Javier Couso: “Turquía usa los refugiados como arma contra la Unión Europea”
Javier Couso, eurodiputado de Izquierda Unida y hermano del periodista José Couso, asesinado por militares norteamericanos al comenzar la invasión de Irak, ha estado del 21 al 25 de octubre en Rojava (Kurdistán Occidental), es decir, en la región kurda de Siria, uno de los principales frentes en la guerra contra el Estado Islámico. Allí se ha reunido, como miembro de la Comisión de Exteriores del Parlamento Europeo e integrante del grupo Izquierda Unitaria Europea, con el Gobierno de Rojava, ha intervenido en su Parlamento, mantenido contactos con distintos partidos, como el de la Unidad Democrática (PYD), con representantes de asociaciones civiles, organizaciones de mujeres y combatientes de las Unidades de Defensa Popular (YPG) y de las Unidades de Defensa de la Mujer (YPJ). Para él, Rojava está viviendo una sorprendente y desconocida revolución democrática que Europa debiera apoyar, sobre todo ante el bloqueo de Turquía, a cuyo Gobierno acusa de utilizar a los refugiados sirios como arma contra la Unión Europea.
— ¿Cuál es su impresión general de la visita?
— Me ha impresionado la transformación que he visto, que podríamos llamar revolución democrática, una revolución profundamente democrática, plural, con integración de todas las minorías, tanto árabes como cristianos, una presencia de la mujer inédita en esta zona; hay copresidencia de hombre y mujer en todos los cargos, la presencia de la mujer en las instituciones está en torno al 40 por ciento; el diseño del municipalismo, desde las pequeñas comunas y los barrios, donde también están representadas las mujeres, incluso con casas de acogida; la lucha contra la violencia de género, la legislación de un Parlamento con 101 diputados y diputadas para abolir la poligamia, el matrimonio de niñas… Me ha sorprendido la capacidad de organizar una sociedad sin revancha, con una disposición integradora. Todo ello en medio de un bloqueo criminal sobre todo por parte de Turquía y de un combate desigual con unos terroristas armados hasta los dientes por las potencias del Golfo, Turquía y los países europeos.
Para mí ha sido un shock no darme cuenta de que los grandes medios de comunicación, incluidos los españoles, se han quedado en el amarillismo de las personas que solidariamente han ido allí a combatir el terrorismo, algo que defiendo porque va en la línea de las Brigadas Internacionales. Me ha sorprendido una educación en la que a un niño árabe se le enseña primero el árabe y como segunda lengua, el kurdo, y a un niño kurdo su idioma y, como segunda lengua, el árabe; lo mismo con los cristianos. También me ha sorprendido la mentira de que fueron los kurdos de Irak los que salvaron a los yezidis, cuando quienes les protegieron fueron las YPG. Para mí también es muy importante y fundamental su visión de integrar una república confederal dentro de Siria porque, además, rompe los grandes planes para reconfigurar Oriente Medio. Una república siria democrática con la presencia de una autonomía kurda a todos los niveles puede suponer un futuro para estabilizar la zona.
— ¿Cree que ese modelo es exportable al resto de Siria?
— Espero que sí. Me sorprendió por ejemplo que en Qamisli hubiera un cuartel del Ejército Árabe Sirio y que la transición de los controles entre el Ejército Árabe Sirio y las fuerzas kurdas se hiciera sin disparar un solo tiro. Hay un principio de colaboración. Los kurdos han optado por la no confrontación militar con el Gobierno Sirio. Si este Gobierno y Rusia fueran inteligentes, tendrían aquí un factor de estabilización, un modelo que defiende la diversidad sin perder la esencia del Gobierno. Como hemos visto en Bolivia y también en el Estado español, hay formas de solucionar la convivencia entre los diferentes pueblos cuando hay voluntad, pero si no hay voluntad seguirá habiendo problemas.
— Turquía ha atacado en varias ocasiones a los kurdos de las YPG pero esos mismos kurdos acaban de recibir 50 toneladas de armamento de EEUU. ¿Qué dicen los kurdos de esa contradicción dentro de la Alianza Atlántica?
— Esa contradicción existe. Lo estamos viendo y nuestro país ha tenido una evidente participación. En virtud de su artículo 5, la OTAN instaló los sistemas Patriot para defender, en teoría, la soberanía turca. Son baterías Patriot de Alemania, EEUU y España. Alemania y EEUU las van a retirar de forma sorpresiva en lo que se interpreta como un tirón de orejas al Gobierno turco. Los ciudadanos y los militares españoles se han quedado patidifusos. Morenés dijo que tenía que preguntar a los aliados, lo que muestra la otra dimensión del valor que tenemos en esa Alianza. En este sentido, hay que explicar a la gente que la geopolítica es poliédrica, que no va en una sola dirección. Se dan casos curiosos, como que EEUU quiera contener el expansionismo de Erdogán, que parece querer volver otra vez al Imperio Otomano desestabilizando toda la zona. Tras su acuerdo con Irán y el golpe en el tablero dado por Rusia, en el futuro tendrá que contener ese expansionismo y una forma de hacerlo puede ser estar con Turquía en la OTAN pero, a la vez, armar a los mismos que los turcos bombardean.
Pero también me he quedado preocupado con dos cosas. El encuentro entre Merkel y Erdogán, en el cual Merkel dijo que, si le ayudaba a solucionar la patata caliente de los refugiados, apoyaría una entrada de Turquía en la UE, algo que no apoyo mientras exista ese gobierno prepotente, desestabilizador y que es un peligro para la paz en la región. Y, por otro lado, con las declaraciones de Erdogán diciendo que había habido un acuerdo entre los kurdos y el Estado Islámico y que podría bombardear la zona. Es algo absolutamente delirante que espero sólo esté dentro de la retórica electoral. Señor Erdogán: es usted un mentiroso porque yo he estado en esa zona, he visto perfectamente las huellas de los combates y la absoluta ausencia de acuerdo entre las YPG y el Estado Islámico. A 80 kilómetros de Qamisli y también en Alepo las fuerzas kurdas están combatiendo a sangre y fuego y expulsando al Estado Islámico, algo que no hace el Gobierno de Erdogán. El Gobierno de Erdogán no sólo ha sido suministrador del Estado Islámico, sino que ha comprado el petróleo que roba y le ha servido de retaguardia, como se ha denunciado en este Parlamento.
— Ellos hablan, sobre todo, de que necesitan ayuda. El norte de Siria es bastante pobre, dedicado al sector primario, a la agricultura. Hablan de ayuda porque, por ejemplo, el Gobierno del Kurdistán iraquí tiene paralizadas en la frontera tiendas de campaña que iban a utilizar para acoger a los refugiados yezidis. Pero no es ninguna novedad que los refugiados, los flujos migratorios se utilicen como arma. Marruecos lo hace con España y Turquía evidentemente lo hace contra la Unión Europea para poder influir en su política, creando un problema como hace Marruecos cuando se enfada con España. Está comprobado: cuando hay buenas relaciones con Marruecos, el flujo de emigrantes en el Estrecho se detiene.— Entonces, la visita de Merkel sería la respuesta a esa presión…
— Sí. Ella misma lo ha dicho: si Turquía nos ayuda a solucionar el problema de los refugiados, Alemania hará un esfuerzo para que Turquía pueda acceder a la Unión Europea.— Algunas organizaciones que no están de acuerdo con el PYD le acusan de crear un sistema hegemónico, de no dejar espacio a otros partidos; incluso denuncian detenciones y hasta torturas. ¿Se ha entrevistado con esas organizaciones, por ejemplo con las que están más de acuerdo con la línea del Gobierno del Kurdistán de Irak?
— Aparte del Parlamento, me reuní con varios partidos: con el Partido Democrático de la Paz, el Partido Liberal, el Partido Comunista, el Democrático y no me hablaron de estas cosas. De todas las formas, si las denuncias vienen de partidos cercanos al Gobierno del Kurdistán iraquí, me gustaría preguntarles más bien lo contrario… sobre la represión que hay en el Kurdistán iraquí, sus relaciones excepcionales con los israelíes y con Turquía que yo vi cuando salí por el Kurdistán iraquí el año 2004 después de hacer un homenaje a mi hermano en Bagdad. Desde luego que hay que investigar cualquier denuncia de este tipo, pero tal y como fue allí la relación con la gente, el Gobierno y los parlamentarios, no vi nada de eso.
— Sin embargo, hay denuncias con nombres y apellidos… ¿Tuviste ocasión de entrevistarte con esas otras organizaciones que no están en la órbita del PYD?
— En esta visita hice un trabajo institucional porque fue una invitación gestionada por personas que están trabajando la solidaridad y que me conectaron directamente con el Gobierno y el Parlamento de Rojava. Por lo tanto, me entrevisté evidentemente con esas personas, como si voy a Alemania al Parlamento, me entrevisto con mis colegas, con mi contraparte parlamentaria. Por supuesto, cualquier denuncia hay que investigarla y, si fuera así, denunciarla. Yo soy familiar de víctima y he visto cómo se utilizan los derechos humanos incluso para crear guerras, pero, viniendo de donde vienen esas denuncias, las pongo entre comillas.
— Como sabes, también hay denuncias, en este caso por parte del Gobierno de Turquía, de que el PYD está aprovechando para hacer limpieza étnica en algunos lugares…
— Esa pregunta ni siquiera la voy a comentar… es como si viniera una denuncia por parte de las SS sobre los judíos; diría que no tiene ninguna credibilidad. El Gobierno de Erdogán no tiene ninguna credibilidad para hablar de limpieza étnica porque es lo que está haciendo en el territorio kurdo. Tampoco doy credibilidad a las denuncias en este sentido de Human Rights Watch ni a las de Amnistía Internacional; yo he pasado por esas zonas; más de 90 por ciento era población árabe y no había sido desplazada.
— ¿Vas a tomar ahora alguna iniciativa concreta en solidaridad con Rojava?
— Sí, he hecho una intervención en el pleno del Parlamento y, como estuve en Kobani, voy a preguntar por los 6 millones de euros que prometió la Unión Europea y que no han llegado. Voy a preguntárselo a la señora Mogherini y también voy a pedir una entrevista con el comisario de Ayuda Humanitaria para desarrollar otro tipo de iniciativas de solidaridad.
— Me refiero no tanto en el Parlamento Europeo como a las ciudades y comunidades de España donde Izquierda Unida comparte tareas de gobierno.
— Mi marco de trabajo es, en primer lugar, el grupo parlamentario de Izquierda Europea; voy a intentar trabajar en ese sentido aquí, sobre todo en la ayuda sanitaria a los hospitales kurdos. Posiblemente lo traslade también a España… pero vamos pasito a pasito, voy a hacer el trabajo en Europa y luego en el Estado Español.