad igualitaria. Estamos avanzando en el camino para crear una mentalidad de acuerdo con el valor de la vida, no de la muerte. Ninguna de nosotras vino por ella misma, sino por todos los demás.
Vimos el genocidio y el feminicidio en Shengal contra las mujeres y niñas yazidi y nosotras no cerramos los ojos y los corazones hacia su esclavitud por Daesh. Cada soplo dado por ISIS contra las mujeres y la humanidad hacía crecer una tormenta a nuestras espaldas, empujándonos a seguir nuestro instinto humano de autodefensa.
Sabemos de estas mujeres del Daesh que torturaron y anularon a otras mujeres. Sabemos de aquéllos que se convirtieron en asesinos para eliminar a todos los que no quieren convertirse en parte de su maquinaria inhumana. Sabemos de estas mujeres, que cerraron sus ojos a todo lo que les rodea, que se quedaban dentro de las casas que eran sustraídas a otros. Sabemos de estas mujeres miembros de Daesh que enviaron a sus jóvenes hijos a aprender a cortar cabezas practicando con pollos. Sabemos de los que casaron a sus hijas tan jóvenes con ancianos. Sabemos de las que sólo querían hacerse ricas a través de un hombre, aceptando cualquier cosa, incluso ser su objeto sexual.
Sabemos de todo esto y sabemos que no tenemos nada en común con ellas excepto que no han crecido aquí. Repetimos esto porque, viniendo de sociedades similares y usando palabras similares, el significado de estas palabras es lo más diferente posible. Cuando nosotras no estamos contentas con el patriarcado capitalista, nos referimos a la necesidad de superar
este sistema y reconstruir la conexión entre el individuo y la comunidad. Cuando estas mujeres dicen que están tristes en este sistema, quieren crear una única y excluyente forma de vida, que se distingue por la opresión. Quieren destruir las raíces de la libertad masacrando los más pequeños rastros de una mente libre.
En el patriarcado capitalista, estas mujeres aprendieron a odiarse unas a otras como mujeres, a odiar a su propio género y siguieron esta ideología. Tratamos exactamente de no actuar como una herramienta potente del
patriarcado. La prueba más importante de ello tal vez la demuestre nuestra práctica: Cuando estas mujeres, después de todo lo que hicieron, salieron de Al-Baghouz, las tratamos bien y no pensamos en venganza. Nuestro éxito no se basa en el número de muertos, sino en el número de vidas que salvamos.
Estas mujeres son expresión de opresión; mientras que nosotras, como parte de las YPJ, somos expresión de resistencia. Mientras que estas mujeres vinieron para subyugar bajo la mentalidad patriarcal de los hombres en sus formas más pervertidas, nosotras hemos venido a luchar contra esta mentalidad y a cumplir nuestro deber de construir una vida libre. Una vida verdaderamente libre significa diversidad. Significa que habrá muchas soluciones para mucha gente diferente. Significa que el derecho a la libre expresión será protegido para cada identidad. Significa que la humanidad se convierte de nuevo en una, entre nosotras y nosotros mismos, así como hacia la naturaleza.
La diversidad de colores, no la uniformidad negra, es lo que nos trajo aquí.
Y al final, encontramos lo que estábamos buscando.
Combatientes de YPJ Internacional, 4 de abril de 2019
Oficina de Información de YPJ International Fighters