La amenaza de Hayat Tahrir al-Sham para las mujeres en Siria
Centro de Información de Kongra Star – 18 diciembre 2024 – Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid
Hayat Tahrir al-Sham (HTS), también conocida como Tahrir al-Sham, surgió en 2017 como una coalición de varios grupos yihadistas salafistas implicados en la guerra civil siria. Incluye grupos con estrechos vínculos con Al Qaeda, así como antiguos combatientes del Estado Islámico (Daesh), y está designada internacionalmente como organización terrorista. Sin embargo, con el apoyo de fuerzas internacionales, Turquía en particular, HTS lanzó una ofensiva contra Alepo, Hama y Damasco el 27 de noviembre de 2024, derrocando al régimen sirio de Bashar al Assad. Al invadir la capital, Damasco, y Homs, HTS proclamó un nuevo gobierno sin la participación de los demás partidos políticos y demográficos sirios y se propuso gobernar Siria sobre la base de su ideología islamista fundamentalista.
La situación de las mujeres bajo el control del grupo HTS
Desde 2015, la región de Idlib, en el noroeste de Siria, está bajo el control de varios grupos mercenarios islamistas, entre ellos los precursores del grupo HTS, que se hizo con el poder en la región en julio de 2017. Desde entonces, este grupo, que mantiene numerosos vínculos con el Estado turco, se ha esforzado por instaurar su propio sistema político y económico e imponer sus estrictas prácticas religiosas a la población, en particular a las mujeres.
Bajo el dominio del grupo HTS en Idlib, la población ha experimentado grandes cambios en su vida cotidiana como consecuencia de la introducción de un estricto sistema social y jurídico basado en su interpretación de la ley islámica. Esto ha provocado numerosas restricciones y dificultades para las mujeres, cuya libertad social y religiosa se ha visto coartada, con consecuencias considerables en ámbitos como la educación, las oportunidades de empleo y las relaciones sociales. Estas duras condiciones han hecho a las mujeres más vulnerables a la violencia y el sufrimiento.
Los medios de comunicación informan sobre HTS y su trato a las mujeres
Según un periodista anónimo de la agencia de noticias Al-Ain (al-ain.com), el 25 de diciembre de 2020, en el noroeste de Siria, cientos de mujeres protestaron contra el dominio del grupo HTS en la ciudad de Idlib, exigiendo la liberación de prisioneros. Las mujeres enarbolaban pancartas en las que se leía: «No aceptamos rescates, solo aceptamos venganza. No venderemos la sangre de nuestros hijos a Al Yolani. Idlib es libre y seguirá siéndolo» y «Hayat: abandona Idlib». También se pidió el fin de los asaltos a viviendas por parte de miembros de las fuerzas de seguridad de HTS, que se han convertido en señores de la guerra y controlan todos los aspectos de la vida en la provincia de Idlib.
La agencia de noticias Al-Araby Al-Jadeed (newarab.com) informó en 2022 de que los grupos extremistas de Idlib se inspiraban en la experiencia de Afganistán. Las restricciones que imponen a la población dependen del grado de control que ejercen y de la estabilidad de su poder. Informaron de que «Hayat Tahrir Al-Sham trabajó con una estrategia única cuando empezó a controlar Idlib. Si veían a un joven fumando, se acercaban a él y le reprendían por motivos religiosos. Lo mismo hacían con las chicas que llevaban maquillaje, chaquetas cortas o colores llamativos. Al principio, hacían pasar estas amonestaciones por consejos, pero a medida que su poder crecía, empezaron a acosar a las mujeres. Incluso hoy en día, se niegan a permitir que hombres y mujeres se reúnan. Por ejemplo, los hombres no pueden entrar en las tiendas de ropa femenina.»
La experiencia de las mujeres de Idlib con los métodos del grupo HTS
* Rana (42 años, viuda): «Después de que asesinaran a mi marido, me sentí muy necesitada. Sin la escolta de un varón de la familia (mahram), no me permiten trabajar fuera de casa. Coso en secreto para alimentar a mis hijos. Siempre tengo miedo de que me descubran los miembros de la comisión».
* Samira (35 años, profesora): «Antes de que Tahrir al-Sham llegara al poder, trabajaba en una escuela pública. Ahora tengo que enseñar en clases separadas solo para niñas, con un plan de estudios restringido. Me han recortado el sueldo y a veces no me pagan nada. Me siento prisionera en mi lugar de trabajo».
* Un activista anónimo: «Las organizaciones extremistas también se están desarrollando y ganando terreno en los sectores pobres y conservadores de la sociedad, en nombre de la aplicación de la sharia. En estas comunidades, lanzan proyectos sociales, distribuyen ayuda financiera y promueven la educación religiosa e ideológica. A medida que ganan poder, comienzan a imponer sus interpretaciones religiosas a la sociedad y a utilizar la violencia y las detenciones para controlar su aplicación, todo ello con la intención de implantar la sharia».
* Hala (28 años, activista de derechos humanos): «Me detuvieron dos veces por mis actividades en favor de los derechos humanos. Mis interrogatorios fueron humillantes y dolorosos. Intentamos crear una red de apoyo para mujeres, pero tuvimos que trabajar en total secreto por miedo a la represión de la comisión».
* Nora (38 años, médico): «Después de que me impusieran restricciones estrictas, abandoné el hospital. Trabajaba sola en la sala de mujeres en condiciones arbitrarias. La mayoría de mis colegas huyeron de la región en busca de libertad».
* Ayshe (27 años, profesora y emigrante de Damasco): «Somos musulmanes y conocemos nuestras enseñanzas religiosas desde la infancia. Pero que alguien se entrometa en cada detalle de nuestras vidas con el pretexto de la religión es un desastre […] A una chica que lleva pantalones de jogging que sólo le cubren las rodillas se la llama liberal porque los pantalones tienen que llegarle hasta el tobillo. Es preferible llevar ropa islámica y un velo negro holgado que uno que oculte todos los detalles de la cara y el cuerpo. Pero en la cara no debe verse maquillaje ni ropa de color».
¿Cuál será la situación de las mujeres bajo el grupo HTS en Siria?
HTS afirma controlar actualmente el 70% del territorio sirio. En ciudades importantes como Damasco, Homs y Alepo, el grupo está empezando a utilizar los mismos métodos que en Idlib para atacar a las mujeres en público, criticándolas por su forma de vestir y su aspecto y exigiéndoles que lleven el velo. También están utilizando a mujeres, como la recientemente nombrada Secretaria de Familia, para hacer campaña a favor de la aplicación de normas restrictivas para toda Siria, basadas en las directrices de Idlib.
Si HTS consolida su poder, esto tendrá consecuencias considerables para la vida de las mujeres en Siria. Se verán privadas de sus derechos y libertades en nombre de la religión, lo que provocará un aumento de los casos de violencia sexual, secuestros y migraciones forzosas. Las mujeres se verán aún más agobiadas que antes por sus responsabilidades sociales y económicas hacia sus familias, además de la crisis humanitaria ya existente.
Centro de información Kongra Star 18.12.2024
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