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La diáspora kurda debe involucrarse y apoyar las campañas sobre asuntos locales y nacionales

Fuente: ZaherBaher.com
Autor: Zaher Baher
Fecha: 2/11/2017
Traducido por Rojava Azadi
comunidad kurda
La emigración de kurdos a Europa, Escandinavia, Estados Unidos (EE.UU.) y otros países comenzó durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, siguieron siendo una pequeña minoría, en comparación con los inmigrantes de muchos otros países, hasta mediados de la década de 1970 y principios de la de 1980, cuando comenzaron las grandes olas de migración kurda desde las diferentes partes del Kurdistán. En el Kurdistán iraquí, la emigración comenzó después del colapso del movimiento kurdo liderado por Mustafa Barzani en marzo de 1975. En el Kurdistán iraní se inició tras la «revolución» cuando los islamistas llegaron al poder. En el Kurdistán turco se produjo tan pronto como surgió el movimiento PKK en la década de 1980. En el Kurdistán sirio comenzó en los años 80, pero fue muy lenta hasta el comienzo de la «primavera árabe».
En estos momentos, no hay datos sobre el número de kurdos en estos países. Sin embargo, una cosa está clara, los kurdos de Irak y Turquía constituyen la mayoría de los migrantes kurdos.
La diáspora kurda tiene muchos problemas en común con los migrantes de otras naciones. Estos incluyen el idioma, la vivienda, las conexiones sociales, el empleo y el cuidado de la familia que queda en la patria. Lo que trajo a todos los inmigrantes a sus destinos fueron razones políticas, incluidas cuestiones económicas. Muchos de ellos han sufrido encarcelamientos, represión y persecución. Los ataques a algunos de sus países por parte de los EE.UU., Rusia y los países occidentales, o el sometimiento de sus gobiernos a las demandas y deseos de estos países, también fueron otro factor importante.
Todos los problemas anteriores fueron y siguen siendo comunes entre casi todas las minorías étnicas. Si observamos a los migrantes de África en su conjunto, Medio Oriente, Asia, Asia Central, Sudeste Asiático, Extremo Oriente, algunos países de Europa del Este y América del Sur, podemos ver que ésta es la realidad. Su gente ha dejado sus países en parte debido a tales razones.
Teniendo en cuenta que las principales razones para la emigración a Europa y otros lugares son las guerras y las cuestiones políticas, deberíamos plantearnos una pregunta importante. ¿Por qué estas personas no están involucradas en la política aquí, en sus nuevos países? Puede haber varias razones para esto: Tratar de evitar politizar su sufrimiento actual en comparación con el pasado, no conectar la causa del sufrimiento pasado al gobierno en su nueva patria, el temor a los ataques y la represión de los países de donde provienen, los problemas familiares, la falta de confianza y los problemas sociales. Probablemente también haya otras razones relacionadas con lo que las personas enfrentan en su vida cotidiana: discriminación y prejuicio, desigualdad e injusticia. Sin embargo, cualesquiera que sean sus razones, no participar de lo que sucede en sus nuevos países no puede justificarse.
Además de las causas comunes que dieron lugar a su emigración, los migrantes, independientemente de dónde vengan, también tienen enemigos en común. Los migrantes que han escapado de sus países natales ahora a menudo viven en Estados que están creando guerras en todo el mundo; y que apoyan a los grupos terroristas y hacen tratos de armas con gobiernos dictatoriales y fascistas que resultan en el desplazamiento de personas. Estos Estados no solo causan migraciones masivas, sino que al mismo tiempo están cerrando sus fronteras a los desplazados. Ante esto, ¿por qué estas personas están en silencio y no logran traducir su enojo y esperanza en una acción productiva?
En el resto de este artículo intentaré concentrarme en la diáspora kurda con respecto a sus actividades y su participación en la política. Muchos de ellos son muy activos por sus propias causas. Sin embargo, en general, no conectan su lucha a las maquinaciones del Estado en su país de destino y, por lo tanto, no expanden sus actividades a acciones contra su nuevo estado o para apoyar campañas sobre asuntos locales y nacionales en su nueva patria.
Todos sabemos que nuestras comunidades en Gran Bretaña están amenazadas por quienes están en el poder, Laboristas, Tory (conservadores) o Lib Dem (Liberales). Hemos estado bajo esta amenaza hasta el punto en que corremos el riesgo de perder nuestra identidad, nuestra libertad individual y lo que hayan logrado las generaciones presentes o anteriores. De hecho, nos enfrentamos a perder casi todo. Miremos la historia de las últimas tres o cuatro décadas: la restricción de libertades, la instalación de más de 15 millones de cámaras de vigilancia para invadir nuestra libertad espiándonos, siendo aterrorizados por la policía mediante la implementación de leyes que promulgan la llamada guerra sobre el terror, los ataques a los derechos sindicales y de los trabajadores, cambios constantes en las normas y reglamentos relacionados con la obtención de beneficios y vivienda, falta de vivienda, venta de viviendas sociales, ampliación de academias, clausura de salas de maternidad y Urgencias en muchos hospitales, tratando de privatizar otros servicios de salud, largas listas de espera de hospitales, la introducción de tasas de matrícula, aumento en las facturas de servicios públicos, aumentos en la edad de jubilación, la introducción de contratos de cero horas, más de 6,5 millones de trabajadores que reciben menos del salario mínimo, tantos niños viviendo en la pobreza, más de medio millón de personas dependiendo de los bancos de alimentos y aumento de los niveles de contaminación. La lista puede seguir y seguir; en resumen, hemos alcanzado la esclavitud moderna.
La mayoría o todos los problemas anteriores afectan a los kurdos y a otras minorías étnicas, más que a los nativos británicos. Las razones por las que se ven afectados tan gravemente son porque tienen familias numerosas, problemas familiares aquí y en casa, dificultades de idioma, falta de comprensión del sistema, y problemas psicológicos y de salud debido a sus experiencias sociales y políticas.
Hay muchos grupos en diferentes distritos de Londres y otras ciudades que hacen campaña contra el gobierno y las corporaciones en cada uno de los temas mencionados anteriormente. Estos grupos han luchado contra el gobierno y las corporaciones a su manera y algunos de ellos han tenido éxito. No hay duda de que las victorias de cualquiera de estas campañas son mucho más beneficiosas para la comunidad kurda y otras minorías étnicas que para los nativos debido a sus circunstancias especiales.
Los kurdos deben involucrarse y hacer campañas en estrecha colaboración con otras personas. Es hora de escapar de la auto-marginación, es el momento de participar plenamente en las campañas locales, es hora de publicitar los problemas que afectan a la comunidad kurda aquí yendo a reuniones, participando en manifestaciones, protestas y ofreciendo solidaridad a las campañas locales y a cambio de obtener apoyo y solidaridad en temas que son más específicamente kurdos.
Con respecto a esto último, los kurdos deberían usar esta solidaridad para convertir sus propios problemas en asuntos locales y nacionales. Simplemente haciendo manifestaciones a las que solo asiste la comunidad kurda, organizando mítines y protestas por sí solos, haciendo un poco de ruido, levantando algunos carteles e imágenes de un líder u otro no es suficiente. Si esperan que esta actividad sea suficiente para que su voz sea escuchada por los medios y las autoridades aquí, están equivocados.
Si los kurdos quieren que sus voces sean escuchadas por el resto de la población y las autoridades estatales y locales, deben integrarse en la sociedad en general para obtener su simpatía, apoyo y solidaridad. No es correcto esperar que los demás te ayuden, pero no ayudarlos a cambio. La verdad es que todo el mundo comparte los frutos de ganar campañas.
Una vez dicho lo anterior, esto no significa que los kurdos deban dejar atrás su propia cuestión y concentrarse solo en lo que está sucediendo aquí. Más aún, si quieren ganar más apoyo y solidaridad, deben involucrarte en la política del país en el que viven y en sus propias cuestiones. El pueblo kurdo debe saber que quienes apoyan a sus enemigos en su país son el Estado y las corporaciones de aquí. Mientras más débil sea el Estado y las corporaciones aquí, más débil será el gobierno en sus propios países de origen, y más fuerte será la lucha y más rápida la victoria.
Esto no es sólo un problema en Gran Bretaña. Sé por otros compañeros y amigos en países europeos y escandinavos y en los EE. UU. que casi no hay kurdos que participen en actividades, a menos que esas actividades se relacionen directamente con la lucha kurda.
Aquí en el Reino Unido, especialmente en Londres, donde he vivido durante mucho tiempo, sé que hay muchos distritos donde la comunidad kurda constituye una buena proporción de las minorías étnicas del distrito. En estos barrios, hay problemas importantes a los que se enfrentan la gente, incluidos los kurdos. Estos problemas afectan directamente al pueblo kurdo, pero aun así han guardado silencio, concentrándose en sus propios asuntos como si estos problemas no tuvieran nada que ver con ellos.
En Haringey, donde vivo, tenemos graves problemas con la autoridad local y el gobierno central. Si bien una gran cantidad de kurdos vive en la ciudad, y de hecho tienen algunos centros comunitarios aquí, que yo sepa, sólo una minoría de ellos está involucrada en alguna de las muchas campañas en curso en Haringey.

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