El Confederalismo Democrático como alternativa – 2/2
Fuente: KEDISTAN
Autor: Berfin Kurban
Fecha: 18/09/2017
Traducido por Rojava Azadi
Historia e ideología del movimiento de liberación kurdo
Kurdistán fue dividido entre cuatro Estados-nación (Irán, Irak, Siria y Turquía) por el acuerdo Sykes-Picot en 1916 que delimitaron fronteras artificiales en la región.
Cada Estado-nación se ha asegurado de que no haya fragmentación posible del nuevo Estado y ha tratado de unificar el Estado-nación por medio de un nacionalismo impuesto. Esto suponía negar la existencia de muchos otros grupos étnicos (kurdos, albaneses, lazes, azerbaiyanos, zazas, chechenos, circasianos, árabes, bosnios, tártaros, armenios, griegos, yezidis) que viven sobre todo en Turquía. El sentimiento nacionalista fue inculcado por la «nacionalización de los proyectos» que trataron de asimilar los diferentes grupos étnicos mediante su «turquificación”, «persanización» o «arabización».
Abdullah Öcalan (estratega principal) y un grupo de jóvenes fundaron el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en 1978 en Bakur (Kurdistán Norte, Turquía) y comenzaron la lucha armada en 1984 con el objetivo de establecer un estado socialista independiente (marxista-leninista) mediante el establecimiento de un Kurdistán unificado.
Este movimiento evolucionó y rechazó el Estado-nación para dirigirse hacia el confederalismo democrático. El PKK tuvo varias transformaciones como resultado de profundos análisis de la lucha de liberación nacional y otros movimientos alternativos, así como por la observación de las experiencias del socialismo y el feminismo reales, en paralelo con la evaluación de su propia práctica teórica. A pesar de que el PKK había pasado por una serie de reformas ideológicas antes del secuestro de Öcalan en 1999 (después de una operación de la OTAN), ha sido escribiendo en cautiverio cuando acuñó el término Confederalismo Democrático y lo propuso como una solución al problema kurdo.
En 1993, Öcalan y el movimiento kurdo cesaron de buscar un Estado independiente, pues «la fundación de un Estado no aumenta la libertad de un pueblo» y «los Estados-nación se han convertido en obstáculos importantes para todo desarrollo social».
Öcalan propuso el confederalismo democrático como una alternativa al sistema del Estado-nación. Desarrolla este modelo inspirándose en las ideas municipalistas del socialista ecologista anarco-libertario Murray Bookchin (1921-2006), así como en las teorías mencionadas anteriormente de Wallerstein y Anderson, entre muchos otros.
Öcalan define el proyecto de Confederalismo Democrático como «una administración política no estatista o una democracia sin Estado», que es «flexible, multicultural, antimonopolista y orientada al consenso» y en la que «la ecología y el feminismo son los pilares centrales «de este proyecto. Además, en este sistema autoadministrado, » se hará necesaria una economía alternativa, que aumentará los recursos de la sociedad en lugar de explotarlos y, de este modo, hará justicia a las múltiples necesidades de la sociedad.»
Al revelar la verdad sobre la sociedad histórica y criticar el capitalismo moderno, Öcalan afirma que «de la memoria humana, la gente siempre ha formado grupos de geometría variable de clanes, tribus u otras comunidades con propiedades federales», lo que permite la preservación de la autonomía interna.
Sin embargo, haciéndose eco de la teoría del biopoder de Foucault, Öcalan dice que el capitalismo moderno ha impuesto la centralización del Estado, por la cual «el Estado-nación, como sustituto moderno de la monarquía, ha dejado tras él una sociedad debilitada e impotente» y «el poder se constituye a sí mismo en el Estado central, convirtiéndose en uno de los paradigmas administrativos fundamentales de la modernidad». En consecuencia, el movimiento kurdo propone una «democracia moderna» como solución, ya que es el «marco de una sociedad política basada en la ética». Los principios fundamentales de la democracia moderna consisten en una sociedad moral y política, la industria ecológica y el paradigma del confederalismo democrático.
El confederalismo democrático como práctica política fundamental de la modernidad puede ser un modelo importante no sólo para los kurdos, sino también para Oriente Medio y otras regiones que son étnicamente diversas y multiculturales.
De hecho, aporta una solución a las características opresivas del nacional-estatismo causadas por sus implementaciones monolíticas y homogéneas. De tal forma que, en la nación democrática, todas las etnias, religiones y otros grupos tendrán voz y podrán participar con sus propias identidades étnicas en el seno de una estructura democrática federal.
El establecimiento del confederalismo democrático en Rojava
El Partido de la Unión Democrática (PYD), afiliado al PKK y fundado inicialmente en 2003 en Rojava, comenzó a poner en práctica las ideas del confederalismo democrático antes del levantamiento sirio comenzado en 2011, con gran dificultad, ya que el régimen Ba’ath intentó ponerle fin y eliminar cualquier cambio que se pretendiera hacer al orden capitalista y estatista existente. El PYD no tuvo éxito hasta 2012, cuando las fuerzas de Assad se retiraron del área para concentrarse más en la resistencia que surgía en el resto del país.
Los kurdos sirios habían elegido una tercera vía, la de la paz, al no unirse al régimen ni a las fuerzas rebeldes en la naciente guerra civil. El pueblo, liderado por el PYD, las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) y las Unidades de Protección de la Mujer (YPJ), tomaron el control de la mayor parte de Rojava y organizaron asambleas a gran escala.
Entre 2012 y 2014, los habitantes de Rojava, guiados por los grupos políticos, fueron muy activos en la discusión de estrategias para poner en práctica el sistema de democracia confederal que Öcalan había propuesto.
En 2013, Rojava se dividió en tres cantones autónomos: Cizire, Kobane y Afrin. Los habitantes se organizaron en consejos y comunas en las ciudades y pueblos de cada cantón. Se alentó a las personas de cualquier origen étnico a asistir a las reuniones para hablar sobre los problemas que tenían. Por primera vez en la historia, a lagente de la zona se les preguntó cuáles eran sus problemas y a qué sistema querían cambiar. En 2014, después de esta larga y rigurosa consulta, se estableció el contrato social de Rojava para los tres cantones de Cizire, Kobane y Afrin, con la firma de más de cincuenta organizaciones o partidos políticos.
La carta comienza con la siguiente declaración: «Con el fin de lograr la libertad, la justicia, la dignidad y la democracia, y guiados por los principios de igualdad y sostenibilidad ambiental, la carta proclama un nuevo contrato social, basado en la coexistencia mutua y pacífica y en la comprensión entre todas las ramas de la sociedad» [Paz in Kurdistán, 2014]. Este contrato social significa una notable manifestación de los principios de la democracia moderna, fomentando la participación de todos, pues cada persona en el seno de la sociedad puede referirse a ella.
Nuevamente, en la introducción a la carta reside el aspecto definitorio principal del sistema que se crea, expuesto con palabras muy simples, que dice: «Bajo esta carta, nosotros, los pueblos de las regiones autónomas, nos unimos en un espíritu de reconciliación, pluralismo y participación democrática para que todos puedan expresarse libremente en la vida pública. Al construir una sociedad libre de autoritarismo, militarismo, centralismo e intervención de la autoridad religiosa en los asuntos públicos, la carta reconoce la integridad territorial de Siria y aspira a mantener la paz local e internacional» [Paz en Kurdistán, 2014]. La carta declara un nuevo sistema político y civil basado en un contrato social con el pueblo para establecer una sociedad más libre y más democrática que represente igualmente la voluntad de todos los grupos en la región, con el establecimiento de la justicia e igualdad social. Uno de los aspectos importantes de esta carta es el énfasis en la igualdad de género, más allá de la igualdad de derechos para los diferentes grupos étnicos y el derecho a la educación en la lengua materna.
La estructura básica del sistema democrático confederal tiene cinco niveles de gobernabilidad y toma de decisiones:
1) La asamblea legislativa,
2) Los Consejos Ejecutivos,
3) La Alta Comisión Electoral,
(4) Los Tribunales Constitucionales Supremos,
5) Los Consejos Municipales/Provinciales.
El nivel básico del consejo de Rojava es la comuna. Las comunas comprenden entre 30 y 400 hogares (ciudad o pueblo), se reúnen cada 15 días y eligen un comité que se reúne todas las semanas (todos los miembros pueden asistir a estas reuniones cuando lo deseen). Para todos los puestos y para todas las zonas existe un sistema de cogobierno donde hombres y mujeres comparten el poder para permitir el consenso.
El siguiente nivel es el consejo de distrito o de pueblo, luego el consejo popular del cantón y, finalmente, el Consejo Popular del Kurdistán occidental (MGRK). Un aspecto importante del sistema de consejos es que en cada nivel existen consejos autónomos de mujeres formados por la Unión de Mujeres Kongira Star, con el fin de fortalecer a las mujeres en todos los aspectos de la vida.
En base a estos desarrollos, en marzo de 2016, los tres distritos de Rojava, bajo el liderazgo del PYD, establecieron la «Federación Democrática de Rojava – Norte de Siria» para lograr una Siria democrática y federal, en lugar de una administración central, teniendo en cuenta las características históricas, geográficas, culturales, demográficas y económicas al establecer federaciones democráticas».
Las «regiones autoadministradas» dentro de la federación están organizadas «sobre la base de los consejos, academias, municipalidades y cooperativas».
Lo que hace que todo esto sea aún más notable es que este sistema alternativo, que desafía el orden del mundo y no recibe el apoyo político o material de ningún estado-nación, se lleva a cabo mientras los kurdos resisten al mismo tiempo asaltos del Estado Islámico y participan en una guerra perpetuada por el Estado Islámico con el apoyo del Estado turco, que no quiere un gobierno autónomo kurdo cercano.
La red organizacional, integrada en la sociedad rojavana, es administrada por el Tev-Dem (Movimiento para una Sociedad Democrática), encabezado por hombres y mujeres, y por la organización independiente de mujeres Kongira Star (establecida en 2012; la estrella se refiere a la diosa de la antigua Mesopotamia, Ishtar). Ambas organizaciones incluyen a todas las etnias y religiones y son un ejemplo de democracia popular directa. Los pueblos han establecido comunas de diversos tamaños que van desde 7 hasta 300 familias, academias, tribunales, cooperativas y administraciones de salud, así como unidades de defensa de las mujeres. Los comités de estas instituciones son elegidos por asambleas locales, y todas las estructuras organizativas tienen un sistema copresidencial, con un hombre y una mujer electos.
El modelo económico de Rojava
El sistema democrático confederal de Rojava se encuentra todavía en fase de desarrollo, a una velocidad que se ve frenada por los constantes ataques que sufre y por el embargo impuesto por el Estado turco. Sin embargo, se han realizado muchos avances importantes hacia el establecimiento de un sistema económico alternativo que proporciona una alternativa al dualismo del capitalismo y el comunismo.
En una entrevista periodística mantenida con el profesor Ahmet Yosuf, presidente del Comité Cantonal de Economía y Comercio Autónomo de Afrin, el Dr. Yosuf describe los objetivos a largo plazo y los pasos para alcanzarlos. Comienza diciendo que el cantón [de Afrin], como los otros cantones, debe impulsar cooperativas, «pequeñas unidades de producción». El desarrollo de este sistema, como él lo explica, comienza con una economía basada inicialmente en la agricultura. Además, este sistema, que incluye la cooperación de los habitantes de la zona, beneficiará a todos y se asentará como un modelo económico alternativo para los pueblos de la región.
Estas ambiciones comienzan a implementarse en la realidad.
A finales de 2015 y en 2016, se han creado comités económicos para facilitar el establecimiento y apoyar el buen funcionamiento de la economía; algunos de ellos eran cooperativas formadas exclusivamente por mujeres, para restablecer el equilibrio del orden y alentar aún más a las mujeres a participar en la vida económica.
Los habitantes ponen en marcha pequeñas unidades de producción. Las cooperativas varían en tamaño, desde pequeñas cooperativas de menos de 10 personas hasta otras de tamaño mediano de 60 personas o incluso más grandes, de 100 a 150 cooperativistas. Entre las cooperativas establecidas, algunas se dedican a la agricultura (por ejemplo, cultivo de trigo, producción de verduras y ensaladas, producción de leche y yogur, así como cría de animales), pero también hay tiendas de ropa, restaurantes y panaderías. Las pocas refinerías de petróleo presentes en Rojava también operan en cooperativa. Las personas que trabajan en estas cooperativas son propietarios/accionistas. La estructura organizacional está dirigida por un «comité de coordinación», una denominación preferida a la de «comité de gestión» porque suena menos jerárquica. Los partícipes deciden colectivamente las reglas, operaciones, contratación y finanzas. Al más alto nivel, toda la actividad económica es administrada conjuntamente por las organizaciones Tev-Dem y Kongira Star. Todas las iniciativas económicas se llevan a cabo teniendo en cuenta los principios ecológicos, utilizando los recursos naturales y minimizando el desperdicio.
Este sistema todavía está en sus inicios y las administraciones de los cantones planean construir infraestructuras de abastecimiento de agua y energía más sostenibles tan pronto como tengan los medios económicos. El orden mundial capitalista todavía tiembla con el impacto devastador de la crisis financiera que comenzó en 2008 y las guerras que han sumido a Oriente Medio en la confusión, con cientos de miles de vidas perdidas y la creación de millones de refugiados. En medio de todo esto, el pueblo kurdo de Rojava (norte de Siria) ha anunciado una revolución que desafía al sistema capitalista, patriarcal y estatista que ha creado un alto nivel de desigualdad y una mayor división de clases. Con el marco teórico de Öcalan, líder del movimiento de liberación kurdo, los kurdos de Rojava construyen gradualmente el modelo del confederalismo democrático. Este sistema se basa en una democracia de base y organiza a los habitantes para establecer estructuras comunales democráticas con la guía de grupos políticos. El sistema es puesto en práctica en las localidades, pueblos y ciudades con asambleas formadas en cada nivel y por todos los sujetos.
Este sistema, que «promueve un modelo de sociedad ecológica», también apoya la liberación de las mujeres. El sistema económico desarrollado allí beneficia a todos y es un modelo para toda la región. Es, por tanto, de gran importancia capital mostrar apoyo a la revolución que se está llevando a cabo actualmente en Rojava, ya que es un rayo de esperanza para un mundo más pacífico y más igualitario.
Berfin Kurban
Se recomienda leer ‘Mundo Diplomático’ de septiembre de 2017 y los artículos «Rojava», tras un viaje realizado recientemente.
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