Puentes entre el anarquismo y el confederalismo democrático – Parte I, II y III
Dejamos aquí los volumenes I, II y III de esta serie de textos iniciada por Bruno Lima Rocha, Profesor de Estudios Internacionales y Geopolíticas de universidad en el Sur de Brasil, en colaboración con KurdishQuestion, y que intenta mostrar la similitudes entre el anarquismo clásico de federación específica y el modelo desarrollado por el PKK
Estos textos han sido traducidos por Rojava no esta sola
Introducción: discutiendo el modelo del grupo y la misión – 1
Desde el comienzo del asedio a Kobane por parte de Daesh (ISIS) la izquierda kurda, y especificamente el modelo de Rojava de organización social han sido estudiadas y seguidas por diferentes organizaciones, activistas, redes y académicos comprometidos. Decidí colaborar con KurdishQuestion.com para producir una seria de artículos cortos para exponer (y probar) las similitudes entre la tradición anarquista occidental (y también no occidental) y el confederalismo democrático. Si bien una de mis áreas de estudio en la que me concentro es la teoría política (y toería política radical), decidí ayudar a dibujar los paralelismos entre ambos caminos y familiarizarlos uno con otro. Espero que esto ayude y toda crítica es bienvenida.
Presentación
El modelo de partido anarquista presentado en estas series no es en sí una innovación para la teoría política y la teoría política radical e incluso no para la tradición de izquierdas. Si los estudios sobre este tema son poco conocidos (o parecen ser nuevos o inexistentes), si este tipo de organización politica no se ha convertido en objeto de estudio (o reconocido como modelo de partido de auto-organización y democracia directa), es debido a la correlación de fuerzas tanto dentro de la corriente académica principal, las derrotas sufridas por los anarquistas clásicos desde 1939 y también por la ausencia de debates dentro de la comunidad de izquierdas, el espectro académico y los medios principales. Este modelo se acerca a los militantes de dentro de una organización política especificamente adherente a un corpus ideológico-doctrinario (también conocido como el partido de delegados). Debido a que no es una propuesta de masas, tiene el formato de que sus miembros están compuestos por delegados políticos, sin afiliación abierta y cuyo grado de compromiso aumenta conforme se adentran más a los círculos concéntricos (ver Bakunin). Dicha modalidad adquiere definiciones en la historia tales como: organicismo, plataformismo, especifismo; todos ellos son sinónimos de la definición del partido anarquista (federación específica).
Introducción al papel del partido
El modelo de la matriz y perspectiva libertaria de izquierdas presentado en esta serie representa una posible aplicación de un campo de las intenciones, motivaciones normativas, e intereses estratégicos en Latino América en general y en Brasil en particular. Pero, presumismos, que mientras nos conozcamos mejor los unos a los otros, las posibilidades de desarrollo político serán reforzadas por la experienza real en Kurdistán Occidental y el debate interno entre los pensamientos bajo el paraguas del PKK. Es muy interesante entender que está misión del partido no es ser parte de un poder institucional de Estado-Nación sino ayudar a construir una sociedad basada en los derechos legítimos (tanto individuales como colectivos), la auto-organización, la democracia directa y radical y tan alejada como se pueda del industrialismo y la economía de mercado centralizada. La hipótesis formulada dentro de la perspectiva de una democracia social real es la acción de la minoría política como una acumulación de fuerza conductora y una radicalización democrática a largo plazo. Si comparamos esta simple suposición y definición, podemos observar las muchas similitudes entre esta perspectiva y la escrita por el compañero Abdullah Ocallan en 2011:
“Mientras tanto, las naciones-estado se han convertido en serios obstáculos para cualquier desarrollo social. El Confederalismo Democrático es el paradigma de contraste de la gente oprimida. El Confederalismo Democrático es un paradigma social sin estado. No es controlado por un estado.” (de la página web del PKK en inglés).
Es obvio que nadie debería de criticar a este modelo de partido por no competir por posiciones institucionales en el modelo estado-nación cuando su misión está claramente lejos de eso. Supongo que ciertas condiciones previas están siempre presentes. Todo “modelo de partido” incluye en su modelado las condiciones y reglas por las cuales este partido/organización politica está limitada y el camino que esta institución (legal o ilegal) está dispuesta a tomar de acuerdo con sus objetivos a medio y largo plazo. Para ser consistente teóricamente, es necesario presentar modelos que puedan probarse pero, sobre todo, estos modelos deberían de ser aplicables de acuerdo con las hipótesis sugeridas.
Estoy discutiendo la organización politica militante específicamente adherente a un corpus ideológico y doctrinal. Por otro lado, debido a que no es una organización de masas está estructurado en delegados, sin afiliación abierta y cuyo nivel de compromiso se produce dentro de los círculos concéntricos, incrementando el nivel de compromiso según el poder para votar y ser votado para papeles claves o asignados en la estructura interna. Este concepto no puede ser mal entendidp en un concepto erróneo. O, nadie debería de entender esto como “buenas intenciones único partido”, sino una concepción estratégica garantizando que los delegados y estructuras del partido se pondrán al servicio y al deber de ayudar a construir nuevas instituciones políticas basadas en la horizontalidad y la sociedad igualitaria. El fracaso del modelo de partido de la URSS y otras variaciones basadas en un liderazgo autoritario, estado-central e industrialismo prueban que todo el pensamiento de la izquierda debe de hacer una gran auto-crítica y reconocer que las condiciones materiales deben de crecer maduras junto con las condiciones morales, ecológicas y fraternales. Sólo una estructura de partido dedicada a esta causa puede mantener la lucha a largo plazo, alimentar los proyectos sociales, como lo hizo en América Latina la lucha de masas sindical a principios del siglo 20 o como hoy en día con la Unión de Comunidades en Kurdistán (KCK) o especificamente el TEV-DEM en Rojava.
Denominaciones de esta tradición entre el anarquismo
Terminaré con este primer artículo corto recordando la definición del modelo de partido anarquista. Aunque no exclusiva, este tipo de organización se considera en general que es típica de la ideología anarquista; un modelo federal y de no-masas. Mientras no sea un modelo de partido vanguardista como los clásicos partidos leninistas, los delegados del partido deben ser los que refuercen la lucha de masas que debe de ser asumida por todas las comunidades, permitiendo a la gente liderar su propio destino con y mediante las asambleas populares. Esta afiliación del partido se produce por medio de círculos concéntricos y con la preparación de militantes que ocupan múltiples papeles. Este tipo de modelo ha adquirido definiciones a lo largo de la historia, y todos ellos también pueden ser definidos como la definición del modelo de partido anarquista. Este modelo ha adquirido definiciones específicas a lo largo de su historia como organicismo, plataformismo, especifismo.
Estoy muy contento de descubrir que estas dos tradiciones aparentemente distantes son realmente cercanas la una a la otra. Esta cercanía puede detectarse fácilmente con una simple lectura de documentos tanto del PKK como de las tradiciones anarquistas. La tradición y experiencias en Kurdistán llevadas a cabo por el PKK pueden alimentar a las tradiciones anarquistas en todo el mundo y vice-versa. Esta perspectiva emocionante es la motivación principal de la razón de esta serie de artículos cortos.
Introducción a esta questión particular
En esta parte expondré alguna información histórica básica sobre el modelo de organización política anarquista y al final, haré una comparación entre estas experiencias y la misión actual de la organización política que pretende ser el catalizador de un cambio social Democrático Confederalista.
La ascendencia del modelo de organización anarquista: tres experiencias anarquistas
Alianza Internacional de la Democracia Socialista: Como mencioné en la primera parte del ensayo, el modelo de organización federalista no es nuevo. En 1868, dentro de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) la denominada parte federalista incluía una fuerza politica organizada llamada la Alianza Internacional de la Democracia Socialista (conocida como un tipo de Alianza Bakuniana), cuya referencia pública más conocida fue el activista ruso Mikhail Bakunin (1814/1876). La Alianza funcionó de acuerdo a una organización de delegados, de un tipo “Carbonero” y con la mayoría de sus militantes actuando en clandestinidad. Se hicieron algunas referencias públicas a algunos de los líderes de la AIT y esta asociación no sólo actuó en un país o territorio específico. Era común enviar a delegados y operadores (agentes con compromiso militante) a países lejanos o divisiones regionales para promover la organización social, para formar una célula de la Alianza o para apoyar episodios ocasionales de rebelión. Podemos observar el papel de militantes con experiencia dentro de la Alianza, actuando como activistas sociales, organizadores políticos y propagandistas ideológicos. También, a veces, aquellos quienes estarían en la primera línea para una lucha social de mayor nivel – como la que ocurrió durante el levantamiento de Paris y la Comuna – los militantes de la Alianza fueron parte de las fuerzas políticas organizando el primer autogobierno obrero de los tiempos modernos (de Marzo a Mayo de 1871).
El Partido Socialista Anárquico Revolucionario: otra experiencia mencionable de este tipo de modelo de partido fue fundada en 1891, el Partido Socialista Anárquico Revolucionario (PSAR) y su referencia más famosa fue el anarquista napolitano Errico Malatesta (1853/1932). Aunque el PSAR tenía una rama clandestina, tenía una estructura de partido más similar al tipo habitual de organización. Sus militantes fueron referencias para el nivel de masas (social) y el nivel intermedio (político y social), así como distribuidores y productores de propaganda política. Los miembros fueron más del tipo de papeles múltiples (delegados multifuncionales), incluyendo tipos de acción directa llevados acabo en Italia en ese tiempo (desde la fundación del partido hasta el golpe fascista de 1922).
Ejército Insurgente Campesino ucraniano: De la Revolución Rusa, específicamente en Ucrania, vino la adquisición de experiencias en términos de organización politica de masas durante la guerra civil (1918-1921). El ejército insurgente campesino ucraniano (Ejército Negro, también conocido como Makhnovichina o Maknovista), cuya referencia militante fue Nestor Ivanovich Makhnó (1888/1934), tenía la hegemonía política, militar y administrativa de grandes regiones de Ucrania y desarrolló un modus operandi basado en la producción colectivizada y su sección militar era un ejército basado en una caballería movil y cuyos puestos de mando fueron elegidos. Luego se produjo la fusión politica/militante de la organización, la cual promovía al mismo tiempo un mayor nivel de conflicto contra el Ejército Blanco (de derechas y zarista) y también contra el Ejército Rojo (la fuerza armada del Partido Bolchevique). La rama militar era la institución de auto-defensa para garantizar una forma política federalista de auto-gobierno y la auto-organización socioeconómica. Con la derrota ante el Ejército Rojo en 1921, algunos supervivientes del Estado Mayor del Ejército Negro fueron juntos a Paris, Francia, y escribieron un manifiesto político, conocido como una pieza de la teoría política anarquista llamada la Plataforma Organizacional de los Comunistas Libertarios. Este documento, que fue difundido en los años 20 y 30, contenía cuatro líneas teóricas para un modelo que es hoy todavía válido: Unidad Táctica, Unidad Teórica, Responsabilidad Colectiva y Federalismo.
Aspectos comunes entre las tres experiencias y similitudes con la misión real del PKK
La exposición de experiencias históricas y la acumulación entre y desde estas organizaciones podría resultar en toda una tesis para discutir únicamente los conceptos del partido anarquista. Sin embargo, quiero resaltar en estas series los aspectos comunes entre estos modelos de organización: la selección de los miembros (un partido de delegados); no participación en las elecciones del estado (anti-electoralista); tipo de acción de minoría activa (contra el concepto de vanguardia de clase); estructura interna federativa considerada como una forma de organización social (federalismo político); uso sistemático de la fuerza en conflictos colectivos y de masas (acción directa como una prioridad para generar eventos políticos); proyección de estructuras sociales organizadas como prioridad (construcción de un pueblo fuerte), eliminar la intermediación profesional (democrácia popular directa); y la existencia de posibles críticas y promoción interna, incrementando las responsabilidades políticas de acuerdo al nivel de compromiso del militante (democracia interna y renovación).
Las similitudes entre el modelo de organización anarquista y el papel del instrumento político del movimiento de liberación de Kurdistán es tan impresionante y tan claro que se prueba fácilmente a través de una simple lectura de este párrafo escrito por el compañero Mustafa Karasu y publicado en la web inglesa del PKK:
“El PKK se ha restructurado como resultado de una amplia auto-crítica y una crítica a fondo del socialismo clásico y sus formas practicadas. Ve a la teoría clásica socialista como insuficiente. El PKK cree que el socialismo clásico no es lo suficientemente anti-capitalista y está demasiado involucrado con el estado; ya que el estado es una herramienta de represión. Derribar un estado y crear uno nuevo no es una práctica revolucionaria, más bien, superar, derrocar o minimizar el sistema hegemónico y reemplazarlo por un sistema socialista implicando al socialismo en el momento, es el método adoptado por el PKK. El derrotar a un estado no es lo mismo que derrotar al sistema. El relacionar a estas dos cosas juntas es un signo de desviación del socialismo.”
Cuando estudiamos la historia socialista y los movimientos obreros en diferentes sociedades, occidentales o no, podemos observar que este tipo de crítica contra el estado y los denominados partidos socialistas orientados al estado, era la misma crítica que hicieron miles de militantes anarquistas totalmente comprometidos desde, al menos, 1864. Después de leer la frase que comienza diciendo “El PKK se ha restructurado mediante la auto-crítica” podemos observar facilmente casi el mismo método exacto de la organización política anarquista, una lucha interna constante para evitar reproducir internamente la esfera política y los pensamientos ideológicos que pertenecen a tradiciones autoritarias y capitalistas (liberales o no). Como dije en la primera parte del ensayo, la praxis real del PKK puede alimentar a los anarquistas en todo el mundo y vice-versa. El primer paso es un reconocimiento y enfoque común de ambas tradiciones. La razón de estas series es el contribuir a este esfuerzo común.
En este ensayo, comienzo a debatir y rebatir la teoría política producida para clasificar a todos los partidos, y en extensión, a todas las organizaciones políticas, en un paraguas que modela la participación política dentro de la democracia indirecta del enfoque liberal. Antes de profundizar en la crítica, resaltaré algunos aspectos. Este artículo no tiene intención de entrar en el debate específico sobre las teorías de los partidos políticos, sino rebatir la parte esencial del enfoque hegemónico de las definiciones de organizaciones políticas. En los dos primeros ensayos ya dimos razones en contra de la tradición Marxista y Marxista-Leninista. En este ensayo y en el siguiente, daremos razones en contra de la teoría producida para reforzar el poder que son los modelos políticos de las sociedades occidentales. Además de luchar contra las definiciones hegemónicas, debo de reconocer que la ciencia política ha discutido este asunto extensivamente, y que el objeto de análisis – el partido político – es una unidad de análisis estructural esencial para el área, y que existe una extensa (y aburrida) literatura sobre ello.
Reconozco la valided de los enfoques de este estudio (los hegemónicos), pero yo realizo un estudio que, desde el punto de vista ideológico, aborda el partido en términos del funcionamiento de su estructura; por lo tanto, hay un cierto énfasis basado en los términos y conceptos usados por la teoría clásica. Este enfoque de las funciones orgánicas intenta observar los tipos de papel que esta unidad de análisis juega en el ejercicio del proceso de Radicalización Democrática (y, obviamente, en el proceso del Confederalismo Democrático), entendiendo el frente político dentro de una democracia liberal como una estrategia permanente que incluye la acción popular, forzando al Estado a interesarse, y siendo consistente con la expansión de los derechos y la libertad individual y colectiva, dada la multiplicidad de temas, demandas, identidades y cuestiones generales.
Comienzo con la premisa de que el aumento substancial en la participación social y las protestas organizadas crea las condiciones para el aumento de la tensión social, pasando a través de este camino la forma de proyección y el intento de consolidación de la hegemonía de las organizaciones políticas anarquistas o el partido anarquista – basado en la incidencia y la integración de las estructuras organizadas de las clases bajas.
En este contexto, mi eje de análisis fundamental es el funcionamiento de la organización política y el entrenamiento necesario para su proyección considerando el concepto estratégico de la radicalización de las demandas a través de la via participativa y de protesta. El aspecto que cambia con respecto al método tradicional de producción de la ciencia política – es el punto de vista ideológico explícito (no implícito como una premisa oculta) – y la localización de la organización social voluntaria e integradora (partido político con delegados con democria interna) siendo estratégica para la acumulación de poder desde un punto de vista obrero y libertario de izquierdas.
Antes de volver al tema del modelo de esta organización, es interesante analizar alguna literatura reciente. Yo discuto en particular lo que concierne a la caracterización del partido, el tipo de participación, el ambiente macro-político (¿qué democracia?), y el formato de proceso a largo plazo en el que ésta organización opera. Para la caracterización de los partidos políticos, Bobbio presenta una definición en su famoso diccionario político. Ahí, Norberto Bobbio y sus socios describen al partido como:
- […] el partido abarca estructuras sociales muy diferentes, desde grupos formados por lazos personales y particulares hasta organizaciones complejas de estilo burocrático e impersonal, cuya característica es el moverse dentro de la esfera del poder político. […] las asociaciones que podemos considerar que son realmente partidos fueron creadas cuando el sistema político alcanzó un cierto grado de autonomía estructural, complejidad interna y división del trabajo, permitiendo, por un lado, un proceso de toma de decisiones que envuelve a diversas partes del sistema y, por otro lado, que entre estos partidos se incluya, en principio o de hecho, representantes de aquellos a los que las decisiones políticas se refieren […]
Bobbio y sus socios caracterizan los partidos como un tipo de organización de masas o masa electoral y esto se ve como un fenómeno equivalente a una configuración organizacional y como un conjunto de funciones desarrolladas. Yo caracterizo estas funciones, entre muchas, como representación política, mediación política, cuestionamiento político, influencia en las decisiones clave de una sociedad, escuela delegada para la élite, posición de poder específica, y promotor de varios intereses difusos y específicos. Todas las definiciones mencionadas están bien fijadas dentro de la manera tradicional y hegemónica de hacer política. No para nuestro proyecto.
Mientras el objetivo estratégico sea diferente de los partidos oligárquicos, una organización política dedicada al cambio social es un recipiente que estimula y acumula poder social y experiencias de protesta social. El papel del centro de discusión estratégica es la naturaleza de una organización social como un partido político.
Las similitudes entre las tradiciones y teorías anarquista y del confederalismo democrático son evidentes de nuevo. Si comparamos mis premisas anteriores con el siguiente texto, es fácil ver similitudes. Leyendo la entrevista al co-presidente del Consejo Ejecutivo de la Unión de Comunidades de Kurdistán (KCK) Bese Hozat (en la web en inglés del PKK), hay una definición casi identica de lo que debe de ser la misión del partido y los puntos cruciales. Pensé que sería mejor enumerar algunos de estos puntos:
“… sigue siendo insuficiente definir al PKK como un movimiento de insurrección por el hecho de que el partido ha presentado el paradigma de la nación democrática, ha mejorado el sistema confederal democrático del pueblo, ha construido un proyecto alternativo del sistema democrático popular en contra del sistema de gobierno estatista de más de 5000 años de edad y está dirigiendo ahora la construcción de este poryecto. Con la forma de via democrática, libre e igualitaria y el sistema ecológico democrático que el PKK ha construido, es el único sistema que liberará a los pueblos. El pueblo kurdo hoy en día está luchando para construir este sistema basado en su propia voluntad. En el estado actual de las cosas, el PKK ha ido más allá de ser un movimiento y se ha convertido en un sistema de convivencia social.”
Una organización politica puede ser una institución social para educar a una nueva clase gobernante como se reconoce dentro de la teoría liberal y hegemónica. O por otro lado, puede ser un lugar para el desarrollo de la mentalidad revolucionaria alimentando verdaderos proyectos sociales en el día a día, sin perder la perspectiva en los haberes estratégicos. Una organización política que no sea una vanguardia auto-proclamada, nunca se convertirá en la nueva élite, como la Nomenklatura en el modelo soviético, sino que se organizará para operar como un motor para el cambio social.
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