Vartinis es una herida profunda
Yeni Ozgur Polítika – Miheme Porgebol – 18 noviembre 2024 – Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid
“El documental Vartinîs es un símbolo de aceptación del pasado y búsqueda de justicia. Se convierte no solo en una narrativa, sino también en una llamada a la justicia y la solidaridad social”.
Han pasado 31 años desde que 9 personas de una misma familia, entre ellas 7 niños, fueron quemadas vivas por soldados turcos el 3 de octubre de 1993, en la localidad de Vartinîs (Altınova), en el distrito Têlî (Korkut), de Muş [Bakur, SE de Turquía]. Los detalles de la masacre de Vartinîs, cuyo caso fue desestimado por prescripción en diciembre del año pasado, han quedado registrados para la historia en el documental «Vartinîs» del director Ömer Biçer. El documental, filmado en el centro de Muş, Bitlis, Ankara y Estambul, se proyectó por primera vez en CandAmed el 2 de noviembre. Hablamos con el director del documental, Ömer Biçer.
¿Cuál fue tu motivo para filmar Vartinîs? ¿Hay alguna razón o motivación personal detrás de ello?
Vartinîs sigue siendo una herida profunda en la memoria del pueblo kurdo; sin embargo, el alcance de este incidente y la magnitud de la brutalidad hicieron que muchas personas dudaran a la hora de ahondar en los detalles de la masacre. El peso de lo ocurrido llevaba una verdad histórica que resultaba incluso difícil de explicar. Sin embargo, en la última vista del caso Vartinîs, en diciembre de 2023, el tribunal lo desestimó por rebasar al plazo de prescripción, indicando que este incidente no debería olvidarse. Un grupo de personas, especialmente la gente de Vartinîs, está decidida a mantener viva esta memoria que la justicia no puede alcanzar. Este esfuerzo colectivo fortaleció mi deseo de contribuir a dar a conocer la historia de Vartinîs. Porque a menos que se recuerde y se hable de esos acontecimientos, se convertirán en incidentes de la historia, y aquellos que perdieron la vida se convertirán en números. Sin embargo, cada testimonio, cada relato y cada recuerdo nos recuerda el profundo impacto del acontecimiento y los hechos que el tiempo no puede borrar.
Debe haber habido un peso emocional en la búsqueda de registros de tal masacre. ¿Qué viviste durante el proceso de rodaje?
En mi formación cinematográfica, me centré especialmente en la gestión de actores y las nuevas técnicas de expresión. Con la guía de esta formación, cuando comencé a rodar el documental Vartinîs, supe que debía mantener una distancia emocional en las entrevistas y revelar las narrativas de los testigos que provenían íntegramente de sus mundos internos. Al recordarme repetidamente un acontecimiento tan duro y traumático, tuve que prestar atención a una línea ética, con la preocupación de no hacer que los entrevistados revivan su trauma. Pensé que había logrado este delicado equilibrio lo mejor que pude, hasta la entrevista con Aysel Öğüt, la única miembro de la familia que sobrevivió a la masacre…
¿Qué pasó en esa entrevista?
Hablar con Aysel Öğüt, quien perdió brutalmente a toda su familia y continuó su búsqueda de justicia durante 30 años, desafió mi resistencia interior. Aunque inicialmente tenía la intención de mantener la calma como en otras entrevistas, no me resultó fácil controlar mis emociones ante la enormidad de la tragedia de Aysel. La resistencia silenciosa que surge del mundo interior de Aysel Öğüt, la búsqueda de justicia a lo largo de los años y las profundas huellas de dolor me recordaron, una y otra vez en cada etapa de este proyecto, lo grande y profunda que es Vartinîs. Por eso, aunque intentaba mantenerme a distancia como narrador, también sentía la importancia de abordar con respeto los sentimientos de los testigos.
Como alguien que se preocupa tanto por el tema y siente su gravedad, ¿qué opina sobre la prescripción de la masacre y su resultado en impunidad?
Las primeras emociones que se sienten cuando tal brutalidad queda impune son la ira y la impotencia. El fracaso del mecanismo de justicia hace que los vínculos emocionales de los kurdos en Turquía se debiliten gradualmente y casi lleguen al punto de ruptura. Sin embargo, la impresión que me dieron quienes me concedieron las entrevistas es que la determinación de luchar mostrada por la gente de Vartinîs refuerza nuestra responsabilidad de documentar. Contar sus historias se convierte en una necesidad para que lo sucedido no se olvide y se comunique al futuro.
Los sentimientos de impotencia y enojo que sentí al principio adquirieron un nuevo significado con el coraje y el sentido de responsabilidad que recibí de la gente de Vartinîs. Esta transformación debe percibirse como un esfuerzo por revivir la memoria social y buscar la justicia, en lugar de ser simplemente parte de un proyecto documental. El documental es un símbolo de aceptación del pasado y búsqueda de justicia. Si bien la responsabilidad de ser parte de este proceso es dura, también es una obligación honorable.
¿El documental es también un aporte a la búsqueda de justicia?
Sí. El documental Vartinî se convierte no sólo en una narrativa, sino también en una llamada a la justicia y la solidaridad social. Esta lucha nos lleva de ser meros observadores a ser parte de este evento y contribuir a su memoria.
La memoria de Kurdistán está llena de innumerables masacres similares a la de Vartinîs. ¿Dónde sitúa el cine documental para los kurdos, una sociedad sin estatus bajo el ataque de la historia y la memoria?
Estoy de acuerdo con estas dos situaciones que usted identifica, es decir, la memoria de Kurdistán está llena de masacres y esta memoria es atacada con el coraje tomado de la falta de estatus de los kurdos. La única manera de superar esto es ser parte de la lucha para eliminar la falta de estatus. El cine también tiene grandes responsabilidades en este contexto. Especialmente el desarrollo del cine documental kurdo es muy importante porque el documental es una de las formas más poderosas de transmitir al mundo los oscuros acontecimientos y masacres que permanecen en la memoria de la sociedad desde su propia perspectiva, no a través de la narración de otros. Una historia que otros no cuentan o tergiversan crea una gran deficiencia en la lucha por la identidad. Por eso el crecimiento y fortalecimiento del cine documental kurdo es muy valioso en términos de registrar las experiencias del pueblo kurdo y transmitirlas a las nuevas generaciones.
Al mismo tiempo, estos documentales permiten al pueblo kurdo abrazar su propia memoria y ofrecen la oportunidad de enfrentar el dolor del pasado y desarrollar resiliencia para el futuro. El cine documental kurdo, como campo apoyado no solo por el pueblo kurdo sino por todos aquellos que buscan los derechos humanos, la libertad y la justicia, representa la lucha de un pueblo que puede contar su propia historia.