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Informe sobre el estado actual de la presa de Ilisu, el Proyecto de Central Hidroeléctrica y las campañas opositoras

Iniciativa para Mantener Hasankeyf Viva (HYG) -  27 de mayo de 2019
Mapa del área afectada por el Proyecto Ilisu.
Fuente: Iniciativa para mantener Hasankeyf Viva (HYG)

Destrucción y resistencia en Hasankeyf y en Tigris

Desde su inicio, el proyecto de la central hidroeléctrica y el embalse de Ilisu han sido enormemente controvertidos tanto en el territorio del Tigris en la región del Kurdistán administrado por la República de Turquía como en toda la cuenca de éste hasta los humedales mesopotámicos en el sur de Irak. Recientemente el gobierno turco anunció que el 10 de junio de 2019 comenzará a llenar el embalse de la presa de Ilisu que está a punto de completarse. Este documento ofrece una visión general de los graves impactos sociales, culturales y ecológicos previstos y la incesante luchas
actual a nivel local, regional e internacional con la esperanza de detenerlo.

Introducción

El Proyecto Ilisu en el río Tigris es la planta hidroeléctrica y la represa más grande planificada o en construcción por el gobierno turco. Iniciada en
1997, es una parte clave del «Proyecto de Anatolia del Sudeste» (GAP) un proyecto a gran escala en el sudeste de Turquía, de población principalmente kurda.

El Proyecto GAP consta de 22 represas grandes con una capacidad de 8000 MW y la irrigación de 1,8 millón de hectáreas de tierra. El proyecto de 1.200 MW y 2 billones de euros de Ilisu con una altura de 138 m inundaría el Tigris en un tramo de 136 km y un área de 313 km2.

El primer Consorcio Ilisu colapsó en 2002, pero fue recuperado en 2005 con la participación de empresas alemanas, suizas y austriacas que solicitaron garantías de crédito a la exportación en sus estados. En los años siguientes, la implicación de empresas europeas, bancos y los gobiernos fue muy disputada hasta que, en julio de 2009, las Agencias de Crédito a la Exportación (ECA) de Alemania, Austria y Suiza dieron un paso sin precedentes y ordenaron la suspensión de las garantías de crédito, en base a la falta turca de cumplir con las requeridas condiciones ambientales, sociales y culturales (patrimonio), y gracias a una fuerte campaña internacional de protestas. Sin embargo, el gobierno turco organizó nuevas
financiaciones con préstamos de tres bancos (uno de ellos el Guaranti, perteneciente a BBVA) y comenzó la construcción del proyecto en marzo de 2010. En el consorcio Ilisu se mantuvo una sola empresa internacional: Andritz de Austria.

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