Rusia juega al “poli bueno, poli malo” con los kurdos de Siria
La actitud menos amistosa de Rusia hacia los kurdos sirios es un esfuerzo por llevar a las SDF hacia su órbita y fuera de su alianza con los EE.UU.
Fuente: Middle East Eye
Autor: Alexander Schinis
Fecha: 19/11/2017
Traducido por Rojava Azadi
Los comandantes de las Fuerzas Democráticas Sirias asisten a una conferencia de prensa en Ain Issa para anunciar la nueva operación (Reuters).
La batalla contra el Estado Islámico (IS) en Siria está llegando a su fin, pero aparecen nuevos desafíos para aquéllos que han llevado al IS a caer de rodillas.
Entre estos combatientes están las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), una fuerza militar dominada por los kurdos que se enfrenta al IS en sus últimos reductos en Siria en alianza con la coalición encabezada por Estados Unidos y las fuerzas terrestres estadounidenses. Para las SDF, la derrota del IS ha abierto la puerta a nuevos desafíos.
El domingo 24 de septiembre, una conspiración entre el IS y las mismas fuerzas que lo han destruido, las SDF, apareció en Facebook.
El mensaje alegaba que las imágenes de drones habían captado evidencias de unidades de las SDF que pasaban por el territorio bajo control del IS sin encontrar resistencia. Lo que se daba por implícito: que IS y aquéllos que habían dado sus vidas para vencer al grupo terrorista eran uno y el mismo.
Esta acusación habría sido fácilmente descartada si no fuera por la fuente: el origen de estas acusaciones conspirativas no era otro que el Ministerio de Defensa ruso (MOD). La historia, una vez publicada por el MOD, se extendió rápidamente a través de los canales de medios estatales rusos.
La relación de Rusia con los kurdos sirios en el pasado reciente ha sido de benevolencia y aprobación
El contenido de las acusaciones de complot entre SDF e IS merece menos atención que la intención detrás de ellas. Cuando las instituciones y los medios estatales rusos lanzan una campaña de retórica hostil, siempre es un medio para alcanzar un fin.
Para desgracia de las SDF, el antagonismo ruso no es una mera guerra de palabras. Las SDF afirmaron haber sido objetivo de ataques aéreos rusos dos veces en septiembre, causando heridos en sus filas.
Un repunte en las palabras y acciones hostiles de los actores rusos marca un cambio en contra de sus, en otros tiempos, socios kurdos. ¿Cómo podemos valorar estas declaraciones y eventos en relación con la política rusa para los grupos kurdos sirios?
Miembros de las SDF se reúnen cerca de la aldea de Bir Fawaz, a 20 kms al norte de Raqqa el 8 de febrero (AFP)
Amigos antes que enemigos
La relación de Rusia con los kurdos sirios en el pasado reciente ha sido de benevolencia y aprobación. Inicialmente, Rusia competía con los EE.UU. por la influencia sobre los grupos kurdos tras la entrada de los éstos en el conflicto en 2015.
Un factor clave en las relaciones ruso-kurdas es la relación de Rusia con el régimen sirio, que es el principal socio de Rusia en el conflicto y opera bajo una relación más complicada con los kurdos.
Un ejemplo patente de los conflictos entre los intereses del régimen kurdo y sirio ha sido el de la autonomía kurda. Los actores en los niveles más altos del régimen de Assad han declarado una y otra vez que el gobierno sirio no tolerará la división del territorio del país.
Los grupos kurdos, por otro lado, están alineados con el objetivo final de la autonomía kurda o incluso la separación de Siria. Rusia, por el contrario, ha mantenido una relación de cooperación con los grupos kurdos.
Rusia ha tratado de expandir su zona de influencia en Siria. Esto requiere equilibrar las demandas de sus socios del régimen, por un lado, y cortejar a los kurdos, por el otro. Con este fin, los rusos incluso han intentado negociar un compromiso sobre la autonomía kurda entre los kurdos y el régimen.
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El tono visto en los medios estatales rusos ha reflejado esta buena voluntad. Los medios rusos incluso han prodigado elogios sobre las SDF y sus esfuerzos, hasta hace poco. Otros indicadores de su intención más allá de los medios han enviado señales positivas similares. El Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, por ejemplo, es uno cuyas palabras y acciones han sido de apoyo a los grupos kurdos.
En un caso, Lavrov presionó para elevar a los grupos kurdos a un nivel internacional de reconocimiento diplomático argumentando la inclusión de los grupos kurdos en las conversaciones de paz sirias en Ginebra en octubre. Estos grupos, según la agencia de noticias Rudaw, incluirían al Partido de la Unión Democrática (PYD), así como a su brazo armado, conocido como las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), un componente importante de las SDF.
Otra señal de buena voluntad de los rusos hacia los kurdos que ha recibido poca atención apareció en el medio de comunicación estatal ruso Sputnik. El medio de comunicación en lengua turca informó que una delegación de las YPG había visitado Moscú en el mes de octubre por invitación de funcionarios rusos.
Superficialmente, este gesto puede parecer insignificante. Sin embargo, lleva consigo la gravedad del reconocimiento formal de las YPG por parte de uno de los actores más importantes en la arena siria.
Un convoy de vehículos blindados de las fuerzas estadounidenses conduce cerca de la aldea de Yalanli, en el suburbio occidental de la ciudad de Manbij, en el norte de Siria, el 5 de marzo de 2017 (AFP).
Enfriamiento de relaciones
Incluso cuando hace propuestas positivas a los kurdos sirios, Rusia también envía señales mucho más ominosas. La relación entre los EE.UU. y las SDF es un aspecto que los funcionarios rusos están intentando explotar.
Las SDF han disfrutado de un apoyo significativo de EE.UU. en forma de poder aéreo y armamento durante la guerra contra el IS. La protección de loa SDF por parte de los EE.UU. se ha mostrado incluso en forma de cobertura frente a los ataques aéreos del régimen sirio. Sin embargo, una vez que los últimos remanentes del IS hayan sido eliminados del campo de batalla, se plantea la cuestión de cuánto durará el apoyo de los EE.UU. a las SDF y las aspiraciones de autonomía kurdas.
Lavrov y su homólogo sirio, Walid Muallem, insinuaron en una reunión reciente sobre una posible fractura entre los EE.UU. y las SDF, según informó el medio ruso Tass.
«Por el momento, están aparentemente intoxicados con la ayuda y el apoyo de los Estados Unidos. Sin embargo, debe entenderse que esta ayuda no durará para siempre», dijo Muallem sobre las SDF, según citaba Tass. Los ministros también señalaron que «los kurdos nunca han tenido una gran potencia como su aliado fiable», comentario que denigra las actuales relaciones entre los Estados Unidos y los kurdos.
Este tipo de alusiones a la disminución del apoyo estadounidense se puede entender como una amenaza velada contra los grupos kurdos respaldados por Estados Unidos, dado lo que está en juego.
Además, el MOD ruso ha redoblado las acusaciones incendiarias contra las SDF en septiembre. El 10 de octubre, emitió una declaración en la que acusaba a los Estados Unidos y sus aliados, lo que implicaba a las SDF, de «estar fingiendo luchar contra el Estado Islámico».
Poli bueno, poli malo
Los movimientos rusos de inclusión y agresión armada no son contradictorios, sino que sirven como estrategia complementaria. Un tema común en los medios de comunicación rusos hostiles, por ejemplo, es acusar a las SDF de colaborar con terroristas. Todas las opciones están sobre la mesa para enfrentar el terrorismo, incluidas las opciones militares. Este tipo de retórica sirve, por lo tanto, como base para justificar la futura violencia contra las SDF.
La estrategia rusa de «poli bueno, poli malo» proviene de la falta de influencia negociadora del país con las SDF.
Por otro lado, la retórica inclusiva también tiene un propósito: demostrar a los actores kurdos que no es demasiado tarde para unirse a la manada. En medio de las nuevas tensiones ruso-kurdas, el máximo diplomático de Rusia ha mantenido la puerta abierta para que los kurdos sirios se unan al redil de la alineación rusa. Es como decir que la confrontación no tiene por qué ser una conclusión inevitable.
La estrategia rusa de «poli bueno, poli malo» proviene de la falta de influencia negociadora del país con las SDF. Sin embargo, no ha renunciado a incluir a los kurdos sirios en su cohorte. En un esfuerzo por atraer a los kurdos sirios al redil, está alternando la hostilidad con la benevolencia para empujar a los kurdos hacia la inclusión en la alineación rusa.
Alexander Schinis es investigador y periodista. Ex investigador asociado de la ONG Médicos por los Derechos Humanos y ex editor de la revista Muftah.
Rusia está aliada con Siria e Irán, por extensión tiene también buenas relaciones con Iraq y recientemente ha desarrollado una relación preferencial con Turquía, que aparentemente tiene conflictos importantes con su aliado oficial EE.UU. No tiene mucho que ver con el DAESH («ISIS»), que ha sido una marioneta occidental hasta su conveniente abandono por parte de EE.UU. sino con la geoestrategia regional e imperial. Si todas las potencias locales, naturalmente enfrentadas a las aspiraciones nacionales kurdas, están alineadas con Rusia, a Kurdistán sólo le queda aliarse con los enemigos de Rusia y de esta coalición regional que es efectivamente una coalición anti-kurda.
Kurdistan no es que no tenga aliados entre las grandes potencias, es que no tiene aliados regionales: nacionalistas árabes, turcos e iraníes, e incluso los meta-nacionalistas islamistas, están de acuerdo en una cosa: aplastar las aspiraciones de autogobierno kurdas. Qué pueden hacer los y las kurdas? Pues aliarse con los enemigos de sus enemigos, no hay otra mientras la noción de confederalismo democrático no penetre en esas otras zonas etno-nacionales.
Lamentablemente para naciones como Vasconia o Catalunya, o Córcega, Escocia o Tamazhga, Rusia no tiene la misma capacidad de influencia a distancia que EE.UU. (y China está demasiado lejos), por lo estas naciones occidentales carecen absolutamente de aliados entre las grandes potencias… a la espera de que quizá haya una revolución en Brasil que libere su potencial o de que la UE-OTAN se fragmente.
No sé, pero yo no veo el «poli bueno» en Rusia en relación con Kurdistán: Turquía, Siria, Irán e Iraq tienen mucho más que ofrecerle y ya les tiene más o menos alineados bajo su paraguas militar. En diplomacia siempre hay que dejar las puertas entreabiertas, aun cuando están de hecho cerradas por el momento, pero no hay mucho más.