Antecedentes: La política imperialista turca y sus ejércitos mercenarios
Women Defend Rojava– 21 diciembre 2024 – Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid
Parte 1: La guerra/política de Turquía contra la DAANES y la revolución de Rojava conlleva varios elementos. Uno, por supuesto, es la feroz guerra de Turquía contra las aspiraciones kurdas a la autodeterminación. Mientras los kurdos de las cuatro partes de Kurdistán (en territorio de Turquía, Irán, Irak y Siria) luchan por la autodeterminación y la administración autónoma democrática, el gobierno fascista turco del AKP-MHP ha estado combatiendo estas aspiraciones en todas las partes de Kurdistán. En este sentido, la guerra contra DAANES es también la guerra contra la autodeterminación kurda. Sin embargo, esta hostilidad está inextricablemente ligada a las visiones y aspiraciones neo-otomanas islamo-nacionalistas turcas (en referencia al Imperio otomano 1299-1922).
Parte 2: ya explicamos anteriormente explicamos cómo la actual ocupación de Shehba/Manbij es una continuación de la política expansionista turca y de las anteriores ocupaciones de Afrin/Serekaniye/Gire Spi y otras zonas que no formaban parte de las AANES (Jarabulus, Azaz al norte de Shehba/Manbij). En las zonas ocupadas se ha producido una limpieza étnica en forma de cambios demográficos por desplazamientos forzosos, masacres, asesinatos y violaciones; la persecución del pueblo kurdo y yazidí y la destrucción de lugares históricos de tradición e identidad kurda y yazidí. Demuestra que la ocupación de estas zonas no es simplemente una estrategia para socavar la Revolución de Rojava, sino para establecer un nuevo «proyecto turco». En otras palabras, la visión de Turquía de un imperio neo-otomano basado en el pensamiento fascista-nacionalista e islámico está en el centro de su hostilidad hacia el pueblo kurdo.
Parte 3: Erdogan ha repetido últimamente que si «la Primera Guerra Mundial hubiera terminado de manera diferente y el Imperio otomano no hubiera sido derrotado, ciudades como Alepo, Damasco, Idlib y Raqqa todavía estarían bajo su dominio», lo que indica que Turquía utiliza la anterior política imperialista del Imperio otomano como justificación para la invasión/guerra en curso y busca expandir su territorio. En un discurso pronunciado el 18.12.2024, Erdogan reiteró que «Turquía es más grande que la propia Turquía. Como nación no podemos limitarnos a 728.000 km2 [el actual territorio del Estado turco]. Estamos obligados a reconocer, aceptar y actuar de acuerdo con la misión que la historia nos encomendó como nación. Quienes se preguntan: «¿Qué hace Turquía en Libia, Siria o Somalia?», quizá no comprendan esta visión y esta misión». Erdogan se refiere aquí abiertamente al despliegue de fuerzas mercenarias (contratistas militares privados) que han estado luchando en Siria, Libia y Somalia en interés de la política turca de expansión y genocidio blanco. La creación de fuerzas mercenarias, en concreto bajo la empresa privada SADAT, ha permitido a Turquía equipar, entrenar y emplear esencialmente ejércitos interpuestos en regiones fuera de su territorio. Estas milicias han estado en primera línea de la guerra de Turquía contra la revolución en el noreste de Siria. Un aspecto central de sus esfuerzos es que estas milicias han actuado con impunidad, cometiendo todo tipo de crímenes de guerra y graves violaciones de los derechos humanos (documentadas por varias organizaciones de derechos humanos). El hecho de que, a diferencia de los ejércitos nacionales, estas milicias actúen sin repercusiones legales y no tengan que rendir cuentas a nadie permite, por un lado, que cometan crímenes horribles y, por otro, que Turquía oculte su implicación. Esta misma semana se han vuelto a encontrar documentos de contratos mercenarios de combatientes del SNA muertos en la región de Manbij.
En este sentido, la paz y una solución a los conflictos necesitan que Turquía cambie sus aspiraciones expansionistas fascista-nacionalistas/islámico-nacionalistas. Por esta razón, la filosofía de Abdullah Öcalan se considera no sólo una solución para el pueblo kurdo, sino para la paz en todo Oriente Medio (y más allá), ya que su filosofía promueve la idea de una nación democrática basada en la pluralidad étnica y religiosa, la coexistencia, la protección de las culturas y tradiciones de los pueblos, la autodeterminación democrática y, en ese sentido, la paz para toda la región. Esta guerra es, como ha dicho Jineoloji, una guerra entre dos líneas vitales:«Jin, Jiyan, Azadi» (Mujer, Vida, Libertad) o «Hombre, Estado, Violencia».