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Informe anual 2023 del bufete de abogados Asrin Law sobre la situación en la isla de İmralı

7 febrero 2024

Para millones de kurdos, Abdullah Öcalan es considerado su líder político, a pesar de que lleva un cuarto de siglo en una cárcel turca. Como Nelson Mandela, se le considera clave para un futuro justo para su pueblo. Sus ideas promueven la democracia radical, los derechos de la mujer y la coexistencia multiétnica, y son la inspiración de la Administración Autónoma Democrática del Norte y Este de Siria. Existe una campaña internacional por su libertad, pero el informe que se resume a continuación se centra simplemente en sus condiciones de detención. En contra de la legislación nacional e internacional, se encuentra en un aislamiento casi total. El contacto con su familia y sus abogados siempre ha estado restringido, y desde hace casi tres años, en régimen de incomunicación absoluta, sin contacto alguno con el mundo exterior.

Resumen del informe anual 2023 del bufete de abogados Asrin Law sobre la situación en la isla de İmralı, donde se encuentran Abdullah Öcalan y otros tres presos

El Sr. Abdullah Öcalan ha estado recluido en una celda solitaria en la prisión de la isla de İmralı desde el 15 de febrero de 1999. Durante los primeros diez años fue el único preso allí. Otros seis presos más fueron trasladados allí en 2009, pero él continuó en régimen de aislamiento 23 horas al día entre semana y 24 horas los fines de semana. En la actualidad, en la isla hay otros tres presos, además de Öcalan. Estos tres hombres llevan allí desde 2015 y están igualmente aislados.

Durante los primeros doce años, el derecho del Sr. Öcalan a ver a un abogado se limitó -ilegalmente- a una hora a la semana, pero las autoridades le impidieron ejercer incluso este derecho limitado, alegando problemas con la climatología o el estado del barco que comunica la isla. Desde julio de 2011, sólo ha podido reunirse con sus abogados en cinco ocasiones, todas ellas entre mayo y agosto de 2019, tras una huelga de hambre de protesta masiva. Desde 2014, solo se le han permitido cinco visitas familiares. El último encuentro cara a cara fue con su hermano en marzo de 2020. En casi 15 años se le han permitido únicamente 2 llamadas telefónicas; la última, en marzo de 2021, se interrumpió al poco de comenzar. No se sabe nada del Sr. Öcalan desde ese día.

Los otros tres presos no han podido reunirse con sus abogados desde su llegada a la isla. Ninguno de los presos en İmralı puede enviar cartas y se desconoce si reciben las cartas que se les envían.

Esta detención incomunicada no tiene justificación en el derecho nacional ni internacional.

Cada año, los abogados de Öcalan presentan unas 100 solicitudes para reunirse con él, y su familia unas 50. En los últimos años, estas solicitudes han sido completamente ignoradas. En 2023, se presentaron muchas solicitudes en relación con el terremoto de febrero, que afectó a los familiares de los presos, y también tras los terremotos de diciembre que afectaron a la isla de İmralı, que también fueron ignoradas. Actualmente, las visitas de abogados están sujetas a prohibiciones de 6 meses que nunca se fundamentan y que se renuevan tan pronto como expiran. Las visitas de familiares se impiden mediante sanciones disciplinarias de 3 meses impuestas por razones engañosas, como «pasearse durante las actividades deportivas». Los abogados no tienen oportunidad de impugnar estas sanciones, que se renuevan igualmente tan pronto como expiran.

El Comité de Derechos Humanos de la ONU pidió a Turquía en septiembre de 2022 que permitiera a los presos el acceso sin restricciones a un abogado de su elección, pero esto no ha surtido efecto, a pesar de la renovación de esta petición en enero de 2023.

Se han presentado numerosas solicitudes ante el Tribunal Constitucional turco en relación con estas condiciones ilegales, y los abogados también han presentado quejas ante la Unión de Colegios de Abogados de Turquía y el Consejo Superior de Jueces y Fiscales, todas ellas sin resultado.

El Comité Europeo para la Prevención de la Tortura (CPT) ha criticado constantemente las condiciones de la prisión, pero sin resultado. Reconociendo que el CPT no puede emitir el informe sobre su visita de septiembre de 2022 sin el consentimiento de Turquía, los abogados les han pedido que invoquen el artículo 10/2 y hagan una declaración relativa a las condiciones en İmralı.

En 2014, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) dictaminó que la cadena perpetua sin libertad condicional del Sr. Öcalan constituía tortura al negarle el derecho a la esperanza.  El Comité de Ministros no dio curso a esta sentencia hasta 2021. El Comité encargó a Turquía que garantizara la existencia de un mecanismo de revisión de condenas y que le informara del número de otros presos condenados a cadena perpetua no revisable. Turquía no ha actuado en ambos casos, y el Comité ha hecho caso omiso de las peticiones de que seguimiento.

La denegación de derechos legalmente garantizados en İmralı ha sido paralela a la negativa a actuar en la cuestión de los derechos de los kurdos dentro de Turquía, donde el diálogo se ha rechazado en favor de la invulnerabilidad.

PUEDES DESCARGAR EL INFORME COMPLETO AQUÍ EN CASTELLANO E INGLÉS:


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