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Autonomía de las mujeres: es hora de insistir en nuestra organización autónoma

YIW – agosto 2025 – Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid

En primer lugar, enviamos nuestro saludo a las jóvenes luchadoras de todo el mundo.

Comenzamos a escribir esta perspectiva conmemorando a todas las mujeres que cayeron mártires en los viles ataques de las potencias imperialistas en Kurdistán, Palestina y en muchos otros países. De su sacrificio tomamos la fuerza y la determinación para continuar hoy la lucha por un mundo justo, humano y libre.

Nuestra perspectiva mensual tratará sobre la autonomía de las mujeres. Por autonomía entendemos la creación de espacios y estructuras exclusivos para las mujeres en todos los ámbitos de la vida. ¿Por qué es tan importante la organización autónoma para las mujeres? ¿Por qué debemos insistir siempre en nuestra autonomía y cómo nos llevará a la libertad? Estas son las preguntas que responderemos en esta perspectiva con ejemplos de la historia y de la vida. Aquí, en Rojava, los debates sobre la autonomía de las mujeres están aumentando después de que las mujeres alevis y drusas de Siria pidieran perspectivas al Movimiento de Mujeres de Rojava.

En el último mes, las milicias del gobierno yihadista de transición HTS han cometido graves masacres contra minorías religiosas en Latakia, Suweida y otras regiones de Siria. Estas masacres no deben verse desconectadas de la violenta ofensiva que Israel y Turquía, liderados por Estados Unidos y Gran Bretaña, están llevando a cabo contra los pueblos de Oriente Medio. Al igual que la terrible masacre cometida contra el pueblo y las mujeres de Palestina, quieren hacer lo mismo contra el pueblo de Siria y contra todos aquellos que no encajan en su plan imperialista. Sobre la situación actual, las mujeres de Rojava lo dicen muy claramente: «Si no hubiéramos tenido nuestras estructuras autónomas de autodefensa, también habrían venido a por nosotras. Por eso animamos a todas las mujeres sirias a organizarse». Las imágenes que han llegado últimamente desde Suweida muestran cómo las mujeres han comenzado a movilizarse y a pasar a la acción, y cómo la oportunidad de construir una estructura de autodefensa autónoma es ahora una realidad. Se han dado cuenta de que deben ser la fuerza motriz para defender sus sociedades y acabar con la mentalidad yihadista masculina dominante. Una vez más, queda claro que solo la libertad de las mujeres puede garantizar la libertad de una sociedad. Para lograrlo, la organización autónoma es el primer paso fundamental que hay que dar.

El mes de agosto es sinónimo de conmemoración de las mujeres de Shengal

El mes de agosto comenzó con el aniversario de la masacre de Shengal, perpetrada el 3 de agosto de 2014. El Estado Islámico masacró a la comunidad yazidí, matando a más de 10 000 personas. Las mujeres fueron especialmente afectadas por la crueldad del ISIS. Más de 7000 mujeres fueron secuestradas y vendidas en mercados como esclavas sexuales. Más de 2700 mujeres siguen desaparecidas. Después de que las guerrillas del PKK y las unidades de autodefensa YPJ y YPG llegaran a Shengal y lucharan contra el ISIS, se sentaron las bases para la autoorganización de la sociedad yazidí. La sociedad se vio especialmente influenciada por el coraje y la fuerza de las mujeres combatientes que lideraron la lucha. Para poder defenderse específicamente de la violencia sexista en el futuro, las ezidíes de Shengal crearon consejos autónomos de mujeres y las unidades de mujeres de Shengal (YJŞ). Hoy en día, las estructuras de mujeres no solo garantizan la seguridad física de las mujeres yazidíes, sino que también son un lugar de educación común y de búsqueda de soluciones a los problemas de la sociedad. El EI intentó cometer un feminicidio total. Con la conversión forzosa, las violaciones y los asesinatos, la existencia de las mujeres yazidíes en su conjunto estaba en peligro. Por lo tanto, la autoorganización de las mujeres de Shengal es hoy la mayor defensa de su existencia.

Las valientes mujeres de Vietnam, ¿cómo se llaman?

Agosto marca el inicio de la Revolución de Agosto en Vietnam. El 19 de agosto de 1945, el Viet Minh tomó la capital vietnamita, Hanoi. Este fue el comienzo de una lucha implacable por la libertad y la independencia. Tanto en la Revolución de Agosto como más tarde en la guerra de liberación de Vietnam del Sur, las mujeres desempeñaron un papel fundamental. Más de 1,7 millones de mujeres lucharon en el Viet Cong. Otras muchas se dedicaron a tareas organizativas, como médicas y enfermeras, y al espionaje para la revolución. Las valientes mujeres vietnamitas siguieron el ejemplo de las hermanas Trung, que lideraron las revueltas contra la invasión china en 40-43 a. C. Además, las mujeres vietnamitas sentían un fuerte apego por su país y querían liberarlo a cualquier precio. Pero, ¿quiénes eran estas luchadoras y pioneras vietnamitas? ¿Por qué apenas conocemos sus nombres hoy en día? La primera mujer comandante, Nguyễn Thị Định, fue miembro fundadora del FLN (Frente de Liberación Nacional) y más tarde lideró a miles de jóvenes mujeres hacia la liberación de su país bajo el nombre de Ejército de las Melenas Largas. Sin duda, se podrían escribir innumerables leyendas y novelas sobre estas heroínas vietnamitas, pero sus historias han pasado en su mayoría desapercibidas y no han sido escritas. Esto se debe a que, aunque las mujeres participaron en todas partes con gran pasión y fuerza, no se organizaron de forma suficientemente fuerte, ideológica y autónoma. Lucharon con determinación, formaron sus unidades, pero todas con el objetivo de la liberación nacional. Aunque hubo algunas protestas y reivindicaciones por la libertad de las mujeres, no lograron ningún resultado visible. Aparte de algunas reformas legales, ¿podría la guerra de Vietnam ser una respuesta a la lucha de las mujeres?

«Existes en la medida en que estás organizada»

Rêber APO dice: «Existes en la medida en que estás organizada». Esto es especialmente cierto para nosotras, las mujeres. Sin organización, nuestra propia existencia está en peligro. El ejemplo de Shengal lo deja muy claro. Y en el ejemplo de Vietnam, también vemos que organizarse no solo puede significar participar en la lucha política general, sino que debe ser una lucha de las mujeres, con la liberación de la mujer en el centro. De lo contrario, la cuestión de la liberación de las mujeres quedará relegada una y otra vez a un segundo plano. ¿Qué podemos aprender de las historias de las mujeres que nos precedieron? Aunque ahora comprendamos lo fundamental que es la liberación de las mujeres, a menudo caemos en las trampas del patriarcado. Los ataques del patriarcado varían de un lugar a otro. Especialmente en los centros de la modernidad capitalista, como Europa, los ataques a nuestra existencia son mucho más abstractos y difíciles de comprender. Por eso, en la siguiente parte de la perspectiva, queremos exponer algunas de las mentalidades que llevamos dentro de nosotras de forma inconsciente.

La libertad de las mujeres llega después de la revolución (o la reunión de las mujeres llega después de la reunión general)

En muchas luchas de liberación nacional, la cuestión de las mujeres fue descartada como una supuesta contradicción secundaria. Cuando las mujeres en los procesos revolucionarios reclamaban su libertad y autonomía, a menudo no se las tomaba en serio. Quizás se discutieron algunas reformas, pero no hubo una convergencia fundamental sobre el tema. Las mujeres lucharon heroicamente en las guerras de liberación, pero acabaron volviendo a la cocina. Y a menudo fueron discriminadas en sus propias estructuras, a veces incluso abusadas y violadas. De acuerdo, en teoría, hoy entendemos que el concepto de «liberación de la mujer después de la revolución» no funciona. Pero este patrón de pensamiento a menudo nos persigue en nuestra vida política cotidiana. Por ejemplo, abandonamos rápidamente nuestros proyectos autónomos y nuestro trabajo organizativo para dar prioridad a los temas políticos generales. Pensamos que una vez que el trabajo político general en la ciudad o el pueblo vaya bien, tendremos la capacidad de pensar en las estructuras de las mujeres. Pero entonces a menudo nos encontramos con agresiones y comportamientos sexistas. Vemos mujeres cuyas opiniones no se toman en serio, que no se atreven a decir lo que piensan en las reuniones y debates. Mujeres que trabajan todo el tiempo, pero cuyo esfuerzo apenas se respeta. Si lo miramos de cerca, el sexismo está en la raíz de todas las mentalidades de poder. Por eso, combatirlo es la base de todas las demás luchas políticas. En nuestra vida política cotidiana, debemos considerar las estructuras de nuestras mujeres como la base de nuestra organización y dar siempre prioridad al trabajo de las mujeres. Siguiendo el principio de que «liberar a una mujer de las garras del patriarcado es una revolución en sí misma», debemos dar gran importancia a cada uno de nuestros pasos y no dejar nunca que los hombres nos digan que hay cosas más importantes que el trabajo autónomo.

La autonomía comienza en la forma en que abordamos la vida

Una vez, una joven visitó a una guerrillera kurda con mucha experiencia. En aquella época, debido a las circunstancias, vivía sola, como mujer, con un grupo de guerrilleros en una academia. La joven observó a la guerrillera y vio que a veces se sentaba con los compañeros y les contaba historias, y otras veces se quedaba sola. A veces discutía y reía con los hombres, pero cuando estos mostraban actitudes incorrectas, les respondía con firmeza y marcaba sus límites. Estaba sola como mujer, pero nunca se hizo dependiente de la atención de los hombres. La joven le preguntó: «¿Cómo puedes vivir sola con estos hombres?». La guerrillera se rió y respondió: «No estoy sola, tengo todo un ejército de mujeres detrás de mí». Lo que podemos aprender de esta historia es que la autonomía comienza en nuestros pensamientos y sentimientos y puede desarrollarse y fortalecerse con la organización. Una organización fuerte de mujeres construye en nosotras el valor para valernos por nosotras mismas y tener una postura firme ante los comportamientos incorrectos de los hombres, incluso cuando no estamos físicamente junto a otras compañeras. La autonomía de las mujeres no es algo meramente físico. Se trata de sentirnos unas a otras como mujeres y sentir siempre la fuerza de otras mujeres en todo lo que hacemos. Podemos superar rápidamente cualquier incertidumbre, reaccionar con confianza ante los comportamientos sexistas en la vida cotidiana y dar respuestas contundentes. No siempre tenemos que esperar a la próxima reunión autónoma o a la próxima formación autónoma para expresar y defender nuestra identidad como mujeres. Aunque las posibilidades no siempre lo permitan, debemos vernos siempre como un frente unido, permanecer unidas y confiar unas en otras.

Más importante que nunca, la autoorganización

Queridas jóvenes revolucionarias:

Seamos socialistas, marxistas, anarquistas, ecologistas, demócratas, luchadoras de clase o defensoras de la cultura, ¡somos mujeres! Lo que más nos frena en nuestro trabajo político son los ataques patriarcales internos. Por eso, una estructura autónoma de mujeres nunca es un trabajo extra ni una doble carga, sino la solución para luchar contra el patriarcado. Por supuesto, la organización de las mujeres no puede sostenerse por sí sola. Por eso siempre tiene que dar una perspectiva fuerte al exterior. La autonomía nunca puede ser una vía de escape de la confrontación con los hombres. Ese enfoque nos alejaría de la realidad. Los espacios autónomos son espacios de lucha. Son los lugares donde nosotras, como mujeres, nos conocemos a nosotras mismas y ampliamos nuestras fuerzas. En ellos vemos a las mujeres como pioneras. Son lugares donde podemos encontrar soluciones a todos los diferentes problemas sociales y políticos. Aquí, en Rojava, las mujeres están construyendo su autonomía en todas partes. Desde las comunas de mujeres, los consejos de mujeres jóvenes, los movimientos culturales de mujeres, los comités económicos de mujeres, las cooperativas de mujeres, las unidades de autodefensa de mujeres hasta las universidades de mujeres y las asociaciones deportivas de mujeres. Por eso, las mujeres en todos los ámbitos de la vida, en todos los órganos políticos, tienen su propio poder y aportan su propio color. Aquí se conocen a sí mismas, construyen fuertes lazos entre ellas y se dan lo que necesitan para desarrollar personalidades fuertes: respeto mutuo, amor y una lucha común fuerte.

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