Erdogan de nuevo contra la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria
Madrid, 26 de junio 2022
Desde Rojava Azadi Madrid queremos visibilizar el constante acoso al pueblo kurdo por parte del Estado turco, el segundo ejército más grande de la OTAN. El presidente Erdogan nunca adujo preocupaciones por la seguridad de Turquía cuando en Siria e Irak el Estado Islámico (ISIS, Daesh) asesinaba, violaba mujeres, las vendía y adoctrinaba a menores en sus prácticas demenciales. De hecho, Turquía facilitaba el paso por su territorio a miles de extranjeros que querían unirse a las filas del califato.
Mientras que Erdogan favorecía a ISIS con la compra de petróleo, venta de armas y protección, ahora bombardea con aviones y drones de la OTAN el proyecto democrático multicultural que se gesta en el noreste de Siria, apoyándose, además, en milicias yihadistas mercenarias, compuestas en buena parte por miembros de Al Qaeda y del propio ISIS.
Las Fuerzas Democráticas Sirias, las fuerzas de autodefensa de la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES), han combatido -y siguen combatiendo- al fascismo de ISIS, dejando en el camino a más de 10.000 jóvenes kurd@s, árabes y de otras etnias, así como internacionalistas, que han dado sus vidas para librar al mundo de esta plaga fundamentalista.
Además, la ANNES se encarga de mantener los campos de refugiados y cárceles de los miembros de ISIS, a los que muchos países se niegan a repatriar. La situación económica en la AANES es de subsistencia, por lo que ha llegado a tornarse insostenible. Los intentos de fuga son constantes y no siempre es posible frenarlos. Todos los que han logrado escapar se han refugiado en territorio controlado por Turquía.
Mientras los ojos de Occidente están puestos en Ucrania y la guerra geoestratégica de las hegemonías mundiales, Turquía -un actor clave en la geopolítica de Oriente Medio- utiliza su posición para chantajear a todos (la OTAN, la UE y la propia Rusia), que se muestran sordos y ciegos ante los crímenes de guerra y las violaciones de los derechos humanos en Kurdistán.
Erdogan hace de mediador entre Zelenski y Putin o veta el ingreso de Suecia y Finlandia en la OTAN basándose en la falacia de que estos paises apoyan al terrorismo. A estas alturas, es bien sabido por todos que para el régimen autocrático de Erdogan, toda oposición a su política es «terrorismo». No hay más que mirar a las cárceles turcas, llenas de periodistas, académicos, cargos electos y civiles presos con este cargo sin pruebas sólidas.
Mientras Turquía sufre la peor recesión económica en décadas, con una inflación que mata de hambre a su población, el gobierno turco se ha convertido en el mejor cliente de las multinacionales de armamento. ¿No será esta la verdadera razón por la que se le permite invadir, ocupar y asesinar en Kurdistán, Siria e Irak?
Recientemente, Erdogan prometió volver a invadir territorio sirio. Esta invasión ya ha comenzado. En las 3 invasiones anteriores, la cobertura mediática fue mínima, ahora es nula. Como tampoco se informa de la invasión y ocupación con bases militares del norte de Irak, el uso de armas químicas en las montañas de Kurdistán y los asesinatos selectivos con drones, incluso en la zona yazidí de Sinjar y el campo de refugiados de Makhmour.
La Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES) es un proyecto de democracia real, de economía y ecología social, y que pone como primer objetivo político la igualdad de la mujer, para desde ahí extender esa igualdad a toda la sociedad en su conjunto. Mientras esta experiencia liberadora se gesta y sin el más mínimo ataque a territorio turco, el presidente Erdogan aduce riesgos de seguridad en su frontera y se considera con el derecho de invadir un territorio soberano, provocando el desplazamiento de cientos de miles de personas y el cambio demográfico consiguiente al reubicar en esa zona a refugiados árabes junto con sus milicias yihadistas. La experiencia en los territorios ocupados anteriormente solo ha provocado caos, dolor y miseria.
Erdogan se escuda en el estatus de «organización terrorista» del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), y asimila a todo el pueblo kurdo a este estatus. La guerrilla kurda ha buscado incansablemente un acuerdo de paz, ha renunciado a la independencia de Kurdistán y aceptado la unidad de la República de Turquía y su laicidad. Incluso el Tribunal Supremo de Bélgica ha dictaminado que el PKK no es una organización terrorista. Abdullah Öcalan, el lider kurdo, lleva 23 años preso en aislamiento, lo que vulnera los derechos humanos, trato que ha sido denunciado por el Consejo de Europa, del que es miembro Turquía, y cuyas decisiones está obligada a acatar.
Son tantas las violaciones de derechos que ha cometido el gobierno de Erdogan sin que haya consecuencias, que se considera intocable y no parará hasta aniquilar al pueblo kurdo y arrasar las montañas de Kurdistán. Como dice el Movimiento de Libertad de Kurdistán: «Sabemos que los gobiernos y poderes solo se mueven por sus propios intereses; nuestra esperanza está puesta en la resistencia de nuestro pueblo y en el apoyo de nuestros amigos internacionalistas.»