¡¿Liberación de la mujer o barbaridad patriarcal?! De la Conferencia de Jineolojî a la resistencia de Efrîn
¡¿Liberación de la mujer o barbaridad patriarcal?!
De la Conferencia de Jineolojî a la resistencia de Efrîn
Fuente: Kurdistan Report
Autoría: Andrea Benario
Fecha: 12/2/18
Traducción: Rojava Azadi
Solo una semana antes de que comenzara la guerra de agresión de Turquía contra el cantón de Efrîn, tuvo lugar la primera Conferencia de Jineolojî en el norte de Siria. Bajo el lema «Jineolojî: iluminando la realidad social con la naturaleza de la mujer», la Academia de Jineolojî de Rojava había invitado a esta conferencia que se realizó 12 y 13 de enero de 2018. El objetivo era intercambiar y evaluar las experiencias del proceso de desarrollo estructural de jineolojî como una ciencia alternativa de la mujer en Rojava, las metodologías y los resultados del trabajo educativo y de la investigación de los últimos dos años. A continuación, se quería determinar conjuntamente nuevas acciones y nuevos proyectos para que los trabajos de jineolojî en Rojava puedan hacer justicia a su tarea como ciencia que viene de la revolución de las mujeres y esté a favor de ella.
Jineolojî es una nueva ruptura y un acto de resistencia a los ataques patriarcales que buscan eliminar la sabiduría y la autoconfianza de las mujeres. Partiendo de este principio, desde el verano de 2017 se crearon centros regionales de investigación de jineolojî, primero en Efrîn y a continuación también en Dêrik y Minbic, que han comenzado a reunir, conectar entre sí y hacer otra vez accesible al público el conocimiento de las mujeres. En particular, la visibilización y la concienciación sobre la riqueza de recursos históricos de la historia y la cultura local de mujeres en las distintas épocas y las comunidades de los pueblos del norte de Siria son una fuente de inspiración y un punto de referencia importantes. De esta manera se desenmascara la distorsión de la historia y de la verdad por parte de los poderosos que lo utilizan para consolidar la explotación y la sumisión. Hoy en día, las mujeres saben que en la historia de su región ha habido estructuras de consejos locales y confederales, mujeres sabias y luchadoras y formas de copresidencia, como lo evidencian los hallazgos arqueológicos en Tell Halaf, Urkeş o Efrîn.
200 delegadas de muchas ciudades y pueblos de los cantones de Efrin, Kobanê y Cizîrê, así como de las regiones que fueron liberadas del reino de terror del Estado Islámico en los últimos años, es decir Minbic, Tabqa y Raqqa, habían llegado a la I Conferencia de Jineolojî del Norte de Siria. Incluso las participantes de la región de Deir ez-Zor, que todavía no está plenamente liberado, llegaron a Dêrik, para aprender acerca de los objetivos y el punto en que están los trabajos de jineolojî y compartir sus ideas. Mujeres de todas las generaciones y diversos grupos sociales, étnicos y religiosos de la Federación Democrática del Norte de Siria discutieron apasionadamente sobre el impacto de la revolución y la guerra en las mujeres y la sociedad. La necesidad de expresarse, compartir sus pensamientos y experiencias de vida se sintió claramente. Las mujeres que se juntaron, – kurdas, árabes, armenias, turcomanas, asirias, caldeas, chechenas y yezidíes, las mujeres musulmanas, alevíes y de fe cristiana – representan al mismo tiempo el mosaico de diferentes pueblos y grupos religiosos que viven en la Federación Democrática del Norte de Siria. Además, en la conferencia participaron también mujeres internacionales de diferentes países europeos. Y por lo tanto también los discursos y las pancartas en la sala de conferencias eran multilingües: en árabe, en kurdo, en siriaco y en turcomano. Para muchas mujeres, reunirse e interactuar con mujeres de otras regiones y comunidades significó poder verse mejor en el espejo de las realidades de otras mujeres; tomar conciencia de las similitudes y diferencias en la historia y las realidades de otras mujeres. En sus contribuciones a la discusión, las participantes de la conferencia frecuentemente enfatizaron la importancia que tiene para la construcción de las nuevas estructuras sociales la investigación y la educación realizadas desde el punto de vista de las mujeres. Porque solo así se puede superar el dolor y el sufrimiento, la mentalidad patriarcal y la violencia en todos los ámbitos de la vida. Especialmente las que vinieron de las zonas que hasta hace poco han sido avasalladas por la tiranía del Estado Islámico (IS), expresaron sus expectativas de que mediante la difusión de jineolojî las mujeres se sintieron empoderadas a romper su silencio y recuperar su confianza en sí mismas.
Un importante tema del programa era la presentación de los resultados preliminares de un estudio sociológico de la historia de las mujeres y las sociedades del norte de Siria y el impacto de la revolución en sus vidas. Tras casi 300 entrevistas y grupos de discusión se ha compilado el conocimiento de las mujeres sobre su cultura e historia, sus experiencias vitales y sus perspectivas de futuro. Su conocimiento, a su vez, se convirtió en una pista para seguir investigando, estudiar fuentes y visitar sitios históricos. Mientras se trabajaba en el estudio, paralelamente se intentó desarrollar una metodología apropiada para el enfoque de jineolojî, es decir entender la investigación como un proceso colectivo en el que las realidades personales y sociales se reflejan en conversaciones y discusiones para luego poder cambiarlas en el sentido de la liberación.
Este proceso de investigación reveló que en muchas aldeas y tradiciones sociales hasta hoy en día siguen existiendo huellas de una sociedad marcada por mujeres, organizada fuera del Estado, comunal, solidaria y de democracia de base. Desde los consejos de aldeas y las comisiones de arbitraje pasando por los depósitos compartidos por toda la comunidad, las formas colectivas de trabajo, el compartir de las alegrías y penas hasta la responsabilidad ética de ayudar a lxs necesitadxs de manera material y moral y sin esperar algo a cambio. En muchos lugares, las festividades de diferentes pueblos y comunidades de fe se celebran y se siguen celebrando conjuntamente.
Muchas mujeres mayores contaron: «Anteriormente, para las mujeres en las aldeas no había nada que se hubiera considerado “indecente”. Mujeres y hombres, chicas y chicos, niños y niñas trabajaban, celebraban, bailaban y cantaban juntxs. Aunque el trabajo fue físicamente muy duro, lo disfrutamos porque hicimos todo juntxs y lo compartimos unxs con otrxs”. Había pueblos en los que la calidad de los campos alrededor del pueblo variaba mucho. Para que ninguna familia se vea en desventaja, la comunidad del pueblo decidía cada año por sorteo, cuál familia puede ordenar qué campo el próximo año. A la pregunta cuándo y cómo sus vidas cambiaron de manera negativa, muchas mujeres respondieron: «Cuando el dinero, la electricidad y la televisión llegaron a nuestra aldea, nuestra forma de vida comunitaria fue destruida». Muchos de los desarrollos que fueron alabados como «progreso» funcionaron de manera destructiva para la cultura de la vida relacionada con la naturaleza y la convivencia. Como resultado, las mujeres fueron expulsadas cada vez más de la vida comunitaria.
El control del Estado y la opresión también alimentaron la desconfianza y los prejuicios en la sociedad. Como resultado del decreto del gobierno baathista del 5 de octubre de 1962, que también se conoce como el comienzo de la política chovinista de crear un «cinturón árabe» en el norte de Siria, se confiscaron 6,5 millones de hectáreas de tierra kurda. La mayoría de lxs kurdxs que viven en el cantón de Cizîrê fueron privadxs arbitrariamente de todos los derechos de ciudadanía. Las mujeres se vieron particularmente afectadas por esta política, que dio como resultado el empobrecimiento y una migración concomitante.
En cuanto a sus vidas y problemas antes de la revolución, muchas mujeres contaron que tras las expropiaciones de las tierras fueron obligadas a trabajar como jornaleras en condiciones agrícolas difíciles. Las familias fueron divididas ya que muchos hombres fueron a las grandes ciudades de Siria o al extranjero en busca de oportunidades de trabajo que les permitiese mantener la subsistencia de sus familias. Muchas familias de Cizirê, Kobanê y Efrín emigraron a Alepo o Damasco, donde vivían en condiciones precarias en barrios pobres de las áreas suburbanas. Además, el Estado sirio deliberadamente envió los imanes de ciertas sectas islámicas a las regiones kurdas como, por ejemplo, Kobanê para controlar mejor a la sociedad. La difusión de los rigurosos dogmas religiosos reforzó las estructuras y la mentalidad patriarcales en la sociedad. Con esto se atacó las tradiciones de la cultura colectiva de las mujeres. Por medio del honor patriarcal y religioso, que declara que las mujeres son propiedad de la familia y del hombre, las mujeres han sido privadas de su libertad de expresión y movimiento, casadas o divorciadas contra su voluntad. A partir de entonces, las mujeres de Kobanê se vieron obligadas a ocultar sus tradicionales vestidos de colores y blancos debajo de los hiyab negros. Desde el comienzo del siglo XXI, el Estado sirio ha utilizado en particular los medios de comunicación y las tendencias de la moda para hacer la sociedad más pasiva. Las series de televisión turcas fueron dobladas en árabe. Estas series propagaron una cultura material así como estereotipos sexistas, burgueses y patriarcales. Especialmente las mujeres jóvenes cayeron en la confusión, metidas entre los ideales de belleza propagados por la cultura de Hollywood y Bollywood y las ilusiones respecto a un nuevo nivel de vida, por un lado, y la propia realidad en que viven, por el otro. Por ejemplo, muchas mujeres jóvenes que crecieron en grandes ciudades sirias intentaron adaptarse al sistema del Estado sirio y a la cultura árabe, con la esperanza de poder conseguir un avance social.
Pero incluso las mujeres que habían estudiado en las universidades de las grandes ciudades de Siria apenas tenían la oportunidad de trabajar en su campo, y mucho menos de determinar sus propias vidas. Además de las profesiones de profesora o enfermera, que a menudo quedaban fuera del alcance de las mujeres kurdas debido a su falta de ciudadanía siria, casi ninguna oportunidad laboral estaba abierta a las mujeres. La perspectiva de la vida básicamente se reducía al matrimonio y la maternidad. Por lo tanto, no es sorprendente que muchas mujeres que durante el estudio fueron entrevistadas sobre sus planes y deseos futuros, se quedaron perplejas y respondieron: «Nadie nunca me ha hecho una pregunta como esa. Es que hasta ahora nunca lo he pensado …»Además, la huida, el miedo, las noticias sobre muerte y la incertidumbre relacionados con los más de seis años de guerra en Siria, contribuyeron al hecho de que las mujeres fueron robadas, privadas de la oportunidad de poder planificar su futuro a largo plazo. Saben que las imprevisibles políticas bélicas y económicas de las potencias imperialistas y varios Estados más tienen un impacto inmediato en sus vidas.
Sin embargo, muchas mujeres compartieron con orgullo los numerosos logros y cambios que ellas mismas han realizado en la vida social y personal. En el marco de la construcción de la autonomía democrática, las mujeres están presentes por primera vez en todos los ámbitos de la vida pública, participan en la toma de decisiones y plasman sus propias vidas. Una participante de la conferencia comparó la situación antes de la revolución con la de hoy: «Hace algunos años no nos podríamos ni imaginar que vamos a aprender leer y escribir en nuestro propio idioma. Pero hoy todas mis hijas y hijos van a la escuela y luego me enseñan a mí a leer y escribir en kurdo. Anteriormente, hubiera sido impensable que una mujer se moviera libremente en la sociedad sin ser acompañada por un miembro varón de la familia. Pero hoy las mujeres ocupan su lugar en todas las partes de la vida social, política y económica. Especialmente la valiente lucha de las mujeres en las Unidades de Defensa de las Mujeres (YPJ) ha provocado un gran cambio social. Siento una alegría indescriptible de poder reunirme hoy con tantas mujeres amantes de la libertad.”
Una mujer árabe agregó: «Anteriormente, la mentalidad del partido Baath solía dominar todo. Pero mientras tanto, la gente en Rojava ha olvidado los tiempos del régimen Baath. Porque hemos demostrado y se ha comprobado que el sistema de autogobierno democrático funciona. La creencia de las personas de poder plasmar su propio futuro en este nuevo sistema se ha vuelto sólida. Anteriormente, solía considerarse «indecente» que las mujeres trabajaran en una empresa. Mi empleador siempre me encerraba en un cuarto trasero, para que nadie me viera cuando estaba haciendo la contabilidad, porque era una mujer. Hoy soy la copresidenta del Consejo Municipal de Çil Axa y la gente se dirige a mí con sus preocupaciones. Con esto uno de mis sueños se hizo realidad. ¡No necesito esconderme más cuando hago mi trabajo! »
Las contribuciones de las participantes de la conferencia y las decisiones que se aprobaron, junto con mujeres de diferentes grupos sociales, respecto a la difusión de jineolojî en todas las regiones del norte de Siria, tienen un significado muy actual y estratégico. Esto fue particularmente evidente en los ataques contra Efrîn que comenzaron solo unos pocos días después de que las delegadas regresaran a sus casas.
El ataque a Efrîn es un ataque a la revolución de las mujeres
En las últimas semanas se ha hablado mucho sobre los intereses económicos y estratégicos y los desarrollos militares de la agresión – que además infringe el derecho internacional- del Estado turco contra el cantón de Efrîn. En este sentido, muchos artículos y reportajes polémicos tanto sobre la guerra lanzada por Turquía como la resistencia en Efrîn se publicaron en varios medios internacionales. Sin embargo, si nos fijamos más atentamente en el discurso y la práctica bélica del Estado turco y las bandas de asesinos yihadistas que están bajo sus órdenes, nos damos cuenta de que esta guerra tiene otra dimensión más. Al igual que el genocidio y el feminicidio cometido por Estado Islámico en agosto de 2016 en Şengal, también los ataques a Efrîn tienen un carácter profundamente patriarcal y chovinista. El ataque a Efrîn representa un ataque contra el patrimonio histórico y la memoria colectiva, como también contra la historia de la vida conjunta y colectiva entre diferentes pueblos y religiones.
La práctica del Estado turco retoma el hilo de su predecesor, el Estado Islámico, pero a nivel internacional hasta ahora no ha sido condenada con la misma vehemencia. Hace tres años el Estado Islámico dinamitó y saqueó los vestigios de la cultura matriarcal y los símbolos de la reina Zenobia en la antigua ciudad de Palmyra (en árabe Tadmor). Ahora aviones de combate turcos bombardean el templo Ain Dara (Endarê) que está dedicado a la diosa Ishtar (en kurdo Îştar), tiene 3.000 años de antigüedad y está situado cerca de la ciudad de Efrîn. Enormes huellas del pie talladas en losas de piedra que simbolizaban la presencia de la diosa, restos del edificio histórico del templo y las esculturas de mujeres y leones fueron destruidos por los bombardeos de la Fuerza Aérea de Turquía. La diosa Ishtar, la diosa de la fertilidad, la sabiduría, la protección y el amor, representa el patrimonio cultural común de los pueblos de la región. Las huellas de la historia humana en Efrîn se remontan a los hallazgos de esqueletos de neandertales que fueron enterrados hace 200.000 años en la cueva Duderi. En el neolítico, la región de Efrîn fue una de las zonas del Creciente Fértil, donde se construyeron los primeros asentamientos humanos y se desarrolló la agricultura. Las mujeres desempeñaron un papel principal en este proceso socio-histórico, que se conoce como la primera revolución de las mujeres.
Llama la atención el hecho de que el ejército turco como blanco de sus ataques aéreos y de artillería elige sobre todo las zonas de Efrîn donde hasta hoy en día sigue presente un rico y vivaz legado de la cultura neolítica y de las maneras de vida comunales. Aquí hay pueblos como Zehra, en el que hasta el día de hoy se trabaja, cocina y come colectivamente; donde el dinero juega un papel subordinado y los valores éticos como la solidaridad y el intercambio todavía son muy valorados. En estas comunidades, las mujeres a menudo juegan un papel importante. Hay personalidades de mujeres fuertes que son respetadas como consejeras de la comunidad. Mujeres que han preservado y transmitido el conocimiento sobre los métodos naturales de curación a través de las generaciones. Muchos pueblos y sitios sagrados de la región de Efrîn tomaron sus nombre de una mujer, como por ejemplo Girê Cindirêsê [«el cerro de la hilandera»], Kevirê Bukê [«la piedra de la novia»], Şikefta Qîzika [“la cueva de la chica»], Xirabê Şemsê [«la ruina de Şemsê”] o Zinarê Zînê [“las rocas de Zinê”]. Cada uno de estos lugares tiene su propia historia, muchos nos hablan del poder creativo y la resistencia de las mujeres. Las personas que viven cerca de Kevirê Bûkê cuentan que hace mucho, mucho tiempo, una joven iba a ser casada en contra de su voluntad. Sin embargo, la joven se opuso y dijo: «¡Prefiero convertirme en piedra antes de casarme con este hombre!» Y en aquel instante ella junto con su caballo se solidificaron y convirtieron en una piedra. Hasta el día de hoy, la gente de la región visita a esta piedra, tratándola como un lugar sagrado. También se la ve como un recordatorio de que hay que respetar la voluntad de las mujeres jóvenes y no causar que les pase alguna desgracia. En la región de Mabata las mujeres hablan de un pueblo donde las mujeres han desarrollado su propio idioma y solo se lo enseñan a sus hijas.
A pesar de un largo listado de diversos Estados ocupantes y coloniales que trataron de dominar la región durante los últimos tres milenios, la gente de Efrîn ha conservado muchos elementos de la sociedad preestatal en su cultura de vida y de resistencia. Dado que hasta ahora las diversas formas de opresión sexista, racista-nacionalista y religioso-fundamentalista han demostrado ser inadecuadas para borrar por completo las huellas de la historia de las mujeres y de la cultura matriarcal e igualitaria, el Estado turco intenta ahora hacer lo mismo con sus bombas, granadas y ayuda de pandillas de asesinos. Con el objetivo de destruir la vida comunal de los diversos grupos religiosos, los pueblos yezidíes en las regiones Şêrawa, Şera y Cindirêsê, los santuarios cristianos y las aldeas alevíes en la región de Mabeta de Efrîn fueron declarados blancos del ataque.
Con la destrucción de los testimonios de las culturas preestatales y matriarcales, las élites gobernantes buscan también aplastar la lucha revolucionaria de las mujeres en Kurdistán, que toma como una referencia estos valores culturales e igualitarios. Especialmente en los últimos cinco años, el Estado turco ha intensificado sus intentos de aniquilar la dinámica revolucionaria iniciada por el movimiento de mujeres en Kurdistán. Lo demuestran, entre otras cosas, los atentados cometidos por los servicios secretos turcos contra las líderes del movimiento de mujeres kurdo. De esta manera, nuestras compañeras Sara, Rojbîn y Ronahî fueron asesinadas en París el 9 de enero de 2013, con el fin de detener la propagación de la fuerza ideológica, la organización internacional y la movilización de las jóvenes del movimiento de liberación de la mujer. Nuestras amigas Sêvê, Pakîze y Fatma fueron asesinadas el 5 de enero de 2015 en Silopî por escuadrones de la muerte del Estado turco para silenciar el poder social y político de las mujeres. Las masacres del Estado turco en Cizîrê y Sûr que acompañaron a estos asesinatos pretendían romper la voluntad de la gente. Para destruir las estructuras autónomas de autogobierno basadas en la idea de la liberación de la mujer en el norte del Kurdistán, barrios históricos enteros y estructuras de vida establecidas fueron bombardeados y arrasados. Dos años más tarde, docenas de aviones de combate de la Fuerza Aérea de Turquía bombardearon el cuartel general de las YPJ en Qerecox, Rojava. Si bien la lucha audaz de las YPJ contra las bandas inhumanas de Estado Islámico en Kobanê ha recibido reconocimiento internacional y solidaridad, el Estado turco considera a las mujeres que luchan contra la injusticia y la opresión como «una amenaza terrorista a los intereses nacionales de Turquía». Con la intención de destruir las fuerzas de defensa de la mujer, el año pasado el ejército turco concentró sus ataques aéreos en posiciones de la guerrilla YJA Star en las montañas de Kurdistán y en sus comandantes. El mismo objetivo persiguen los sistemáticos ataques sexistas de soldados turcos y fuerzas especiales contra las luchadoras por la libertad. El Estado cree que puede mantener su orden fascista-patriarcal con que sus soldados y mercenarios violan, torturan, mutilan y exhiben desnudas los cuerpos de las combatientes por la libertad capturadas o asesinadas. En sus recientes ataques contra el cantón de Efrîn, los soldados turcos y grupos yihadistas comandados por el ejército turco también perpetraron estos crueles crímenes marcados por la misoginia, el desprecio por la humanidad y la obsesión machista. Estas agresiones tienen como objetivo romper la voluntad de la libertad y la dignidad humana de todas las mujeres y de la sociedad entera. Sin embargo, estos cálculos del Estado turco no funcionaron. Porque en cuatro décadas de la lucha por la libertad del movimiento de mujeres en Kurdistán, las mujeres han desarrollado una conciencia colectiva respecto a los objetivos y la naturaleza de los métodos de opresión y dominación patriarcales del Estado. Y así cada ataque fue respondido con una nueva ola de resistencia y nuevos resurgimientos.
- Las mujeres de Efrîn pudieron tomar como referencia una tradición de resistencia y autogobierno local, que se ha fortalecido gradualmente desde la década de 1980 con la organización del movimiento de liberación kurdo en Rojava. Al hacerlo, se opusieron a la enajenación patriarcal y colonial. Aprendieron a valorar su propia cultura e idioma. En particular, los análisis de Abdullah Öcalan sobre cuestiones como la historia de la mujer, la liberación de la mujer como base de la liberación social y nacional o la ideología de la liberación de las mujeres, que muchas mujeres de Efrîn podían leer o ver en las grabaciones de vídeo, aumentaron su confianza en sí mismas. Este proceso de concienciación fue la base de la organización de mujeres y la solidaridad entre las mujeres, sobre cuyos fundamentos fue posible construir el movimiento de mujeres Kongra Star y donde ahora jineolojî retoma el hilo.
Desde las revueltas en Siria y el comienzo de la revolución en Rojava, el movimiento de mujeres ha logrado movilizar y organizar a mujeres de todos los sectores de la sociedad. Mientras que anteriormente para muchas mujeres era casi imposible salir solas de la casa, y mucho menos participar en toma de decisiones, ahora las mujeres se han convertido en una fuerza impulsora de la construcción de estructuras de autogobierno democrático de Rojava y de la Federación Democrática del Norte de Siria. Así fue también en Efrîn. Desde el principio, las mujeres de todas las edades participaron activamente en la resistencia contra los ataques de las pandillas de Al-Nusra controladas por Turquía. El 29 de mayo de 2013 la primera comandante de YPJ, Silava (Meryem Mihemed) perdió la vida defendiendo el cantón de Efrîn. Se convirtió en el modelo para centenares de mujeres jóvenes de Efrîn que se unieron a las Unidades de Defensa de Mujeres. Al igual que Arîn Mirkan, también originaria de Efrîn, se convirtió en un símbolo de la resistencia de las YPJ en la defensa de Kobanê y contra el avance de las pandillas fascistas del Estado Islámico, la luchadora de YPJ, Avesta Xabûr entregó su vida cerca del pueblo de Hemam para impedir la invasión del ejército fascista turco en la región de Efrîn. El espíritu y el coraje de la resistencia contra la invasión y la ocupación se ha extendido entre las mujeres de todos los sectores de la población de Efrîn. Decenas de miles de mujeres tomaron las armas para defender sus vidas, su tierra y su futuro. A pesar del constante bombardeo de sus barrios, frente a la muerte y la destrucción, declaran que no serán expulsadas de sus tierras. Son conscientes de que en Efrîn defienden la revolución de las mujeres y el anhelo de las mujeres en todo el mundo por una vida de autodeterminación, libertad y dignidad. Es por eso que su llamamiento a las mujeres en todo el mundo dice: «¡Mujeres, levantémonos por Efrîn!»