Escuché gritos de mujeres siendo violadas en un centro de detención turco, dice una víctima de tortura
SCF – Stockholm Center for Freedom – 16 julio 2020
“Escuché gritos de mujeres violadas en un centro de detención turco”, afirma una víctima de tortura.
Erhan Doğan, que fue torturado en un gimnasio convertido en centro de detención en Turquía, relató por primera vez las torturas que sufrió y presenció en el sitio web de noticias Bold Medya.
Doğan, profesor de historia de profesión, fue detenido nueve días después del fallido golpe de estado del 15 de julio de 2016 y llevado a un gimnasio dirigido por el Departamento de Policía de Ankara que fue utilizado como centro de detención por el departamento de contraterrorismo (TEM) tras el fallido golpe.
El gobierno turco llevó a cabo una represión masiva tras el intento de golpe de estado, investigando a 597.783 personas con cargos relacionados con el golpe, y deteniendo a 282.790, de las cuales 94.975 fueron arrestadas. Un total de 25.912 de los arrestados siguen en prisión, según cifras proporcionadas por el Ministerio del Interior de Turquía.
“Campo de concentración 15 de julio”
El informe del Colegio de Médicos de Ankara sobre lo que ocurrió en el edificio llamado «el campo de concentración» todavía no ha sido sacado a la luz por completo, aunque algunas víctimas han detallado en el tribunal las torturas que sufrieron allí. Doğan, víctima de tortura por el personal de seguridad en el gimnasio, informó sobre las torturas que sufrió y presenció allí.
Dos sitios en Ankara fueron usados como centros para la tortura a gran escala: el gimnasio contiguo al departamento de policía de Ankara y el club deportivo ecuestre del barrio de Beştepe de Ankara.
«Fuimos recibidos con patadas y golpes»
Después de que el gobierno cerrara su escuela preparatoria privada, Doğan abrió un centro de estudio con algunos de sus colegas. En la noche del 24 de julio de 2016, la policía asaltó su centro de estudio.
“Nos retuvieron y nos golpearon en el centro de estudio hasta temprano en la mañana. Por la mañana, nos llevaron por primera vez al TEM. Una vez allí comenzó una lluvia de patadas y golpes. Preguntaron quién era el director del centro de estudios. Cuando respondí: «Yo», me separaron y luego me llevaron a un corredor oscuro bajo una lluvia de patadas y golpes. Al final resultó que fue solo la paliza introductoria seguida por otras más duras ”
“Luego me llevaron al gimnasio del Departamento de Policía de Ankara, una gran instalación deportiva cubierta. Hicieron que todos usáramos camisetas naranjas en el gimnasio. Había filas de personas con las manos esposadas por detrás, frente a la pared. Me recordó a Guantánamo. Había rastros de sangre en las paredes que llegaban a la altura de un ser humano. Más tarde me enteré de que la
sangre pertenecía a soldados capturados y torturados justo después del intento de golpe”.
«Me ataron y colgaron en garrucha»
“Luego me pusieron ropa naranja. Nuestras manos estaban esposadas por detrás. Quien escuchaba que llamaban su nombre quedaba aterrorizado. Llevaban a la persona a una partición hecha con paneles plegables para torturarla allí. También me llevaron a mí la primera noche. Eran policías barbudos, de aspecto extraño y vestidos de civil.
Allí fue golpeado duramente. “Agarrándome del cabello, me golpearon la cabeza contra la pared. Me quitaron la ropa incluso la ropa interior, luego me rociaron con agua y me golpearon con la porra. Pero el equipo al que realmente teníamos miedo era el que trabajaba en el turno de noche. Era un equipo que llegaba alrededor de las 11 o 12 de la noche y se iba alrededor de las 4 de la mañana. Su
tortura era insoportable. Me colgaron durante dos horas y media en garrucha. Cuando me bajaron al suelo, pensé que todos mis huesos estaban rotos. No podía caminar.”
“Durante el interrogatorio, de repente te golpeaban violentamente mientras hablabas con la policía sin ninguna razón aparente o provocación, apuntando particularmente a las pantorrillas e ingles. Una vez que estaba respondiendo a una pregunta, recibí un fuerte golpe en la rótula. Todo mi cuerpo se convulsionó por el dolor. Escuché un crujido. Cuando fui al médico después de que me dieron el alta me enteré de que me habían roto el ligamento cruzado. Perdí tres dientes y mis gafas durante la tortura.”
Gritos de mujeres violadas
«Cuando volvimos de la tortura, no podíamos sentarnos erguidos. Caíamos rodando a un lado o a otro. Luego, pateándonos, la policía nos advirtió de que nos sentáramos derechos. No se nos permitía dormir. Por la noche, la policía jugaba al baloncesto en el gimnasio para mantenernos despiertos. Quien se daba la vuelta era golpeado.”
“Perdimos la noción del tiempo, pero debió haber sido el 28 de julio alrededor de las 11 de la noche cuando me llamaron. Me llevaron a la partición. Los paneles frontales se dejaron abiertos. Cuando la policía comenzó a golpearme, vi a tres mujeres jóvenes con pañuelos en la cabeza conducidas frente a la partición en que yo estaba. Tenían entre 20 y 25 años. Las llevaron a una partición adyacente.”
Comenzaron a torturarlas. Las chicas gritaban. En ese momento, también estaba siendo torturado, pero olvidé mi agonía. Jurando groseramente, la policía decía que violarían a las mujeres. Las mujeres les rogaban: «No hagas esto” o, “no nos violes». Me di cuenta por sus reacciones posteriores y gemidos de que habían sido violadas. Duró unos 45 minutos. Nunca olvidaré los gritos de esas chicas.”
“La policía que me torturó me amenazó con traer a mi hija y a mi esposa y violarlas si no decía lo que querían. Ya no me importó la tortura que sufrí esa noche.
“Duro unos 45 minutos. Luego me sacaron de allí, pero la tortura de las mujeres en la habitación contigua continuó. A juzgar por sus gritos y su llanto, estoy absolutamente seguro de que fueron violadas.
“Mientras transcurrió, las reacciones de la policía que estaban conmigo fueron muy normales, como si estuvieran haciendo algo a lo que estaban acostumbrados.”
“Luego me llevaron de vuelta al gimnasio, comencé a pensar en suicidarme. Por la mañana, fui al baño para ver si podía suicidarme allí. Me debatía entre respetar mi fe, que prohíbe el suicidio, o cometer suicidio. Rechacé la idea. Luego llamaron a aquellos que iban a ser procesados. Cuando escuché que me llamaban, me sentí feliz. Ser arrestado y encarcelado sonaba como un premio “.
Cuatro personas corroboraron el testimonio de Doğan sobre los gritos de las mujeres.
Otras cuatro personas detenidas en el gimnasio al mismo tiempo y contactadas por Bold Medya corroboraron los relatos de Doğan sobre las mujeres. Cuatro personas declararon que los gritos de las mujeres torturadas se escucharon claramente en el gimnasio, horrorizando a todos los detenidos, informó Bold Medya.
Tres de los testigos entendieron que los gritos de las mujeres significaban que estaban siendo violadas. El cuarto testigo dijo que estaba más familiarizado con el tema debido a su profesión y que las mujeres fueron violadas con un objeto extraño. Todos los testigos declararon que podían identificar a los policías en cuestión.
La doctora no pudo denunciar la tortura.
Doğan dijo que todas las torturas en el gimnasio fueron presenciadas por una doctora presente allí, pero que ella no informó de nada:
“Cuando me llevaron ante la médica, ella me preguntó si tenía alguna queja. Estaba empapado en sangre, era obvio que había sido torturado. Involuntariamente dije: «¿No lo ves?». La policía me sacó de allí y le dijo a la médica que me traerían de vuelta. Fui golpeado una vez más. «No hablarás, o lo haremos», dijeron. De vuelta con la médica, me preguntó de nuevo si tenía algo que decir. El oficial de policía a mi lado respondió: “Está en plena forma”.
«No pude denunciar la tortura en la sala del tribunal”
Doğan declaró que los agentes de policía que lo torturaron estaban presentes cuando fue llevado al tribunal para ser procesado. “No podía informarle al juez sobre la tortura que sufrí para evitar que me volvieran a torturar. Permanecí en silencio durante la audiencia para que me arrestaran y me enviaran a prisión lo antes posible».
Después del intento de golpe de estado, la tortura se generalizó y se hizo sistemática, un hecho evidenciado por el relator especial de la ONU sobre la tortura y otros tratos inhumanos o degradantes.
“Inmediatamente después del golpe fallido, la tortura y otras formas de malos tratos se han generalizo, particularmente en el momento del arresto y durante la detención posterior en las dependencias de la policía o la gendarmería, así como en lugares de detención no oficiales improvisados como centros deportivos, establos y los pasadizos de los tribunales ” como confirmó el relator especial en su misión a Turquía entre el 27 de noviembre y el 2 de diciembre de 2016.
Traducido por Nines