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Últimas palabras de Cîhan Bilgin, periodista asesinada por un dron turco en el norte de Siria

Medya News – 31 diciembre 2024 – Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid

Las últimas palabras de la periodista kurda Cîhan Bilgin reflejan su inquebrantable compromiso de exponer la verdad, incluso ante el peligro. Bilgin y su colega Nazım Daştan murieron el 19 de diciembre en un ataque selectivo turco con drones cerca de Kobani (Kobanê), en el noreste de Siria.

La periodista kurda Cîhan Bilgin, conocida por su tenacidad y valentía, murió el 19 de diciembre en un ataque turco con drones, junto con su colega Nazım Daştan. Los dos periodistas viajaban por el distrito de Sirrin, cerca de Kobani (Kobanê), en el noreste de Siria, cuando se produjo el ataque. El ataque iba dirigido directamente contra los periodistas mientras documentaban acontecimientos críticos en la región, donde las tensiones entre las fuerzas kurdas y las operaciones turcas han ido en aumento.

Las últimas reflexiones de Bilgin, publicadas íntegramente a continuación, fueron grabadas poco antes de que la mataran, y ofrecen una conmovedora visión de su dedicación al periodismo y a la búsqueda de la verdad. «Los combatientes de aquí nos han advertido: ‘Os atacarán específicamente a vosotros’. Pero, ¿podemos mi amigo Nazım y yo quedarnos en un lugar y hacer la vista gorda ante la tergiversación de la verdad? No lo creo«, escribió.

Sus últimas palabras, escritas apenas 20 minutos antes del ataque, resumen una vida guiada por la conciencia y una fe inquebrantable en el poder del periodismo. «Estoy aquí porque mi conciencia no podía aceptar lo que he visto con mis propios ojos«, declaró.

Bilgin tenía una profunda conexión con la región, ya que había informado desde zonas liberadas como Qara Quzaq (Qere Qozaq), Tishreen y Ayn Issa (Bozanê). Describió cómo compartía la alegría de las mujeres liberadas de la opresión del Estado Islámico (ISIS), bebiendo té con desconocidas y entretejiendo sus historias en su trabajo. «Debería estar allí aunque sólo fuera por un viejo recuerdo de una taza de café«, escribió, ilustrando los lazos personales que informaban sus reportajes.

A pesar de las advertencias de sus colegas sobre los riesgos, Bilgin se negó a alejarse de los frentes. «Soy corresponsal de guerra y tengo que seguir los acontecimientos sobre el terreno«, insistía. Su compromiso se basaba en el deseo de contrarrestar la desinformación y aportar claridad a una región plagada de relatos contradictorios.

El relato de Bilgin puso de manifiesto su empatía con los combatientes y las familias atrapadas en el conflicto. «Veo el afán de victoria en los jóvenes combatientes de la resistencia de aquí… puede que dentro de una hora ya no estén. Pero su determinación se refleja en sus ojos«, observó.

Sus reflexiones también abordaron luchas personales, como la persecución de su familia por las autoridades turcas. «Se llevaron a mi padre a un lugar que no conocía. Protestó diciendo: ‘Sabéis dónde está Cîhan, está informando, ¿por qué nos presionáis?». A pesar de estos desafíos, Bilgin se mantuvo firme: «Hagan lo que hagan, no me apartaré de mi camino«.

En sus últimas horas, Bilgin expresó su esperanza en un futuro mejor para el pueblo kurdo, citando las conversaciones en curso en las que participa el líder kurdo Abdullah Öcalan. «De algún modo, el líder encontrará la forma de superar todos los obstáculos«, escribió, transmitiendo su fe en el poder de las soluciones políticas.

Las últimas palabras de Bilgin subrayan su implacable optimismo y su fe en su misión. «Cuando eliges el camino, tienes que recorrerlo por tu cuenta y riesgo. El camino está en nosotros, nosotros somos el camino», concluyó, momentos antes de emprender el viaje que se cobraría su vida.

La muerte de Bilgin y Daştan ha suscitado la condena generalizada de los defensores de la libertad de prensa y las organizaciones kurdas. Fuentes locales acusan a Turquía de atacar deliberadamente a los periodistas para suprimir la cobertura de las operaciones militares en la región. Ankara no ha hecho comentarios sobre el ataque.

La vida y el trabajo de Bilgin dejan tras de sí un legado de valentía y un compromiso inquebrantable con la verdad. Su historia ha impulsado llamamientos en favor de una mayor protección de los periodistas en zonas de conflicto y ha vuelto a llamar la atención sobre los peligros a los que se enfrentan los reporteros en el noreste de Siria.

A continuación compartimos nuestra traducción de las notas de Cîhan Bilgin, escritas en las horas y minutos previos a su asesinato:

Hoy, el Estado turco intenta de nuevo la guerra psicológica compartiendo noticias falsas y difundiendo que la presa de Tishreen está en sus manos. Nazim y yo estamos ahora en Qara Quzaq [Qere Qozaq]. Hay mucho movimiento de drones en este momento. Los combatientes de aquí dicen que cuando hay movimiento de drones, no es seguro que nos movamos mucho. Nos advirtieron diciendo: «Es cierto, sois periodistas, pero al final los informes que escribís los desenmascaran. Os tendrán específicamente en el punto de mira, aunque solo sea por esto. Así que no os mováis. Hace apenas tres días mataron a doce mujeres y niños en Ayn Issa [Bozanê], ¿por qué no iban a disparar contra vosotros?». Pero, ¿podemos mi amigo Nazim y yo quedarnos en un sitio y hacer la vista gorda ante la tergiversación de la verdad? Yo creo que no.

Sí, Nazim dijo a los combatientes: «Tenéis razón, hay que tener cuidado», pero estaba claro, por esa sonrisa modesta y tímida que dejaba ver sus hermosos hoyuelos, que pensaba: «No podemos quedarnos en un solo sitio». En cuanto a mí, ¡ya está claro cómo enfoco la situación! Estoy aquí trabajando como periodista porque mi conciencia no puede aceptar lo que he visto con mis propios ojos. De lo contrario, podría haber terminado la carrera que empecé en la Universidad de Dicle y haberme convertido en abogada. Podría haber construido mi vida sobre las oportunidades que eso me brindaba, y haber aceptado una vida ordinaria y mediocre. Pero no lo acepté. Estoy aquí porque estaba dispuesta a pagar el precio que fuera por mí y por la información a la sociedad. Así que tengo que ir y escribir mis informes aunque haya drones y aunque me disparen. En cierto modo, esto es el sentido de mi vida

SI HAY QUE PAGAR UN PRECIO POR LA LIBERTAD…

Mis amigos de la agencia no querían que fuera a Manbij [Minbic] porque pensaban que era arriesgado. Pero yo soy corresponsal de guerra y tengo que seguir los acontecimientos en el momento y sobre el terreno. ¿O en qué me diferenciaría de quienes se sientan en sus escritorios y producen noticias falsas, o de los falsos reporteros que escriben ficción para hacer reportajes con la seguridad de un convoy de decenas de vehículos? Y conozco la tierra y los pueblos de Manbij, Qara Quzaq, Tishreen y Ayn İssa. Cuando estos lugares fueron liberados, compartí la alegría de las mujeres de allí, sentí profundamente la emoción de alcanzar la libertad en sus ojos. Me llené de los recuerdos de las mujeres que me veían como su hermana y me contaban la crueldad que les infligían los combatientes del ISIS. Bebí el té y el café de personas que no conocía, me convertí en parte de sus historias y añadí sus grandes relatos a mi propia historia. Incluso dejando de lado todo esto, me dije que debía estar aquí aunque solo fuera por un viejo recuerdo de una taza de café, y por eso vine.

Y veo el afán de victoria en los jóvenes combatientes de la resistencia aquí presentes. Todos tienen brillo en los ojos. Puede que dentro de una hora se hayan ido, puede que no les pase nada. No puedo saberlo… Pero en sus ojos se reflejaban en ese momento las acciones emocionadas, entusiastas y decididas de héroes dispuestos a morir por la vida que quieren construir. La postura de estas personas me hizo escribir «la libertad no se consigue sin un precio», ¡justo anoche! Si hay que pagar un precio por la libertad, yo también debo continuar mi trabajo asumiendo este riesgo. Así que me dije que debía ir a Tishreen y me puse en camino.

Estoy en Tishreen. Todo el mundo se está centrando en Tishreen ahora. Están creando tantas noticias falsas que casi convencen a todo el mundo para que les crea. Ahora transmitiré en directo desde aquí y se les caerán las escamas de los ojos. Romperé la barrera para rociar con agua fresca los corazones de las madres. Allí mismo, en esa barrera donde Turquía y sus bandas escriben sus falsas historias de heroísmo, revelaré la verdad poco a poco en una retransmisión en directo. Estoy segura de que el brillo de los ojos de los combatientes aumentará aún más cuando me vean hablar desde aquí. Y las madres de esos combatientes sentirán el orgullo de haber alimentado a sus hijos con leche halal. Yo lo habré hecho posible.

NO VOLVERÉ ATRÁS

Me pregunto si mi madre me verá cuando emita. Por alguna razón, hoy no dejo de pensar en mi madre. La última vez que hablamos estaba muy triste. El MIT [Agencia de Inteligencia Turca] fue y les amenazó de nuevo. ¿Qué quieren de esta pobre gente? Se llevaron a mi padre a un lugar que no conocía. Él protestó diciendo: ‘Sabéis dónde está Cîhan, está informando, ¿por qué nos presionáis?’, pero aun así sufrió su parte de crueldad del opresor. Después le profirieron amenazas y le aterrorizaron antes de dejarle marchar. Yo solo dije: ‘Hagan lo que hagan, no me apartaré de mi camino‘.

Para una mujer, su pelo lo es todo. No he podido lavarme ni peinarme por falta de instalaciones. No he tenido muchas oportunidades desde que llegué aquí. Mi madre me peinaba muy bien. Me peinaba con olor a rosas, diciendo: «Mi Cîhan [Mi mundo], la luz de mis dos ojos, mi hija, pedazo de mi corazón, mi vida». Decía: ‘Hoy prepararé a mi hermosa hija su plato favorito, albóndigas rellenas’. En efecto, qué bien preparaba mi madre el kutilk. No he vuelto a comer los platos calientes y humeantes que mi madre preparaba con tanto esmero desde 2017. Cuando volvía de la escuela, solía saber qué comida estaba cocinando incluso en la calle. ¡Cómo la echo de menos a ella y a sus comidas! No he podido comer al mediodía por culpa del trabajo, así que probablemente por eso estoy pensando en estas cosas.

Ya hemos emitido desde Tishreen y hemos terminado nuestro trabajo aquí. También he prometido hacer una emisión en directo por televisión esta noche. Los amigos de aquí insisten y dicen ‘no os dejaremos ir’, porque hay mucho movimiento de drones, pero tenemos que ir. Somos periodistas. Haremos nuestro trabajo a pesar de todos los peligros. No necesitamos dar un largo rodeo para llegar. Puede que sea más arriesgado, pero llegaremos antes a Qara Quzaq tomando un atajo.

¡Y qué si pasa algo! Hay una cosa que siempre he sabido y en la que siempre he creido, y siempre me h hecho feliz. En el fondo soy una buena persona. Y he demostrado esta bondad en cada momento de mi vida. Nunca he ocultado la bondad y la belleza a nadie. Porque soy así, siempre he sido capaz de dar mucho amor a todo el mundo con una cara sonriente. Porque me encanta ser buena, hacer el bien y, por supuesto, ¡sonreír!

Hay algo más que me ha hecho feliz estos días. El hecho de que haya conversaciones con el líder [Abdullah Öcalan]. Se dice que estas conversaciones continuarán. De algún modo, el líder encontrará la manera de superar todos los obstáculos y mejorar la situación del pueblo kurdo. Así que cuando mis amigos me preguntaron a mi llegada qué iba a pasar, les dije: ‘Creo que van a pasar cosas muy buenas para el pueblo kurdo’. He llegado a creerlo en lo más profundo de mi corazón. Sí, en estos momentos hay ataques, pero el líder tiene el poder de resolver todos los problemas con sus conocimientos políticos e intelectuales.

Son las tres de la tarde… Si nos quedamos aquí más tiempo llegaremos tarde. Nazim también ha terminado su trabajo. Debemos encontrar una manera de ir a pesar de los obstáculos. Cuando eliges el camino, tienes que recorrerlo bajo tu propio riesgo. El camino está en nosotros, ¡y nosotros somos el camino! Iremos, y siempre habrá quienes vengan detrás de nosotros. Puede que haya obstáculos ante nosotros que no podamos superar, pero cuando hay un camino, hay quien lo recorre y llega a su destino. Como dijo nuestro poeta, ¡habrá mañanas hermosas y brillantes con o sin nosotros!

Cîhan Bilgin (1996 – 2024)

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