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La receta de Erdogan contra los medios de comunicación

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Banu Güven, presentadora de informativos de IMC, periodista galardonada por su labor periodística en varias ocasiones.

Son numerosos los medios como periódicos, radios, televisiones locales que han sido objeto de la purga implementada por el gobierno presidencialista de Erdogan. El 5 de octubre le tocó al popular canal de TV IMC. En riguroso directo, sus telespectadores pudieron presenciar el cierre cautelar del canal pero también los actos de denuncia y de resistencia de aquellas y aquellos que día tras día se juegan el tipo anunciando lo que ocurre en un Estado llamado Turquía y allende los mares. Se derramaron lágrimas por la ira e impotencia, pero también se escucharon consignas, cánticos y eslóganes hasta que irremediablemente la policía desconectó el canal de información.

El mismo día se llevaron a cabo redadas policiales en las redacciones de varios canales de TV. Todos sabían que el cierre sería inminente, y ayer se materializó. Primeramente la policía llegó a Hayat TV para posteriormente cerrar IMC.

Según testimonio de una trabajadora de IMC, Banu, cuando fueron testigos de los cierres de canales de TV en Diyarbakir, supusieron que los canales que emitían desde Estambul también serían objetivos de dicha operación. Sabían que iban a tratar de silenciarlos, al igual que tratan de silenciar a toda la oposición, a los que luchan por la justicia y el estado de derecho. Ahora tienen el estado de emergencia como excusa y no tenemos garantías de unos mínimos jurídicos que nos permita defendernos. En este caso no podemos hacer nada. Erdogan ya lo dijo la noche del golpe, este intento de golpe fue “un regalo del cielo” para él. Ahora hace lo que quiere, como quiere y cuando quiere bajo la condición de estado de emergencia. Vinieron y cerraron el canal.

Banu describe como actúa la policía en estos casos. Los trabajadores del canal tienen derecho a llevarse sus pertenencias a excepción del material audiovisual, archivos y documentos que son apropiados por la policía. El estado invocan que los medios son una amenaza para la seguridad nacional. Por supuesto, forma parte de la gran mentira y entramado que no se creen ni ellos mismos. Cuando Banu se refiere a “ellos” identifica a los componentes del actual gobierno. Hasta ahora no hemos sido capaces de hablar con las autoridades, ni como periodistas para preguntarles “¿Qué demonios estáis haciendo?, ¿Cuáles son los cargos?” No hemos obtenido respuesta.

Cuando se le pregunta a Banu cuál va a ser la hoja de ruta del medio responde que no tienen ningún plan. No sabemos…. Decenas de colegas de otras cadenas como la nuestra han sido cerradas. Es extraño que las personas que afirman ser religiosas devotas puedan apoyar esto y priven a las personas de su trabajo. Esto no solo afecta a los periodistas, sino a familias enteras que pasan a ser sospechosas por razones difusas y no justificadas. Explotan el estado de emergencia y lo utilizan salvajemente para garantizar y fortalecer su poder, especialmente el de una persona en particular.

Entre los antiguos colegas de Banu hay muy pocos que sigan trabajando en la actualidad. El 90% de los periodistas que continúan trabajando lo hacen para una sola voz en la prensa, la del gobierno.

Fuente: Newroz Euskal Kurdu Elkartea

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