Imágenes de cámaras de seguridad muestran signos de maltrato en el caso mortal del preso Ferhan Yılmaz, en el noroeste de Turquía
17 ABRIL: DÍA INTERNACIONAL DEL PRESO POLÍTICO
Diariamente, desde el día 28 de marzo y hasta el 30 de abril 2022 inclusive, la situación de un preso o presa política kurda actual será puesta de relieve en nuestra web. Es nuestro humilde homenaje a estas personas, héroes silenciados de nuestro tiempo. Sin ellos no cabría esperanza de que otro mundo mejor es posible.
MEDYA NEWS – 15 abril 2022 – Traducido por Rojava Azadi Madrid
Ferhan Yılmaz, que perdió la vida el 10 de abril en la prisión de Silivri, en el noroeste de Turquía, aparece en las imágenes de vídeo de las cámaras de seguridad en una cama de hospital, conectado a una máquina de soporte vital, con moratones y cortes en la cara. La grabación parece haber sido tomada en el hospital público de Silivri, según publicó el periódico Evrensel el miércoles [13 de abril].
Yılmaz fue uno de los 10 presos que presuntamente fueron sometidos a tortura y malos tratos por parte de los funcionarios de prisiones. Los reclusos fueron golpeados, acosados e incitados a suicidarse por los guardias de la prisión en una serie de incidentes que comenzaron el 6 de abril, ha informado [el periódico] Evrensel. El propio Yılmaz fue hospitalizado el 10 de abril y murió poco después. Su puesta en libertad estaba prevista para el 12 de abril.
«Nos dijeron que había sido un ataque al corazón. Pero cuando lavamos su cuerpo antes del funeral, vimos marcas de cuerda alrededor de su cuello y que sus ojos se habían salido», dijo a Evrensel el hermano del preso, Hikmet Yılmaz.
Cuando finalmente la familia pudo verlo, los ojos de Ferhan Yılmaz estaban ensangrentados, su nariz estaba hinchada y parecía rota, y tenía un hematoma y un gran hinchazón en el pecho. También tenía los labios hinchados y puntos de sutura en el pie derecho, según su hermano.
En el certificado de defunción se indica que la causa de la muerte fue una «enfermedad infecciosa», según ha ha sabido el periodista Hazar Dost.
Sin embargo, la Dirección General de Prisiones y Centros Penitenciarios de Turquía había anunciado la causa de la muerte de Yılmaz como «paro cardíaco» en un comunicado publicado el martes.
La Dirección mencionó a otro recluso que, al parecer, fue hospitalizado con heridas infligidas por los guardias de la prisión.
«El convicto Halil Kasal, citado en las noticias como que está en la UCI, permanece en el centro penitenciario y no tiene problemas médicos», dijo la dirección, acusando a los medios de comunicación independientes de desinformación.
La familia de Halil Kasal facilitó a los medios de comunicación una grabación de su última llamada telefónica con el preso, en la que éste relataba detalladamente los malos tratos recibidos en la prisión de Silivri.
«Sin ninguna provocación, vinieron y me abofetearon, me insultaron. Tuve un ataque debido a mis problemas psicológicos», se oye decir a Kasal a su madre en la llamada.
Kasal también dijo que los guardias le habían pisado la cabeza con sus botas, le habían golpeado a él y a otros presos, y les habían arrancado la barba. Los prisioneros también fueron colocados en celdas acolchadas después, donde un guardia le dio a Kasal un cordón de zapatos y le dijo que se suicidara con él, dijo.
La Fiscalía de Silivri también dijo que las noticias sobre la muerte de Yılmaz eran falsas y engañosas, en un comunicado publicado el miércoles.
«No se han encontrado marcas de agresión o coacción, ni de cortes, disparos o estrangulamiento en el fallecido, que fue trasladado a la Institución de Medicina Forense de Estambul para la identificación final de la causa de la muerte», dijo la fiscalía.
Según la autopsia preliminar, las lesiones aparentes en el cuerpo de Yılmaz podrían atribuirse a «síntomas que podrían producirse durante las intervenciones médicas», dijo la oficina.
Se llevará a cabo una «investigación meticulosa» con las cámaras de seguridad, las declaraciones de los testigos y el informe de la autopsia, añadió la oficina.
Los guardias de la prisión implicados en el incidente siguen de servicio, informó la agencia de noticias Mezopotamya.
Mientras tanto, 10 reclusos que denunciaron malos tratos han sido trasladados a 10 prisiones diferentes, según defensores de derechos humanos.
Grupos de abogados, asociaciones de derechos humanos y defensores de la sociedad civil celebraron una rueda de prensa el viernes para anunciar que los reclusos habían sido separados y enviados a diferentes prisiones.
Los defensores de los derechos dijeron a los periodistas que los 10 reclusos habían denunciado que los funcionarios de la prisión de Silivri les habían intentado llevar al suicidio.
El diputado del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), Dilan Dirayet Taşdemir, llevó el asunto al Parlamento y dijo que el desprecio por la ley había alcanzado niveles sin precedentes bajo el gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP).
«Las cárceles se han convertido en laboratorios para experimentar con la violencia. Las muertes sospechosas y los intentos de suicidio han aumentado. Es evidente que existe un rencor contra el pueblo, que se refleja también dentro de las prisiones», dijo Taşdemir.