¿Quiénes son los kurdos?
Fuente: BBC News
Fecha: 31 octubre 2018
Entre 25 y 35 millones de kurdos viven en una región montañosa a ambos lados de las fronteras de Turquía, Irak, Siria, Irán y Armenia. Constituyen el cuarto grupo étnico más numeroso de Oriente Medio, pero nunca han conseguido un Estado nacional permanente.
¿De dónde vienen?
Los kurdos son uno de los pueblos indígenas de las llanuras mesopotámicas y de las tierras altas de lo que hoy es el sudeste de Turquía, el nordeste de Siria, el norte de Irak, el noroeste de Irán y el suroeste de Armenia.
Hoy en día, forman una comunidad distintiva, unida a través de la raza, la cultura y el idioma, aunque no tengan un dialecto estándar. También se adhieren a una serie de religiones y credos diferentes, aunque la mayoría son musulmanes sunitas.
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¿Por qué no tienen un Estado?
A principios del siglo XX, muchos kurdos comenzaron a considerar la creación de una patria, a la que generalmente se denomina «Kurdistán». Después de la Primera Guerra Mundial y de la derrota del Imperio Otomano, los victoriosos aliados occidentales establecieron un Estado kurdo en el Tratado de Sèvres de 1920.
Sin embargo, estas esperanzas se vieron frustradas tres años más tarde, cuando el Tratado de Lausana, que fijó las fronteras de la Turquía moderna, no contempló la creación de un Estado kurdo y dejó a los kurdos en situación de minoría en sus respectivos países. Durante los siguientes 80 años, cualquier movimiento de los kurdos para establecer un Estado independiente ha sido brutalmente anulado.
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¿Por qué los kurdos están a la vanguardia de la lucha contra el Estado Islámico?
A mediados de 2013, el grupo yihadista Estado Islámico (ISIS) dirigió su mirada hacia tres enclaves kurdos que limitaban con el territorio bajo su control en el norte de Siria. Lanzaron repetidos ataques hasta que a mediados de 2014 fueron repelidos por las Unidades de Protección Popular (YPG), el ala armada del Partido de la Unión Democrática (PYD).
El avance del ISIS en el norte de Irak en junio de 2014 también atrajo a los kurdos de ese país al conflicto. El gobierno de la región autónoma del Kurdistán iraquí envió a sus fuerzas peshmerga a zonas abandonadas por el ejército iraquí.
En agosto de 2014, los yihadistas lanzaron una ofensiva sorpresa y los peshmerga se retiraron de varias zonas. Una serie de ciudades habitadas por minorías religiosas cayeron, en particular Sinjar, donde militantes del ISIS mataron o capturaron a miles de yazidíes.
En respuesta, una coalición multinacional encabezada por Estados Unidos lanzó ataques aéreos en el norte de Irak y envió asesores militares para ayudar a los peshmerga. Las YPG y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que ha luchado por la autonomía kurda en Turquía durante tres décadas y tiene bases en Irak, también acudieron en su ayuda.
En septiembre de 2014, ISIS lanzó un ataque contra el enclave de la ciudad kurda de Kobane, en el norte de Siria, que obligó a decenas de miles de personas a huir a través de la cercana frontera turca. A pesar de la proximidad de los combates, Turquía se negó a atacar las posiciones del ISIS o a permitir a los kurdos turcos cruzar para defenderlo.
En enero de 2015, después de una batalla que dejó al menos 1.600 muertos y más de 3.200 edificios destruidos o dañados, las fuerzas kurdas recuperaron el control de Kobane.
Desde entonces, los kurdos, luchando bajo la bandera de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) junto a varias milicias árabes locales, y ayudados por la potencia aérea de la coalición liderada por Estados Unidos, han expulsado al ISIS de miles de kilómetros cuadrados de territorio en Siria y han establecido el control sobre cientos de kilómetros a lo largo de la frontera con Turquía.
En octubre de 2017, los combatientes de las Fuerzas Democráticas Sirias capturaron la capital de facto del ISIS, Raqqa, y avanzaron hacia el sudeste, hacia la provincia vecina de Deir Ezzor, el último punto de apoyo importante de los yihadistas en Siria.
Sin embargo, los avances han puesto a los kurdos y a sus aliados en contacto directo con las fuerzas gubernamentales sirias apoyadas por Rusia y los rebeldes respaldados por Turquía, lo que ha desencadenado enfrentamientos que han aumentado las tensiones entre las potencias mundiales rivales.
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¿Por qué Turquía se muestra reacia a ayudar a los kurdos en su lucha contra el terrorismo?
Existe una profunda hostilidad entre el Estado turco y los kurdos, que constituyen entre el 15 y el 20% de su población.
Los kurdos han recibido durante generaciones un trato duro por parte de las autoridades turcas. En respuesta a los levantamientos de los años 20 y 30, muchos kurdos fueron reasentados, se prohibieron los nombres y trajes kurdos, se restringió el uso de la lengua kurda e incluso se negó la existencia de una identidad étnica kurda, siendo designados como «turcos de montaña».
En 1978, Abdullah Ocalan estableció el PKK, que pedía un Estado independiente dentro de Turquía. Seis años después, el grupo comenzó una lucha armada. Desde entonces, más de 40.000 personas han muerto y cientos de miles han sido desplazadas.
En la década de 1990, el PKK retrocedió en su demanda de independencia, exigiendo en cambio una mayor autonomía cultural y política, pero continuó luchando. En 2013, se acordó un alto el fuego tras la celebración de conversaciones secretas.
El alto el fuego se derrumbó en julio de 2015, después de que un atentado suicida atribuido al ISIS matara a 33 jóvenes activistas en la ciudad de Suruc, de mayoría kurda, cerca de la frontera con Siria. El PKK acusó a las autoridades de complicidad y atacó a soldados y policías turcos. Posteriormente, el gobierno turco lanzó lo que llamó una «guerra sincronizada contra el terror» contra el PKK y el ISIS.
Desde entonces, varios miles de personas -incluidos cientos de civiles- han muerto en enfrentamientos en el sudeste de Turquía.
En agosto de 2016, Turquía envió tropas y tanques al norte de Siria para apoyar una ofensiva rebelde siria contra el ISIS. Esas fuerzas capturaron la ciudad fronteriza clave de Jarablus y el bastión del ISIS de al-Bab, lo que impidió que las Fuerzas Democráticas Sirias, lideradas por las YPG, tomaran ese territorio y se conectaran con el enclave kurdo de Afrin, al oeste.
El gobierno de Turquía dice que las YPG y el PYD son extensiones del PKK, comparten su objetivo de secesión a través de la lucha armada y son todas organizaciones terroristas.
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¿Qué quieren los kurdos de Siria?
Los kurdos representan entre el 7% y el 10% de la población de Siria. Antes de que comenzara el levantamiento contra el Presidente Bashar al-Assad en 2011, la mayoría vivía en las ciudades de Damasco y Alepo, y en tres zonas no contiguas alrededor de Kobane, Afrin y la ciudad nororiental de Qamishlo.
Los kurdos de Siria han sido reprimidos durante mucho tiempo y se les han negado derechos básicos. A unos 300.000 se les ha negado la ciudadanía desde los años 60, y la tierra kurda ha sido confiscada y redistribuida a los árabes en un intento de «arabizar» las regiones kurdas.
Cuando el levantamiento se convirtió en una guerra civil, los principales partidos kurdos evitaron públicamente tomar partido. A mediados de 2012, las fuerzas gubernamentales se retiraron para concentrarse en combatir a los rebeldes en otros lugares, y los grupos kurdos aprovecharon para tomar el control.
En enero de 2014, los partidos kurdos, incluido el Partido de la Unión Democrática (PYD), declararon la creación de «administraciones autónomas» en los tres «cantones» de Afrin, Kobane y Jazira.
En marzo de 2016, anunciaron el establecimiento de un «sistema federal» que incluía principalmente zonas árabes y turcomanas capturadas al ISIS.
La declaración fue rechazada por el gobierno sirio, la oposición siria, Turquía y Estados Unidos.
El PYD dice que no está buscando la independencia, pero insiste en que cualquier acuerdo político para poner fin al conflicto en Siria debe incluir garantías legales para los derechos kurdos y el reconocimiento de la autonomía kurda.
El presidente Assad ha prometido retomar el control de toda Siria, pero su ministro de Asuntos Exteriores dijo en septiembre de 2017 que estaba dispuesto a negociar con los kurdos sobre su demanda de autonomía.
¿Los kurdos de Irak obtendrán la independencia?
Se estima que los kurdos representan entre el 15% y el 20% de la población de Irak. Históricamente han disfrutado de más derechos nacionales que los kurdos que viven en Estados vecinos, pero también se han enfrentado a una represión brutal.
En 1946, Mustafa Barzani formó el Partido Democrático del Kurdistán (KDP) para luchar por la autonomía en Irak. Pero no fue hasta 1961 que lanzó una lucha armada completa.
A finales de la década de 1970, el gobierno comenzó a asentar a árabes en zonas de mayoría kurda, particularmente alrededor de la ciudad de Kirkuk, rica en petróleo, y a reubicar a los kurdos por la fuerza.
La política se aceleró en la década de 1980 durante la guerra entre Irán e Irak, en la que los kurdos apoyaron a la república islámica. En 1988, Saddam Hussein lanzó una campaña de venganza contra los kurdos que incluyó el ataque químico contra Halabja.
Cuando Irak fue derrotado en la Guerra del Golfo de 1991, el hijo de Barzani, Massoud, y Jalal Talabani, de la rival Unión Patriótica del Kurdistán (PUK), encabezaron una rebelión kurda. Su violenta represión llevó a Estados Unidos y a sus aliados a imponer una zona de exclusión aérea en el norte que permitió a los kurdos disfrutar de autogobierno. El PDK y la PUK acordaron compartir el poder, pero las tensiones aumentaron y en 1994 estalló una guerra de cuatro años entre ellos.
Las partes cooperaron con la invasión encabezada por Estados Unidos en 2003 que derrocó a Saddam y gobernaron en coalición en el Gobierno Regional del Kurdistán (KRG), creado dos años después para administrar las provincias de Dohuk, Erbil y Suleimaniya.
Massoud Barzani fue nombrado presidente de la región, mientras que Jalal Talabani se convirtió en el primer jefe de Estado iraquí no árabe.
En septiembre de 2017, se celebró un referéndum sobre la independencia tanto en la región del Kurdistán como en las zonas en disputa conquistadas por los peshmerga en 2014, incluido Kirkuk. El gobierno central iraquí se opuso a la votación e insistió en que era ilegal.
Más del 90% de los 3,3 millones de personas que votaron apoyaron la secesión. Funcionarios del Gobierno Regional del Kurdistán dijeron que el resultado les daba el mandato para iniciar negociaciones con Bagdad, pero el primer ministro iraquí Haider al-Abadi exigió que se anulara.
Al mes siguiente, las fuerzas progubernamentales iraquíes retomaron el territorio en disputa de los kurdos. La pérdida de Kirkuk y sus ingresos petroleros fue un duro golpe para las aspiraciones kurdas de lograr su propio Estado.
Kurdistán iraquí: ¿El estado en el proceso de creación? (artículo en inglés)
Perfil del Kurdistán iraquí (artículo en inglés)
