Norte de Siria: Escalada de violaciones contra civiles kurdos por parte de facciones del Ejército Nacional Sirio

La Asociación Synergy para las Víctimas ha documentado una nueva oleada de violaciones cometidas por facciones del Ejército Nacional Sirio (SNA) contra civiles kurdos desde el lanzamiento de la operación militar «Amanecer de la Libertad». Estas violaciones incluyen la detención de 128 personas, tortura y extorsión económica, además de impedir que las familias regresen a sus hogares u obligarlas a pagar sumas exorbitantes de dinero.

Introducción:

Las zonas de Afrin y al-Shahba, en el norte de Alepo, han sufrido una nueva oleada de graves violaciones cometidas contra la población civil kurda desde el lanzamiento de la operación militar denominada «Amanecer de la Libertad», en noviembre de 2024, por facciones del Ejército Nacional Sirio (SNA) respaldado por Turquía en el norte y el noreste de Siria.

La Asociación Synergy ha documentado la detención de 128 personas, entre ellas 20 mujeres, la mayoría de las cuales son retornados a sus zonas de Afrin o personas atrapadas en las zonas de al-Shahba, en el norte de Alepo, además de casos de tortura y agresiones sexuales. Aunque 52 de los detenidos han sido puestos en libertad tras sufrir torturas físicas y psicológicas, sigue sin conocerse el paradero de los 76 restantes.

A los civiles se les obligó a pagar grandes sumas de dinero para permitirles regresar a sus hogares en Afrín, y quienes se negaron o no pudieron pagar fueron detenidos. Mientras tanto, a otras familias se les negó el derecho a reclamar sus casas y propiedades simplemente porque las facciones que las ocupaban se negaron a restituir estos derechos a sus legítimos propietarios.

Las hostilidades resultantes de los ataques del SNA contra el norte y el noreste de Siria desde el 30 de noviembre han desplazado forzosamente a más de 120.000 personas, la mayoría de las cuales son kurdos de Afrin, haciéndose eco de su trágico desplazamiento en 2018 debido a la operación turca «Rama de Olivo».

Hoy, los ataques del SNA, bajo cobertura turca, continúan contra la ciudad kurda de Kobani, una ciudad con una significativa importancia simbólica en la lucha para eliminar al Estado Islámico (ISIS). Estos ataques están intensificando el miedo y la preocupación entre la población kurda y otros pueblos y minorías del noreste de Siria, una región que acoge a más de un millón de desplazados internos, entre ellos decenas de miles de desplazados forzosos por los crímenes y violaciones perpetuados por las mismas facciones.

Todo ello en un momento crítico en el que millones de sirios respiraban aliviados con la caída del régimen de Al Assad. Mientras tanto, las Naciones Unidas han pedido a todas las partes armadas que actúen con moderación y detengan la escalada. El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pederson, subrayó la importancia de preservar la ley y el orden, proteger a los civiles y respetar las instituciones públicas. También subrayó la necesidad de dar prioridad al diálogo, respetar el Derecho Internacional Humanitario (DIH) y la legislación sobre derechos humanos como paso esencial hacia la reconstrucción de la sociedad siria.

Antecedentes:

En medio de la caída del Régimen de Bashar al-Assad, tras la Operación «Disuasión de la Agresión», lanzada el 27 de noviembre por grupos armados liderados por Hayat Tahrir al-Sham (HTS), las facciones del SNA respaldadas por Turquía aprovecharon el vacío político y de seguridad para lanzar su propia operación, bautizada como «Amanecer de la Libertad».

La operación, según declaraciones de los líderes de estas facciones, pretende «liberar» zonas del norte de Alepo. Sin embargo, los resultados sobre el terreno revelan una continuación de las políticas sistemáticas de desplazamiento y las violaciones contra los civiles kurdos, que comenzaron con el control de Afrin por parte de las facciones en 2018 tras la operación turca »Rama de Olivo».

Desde el 30 de noviembre, estas facciones han tomado el control de las zonas de Tell Rifaat y al-Shahba, en el norte de Alepo, seguidas de Manbij, que había sido un símbolo de coexistencia entre kurdos y árabes. Esto fue acompañado de una escalada de violaciones de derechos humanos, incluidas ejecuciones sumarias, detenciones arbitrarias, tortura y saqueo de propiedades.

Las fuerzas del SNA que lanzaron la operación «Amanecer de la Libertad» están encabezadas por un grupo de delincuentes y facciones previamente sancionados por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por su implicación en la comisión de violaciones de los derechos humanos, incluidos asesinatos, desapariciones forzadas y saqueos de propiedades. Las facciones y líderes más destacados designados fueron la División al-Hamza (al-Hamzat) y su líder «Sayf Boulad Abu Bakr», la Brigada Sultán Suleimán Shah (Al-Amshat) y su líder «Mohammad Hussein al-Jasim» (Abu Amsha)¹. Ambos líderes aparecieron en videoclips dentro de la ciudad de Manbij el primer día del ataque. El tercer grupo designado fue «Tajammu Ahrar al-Sharqiya», además de su dirigente «Ahmad Ihsan Fayyad al-Hayes» (Ahmad al-Hayes), conocido comúnmente como «Abu Hatem Shaqra», cuyo grupo ejecutó a la figura política kurda «Hevrin Khalaf», a su chófer y a dos de sus acompañantes durante los primeros días de la operación turca «Primavera de Paz»².

Detenciones a gran escala y ataques contra civiles kurdos:

Desde principios de diciembre, la Asociación Synergy ha documentado la detención de 128 personas (incluidas 20 mujeres) a manos de las facciones del SNA en Afrin y su campo, incluida la región de al-Shahba, en el norte de Alepo. La Asociación documentó la liberación de 52 personas tras haber sido sometidas a tortura física y psicológica, mientras que la suerte de 76 personas sigue siendo desconocida.

Más del 50% de las detenciones se produjeron en los pueblos de la región de al-Shahba, en el norte de Alepo, entre ellos Deir Jmal, Aqiba (también Aqîbê) y otros, ya que se encontraban en las líneas de contacto entre las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y el SNA. Se ha documentado la detención de 65 personas, entre ellas mujeres, que fueron sometidas a tortura física y psicológica con el pretexto de tratar con las FDS. Algunas fueron liberadas tras varios días de detención previo pago de un rescate, mientras que el destino de las demás sigue siendo desconocido.

Por otra parte, en la aldea de Hijka, que sigue al distrito chií/Shaykh al-Hadid, en el oeste de Afrin, la brigada Sultán Suleimán Shah (al-Amshat) impuso cantidades de dinero de hasta 10.000 USD a las familias que regresaban. Algunas familias no pudieron pagar, lo que provocó la detención de sus miembros, mientras que otras se vieron obligadas a huir a los barrios de Sheikh Maqsoud y Ashrafiya, en Alepo, tras no poder hacer frente a las exigencias.

Synergy también ha verificado el asesinato de cuatro mujeres en los pueblos de la región de al-Shahba, en el norte de Alepo, que fueron violadas antes de ser asesinadas, tras la toma de la zona por las facciones del SNA. Además, un anciano kurdo murió tras ser detenido por estas facciones cuando regresaba a su pueblo natal en el campo de Afrin. Su familia fue informada de su muerte durante el interrogatorio.

Fuga de la prisión de al-Rai:

Más de 300 detenidos, entre ellos mujeres embarazadas, lograron escapar de «la Prisión de la Policía Militar» situada en al-Rai, al noreste de Alepo, después de que llevaran a cabo un motín interno y rompieran las cerraduras de las puertas de las celdas. La mayoría de los liberados son kurdos de Afrin que soportaron horribles violaciones a manos del SNA.

El motín fue resultado de la frustración por la decisión de amnistía general emitida por el Gobierno provisional sirio afiliado a la opositora Coalición Nacional Siria (CNS), ya que la amnistía no incluía a los detenidos kurdos que permanecían bajo custodia sin pistas ni cargos claros.

A pesar del éxito de la fuga, las fuerzas del SNA siguen persiguiendo a los detenidos liberados, lo que aumenta los riesgos a los que se enfrentan mientras buscan refugio seguro. Mientras tanto, decenas de detenidos permanecen en el interior de la prisión, que se ha convertido en un símbolo de tortura y violaciones.

La prisión de Al-Rai se ha ganado la infamia por sus torturas y violaciones sistemáticas. Muchos detenidos fueron asesinados bajo tortura, reflejando prácticas y métodos de tortura utilizados en los centros de detención del régimen sirio. Numerosos testimonios de los supervivientes confirmaron que esta prisión representa uno de los ejemplos destacados de la ausencia de ley y del continuo sufrimiento humanitario en las zonas controladas por las facciones respaldadas por Turquía.

En virtud de la decisión de amnistía general, decenas de detenidos fueron liberados de las prisiones gestionadas por el SNA en distintas zonas, entre ellas las de Ma’arata, Rajo y Azaz. Sin embargo, sigue habiendo dudas sobre la integridad de la aplicación de la amnistía, sobre todo porque muchos detenidos kurdos quedaron excluidos de ella y se siguen practicando detenciones arbitrarias contra ellos, por no hablar de la falta de transparencia en cuanto a los criterios adoptados para poner en libertad a los detenidos.

Los desplazamientos agravan la crisis humanitaria en el noreste de Siria:

A medida que las operaciones militares encabezadas por las facciones del SNA respaldadas por Turquía se intensifican en el norte y noreste de Siria, la región de al-Shahba en el norte de Alepo, ha sido testigo de una nueva ola de desplazamientos masivos. Más de 120,000 personas, en su mayoría kurdos de Afrin, desplazados, marcando una trágica repetición de su difícil situación en 2018 durante la Operación «Rama de Olivo» de Turquía.

La Asociación Synergy recibió informes de múltiples violaciones a las que se enfrentan las personas desplazadas a manos de las facciones del SNA en ruta desde Tall Rifaat y la región de al-Shahba en el norte de Alepo hacia el noreste de Siria. Estas violaciones incluyen ataques y humillaciones a convoyes de desplazados internos, detenciones arbitrarias y extorsión económica.

Según las autoridades locales, más de 90.000 personas se desplazaron al noreste de Siria, donde fueron alojadas temporalmente en escuelas y estadios de las dos ciudades de Tabqa y Raqqa. Posteriormente, miles de ellos fueron distribuidos entre las regiones de Kobani y Al Yazira. Sin embargo, las condiciones humanitarias en los centros de alojamiento siguen siendo desastrosas, ya que muchos de los desplazados sufren escasez aguda de refugio, alimentos, agua y servicios médicos, en medio de los limitados esfuerzos proporcionados por las organizaciones locales e internacionales.

Según un informe publicado por la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) el 12 de diciembre, los desplazados viven en una situación desesperada, ya que las temperaturas han descendido por debajo del punto de congelación y la gente no tiene mantas ni calefacción. Las instalaciones no están equipadas para acoger a la gente y las letrinas, el agua potable y los alimentos son insuficientes, ya que las autoridades no han tenido tiempo ni recursos suficientes para preparar la llegada de la gente. Los servicios médicos existentes en algunas de las zonas que reciben a los desplazados se han visto rápidamente desbordados.

En medio del conflicto y las operaciones militares en curso, más de 10.000 personas -entre ellas miles de kurdos- permanecen y/o están atrapadas en pueblos y ciudades de la región de al-Shahba, en el norte de Alepo, que ha pasado a estar bajo el control de las facciones del SNA. Se han documentado graves violaciones contra esas personas, como asesinatos, detenciones arbitrarias y torturas, incluida violencia sexual, además de saqueos y confiscación de bienes.

Responsabilidad jurídica:

En virtud del DIH, las graves violaciones cometidas por las facciones del SNA en el norte y noreste de Siria, con el apoyo directo de Turquía, constituyen violaciones flagrantes de los Convenios de Ginebra de 1949. Las detenciones arbitrarias y la tortura figuran entre las violaciones prohibidas de conformidad con el artículo 3 común de los Convenios de Ginebra, que obliga a todas las partes en conflictos armados no internacionales a respetar y proteger a las personas que no participen en las hostilidades. El mismo artículo prohíbe estrictamente practicar la tortura y los tratos crueles o inhumanos. Además, el desplazamiento forzoso de la población civil es un crimen de guerra según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, que prohíbe el traslado forzoso de la población de sus tierras por imperativos militares injustificados.

Como potencia de apoyo y supervisión de las facciones del SNA, Turquía es legalmente responsable de estas violaciones. Esto obliga a Turquía a garantizar que las facciones armadas se adhieren a las leyes internacionales, cesan las violaciones y exigen responsabilidades a los autores. No tomar medidas efectivas para impedir estos crímenes o castigar a los responsables constituye complicidad implícita, lo que hace a Turquía responsable ante organismos y tribunales internacionales.

Recomendaciones:

La Asociación Synergy se unió a 129 organizaciones sirias en una declaración conjunta, emitida el 5 de diciembre, en la que piden al Consejo de Seguridad de la ONU que proteja a los civiles e intervenga rápidamente para detener la escalada militar en el norte de Siria y mejorar la respuesta humanitaria. Las organizaciones sirias advierten de que esta escalada militar constituye un grave punto de inflexión en el conflicto sirio y plantea verdaderas preocupaciones para muchas sociedades sirias, especialmente para las minorías religiosas y étnicas. Por ello, la declaración recomienda:

1. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas:

• Emitir una resolución urgente para cesar el fuego y detener la escalada militar en todas las zonas de conflicto en Siria.
• Adoptar medidas prácticas para garantizar la protección de los civiles, exigir responsabilidades a los autores de violaciones y mejorar la prestación de ayuda humanitaria.

2. Agencias de Naciones Unidas y Organizaciones Humanitarias Internacionales:

• Poner en marcha una respuesta de emergencia para satisfacer las necesidades básicas de decenas de miles de desplazados, incluyendo refugio, alimentos, agua y atención médica.
• Garantizar la entrega segura y no discriminatoria de ayuda humanitaria a todas las zonas afectadas.
• Apoyar iniciativas para mejorar la seguridad alimentaria y abordar las necesidades a largo plazo de los desplazados.

3. Partes en conflicto en Siria:

• Cumplir con el DIH y proteger a los civiles de los ataques directos e indirectos.
• Poner fin a todas las operaciones militares que provoquen desplazamientos forzosos y violaciones contra la población civil.
• Permitir que organizaciones independientes accedan a las zonas afectadas para documentar las violaciones y evaluar las necesidades.

4. La Comisión Internacional Independiente de Investigación (COI) y el Mecanismo Internacional, Imparcial e Independiente (MII) de las Naciones Unidas:

• Lleven a cabo una investigación exhaustiva, minuciosa y transparente de los crímenes cometidos en el norte de Siria durante la reciente escalada militar y publiquen un informe al respecto.
• Recopilar y analizar pruebas relacionadas con los crímenes cometidos en el norte de Siria, así como coordinarse con los organismos judiciales internacionales para garantizar la rendición de cuentas de los autores.

5. Unidades de Crímenes de Guerra en países con leyes que permitan el enjuiciamiento en virtud del principio de jurisdicción universal:

• Ampliar las investigaciones estructurales sobre los crímenes cometidos en Siria para incluir los ocurridos en todo el norte de Siria por todas las partes en el conflicto.

1. U.S. Department of the Treasury, Treasury Sanctions Two Syria-Based Militias Responsible for Serious Human Rights Abuses in Northern Syria, 17 August 2023 (Available at: https://home.treasury.gov/news/press-releases/jy1699). ↩︎
2. U.S. Department of the Treasury, Treasury Sanctions Syrian Regime Prisons, Officials, and Syrian Armed Group, 28 July 2021 (Available at: https://home.treasury.gov/news/press-releases/jy1699) ↩︎

Fuente: Hevdesti