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Gaza y Afrin: en lucha contra el colonialismo y la ocupación

Fuente: The Region
Autor: Marcel Cartier
Fecha:07/04/2018
Traducido por Rojava Azadi
gaza
El choque de los colonizadores se intensifica.

A medida que la resistencia a la ocupación de Afrin (Siria) por el Estado turco se convierte en una guerra de guerrillas en nombre de las Unidades de Protección del Pueblo y de la Mujer (YPG/J) dirigidas por los kurdos, el pueblo palestino de Gaza está arriesgando sus cuerpos para desafiar su confinamiento en lo que se ha descrito como el mayor campo de concentración al aire libre del mundo.

En esta batalla entre las fuerzas de ocupación, tanto el presidente turco Recep Tayyip Erdogan como el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu creen tener autoridad para hablar en términos de «antiterrorismo». Ambos ven las acciones de su propio gobierno como legítimas, mientras consideran que pueden llamar hipócritas a las del otro. Esta guerra de palabras muestra una profunda y repugnante ironía dadas las similitudes entre ambas marcas de ocupación.

¿Una nueva Intifada según se acerca la Nakba?

El mundo entero está observando los acontecimientos en Gaza mientras el pueblo palestino se acerca al 70 aniversario de la ‘Nakba’, o catástrofe, el 15 de mayo. Esto significa que han transcurrido siete decenios desde su expulsión de sus hogares durante la depuración étnica que sentó las bases para el establecimiento del Estado de Israel. En los acontecimientos de 1948, al menos 700.000 palestinos se vieron obligados a abandonar sus hogares y nunca se les concedió el derecho a regresar, viviendo como refugiados semipermanentes y apátridas esperando, generación tras generación, la oportunidad de volver a ver su patria.

Los palestinos han estado tambaleándose al borde de una nueva intifada, o levantamiento, durante años. El anuncio del presidente estadounidense Donald Trump a finales del año pasado de que reconocería a Jerusalén como capital de Israel desencadenó protestas masivas.

Sin embargo, fue durante las conmemoraciones del Día de la Tierra, el 30 de marzo, que marcó la masacre de seis palestinos perpetrada en 1976 por las fuerzas israelíes, tras la cual el mundo ya no pudo girar la cabeza ante la gravedad de los acontecimientos. El ejército israelí asesinó a 17 palestinos a sangre fría, incluso twitteando que sabían «dónde aterrizó cada bala», una señal de la naturaleza premeditada de la masacre.

Un nuevo momento de Serhildan para la resistencia kurda

La ocupación turca de Afrin se manifiesta de la forma más flagrante, en la que las banderas del llamado Ejército Sirio Libre tienen un papel de fondo respecto a las de la autocracia de Erdogan.

Los niños que hace apenas unas semanas podían estudiar y hablar en su lengua materna, el kurdo, están siendo conducidos una vez más por el camino de la asimilación. Esta vez no es dentro del monolítico Estado árabe sirio (la lengua kurda era ilegal cuando Afrin estaba bajo el control del gobierno baaz), sino dentro de la dictadura neo-otomana de Erdogan. Las escenas de niños que se ven obligados a ondear banderas turcas en las aulas son repugnantes. En señal de que Ankara tiene la intención de quedarse, el gobierno de Erdogan ha seguido adelante con la formación de los órganos de administración de la ocupación de Afrin.

El equivalente kurdo de la ‘intifada’ palestina es el ‘serhildan’. El levantamiento de las masas kurdas no se limita a Afrin, dado que su patria histórica abarca los estados-nación contemporáneos de Siria, Turquía, Irak e Irán.

Sin embargo, Afrin es actualmente el punto focal de la resistencia contra los intentos del gobierno de Erdogan de subyugar a los kurdos no sólo dentro de las fronteras turcas, sino en toda la región. Afrin es el grito de guerra de la causa kurda, pero al mismo tiempo las fuerzas turcas están entrando en el norte de Irak en este momento, amenazando con seguir los pasos del llamado Estado Islámico al capturar Sinjar, que fue el escenario del genocidio yazidi de 2014.

Ciudades como Cizre, en el sudeste de Turquía, fueron arrasadas por los militares de Erdogan en sus operaciones «antiterroristas» en 2015. Las imágenes de estas ciudades podrían confundirse fácilmente con las de la ocupación israelí en Cisjordania.

Erdogan vs. Netanyahu: Los hipócritas hablan

Tras la masacre del Día de la Tierra en Gaza por las fuerzas israelíes, Erdogan intentó posicionar a su gobierno como el aliado natural de las masas palestinas. Esto es tan absurdo hoy como lo fue cuando fue anfitrión de una cumbre de líderes musulmanes tras el anuncio de Trump sobre Jerusalén a finales de 2017.

Erdogan dijo de Netanyahu en un discurso en Adana la semana pasada, «¡Usted, Netanyahu! Usted es un ocupante. Y es como un ocupante que está en esas tierras. Al mismo tiempo, usted es un terrorista. Lo que les hagan a los palestinos oprimidos formará parte de la historia y nunca lo olvidaremos. El pueblo israelí se siente incómodo con lo que usted está haciendo. Nosotros no somos culpables de ningún acto de ocupación.»

¡Qué hombre tan noble! Por supuesto, uno podría fácilmente escuchar estas palabras pronunciadas por cualquiera -incluyendo Netanyahu- contra el propio Erdogan y tener que estar de acuerdo en que también se adecuarían al contexto. Lo único que habría que hacer es sustituir «palestinos» por «kurdos», y «pueblo israelí» por «pueblo turco».

Asimismo, la respuesta de Netanyahu a Erdogan es una que revela que no tiene un pie donde apoyarse. Disparando contra el presidente turco, dijo: «Alguien que ocupa el norte de Chipre, invade las regiones kurdas y mata a civiles en Afrin, no debería predicarnos sobre valores y ética».

Por supuesto, Netanyahu tiene razón acerca de que Erdogan no tiene derecho a predicar sobre ética. Sin embargo, tampoco es un verdadero amigo del pueblo kurdo. El apoyo al gobierno regional feudal-capitalista del Kurdistán en Irak no es lo mismo que el apoyo a un verdadero movimiento revolucionario y anticolonial como el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), cuyos primeros mártires perecieron en el valle de la Bekaa en una lucha junto con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) contra el Estado israelí. (Para más información sobre esto, vea mi artículo «El vínculo entre las luchas revolucionarias kurda y palestina«).

Del mismo modo, el hecho de que Erdogan dé apoyo material y político a Hamas, el partido que ha gobernado Gaza desde 2006, no significa que Erdogan pueda ser un verdadero amigo de las masas palestinas. No importa cuántos informativos semioficiales se emitan desde Turquía, dirigidos a presentar a Ankara como anticolonialista, puede ocultar esta contradicción.

Por su parte, Hamas ha correspondido al apoyo de Turquía alabando la ocupación de Afrin. El antiguo líder Khaled Mashal dijo tras la captura de la ciudad: «La victoria en Afrin fue un modelo de la voluntad turca y, si Dios quiere, registraremos victorias heroicas para apoyar a nuestra nación islámica».

Las posiciones de Hamas y Leila Khaled

Es preciso entender ahora una cuestión fundamental. La posición de Hamas de apoyo a Turquía socava gravemente cualquier afirmación que pretenda convencer de que es un movimiento basado en el anticolonialismo.

No se puede adoptar una posición contra la ocupación en un contexto y, sin embargo, animar oportunamente a la ocupación y al colonialismo en otro. Lo mismo ocurre con las organizaciones reaccionarias kurdas, ya sea el Partido Democrático del Kurdistán (KDP) de Massoud Barzani, o cualquiera de los otros partidos que ven a Israel como un aliado en su lucha contra la asimilación árabe. Los principios son vitales.

Afortunadamente, hay ejemplos dentro del movimiento palestino que desafían la posición de Hamas y han apoyado al pueblo kurdo en su lucha por Afrin. En febrero, Leila Khaled, del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), asistió al Congreso del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), una formación mayoritariamente kurda en Turquía que ha sido la principal víctima de la represión política de Erdogan. En su intervención en el Congreso, dijo: «Hoy en Ankara he visto dos escenas diferentes. Por un lado, todos los policías que rodeaban la sala de congresos y llenaban las calles. La misma imagen que vemos en Palestina. Pero, por otro lado, he visto aquí a los pueblos de Turquía y Kurdistán. Las voces que se alzan en esta sala ahogarán los grilletes de todas las cárceles y se convertirán en el eco de las voces de todos los pueblos. Dondequiera que haya colonialismo, opresión y violencia, la resistencia ganará fuerza. Vosotros estáis resistiendo. Vosotros sois la voz de los que resisten al colonialismo. Os saludo en nombre del combativo pueblo palestino. También alzamos nuestra voz contra la guerra en Afrin. Las guerras no promueven la vida, sino que conducen a la muerte. Los pueblos construyen la vida y el futuro. Desde esta sala saludo a todos los pueblos que resisten.»

El caso de Lowkey

Hace unos días, recibí un mensaje preocupante. Un artista que conozco desde hace casi una década y que considero un amigo, un camarada y un ser humano genuino y de principios, viajaba a Turquía para actuar en una universidad que celebraba la ocupación turca de Afrin.

El artista en cuestión es Lowkey, un artista de hip-hop iraquí-británico conocido por ser un firme partidario de la lucha palestina. Fue en este contexto que nos conocimos en 2009, ya que ambos actuamos en espectáculos de solidaridad palestina en Estados Unidos antes de viajar juntos a Palestina al año siguiente. Aunque en los últimos años no nos hemos visto a menudo ni hemos estado en frecuente comunicación, siempre he seguido teniendo un gran respeto por su trabajo. Por ello me resultaba tan duro oír que iba a actuar en Estambul, un movimiento que yo consideraba similar a actuar en una universidad dentro del Estado de Israel. Como defensor del BDS podría hacerlo mejor.

Por lo que tengo entendido, Lowkey decidió cancelar el programa. Esto vino después de la tremenda presión de los activistas en solidaridad con Kurdistán. Por ejemplo, la Unión de Estudiantes del Kurdistán en el Reino Unido emitió una declaración en la que hablaba de su decisión de actuar en Turquía, diciendo: «Encontramos esto muy insultante ya que la misma canción (‘Ahmed’) que planea tocar mañana está basada en Aylan Kurdi, el niño kurdo que fue arrastrado a la orilla como resultado de los ataques del ISIS, quienes son ampliamente conocidos por haber sido apoyados por el gobierno turco de Erdogan. Esto es muy decepcionante, ya que Lowkey ha pedido a los artistas a no actuar en Israel, que es tan fascista como el Estado turco. Al invitarle a presentar su trabajo sobre los refugiados, intentan encubrir su guerra contra los kurdos con voces «progresistas» y «liberales». Esto funciona como el acuerdo de refugiados UE-Turquía: para dar cobertura política a sus crímenes de guerra contra los kurdos».

Si Lowkey no siguió adelante con su espectáculo en Estambul, fue una decisión honorable. Sin embargo, sigue siendo esencial que no esconda el asunto bajo la alfombra, sino que condene resueltamente la postura del gobierno turco frente a Afrin y las masas kurdas. Cualquier otra posición es inconsistente con los principios revolucionarios y la política que sé que él defiende.

BDS de Palestina a Kurdistán

En respuesta a los acontecimientos en Gaza, la Unión de Estudiantes del Kurdistán también ha decidido participar hoy [7 de abril 2018] en una importante movilización por Palestina en Londres frente a Downing Street. Esta acción solidaria, conformando un bloque kurdo en la manifestación, es un paso importante para fomentar la solidaridad entre los dos movimientos anticoloniales.

Sólo cabe esperar que esta solidaridad sea correspondida por sectores significativos de la izquierda palestina, que entienden que el antiimperialismo y la política anticolonial significan construir vínculos con otros movimientos que comparten luchas comunes.

En los últimos años, el movimiento Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) ha elevado el perfil de la lucha palestina a nivel mundial. La negativa a comprar bienes fabricados en los asentamientos israelíes ha sido una forma concreta de elevar la causa palestina a una audiencia mundial. Tiene su base en los boicots a Sudáfrica que persistieron durante la vigencia del apartheid hasta su desaparición en 1994.

Ahora, los activistas kurdos están siguiendo el ejemplo del movimiento palestino al pedir un boicot a Turquía. La Unión de Comunidades del Kurdistán (KCK) ha hecho un llamamiento que dice: «El mayor golpe a la economía de guerra es el boicot de todos los bienes producidos por el régimen colonialista turco y sus empresas, principalmente en los sectores de la industria, la alimentación, la construcción y el textil. El boicot de todos y cada uno de los productos básicos turcos, especialmente por parte de los kurdos y en Kurdistán, debilitará la economía de guerra de Turquía. Tal orientación organizativa y acciones de boicot podrían derribar la ya inestable economía turca por medio de una reacción en cadena».

Que nadie que se considere progresista o revolucionario se deje engañar para ponerse del lado de Erdogan o Netanyahu porque estén diciendo las cosas ‘correctas’ sobre la brutalidad del otro. Su hipocresía no tiene por qué reflejarse en nuestras propias declaraciones y acciones hipócritas. Los de la izquierda pierden toda apariencia de respeto en el momento en que participan en una lucha anticolonial y se niegan a hacerlo en otra. Nuestra unidad es nuestra fuerza. Tanto la intifada como el serhildan deben ser decididamente apoyados.

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