Un tribunal iraní encarcela al activista kurdo Yarsani en Kermanshah
Fuente: Kurdistan Human Rights
Fecha de publicación original: 28 de junio de 2021
El tribunal de distrito de Sahneh, en la provincia de Kermanshah, ha encarcelado el 28 de junio de 2021 a Kheyrollah Haghjouyan, miembro del Consejo Asesor de Activistas de Derechos Civiles de Yarsan, en la prisión de Dizel Abad de Kermanshah.
El tribunal ha citado hoy al activista de los derechos políticos y civiles, acusándolo de «insultar las santidades y a los funcionarios de la República Islámica de Irán».
En la vista judicial de hoy, Haghjouyan ha sido interrogado y acusado en relación con sus actividades políticas y civiles, según informó una fuente a la Red de Derechos Humanos del Kurdistán (KHRN).
El investigador ha dictado una fianza de 500 millones de tomanes iraníes -casi 20.000 dólares- para la liberación temporal del activista de Yarsani. Sin embargo, éste ha rechazado esta gran cantidad de fianza ya que ha negado los cargos que se le imputan, añadió la fuente.
El Consejo Consultivo de Activistas de Derechos Civiles de Yarsan también confirmó la noticia, diciendo que Haghjouyan se ha puesto en huelga de hambre con su detención.
En los últimos años, este destacado activista kurdo yarsaní ha pronunciado discursos en diversos actos de forma independiente o en nombre del Consejo Consultivo de Activistas por los Derechos Civiles de Yarsan, criticando la situación política y económica del país y especialmente las discriminaciones contra la comunidad yarsaní.
Haghjouyan pronunció su último discurso el 5 de junio ante la tumba de Nikmard Taheri en la ciudad de Sahneh.
Nikmard Taheri era un civil kurdo de Sahneh, Kermanshah, que perdió la vida en junio de 2013 debido a una protesta de autoinmolación. Su muerte fue uno de los tres casos de autoinmolación de los seguidores de la religión Yari (Yarsan) que tuvieron lugar en junio y agosto en Hamadán y Teherán ese año.
Un día antes de Taheri, Hassan Razavi, del pueblo de Pol-e Shekasteh, en la provincia de Hamadán, se prendió fuego frente al edificio de la gobernación.
Casi dos meses después, Mohammad Ghanbari, del pueblo de Qarah Dash, en la provincia de Qazvin, murió en una acción de autoinmolación similar frente al edificio de la Asamblea Consultiva Islámica en Teherán.
Esta cadena de protestas de autoinmolación fue una reacción mortal a la discriminación legal del pueblo yarsaní y al insulto a sus costumbres.
El afeitado forzado del bigote de uno de los seguidores de la religión yarí en la prisión de Hamadán fue la chispa que encendió las protestas. El afeitado del bigote es un acto que se considera un insulto a los creyentes de esta religión.
La comunidad yarsani es una de las minorías religiosas de Irán que no está reconocida como religión independiente en la constitución. Sus seguidores están privados de muchos derechos políticos y sociales.
Los yarsaníes viven principalmente en las provincias de Kermanshah, Lorestan, Hamadan, Kurdistán, Azerbaiyán, Qazvin, Alborz, Teherán, Gilan y Mazandaran. La provincia de Kermanshah es conocida como el principal centro de esta religión.
Aunque no hay estadísticas oficiales sobre el número de seguidores de esta religión, varias fuentes mencionan que la población de yarsaníes en Irán es de uno a tres millones de personas.