Lucha de las MujeresRojava

Anna Campbell es inmortal

Anna Campbell (Hêlin Qereçox) caída mártir combatiendo al ejército turco y sus mercenarios yihadistas en marzo de 2018 en Afrin (Rojava)

Tras un año de la muerte de nuestra compañera Hêlîn Qereçox (Anna Campbell) la recordamos como la valiente revolucionaria que era. Una mujer que luchó por la vida y la libertad en Rojava Kurdistán, combatiendo al ejército imperialista turco y sus mercenarios yihadistas en la ciudad de Afrin en marzo del 2018. Su memoria para nosotras está más viva que nunca en todas las facetas de la vida, de la lucha. Por ello queremos publicar un texto que ha sido compuesto por una compañera suya, y que está recopilado en un libro «Immortal – Mourning, Martyrs & Murals» que han escrito, editado y diseñado muchas personas que la aman profundamente. Este libro está sólo disponible en inglés y necesita de financiación para poder ser publicado. Podéis contribuir a ello en los siguiente enlaces, así como adquirirlo por Internet.

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He muerto como he vivido,
un espíritu libre, una anarquista,
que no debe ninguna lealtad a los gobernantes,
ni celestiales ni terrenales.

Sobre Valores, Belleza y Amor

Desde que nuestra querida y valiente compañera y amiga cayó en combate luchando contra el fascismo, he experimentado decenas de emociones diferentes. Lo primero que sentí cuando tuve la noticia de su muerte fue rabia, odio y dolor. La venganza era lo único que me impulsaba para seguir con el día a día, trabajando por denunciar y combatir el fascismo del estado turco, sus mercenarios yihadistas y sus cómplices imperialistas que la habían asesinado. Todos ellos eran objeto de mi ira, pues todos ellos, directa o indirectamente, apoyaban y se beneficiaban de la guerra que se había llevado a Hêlîn de este mundo. Más tarde, no mucho más tarde, el 21 de marzo, durante la celebración del Newroz en Qamishlo, mientras escuchábamos el himno de los mártires en silencio, las lágrimas me brotaban a borbotones. No podía controlarlas. En aquel preciso momento la tristeza me invadió y durante muchos meses estuvo conmigo. Me sentía profundamente triste al pensar que Hêlîn no volvería a abrazarme, esos abrazos cálidos, fuertes y sinceros, que me llenaban por dentro. A escucharme y a compartir conmigo sus pensamientos y emociones. A sentarnos juntas mirando las puestas de sol. La tristeza era una losa gigante que me hundía y me inmovilizaba.

Más tarde llegaron las alusiones. Cómo explicarlo, lo más pequeños detalles, normalmente de la vida cotidiana, irrumpían recuerdos sobre ella en mi cabeza. Ahora no puedo mirar a una compañera que le hace una trenza a otra sin tener un irrefrenable recuerdo de Hêlîn trenzando el cabello de sus compañeras, trenzando mi propio cabello. Esos recuerdos, imágenes, sensaciones, me inspiran una belleza inusitada. En muchos casos una belleza inexplicable. Y a veces me sorprendo a mí misma sonriendo mientras miro a un pequeño insecto caminar por una flor o arrastrarse por el suelo. Porque en mi cabeza ha asaltado una imagen de Hêlîn en cuclillas, mirando a un pequeño animal. Su sonrisa, su rostro iluminado y su admiración por la pequeña criatura que vive, sus excitadas palabras diciéndome lo bonito que es tal escarabajo o tal mariquita, señalando sus colores, sus patitas y su forma de moverse. Nunca me han atraído mucho los insectos, pero ahora me quedo minutos embobada mirándolos, pues me evocan belleza y vida. Esas imágenes, olores, colores, sabores, sonidos y luces generan cuadros bellísimos en mi cabeza, que se entremezclan con preciados recuerdos. Y todas esas sensaciones me llenan de amor.

Poco a poco comencé a reflexionar y a comprender. No sólo cuánto la quiero, cuánto la admiro y cuánto la echo de menos, sino un nuevo significado sobre la esencia de lo bello. Esas imágenes me inspiran un amor inmenso, porque tras las emociones se encuentran una serie de valores que representan los fuertes principios que guiaron la vida de Hêlîn. El amor, respeto y admiración por todas las criaturas vivas del planeta. El compañerismo (hevaltî), los cuidados y dedicación a sus compañeras. Fueron esos valores compartidos los que hicieron que nuestros caminos se cruzasen. Y aún más, a día de hoy, vivo convencida de que esos valores son también lo que tienen que sostener mi propia vida. Y todo esto me produce un irrefrenable deseo de luchar.

Ahora, el sentimiento que en mí despierta cada vez que pienso en Hêlîn es amor. Un amor profundo y sincero, que se envuelve de la belleza y los valores compartidos. Y en esos momentos soy feliz, pues en este mundo es muy difícil sentir amor de corazón, amar sinceramente, sin barreras ni limitaciones, sin condiciones ni expectativas. Lo que Hêlîn me inspira es exactamente lo que Ş. Bêrîtan expresó:

Quien lucha va a ser libre, quien es libre va a ser bello y quien es bello va a ser amado”

Hêlîn, compañera, hermana; me traes valores, belleza y amor, es el mejor regalo que nunca nadie podría haberme hecho. Y a pesar de que te añoro, sé que tu vives conmigo en la lucha. Te quiero muchísimo.

Arîn

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