El desarrollo de la lucha de liberación kurda y el movimiento democrático global
- Fuente: Roja Ciwan
- Autoría: Sara Ronahi, Duran Kalkan
- Fecha: 04/08/2016
- Traducción: Rojava Azadî
La solidaridad en la lucha contra el fascismo ISIS y las actividades en el “World Kobane Day” (Día Mundial de Kobane) el 1 de noviembre tienen repercusión. Se ha hecho evidente que un movimiento democrático global, con un camino claro, es capaz de luchar contra cualquier tipo de barbarie fascista.
Duran Kalkan
En los últimos años, el Movimiento de Liberación de Kurdistan, se ha convertido en un movimiento revolucionario internacional aún más popular y ampliamente discutido, por un lado debido a la expansión de la teoría de la modernidad democrática de Abdullah Öcalan, y por otro por la resistencia heroica del pueblo kurdo contra el fascismo del Estado Islamico y el AKP. Especialmente el desarrollo mental y emocional de la juventud y de las mujeres ha atraido gran atención.
Este hecho crea una nueva importante tarea para, por una parte, los movimientos democráticos revolucionarios globales y, por otra, para el Movimiento de Liberación de Kurdistan. Mientras que los movimientos democráticos revolucionarios a nivel internacional están en proceso de conocer a los kurdos, el Kurdistán y el Movimiento de Liberación de Kurdistan, apoyando la heroica lucha contra el fascismo del siglo XXI, el Movimiento de Liberación de Kurdistan debe abordar esta tarea, familiarizandose con una contexto global y desarrollando mucha más cooperación y solidaridad con los movimientos democráticos revolucionarios. Esto también hará una contribución significativa a la historia del movimiento democrático global. Como se sabe, el Movimiento de Liberación de Kurdistan lidera actualmente una lucha por una solución democrática a la cuestión kurda, que probablemente represente el problema más difícil y complejo del siglo pasado. Sin embargo: lo que se presenta como el conflicto kurdo, es en realidad una lucha contra la política de negación y exterminio para superar el régimen de genocidio cultural, buscando allanar el camino hacia una vida libre como nación con su propio idioma, cultura y historia, para organizar al fragmentado pueblo y para unir el país dividido, creando así unidad democrática y fraternidad con todos los pueblos vecinos en el Medio Oriente, buscando construir una vida libre con ellos.
Los kurdos fueron llevados a esta situación en la Primera Guerra Mundial y en el período posterior. El proceso que dividió a Kurdistán y lo expuso a un genocidio, había comenzado con el Acuerdo Sykes-Picot del 16 de mayo de 1916, y se institucionalizó en el marco del Acuerdo de Ankara de junio de 1926. Mientras que el Acuerdo Sykes-Picot se había hecho entre Gran Bretaña, Francia y Rusia, el Tratado de Ankara se cerró entre Gran Bretaña y Turquía. También Alemania, como parte de la guerra, y los EE. UU., que asumieron un papel principal para el sistema después de la Segunda Guerra Mundial, son igualmente responsables.
Si miramos más de cerca el llamado “conflicto kurdo”, vemos que en realidad es un problema creado y mantenido por el sistema capitalista hegemónico global. Sin duda, los Estado-nación turco e iraní juegan un papel importante en la continuación de este problema. En realidad, el caos actual en Medio Oriente está ligado a la cuestión kurda. Debería agregarse que, además de los genocidios de armenios y sirios y, en la actualidad, de los kurdos, la sociedad árabe también se reduce a una sociedad de segunda clase.
Hoy, tanto los kurdos como los árabes lideran una lucha de liberación contra el orden que se estableció en la Primera Guerra Mundial. En realidad, ya llevan un siglo en esta lucha y eso ha conllevado muchos sacrificios. A día de hoy Kurdistán y el mundo árabe están pagando un precio aún más alto. El actual PKK, movimiento kurdo de liberación, es el resultado de este período de resistencia. La cuestión kurda, que el movimiento kurdo está tratando de resolver, obviamente tiene un alcance global. En consecuencia, la expansión y el esfuerzo por una solución, se desarrolla necesariamente a nivel global. Se evidencia así la naturaleza global del Movimiento de Liberación de Kurdistan y la necesidad de interacción y cooperación con los movimientos democrático globales. Si contemplamos esta realidad realidad bajo un prisma de solidaridad, democrática y socialismo, vemos la imagen que se nos presenta a día de hoy.
En este punto, se debe enfatizar y comprender que el PKK no fue así desde el principio. Al principio, el carácter nacional estaba en primer plano, y se buscó aplicar la situación internacional a lo nacional. También lo fueron el primer y el segundo período del partido, lo que llamamos el período de formación y armamento. Las características principales del tercer período, que es el proceso de construcción de la nación democrática, son más globales. Es importante analizar en esta etapa la cuestión nacional y transferirla a un contexto global. En consecuencia, podemos decir que el movimiento de liberación de Kurdistan se encuentra actualmente en un período de globalización.
Llegados a este punto, una mentalidad, una comprensión teórica y una dirección ideológica y política son importantes. Nuestro presidente, Abdullah Ocalan, analizó la situación y los aprendizages de las luchas de los pueblos oprimidos en Kurdistán, desarrollando la práctica revolucionaria en Kurdistán. Hoy, con la teoría de la Modernidad Democrática, ha logrado mostrar una perspectiva de libertad en un contexto internacional para la gente y los pueblos oprimidos. Esta se caracteriza por una economía social, la liberación de las mujeres y la ecología social, que son la base de la nación democrática.
La dimensión global que se desprende de la naturaleza de la cuestión kurda, juega un papel importante a la hora de generar la comprensión teórica actual y la línea ideológica y política del líder del PKK. Por lo tanto, aquellos que quieran poner esta teoría en práctica deben actuar a escala global. Porque esta línea tiene el objetivo básico de establecer un confederalismo democrático internacional en el marco del Congreso Mundial por la Democracia. En este contexto, el carácter internacional del movimiento de libertación de Kurdistan y su lugar en el movimiento global de la democracia, son evidentes.
Indudablemente hay una dimensión política. La dimensión política del problema kurdo tiene tal magnitud que los problemas del Medio Oriente e incluso del mundo entero no se pueden resolver sin su solución. Lo que vemos hoy en Turquía, Siria e Iraq es una clara expresión de esto. El último ejemplo de esto es la conferencia Ginebra-III, que ha buscado conducir a una solución a la guerra en Siria. Obviamente, esta situación esta vinculado a la cuestión kurda; es como un nudo gordiano que reúne todos los problemas. En este sentido, cabe señalar que no se puede resolver ningún problema a largo plazo y democráticamente antes de que este nudo gordiano se rompa.
Los recientes acontecimientos en Siria también muestran claramente que, ninguna solución que no considere la solución democrática de la cuestión kurda, puede ser una solución correcta y de largo plazo. Es obvio que el sistema estatista no tiene la capacidad ni la fuerza para resolver los problemas autogenerados. Por esta razón, cualquier acción o intento de solución de los poderes dominantes que no tenga en cuenta la cuestión kurda, solo conducirá a una profundización de los problemas y a tensar del nudo gordiano. La no resolución de la cuestión kurda no solo significa que los problemas en Medio Oriente no se pueden resolver, sino que también cierra las posibilidades de una solución democrática para la humanidad en todo el mundo.
El sistema capitalista global, como poder hegemónico, no puede resolver el problema kurdo creado por sí mismo, y probablemente no pueda hacerlo en el futuro. Esto subraya la importancia de una solución democrática y el papel del movimiento democrático global. Está claro que los problemas solo se pueden resolver con la democracia global. El movimiento democrático global debe analizar de cerca la cuestión kurda y construir un movimiento que aborde la cuestión kurda.
Nuestro Presidente, Abdullah Öcalan, llama a esta solución el paradigma de la Modernidad Democrática, que se caracteriza por la Autonomía Democrática y el Confederalismo Democrático. Para tener éxito, el movimiento democrático global que lucha contra la modernidad capitalista, que se basa en el máximo beneficio, el industrialismo y el Estado-nación, debe crear su propio sistema democrático, basado en una sociedad confederal, ecológica, y una económica democrática. Debe centrarse en la autonomía económica, la ecología social y la liberación de las mujeres. Tal movimiento debe unir e implementar los valores del socialismo real, del anarquismo, de los movimientos ecologistas y los feminismos. Con el papel pionero de mujeres y jóvenes organizadxs, también debe ser capaz de movilizar a las clases trabajadoras. También los movimientos étnicos/indígenas deben participar en la lucha. A día de hoy el movimiento democrático global no tiene orientación y está muy disperso, pero tiene un gran potencial y una gran capacidad de resistencia. Necesita reorganizarse a sí mismo. En este punto, el movimiento democrático global puede aprender mucho del movimiento de libertación de Kurdistan. En este proceso, la tarea del movimiento de libertación kurdo es dar impulsos y apoyo.
Como orientación, el modelo de la Modernidad Democrática debe ser discutido y evaluado por todos los movimientos. Por supuesto, no decimos que debe ser aceptado, porque eso no sería ni correcto ni necesario. Nuestro presidente y camarada Abdullah Öcalan deja en claro que siempre está abierto a cualquier crítica constructiva. El paradigma de la Modernidad Democrática puede contribuir enormemente al movimiento democrático revolucionario mundial. Junto con esto, la lucha kurda por la libertad puede contribuir en gran medida al movimiento democrático global en un nivel político y práctico. La solidaridad en la lucha contra el fascismo de daesh y las acciones en el “Día mundial de Kobanê” el 1 de noviembre están mostrando su efecto. Se ha demostrado que un movimiento democrático global con un camino claro es capaz de luchar contra cualquier tipo de barbarie fascista. Es hora de desafiar al sistema capitalista estatista, que nutre el fascismo y profundiza la desesperanza. Es hora de construir un movimiento democrático global que pida y desarrolle la solución de la Modernidad Democrática. Esta es la única forma de salvar y liberar a la humanidad de los efectos destructivos de la Tercera Guerra Mundial y la desesperanza de la humanidad.