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La necesidad y los modos de la crítica

Yeni Ozgur Polítika – Hijri Izgoren – 9 junio 2023 – Traducidos y editado por Rojava Azadi Madrid

No podremos progresar ni desarrollarnos mientras no demostremos capacidad de analizar críticamente los acontecimientos y circunstancias no sólo en el campo de la política, sino en todos los ámbitos de la vida social, de criticarlos cuando sea necesario, y mientras los criticados no aprendan a comprender y sacar provecho de esta crítica cuando sea necesario.

Digámoslo desde el principio: la crítica, no importa de quién a quién, de dónde a dónde, también debe tener sus modales.
Naturalmente, después de cada elección, los votantes que no encuentran lo que esperaban critican al partido al que han votado. Los líderes del partido, por su parte, tienen que escuchar estas críticas procedentes de las bases, recopilarlas, hacer uso de ellas, aprender lecciones de ellas y elaborar políticas en consecuencia. Además, en caso de fracaso, los líderes del partido han de expresar sus propias deficiencias y hacer autocrítica.
Algunos partidos pasan por un proceso así después de las elecciones. Hoy, por desgracia, hay problemas tanto en la dosis de crítica como en la cultura de percepcion de la crítica y en la digestión de la misma.


Probablemente, la característica clave y la belleza del cerebro humano es su capacidad de raciocinio. Pensar también incluye cuestionar. Criticar una opinión errónea, una idea o una actuación es una de las responsabilidades de ser persona. Es un signo de desarrollo que los líderes de los partidos también acojan estas críticas con comprensión.
La aceptación de la crítica es uno de los problemas más importantes que debe superar la sociedad. Esta necesidad se hace sentir en la política, pero también en casi todos los ámbitos de la vida. No podemos esperar progreso y desarrollo si no aprendemos a mirar con ojo crítico no sólo las instituciones políticas, sino también todo tipo de acontecimientos y circunstancias, y a criticarlos cuando sea oportuno.

No es que opongamos resistencia a la crítica. Por el contrario, defendemos ostensiblemente la crítica, pero en lugar de extraer lecciones de la crítica que se nos dirige, buscamos una intención oculta o nos ponemos inmediatamente a la defensiva.
Cuando pensamos en la crítica, la mayoría de nosotros la entendemos como negar, oponerse y denunciar algo o una situación. La crítica es el desarrollo de una actitud especial en relación con el objeto criticado y la presentación de esta opinión particular en forma de juicio objetivo. En otras palabras, la crítica no es sólo criticar o sólo alabar. Es un juicio que abarca ambas cosas. Este juicio debe basarse en la objetividad aunque contenga una actitud subjetiva.

La corrección (o incorrección) del juicio de quien critica también es criticable. La exactitud o inexactitud de los juicios realizados puede comprenderse mejor pasado un tiempo. También es natural que una interpretación o crítica sobre un tema esté sujeta a cambios en las culturas sociales y políticas que dominan la época, el tiempo y el lugar. Sin embargo, como en muchas otras situaciones, la crítica adquiere valor en la medida en que puede resistir el paso del tiempo.


Para emitir un juicio sobre una circunstancia (o incluso sobre cualquier cuestión ordinaria), para poder decir exitosa o fracasada, bella o fea, novata o magistral, es necesario tener algún conocimiento sobre esa circunstancia. Pero esto no es suficiente: para hacer una evaluación, hay que aprehender el conocimiento, valorar tendencias, disciplinar la sensibilidad y la acumulación de pensamiento. No debemos ignorar lo siguiente: «Nadie ha mejorado criticando a los demás».

Investigar, reflexionar, observar acontecimientos y hechos desde una perspectiva amplia es una condición sine qua non de la crítica. La crítica no consiste en lanzar frases. Es necesario evaluar un acontecimiento y una circunstancia en su totalidad.
La crítica no implica polemizar en un círculo vicioso. Es necesario excluir de la crítica una admiración intolerante, así como un enfoque hostil que provoque y ataque bajo la apariencia de discusión.

Hoy en día, por desgracia, tenemos problemas con la cultura de la crítica y la percepción de la misma, tanto en la dosis de crítica emitida como en su digestión. No podremos progresar ni desarrollarnos mientras no mostremos capacidad de observar con ojo crítico los acontecimientos y circunstancias, no sólo en el ámbito de la política, sino también en todos los ámbitos de la vida social, de criticar cuando sea necesario, y mientras los criticados no lo comprendan y aprendan a sacar provecho de estas críticas cuando sea necesario.

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