Estados Unidos y Rusia compiten por la atención de los kurdos en Siria

por Joris Leverink

Los kurdos sirios se consideran el enemigo más formidable del EI (Estado Islámico). Ahora que Rusia se ha unido a la guerra de Siria, está compitiendo con Estado Unidos por la atención de los kurdos.

La semana pasada Estados Unidos anunció que había dejado caer 50 toneladas de municiones a los grupos rebeldes en el norte de Siria. A pesar de sus comunicados públicos que proclaman lo contrario, la mayoría, si no toda, la munición acabó en manos de los kurdos sirios que luchan bajo la bandera de las Fuerzas de Protección del Pueblo, o YPG.

Consciente de la actitud negativa del Ejército Libre de Siria y sus aliados turcos hacia los kurdos sirios, Estados Unidos declaró alto y claro que el apoyo era para grupos rebeldes árabes en la provincia de Raqqa que se habían organizado a sí mismos bajo los auspicios de las recientemente creadas Fuerzas Democráticas Sirias.

Independientemente del discurso público, no hay duda de que la intención de Estados Unidos desde el principio era que la munición terminara en manos kurdas.

En la lucha contra el Estado Islámico (EI) uno de los aliados más cercano a Estados Unidos ha sido el YPG que ha dado muchos golpes significativos a la organización yihadista con el apoyo de los ataques aéreos de la coalición. Sin embargo, la preocupación turca por los estrechos vínculos de la organización con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, el PKK – que ha estado librando una insurgencia contra el Estado turco durante los últimos treinta años – ha obligado a Estados Unidos a darles un apoyo mínimo. Hasta ahora.

No hace mucho, escribí un artículo sugiriendo que Estados Unidos, al elegir a Turquía en lugar de a los kurdos sirios, había traicionado a sus verdaderas intenciones en la lucha contra el EI: eligió mantener su influencia en la región en lugar de derrotar a los yihadistas. El súbito cambio de estrategia de Estados Unidos, ahora que ha decidido proporcionar apoyo material a la YPG, no socava, sino que confirma esta teoría.

La relación entre Estados Unidos y Turquía sigue siendo la misma, pero la participación de Rusia como una nueva parte en el conflicto sirio ha obligado a Estados Unidos a subordinar su política regional a sus aspiraciones globales.

Rusia comenzó sus ataques aéreos en Siria el 30 de septiembre Después de haber apoyado al régimen de Assad política, financiera y materialmente por muchas décadas, la intervención militar en el conflicto no fue una gran sorpresa – a pesar del hecho de que muchos tenían la esperanza de que nunca sucediera.

Los ataques aéreos rusos se han dirigido a todos los grupos que el régimen considera terroristas, lo que significa, básicamente, todos los grupos armados que no son parte de las Fuerzas Armadas sirias – con la excepción notable del YPG, ya que no han formado una coalición con el régimen pero tampoco están en confrontación directa con él.

En el contexto de la guerra de Siria, lo único en que Estados Unidos y Rusia parecen estar de acuerdo es en su actitud hacia los kurdos, a los que ambas partes perciben como un posible aliado clave en el terreno. Esto para gran horror de Turquía, que percibe tanto el YPG como al Partido de Unión Democrática (PYD) como organizaciones terroristas y que ha advertido que las armas distribuidas a estos grupos podrían eventualmente ser utilizadas contra el Estado turco.

Antes de los últimos suministros aéreos de armas había habido críticas procedentes de los kurdos en cuanto a su cooperación con Estados Unidos. Los ataques aéreos de la coalición tuvieron un papel crucial en los avances de las fuerzas kurdas contra el EI. Pero la negativa de la Casa Blanca de criticar a Turquía – cuando ésta estaba librando una guerra contra sus ciudadanos kurdos en un intento de aplastar el apoyo al PKK – hizo que el YPG y el PYD se dieran cuenta de que el apoyo occidental sólo llegaría hasta cierto punto.

En una entrevista reciente, cuando al co-líder del PYD Salih Muslim se le preguntó sobre la respuesta kurda a la intervención militar de Rusia en Siria, respondió: «Vamos a luchar junto a todo el que luche contra Daesh. Vamos a estar junto a quienes luchen contra la mentalidad de Daesh», usando el acrónimo árabe para el EI. Esta declaración señala la prioridad principal del PYD – luchar contra el EI – y su disposición a aceptar la ayuda de quien esté preparado a dársela.

Los kurdos y Estados Unidos son aliados únicamente en la lucha contra el EI. Enfrentándose a fuerzas hostiles en todos los frentes – fuerzas del régimen y yihadistas en el oeste y el sur, Turquía, en el norte y el Gobierno Regional de Kurdistán, en el oeste – los kurdos sirios no tienen muchas opciones cuando se trata de elegir con quién aliarse. Pero como ideológicamente el PYD y el YPG están tan lejos de los Estados Unidos como lo están de Rusia, hay una posibilidad muy real de que busquen el apoyo de Rusia si su «aliado» americano no los apoya.

Aunque la medida en que el PYD y el YPG apoyan la participación de Rusia en Siria no está clara -un comandante del YPG proclamó públicamente que habían solicitado armas de Rusia, mientras que otra declaración negó los informes anteriores que aseguraban el apoyo del YPG a la intervención de Rusia – la mención de Putin de los kurdos como una fuerza importante en la lucha contra el EI durante su intervención en la Asamblea General 70 de la ONU hace que Estados Unidos tema una alianza ruso-kurda. Por miedo a que uno de sus aliados clave sobre el terreno en Siria se aliara con su principal enemigo en la arena política mundial, a Estados Unidos no le quedó más opción que intensificar el apoyo a la YPG.

Así que, ¿significa esto que los kurdos sirios pueden estar seguros ahora que las principales potencias mundiales están compitiendo por su atención? Lamentablemente no.

Tanto Rusia como Estados Unidos siguen teniendo cuidado de no molestar a Turquía. Rusia sabe que Turquía cuenta con el respaldo de la OTAN, y aunque mucho tendrá que pasar antes de que escale el conflicto y se convierta en una amenaza real, la paciencia de la OTAN ya ha sido probada de manera significativa durante la crisis de Ucrania. Para Estados Unidos Turquía sigue siendo percibida como un aliado regional indispensable, a pesar de su apoyo encubierto a muchas de las organizaciones extremistas que la coalición liderada por Estados Unidos está bombardeando ahora.

Desde la perspectiva de Turquía, los kurdos – tanto en Turquía como en el extranjero – suponen una mayor amenaza para la seguridad nacional que el EI o cualquier otra organización yihadista. Por esto hará todo lo posible para evitar cualquier acción que pueda fortalecer a las fuerzas kurdas de Siria. El plan de Turquía para una zona de seguridad dentro de Siria puede ser que esté ahora fuera de la mesa de negociaciones, ya que la integridad de las fronteras de Siria está garantizada por Rusia, pero Turquía todavía tiene cierto poder debido a su control sobre las puertas de Europa, como lo demuestran los recientes ofertas hechas por la UE con respecto a la crisis de los refugiados.

Al final del día, las fuerzas kurdas en Siria continúan su lucha solitaria para eliminar del norte de Siria al EI y otras organizaciones yihadistas. La intervención rusa podría haberles proporcionado algunas oportunidades limitadas para ampliar su base de apoyo en el ámbito internacional, pero encontrarse atrapado en medio de una lucha de poder entre Estados Unidos y Rusia por el dominio regional no es una posición particularmente envidiable en la que encontrarse.

Joris Leverink se encuentra en Estambul y es un analista político, escritor, editor de la revista ROAR Magazine y columnista para TeleSur en inglés.

Fuente: Roarmag

Traducción: Rojava Azadi

Para más información podéis consultar el siguiente artículo en inglés