Comprender la naturaleza de ISIS – Parte 1/3
YPJ-info – 15 agosto 2023 – Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid
Fundación, expansión y caída del califato
Como YPJ hemos hecho grandes sacrificios para proteger a toda la humanidad contra ISIS. Tras años de lucha, las y los combatientes de YPJ/YPG y SDF liberamos los territorios en manos de ISIS y derrotamos su llamado «califato». A pesar de que ya no controla territorios importantes, la ideología de ISIS sigue extendiéndose. Para detener a ISIS, es importante comprender la organización. ¿Qué tipo de organización es ISIS, cuál es su objetivo, cuál es su ideología y cómo puede mantenerse como fenómeno global? En esta primera parte de nuestra serie sobre ISIS queremos dar una breve visión general sobre la fundación y el desarrollo de la organización. En la segunda parte examinaremos más de cerca cómo ISIS utiliza la Yihad como legitimación de su barbarie y violencia.
ISIS: engañar a los musulmanes prometiendo un Imperio islámico global
Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS, por sus siglas en inglés), también conocido como Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL, por sus siglas en inglés) o por su acrónimo árabe Daesh (de al-Dawla al-Islamiya fil Iraq wa al-Sham), es una organización armada que sigue la ideología yihadista salafí. El salafismo es una ideología política que pretende instaurar en la sociedad un sistema autoritario extremo, centrado en el hombre y misógino. Es una ideología basada en la dominación y el patriarcado que utiliza indebidamente la religión como legitimación para la opresión. Los salafistas se consideran musulmanes suníes que pretenden «purificar» el islam de las influencias que consideran contrarias a la religión. Según ellos, sólo son fieles a la fe islámica las cosas que, según afirman, el profeta Mahoma aprobó por sí mismo y que sus tres primeras generaciones de seguidores suníes mantuvieron hasta el siglo IX. Los salafistas se consideran los únicos musulmanes auténticos, y cualquiera que no siga su interpretación está excluido de la verdadera fe islámica.
ISIS afirma que pretende revivir un califato islámico a la manera de la época del profeta Mahoma. Según su ideología, el califato debe regirse por una interpretación extremadamente brutal de la sharia. Para alcanzar este objetivo, la organización recurre a formas extremas de violencia y afirma que la yihad es el único método para lograr su objetivo. ISIS llenó el significado de yihad con formas bárbaras de guerra, incluido el asesinato de «infieles» y «apóstatas», personas de otras religiones o incluso musulmanes que se oponen a su ideología. Con origen en Irak y Siria, la organización pretende extenderse por todo el planeta, y se ha establecido en países y regiones como Arabia Saudí, Yemen, Egipto, Libia, Somalia, Nigeria, Mali, Burkina Faso, el Cáucaso, Irán, Afganistán, Pakistán, Asia Central, Oriental y Sudoriental.
Orígenes tempranos y organizaciones predecesoras
Los orígenes de los grupos que influirían en la fundación de ISIS se remontan a la guerra soviética de Afganistán en 1979. Para contrarrestar a los soviéticos en Afganistán, la CIA financió y entrenó a combatientes islamistas, los llamados muyahidines. El saudí Osama bin Laden (1957 – 2011) se unió a estos muyahidines y fundó la organización Al Qaeda en 1988. Uno de los combatientes que participó en la lucha contra los soviéticos fue el jordano Abu Musab al-Zarqawi (1966-2006). A finales de la década de 1990 y principios de la de 2000, fundó el principal grupo predecesor de ISIS, Jama’at al-Tawhid wal-Jihad (Grupo del Monoteísmo y la Yihad). Tras la invasión estadounidense de Irak en 2003, el grupo luchó contra las fuerzas estadounidenses y sus aliados iraquíes. Al-Zarqawi juró lealtad a Al Qaeda y cambió el nombre de su grupo por el de Tanzim Qaidat al-Jihad fi Bilad al-Rafidayn (Organización de la Base de la Yihad en Mesopotamia) en 2004. El grupo pasaría a conocerse comúnmente como Al Qaeda en Irak.
Con el fin de unir a diferentes grupos islamistas suníes, en enero de 2006 se anunció la creación de la organización paraguas Consejo de la Shura Muyahidín, cuya fuerza interna más significativa era Al-Qaeda en Irak. Esta alianza llevó a cabo nuevas acciones armadas contra las fuerzas estadounidenses y el gobierno iraquí. En junio de 2006, Al-Zarqawi murió en un bombardeo de las fuerzas estadounidenses. Cinco días después, Al-Qaeda en Irak anunció a su sucesor: Abu Ayyub al-Masri, de origen egipcio, también conocido como Abu Hemze al-Muhajir (1967 – 2010). En octubre de 2006, al-Masri anunció que el Consejo de la Shura de los Muyahidines se fusionaría en Estado Islámico de Irak, con Abu Omar al-Baghdadi (1959-2010), nacido en Irak, como líder. El objetivo de Estado Islámico de Irak era crear un Estado islámico en las zonas de mayoría árabe suní de Irak. El 18 de abril de 2010, Abu Omar al-Baghdadi y Abu Ayyub al-Masri murieron en una operación especial conjunta de Estados Unidos y el Estado iraquí en uno de sus refugios cerca de Tikrit. Tras su muerte, el iraquí Abu Bakr al-Baghdadi (1971-2019) se convirtió en el nuevo jefe de Estado Islámico de Irak.
Expansión a Siria
En Siria, en 2011, estallaron protestas en nombre de la revolución popular con la intención de derrocar al régimen baazista. Los levantamientos pronto se convirtieron en una guerra civil. A finales de 2011, al-Baghdadi comenzó a enviar combatientes experimentados a Siria con el objetivo de construir una organización. Uno de los hombres que al-Baghdadi envió a Siria fue Abu Muhammad al-Julani. En enero de 2012, se convertiría en el «emir general» del recién formado Frente al-Nusra, también conocido como Al-Qaeda en Siria.
En abril de 2013, Abu Bakr al-Baghdadi declaró la fusión de Estado Islámico de Irak con Frente al-Nusra, formando Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS). Sin embargo, al-Yulani rechazó la alianza y declaró que seguiría trabajando bajo el paraguas de Al-Qaeda. Las contradicciones entre al-Julani y al-Baghdadi fueron en aumento y dieron lugar a una escisión que también provocó enfrentamientos entre ambas organizaciones. En 2013 y 2014 ISIS se hizo con el control de varias zonas de Irak y Siria como Faluya, Raqqa, Mosul y Tikrit. Se hicieron con el control de importantes infraestructuras como presas, campos petrolíferos y pasos fronterizos entre Siria e Irak. Al conquistar nuevos territorios, ISIS atacó y destruyó deliberadamente lugares históricos, mezquitas y monumentos de la época preislámica, tanto en Irak como en Siria.
Declaración del califato
El 29 de junio de 2014, ISIS anunció oficialmente la creación de un califato islámico, con Raqqa como capital y Abu Bakr al-Baghdadi como califa. El grupo cambió su nombre por el de Estado Islámico. Esto reflejaba su ambición de establecerse más allá de Irak y Siria. Al mismo tiempo, exigían la lealtad de los musulmanes de todo el mundo. Pocos días después, el 4 de julio de 2014, Abu Bakr al-Baghdadi hizo su primera aparición pública como líder de Estado Islámico en la Gran Mezquita de al-Nuri, en Mosul. Utilizando sus propios medios de comunicación, Estado Islámico se sirvió de canales profesionalizados de propaganda para difundir su ideología. Se publicaron en Internet varios vídeos que mostraban ejecuciones de periodistas extranjeros, presuntos espías, soldados, cooperantes y turistas para sembrar el terror.
Turquía utiliza a ISIS contra la Revolución de Rojava
ISIS ha sido y es financiado, apoyado y utilizado por diversas potencias hegemónicas. ISIS no puede entenderse como un fenómeno regional, sino que está incrustado en los planes de las potencias internacionales para moldear Oriente Medio según sus intereses. Cuando estallaron las protestas en Siria en 2011, nuestro pueblo consiguió expulsar al gobierno de Damasco de Rojava. El 19 de julio de 2012 comenzó la Revolución de Rojava y el pueblo empezó a organizarse en comunas y consejos, siguiendo el sistema del Confederalismo Democrático. Este concepto fue desarrollado por el líder popular encarcelado Abdullah Öcalan y tiene como objetivo construir una sociedad igualitaria y justa que se base en la liberación de la mujer, la democracia directa y la ecología. Nuestra revolución está organizando la sociedad más allá del sistema de la modernidad capitalista y está incluyendo a todas las religiones, etnias y culturas dentro de la administración autónoma democrática.
Muchas potencias internacionales y especialmente Turquía rechazan nuestro proyecto democrático, la autonomía del pueblo kurdo y la coexistencia pacífica entre los distintos pueblos de Oriente Medio. Por eso se utilizó estratégicamente a ISIS como fuerza terrestre para atacar al pueblo y los logros de la Revolución de Rojava. Ante los ojos del mundo, Turquía proporcionó apoyo en términos de entrenamiento, financiación y paso seguro de miembros [de ISIS] y bienes. El Estado turco trató a combatientes de ISIS heridos, permitió que ISIS se entrenara en bases dentro de Turquía y dejó que decenas de miles de combatientes extranjeros de todo el mundo pasaran de su país a Siria. Por tanto, el apoyo turco a ISIS no es meramente logístico, sino ideológico. Sin el apoyo de Turquía, ISIS no habría podido extender su ideología por todo el mundo.
Kobane se convirtió en el cementerio de ISIS
El 3 de agosto, ISIS llevó a cabo un genocidio contra el pueblo yazidí de la región de Shengal, en el norte de Irak. Miles de personas fueron asesinadas y miles de mujeres y niños secuestrados y vendidos como esclavos sexuales. Como YPG/YPJ abrimos conjuntamente un corredor de evacuación con las unidades guerrilleras de HPG (Fuerzas de Defensa del Pueblo) y YJA-Star (Unidades de Mujeres Libres), que vinieron de las montañas para proteger a la población yazidí. Juntos, logramos evacuar a 120.000 personas.
En septiembre de 2014, Estado Islámico avanzó hacia Kobane, invadiendo y asediando la ciudad. Una gran resistencia llevada a cabo por nuestros combatientes de las YPG/YPJ y el pueblo de Kobane liberó la ciudad de manos de ISIS. La batalla de Kobane marcó el comienzo de la derrota de Estado Islámico. Como parte de las SDF, nuestras fuerzas participaron en todas las operaciones que liberaron territorios del norte y el este de Siria del control de ISIS. Liberando ciudad tras ciudad, pudimos hacerlos retroceder hasta su último bastión en Baghuz, donde los derrotamos en 2019.
La cúpula de ISIS tras la derrota del califato
El 27 de octubre de 2019, se llevó a cabo una operación de lanzamiento aéreo de fuerzas especiales estadounidenses en cooperación con las SDF contra al-Baghdadi. Mientras estaba rodeado, al-Baghdadi detonó una explosión y se suicidó en un escondite de la aldea de Barisha, en Idlib, a 5 km de la frontera con Turquía. La zona está controlada por el grupo mercenario islamista Hay’at Tahrir al-Sham (HTS), respaldado por Turquía, cuyo líder es Abu Mohammed al-Jolani.
Unos días después, el 31 de octubre, Estado Islámico confirmó la muerte de al-Baghdadi y nombró a su sucesor, el iraquí Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi (1976 – 2022). El 3 de febrero de 2022, durante una operación antiterrorista dirigida por Estados Unidos, al-Hashimi se suicidó detonando un artefacto explosivo. El lugar donde se escondió estaba de nuevo en una localidad de Atmah, Idlib, controlada por HTS, en el noroeste de Siria, a menos de 4 km de la frontera turca. Tras él, Abu al-Hasan al-Hashimi al-Qurashi, nacido en Irak, fue anunciado como tercer califa de Estado Islámico. Poco después le sucedió Abu al-Hussein al-Husseini al-Qurashi, a mediados de octubre de 2022.
El 3 de agosto de 2023, ISIS anunció la muerte de su líder Abu al-Hussein al-Husseini al-Qurashi. El grupo declaró que había sido asesinado por el grupo rival HTS. El 30 de abril, dos semanas antes de las elecciones turcas, Erdogan afirmó que el Estado turco había matado al líder de ISIS. ISIS lo negó y afirmó que HTS había entregado su cadáver a Turquía para que Erdogan pudiera reivindicar la eliminación del líder de ISIS como un éxito suyo. ISIS nombró sucesor a Abu Hafs al-Hashimi al-Qurashi sin dar más información sobre su identidad.
El intento de ISIS de convertirse en Estado
Estado Islámico no puede entenderse únicamente como una organización militar, sino que debe analizarse como una organización que sigue un programa político. El grupo construyó estructuras de gobierno organizadas en diversas oficinas administrativas. Pusieron en marcha servicios judiciales, educativos, sanitarios y de seguridad, entre otros, todos ellos vinculados a su ideología fundamentalista. ISIS emitió documentos de identidad y certificados de nacimiento que declaraban que los bebés habían nacido dentro del «califato». En su apogeo, ISIS controlaba territorios de varios millones de habitantes en Irak y Siria.
ISIS se financiaba principalmente con la extracción de crudo en las zonas ocupadas; con la venta de petróleo en el mercado negro, el cobro de impuestos, el saqueo y la obtención de rescates en los secuestros. ISIS exportaba el petróleo de los yacimientos que controlaba y lo transportaba a Turquía. Sólo en el año 2014, ISIS ganó entre 100 y 150 millones de dólares con las ventas de petróleo realizadas exclusivamente a través de Turquía. Además, ISIS monetizaba casi todo lo que conquistaba. Gravaban cada grano de trigo, cada litro de leche y cada fruta que se vendía en los mercados bajo su control. Sólo con el dinero obtenido a través de la agricultura ganaron cientos de millones de dólares. La organización incluso empezó a imprimir su propio dinero, y en 2016 comenzó a fabricar sus propias monedas de oro, plata y cobre.
Violencia brutal y misoginia como métodos de dominación
ISIS gobernaba con intimidación, violencia brutal y severas normas como la prohibición de la música y de fumar; a los hombres se les prohibía afeitarse la barba. A los habitantes de las zonas ocupadas por ISIS se les obligaba a reunirse en lugares públicos para presenciar decapitaciones. Se empalaban cabezas en picas en plazas públicas. La lapidación, la amputación, la crucifixión y la quema de personas vivas eran formas de castigo.
La ideología de ISIS está marcada por una misoginia extrema que subyuga a las mujeres a los hombres en todos los ámbitos de la vida, empujándolas casi exclusivamente a roles domésticos. Las mujeres eran vistas como trofeos y también como objetivos de persecución. A las mujeres que vivían en territorios de ISIS se les prohibía salir de casa sin cubrirse totalmente el cuerpo con un niqab negro y sin ir acompañadas de un familiar varón cercano. Para controlar las estrictas normas impuestas a las mujeres, la Hisbah, la «policía de la moralidad», patrullaba las ciudades y detenía a cualquiera que no cumpliera correctamente las normas religiosas. El principal papel de las mujeres era dar a luz al mayor número posible de hijos para garantizar el futuro de Estado Islámico. Mientras que las mujeres acusadas de presunto adulterio eran castigadas con la flagelación o la muerte por lapidación, la poligamia estaba autorizada para los hombres. ISIS defendía que las niñas podían casarse antes de alcanzar la pubertad.
Bajo ISIS, se permitía a los hombres poseer esclavas sexuales. La organización creó un sistema de esclavitud que traficaba y vendía a masas de mujeres y niñas para someterlas a violaciones sistemáticas, servidumbre doméstica y tortura. El llamado «Comité de Investigación y Fatwas de ISIL» publicó y distribuyó un documento con preguntas y respuestas sobre la toma de cautivos y esclavos, permitiendo que las mujeres puedan ser compradas, vendidas e incluso regaladas.
ISIS estableció mercados donde se vendían mujeres y niñas, a veces con etiquetas de precio pegadas a sus ropas. La mayoría de las mujeres sometidas a estas políticas eran yazidíes o cristianas, pero también había un número considerable de mujeres musulmanas sometidas a esta tortura. En octubre de 2014, aproximadamente entre cinco mil y siete mil mujeres y niños yazidíes habían sido secuestrados para ser vendidos en mercados de esclavos. Hasta ahora se desconocen el paradero y el destino de miles de yazidíes secuestradas y vendidas como esclavas.
Si bien las mujeres son objetivo de Estado Islámico, también hay mujeres que desempeñan un papel vital dentro de la organización, siendo ellas mismas perpetradoras. Las mujeres fueron maestras para la ideología, adoctrinando a sus hijos con la ideología de ISIS. Se dedicaban a llevar a cabo torturas, a ayudar a los hombres a esclavizar y violar a otras mujeres, a realizar tareas de reclutamiento, a trabajar como parte de la policía de la moralidad bajo la Hisbah y a tomar las armas. Una táctica de la organización consistía en animar a mujeres de todo el mundo a viajar a Siria para casarse con miembros masculinos de ISIS y ayudar a crear la próxima generación de islamistas. A continuación, utilizaban a los niños como escudos humanos y como soldados de infantería. Adoctrinan y entrenan militarmente a niños y jóvenes en campos de entrenamiento. Algunos de ellos fueron enviados a realizar atentados suicidas o han sido utilizados en vídeos de propaganda, donde han llevado a cabo ejecuciones.
ISIS: una amenaza mundial para la humanidad
ISIS utiliza Internet para reclutar nuevos miembros a escala internacional. Se calcula que han viajado personas desde 70 países para unirse a la organización. Las acciones de ISIS no se limitaron a Siria o Irak, sino que se llevaron a cabo en muchos países de todo el mundo. Los atentados de Suruç y Ankara en Turquía en 2015, los atentados de París en noviembre de 2015, el atentado de Bruselas en 2016, los atentados de Semana Santa en Sri Lanka en 2019 o el atentado del aeropuerto de Kabul en 2021 son solo algunos ejemplos de ataques que han causado miles de muertos.
La amenaza del ISIS persiste
El 23 de marzo de 2019, el llamado ‘califato’ de ISIS terminó oficialmente con la Batalla de Baghuz. En nuestros años de lucha contra ISIS, nuestros combatientes de las YPJ/YPG y las SDF se convirtieron en un escudo viviente y dieron 12.397 mártires para impedir que su tiranía se extendiera por todo el mundo. Otros 4.200 de nuestros combatientes han quedado permanentemente discapacitados tras resultar heridos en la guerra.
En Baghuz, decenas de miles de militantes de Estado Islámico y sus familias se entregaron a las SDF. Entre ellos había personas de más de cincuenta países diferentes que habían viajado a Siria para unirse a ISIS. Los miembros de ISIS capturados y rendidos permanecen en centros de detención y campos del norte y este de Siria. Hasta que no se atiendan nuestros llamamientos a la comunidad internacional para que ayude a gestionar ese gran número de detenidos de alto riesgo, la población del norte y este de Siria, que es la que más ha sufrido la crueldad de ISIS, seguirá soportando sola esa carga.
El 20 de enero de 2022, ISIS inició un ataque a gran escala contra la prisión de al-Sina’a, en Haseke para liberar a sus miembros detenidos. Gracias a la rápida intervención de las SDF fue posible frustrar el intento de fuga masiva. 121 de nuestros camaradas fueron martirizados en la batalla.
Los lazos entre ISIS y Turquía se pusieron de manifiesto una vez más cuando un dron turco atacó a unidades de refuerzo procedentes de Til Temir, que venían a ayudar a combatir a ISIS en Haseke. El día del ataque, el 20 de enero, es el mismo día en que el Estado turco comenzó su invasión de Afrin en 2018. Esta elección no fue una coincidencia y está claro que Turquía tiene como objetivo prioritario reactivar a ISIS.
Atentados como el de Haseke demuestran que, a pesar de haber perdido sus territorios y su poder, ISIS no está acabado, sino que trabaja en su resurgimiento. En particular, los grandes campamentos donde viven miles de mujeres y niños de ISIS se han convertido en terreno fértil para la aparición de una nueva generación de ISIS, aún más radicalizada, que se prepara para reconstruir el «califato». Para encubrir el fracaso de su proyecto de construcción de un Estado, ISIS está manipulando la historia. Están glorificando la época de su supuesto califato con el objetivo de aumentar el compromiso entre sus seguidores para recuperar la gloria perdida. Su motivación sigue siendo perseguir su sueño de un califato global y sus miembros están dispuestos a hacer todo lo posible para que este sueño se haga realidad. Además de los numerosos atentados con células durmientes y de la continua actividad de ISIS en la clandestinidad, la amenaza de ISIS reside en su ideología bárbara y misógina.
Sólo las armas no pueden derrotar a ISIS
Como YPJ seguiremos luchando contra ISIS. Esto significa principalmente luchar contra la ideología que subyace a la organización. Analizando la realidad de ISIS, queda claro que esta organización no tiene nada en común con la esencia del islam. Sabiendo de la importancia de la religión para los pueblos de Oriente Medio, ISIS hizo un mal uso de la religión y la instrumentalizó para su régimen violento.
Nuestro objetivo es una liberación mental e intelectual de la mentalidad fanática patriarcal que ISIS, así como otros actores en el mundo, está difundiendo. Creemos que la lucha de las mujeres organizadas destruirá lo que encarna ISIS. Sólo una mentalidad democrática que dé importancia a la liberación de la mujer puede derrotar a esta mentalidad bárbara. Por eso haremos todo lo posible para proteger el proyecto democrático de la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria. Por lo tanto, hacemos la promesa a nuestras mártires y a las mujeres del mundo de aumentar nuestra lucha por la liberación de la mujer y la verdadera democracia y, en última instancia, acabar con ISIS y su ideología bárbara.
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