Un nuevo informe afirma que Hayat Tahrir al-Sham está vinculado a la agenda de Turquía
Medya News – 30 noviembre 2024 – Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid
Hace dos días, Hayat Tahrir al-Sham (HTS) lanzó una serie de ataques de artillería contra zonas de la periferia occidental de Alepo, tradicionalmente controladas por las fuerzas gubernamentales sirias y grupos de la oposición. Fuentes locales informaron de intensos enfrentamientos y daños en infraestructuras, lo que provocó la evacuación de civiles. La implicación de facciones del Ejército Nacional Sirio (SNA) en el ataque ha llamado la atención sobre el papel de Turquía a la hora de facilitar la cooperación entre estos grupos anteriormente rivales.
Un detallado informe del Centro de Información Rojava describe al SNA, que recientemente atacó Alepo, como una fuerza interpuesta de Turquía, destacando su dependencia operativa, financiera y política de Ankara. El informe afirma que el SNA ha pasado de ser una coalición informal de combatientes de la oposición a convertirse en una herramienta para la agenda militar y política de Turquía en Siria y más allá.
El informe traza los orígenes del SNA y su evolución bajo control turco desde su creación en 2017. Sostiene que Turquía ha moldeado el SNA hasta convertirlo en una fuerza cohesionada que sirve a sus intereses estratégicos. Varios factores contribuyen a esta valoración:
Inicialmente compuesto por milicias turcomanas y restos del Ejército Libre Sirio, el SNA se formó para consolidar la influencia de Turquía en el norte de Siria. Turquía integró las distintas milicias en una estructura jerárquica dividida en legiones y brigadas, creando la apariencia de un ejército profesional. Sin embargo, el informe subraya que la organización del SNA está diseñada principalmente para legitimar su papel de representación.
Objetivos estratégicos tras el uso de la representación
El apoyo de Turquía al SNA está en consonancia con sus ambiciones geopolíticas más amplias en Siria. El informe identifica varios objetivos clave:
*Contrarrestar la influencia kurda: Un objetivo clave es socavar las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) y la autonomía kurda en el norte de Siria. Mediante el despliegue del SNA, Turquía mantiene una zona tampón contra los grupos que considera vinculados al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).
*Control territorial e ingeniería demográfica: El SNA ha facilitado el control de Turquía sobre zonas como Afrin y el Escudo del Éufrates. Estas regiones han experimentado cambios demográficos generalizados, con informes de desplazamientos forzosos y reasentamiento de refugiados en línea con los intereses turcos.
*Proyección de poder regional: Mediante el uso del SNA en conflictos como Libia y Karabaj, Turquía ha extendido su influencia más allá de Siria. El uso de mercenarios sirios permite a Ankara participar en conflictos extranjeros con riesgos políticos y militares mínimos.
Los objetivos estratégicos de Turquía incluyen contrarrestar la influencia kurda, mantener el control sobre regiones fronterizas críticas y afirmar su presencia en los conflictos regionales. El informe destaca que las acciones del SNA han dado lugar a menudo a violaciones generalizadas de los derechos humanos, como desplazamientos forzosos, ejecuciones extrajudiciales y saqueos. Estos abusos han suscitado críticas internacionales, pero Turquía ha eludido en gran medida la rendición de cuentas presentando al SNA como una entidad independiente.
Los expertos sostienen que la dependencia del SNA de la financiación y el mando turcos ejemplifica el enfoque de Ankara de utilizar fuerzas interpuestas para obtener beneficios geopolíticos. Esta estrategia permite a Turquía ejercer influencia al tiempo que reduce los riesgos asociados a la implicación militar directa. Sin embargo, también exacerba la inestabilidad en las regiones afectadas y prolonga los conflictos. Los críticos sostienen que las acciones del SNA, especialmente en zonas como Afrin, contradicen las pretensiones de Turquía de promover la estabilidad y la seguridad.
El informe concluye que el futuro del SNA está inextricablemente ligado a las ambiciones regionales de Turquía y a la agenda interna del presidente Erdoğan. A medida que aumenten las tensiones tras el ataque de Alepo, es probable que el papel del SNA sea objeto de un mayor escrutinio. Sus operaciones podrían complicar aún más los esfuerzos por estabilizar Siria y poner en entredicho las relaciones de Turquía con los actores internacionales.