Serêkaniyê
El otro día te vi en mis sueños, ibas de verde, y no de negro, sentí estrés, y no miedo. El otro día te vi en mis sueños. Me traté de esconder, de nada sirvió. Me miraste a los ojos y se marchó mi dolor. -¿Me estás buscando? -No, tú me has encontrado. Conversábamos mientras caminábamos. No sabía a donde iba, hasta un árbol me llevó. -Tú plantaste su semilla con la marcha de tu dolor. Al principio estaba enfermo pero luego se curó, como todo en esta vida el tiempo lo sana, aunque luego no lo calla y un llanto siempre arranca, pero una sonrisa también regala. -Llorar no es malo aunque sea por dolor. -Marchar tampoco, pero díselo al que quedó. Ya es tarde para todo, no hay perdón, ni risas, ni abrazos, solo recuerdos que se desvanecen en el tiempo pasado.
N. - 9-10-2022
Hoy hace cuatro años, el día 9 de octubre de 2019, el ejército de ocupación turco y sus milicias afiliadas del Ejército Nacional Sirio (SNA) atacaron las ciudades de Serekaniye (Ras-al-Ayn) y Gîre Spi (Tell Abyad), en el norte de Siria, en la frontera con Turquía. El 85% de la población autóctona de Serekaniye tuvo que desplazarse a otras zonas de la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria para salvar su vida, abandonando sus hogares, trabajo y prácticamente todas sus pertenencias. Cuatro años después, decenas de miles siguen viviendo en campos de desplazados.
El 20 de octubre, las Fuerzas Democráticas Sirias se retiraron de la ciudad para cumplir el acuerdo alcanzado entre los EE.UU. y Turquía, con el fin de evitar un mayor derramamiento de sangre, que había incluido el uso de fósforo blanco por parte del ejército turco. El alto el fuego acordado no ha sido respetado por Turquía y el SNA a lo largo de estos cuatro años, y las violaciones de los derechos humanos son constantes en la «franja de seguridad» impuesta por Turquía.
