Entrevistas a Nadia Murad: El genocidio yazidi continúa
20 de febrero 2016
«Mis 6 hermanos murieron delante de los ojos de mi madre. A continuación, se llevaron a mi madre y la mataron también. Crecí huérfana, sin padre; la única persona que tenía en el mundo era mi madre … «
Nadia Murad, de 21 años de edad, fue una de las muchas niñas kurdas secuestradas por Daesh (ISIS / Estado Islámico) en Shengel (Sinjar). La tortura a que fue sometida es difícil de expresar en palabras. Daesh asesinó a toda la familia de Nadia; ella logró escapar a Europa. El discurso que Nadia dio en diciembre pasado en las Naciones Unidas (ONU) reveló, en toda su desnuda expresión, la magnitud del sufrimiento sin piedad de las mujeres yazidis ante los ojos del mundo. Como parte de una serie de conversaciones con las organizaciones de derechos humanos en el Reino Unido, Nadia respondió a las preguntas de Suna Alan para el diario kurdo Özgür Yeni Politika. La entrevista fue traducida del kurdo del inglés por Imren Öztaş.
Secuestrada como esclava por Daesh, dice que ha olvidado el asesinato de su madre y sus seis hermanos porque el trato que reciben las mujeres a manos del Daesh es mucho peor que la muerte. La principal cuestión de la entrevista es si sería posible para los yazidis volver a la Shengal recién liberada. Nadia responde diciendo que los yazidís no tienen ninguna confianza en el gobierno y que son reacios a revivir un genocidio como éste. El Gobierno delIraq ha propuesto a Murad para el Premio Nobel de la Paz, «Antes de proponerme como candidata al Nobel, tienen que liberar a las mujeres y niños tomados como rehenes por Daesh.»
Murad hace un llamamiento general a adoptar medidas encaminadas a liberar a las mujeres jóvenes en cautiverio y a prestar apoyo suficiente a las que han escapado del horrible régimen.
Rodeada de una intensa emoción, Nadia dice que, desde su discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU, ninguna mujer ha sido rescatada, ni siquiera se ha llevado a cabo alguna acción para ello. Todavía están esperando … Murad también critica a las organizaciones de mujeres kurdas en Europa, diciendo que no han mostrado apoyo o iniciativa alguna a su grito de ayuda.
Un gran número de mujeres jóvenes se encuentran en situaciones similares a la sufrida por usted. Usted eligió hablar y luchar. ¿Cómo ha encontrado el valor para hacerlo?
Después de escapar de Daesh, busqué refugio en el campo de Zajo Qazy. Aquí hablé abiertamente sobre el secuestro de las mujeres y niñas por Daesh. Aparte de un par de periodistas, nadie expuso nuestros problemas. Tampoco los gobiernos iraquí y kurdo proporcionaron medios de apoyo para la rehabilitación o la mejora de las condiciones de vida; tampoco hicieron intento alguno para enviar al extranjero a ninguna mujer en nuestra situación. Yo no tenía pasaporte ni documentos de viaje adecuados para ir al extranjero. Alemania se comprometió a aceptar el refugio de mil mujeres jóvenes en mi situación y mi caso fue aceptado. Llegué en septiembre del año pasado.
En verano me hice miembro de la Fundación Yazda. El Consejo de Seguridad de la ONU se acercó a la fundación, ofreciendo la participación de una joven liberada de las manos de Daesh en su reunión. La Fundación me preguntó si me sentía preparada para compartir mi historia y les dije que «sí». No hablé sólo de mí misma, hablé en nombre de mi familia, mi comunidad, los niños en la zona de guerra y de todas las demás personas desplazadas y afectadas por la situación.
Han pasado dos meses desde que se inició mi campaña y, aunque no se ha tomado ninguna medida hasta el momento, las masas afectadas se sentían contentas de oír a alguien exponer sus problemas.
Se estima que el llamado Estado Islámico ha secuestrado a unas 5.800 mujeres y niñas. Han matado a muchas en Irak y Siria y han desplazado a millones de personas. Masacraron a los hombres yazidis y secuestraron a las mujeres y los niños, llevándolos a los campos y mercados de esclavos sexuales en Siria e Irak. Todo este genocidio, violación y desplazamiento forzoso se está haciendo en nombre del Islam.
Durante el tiempo que pasó en los campos de refugiados, ¿recibió algún tratamiento de los gobiernos iraquí o kurdo?
Durante meses estuve en el campamento en Kurdistán Sur (norte de Irak) y coincidí con cientos de mujeres jóvenes que también habían escapado de Daesh. La verdad es que, después de todas las dificultades a las que nos vimos expuestas, ser vendidas, todas las cosas sucias que nos obligaron a hacer, alguien debería haber tomado medidas urgentes para nosotras. Por el contrario, los supervivientes que habían logrado huir no pudieron obtener ni siquiera una tienda de campaña. Todos tuvimos que utilizar lo que había, no se tomaron otras medidas adicionales por las autoridades. Los líderes iraquíes o kurdos no dieron ninguna ayuda sincera. No se proporcionó apoyo a las mujeres que habían huido de Daesh. Estas mujeres huérfanas necesitan todo tipo de ayuda, tan simple como tener ropa decente que ponerse.
Una parte de Shengal ha sido liberada, ¿regresarán los yazidis a su hogar?
Un año y medio después, el genocidio yazidi continúa. Estamos siendo masacrados todos los días. Mataron a mis seis hermanos frente a los ojos de mi madre, y luego la asesinaron en otro lugar. Crecí sin un padre y mi madre era la única persona que tenía en el mundo. Cuando me llevaron a Mosul para ser vendida, la cruel memoria de la masacre de mi familia escapó de mi mente; Fui testigo de cosas mucho peores que la muerte. Niñas de 9 años estaban siendo alquiladas o vendidas en el mercado de esclavos sexuales. Imagínese lo humillante de este tratamiento inmoral para personas que llevaban una vida normal y pacífica sólo un año y medio antes. Supongo que Vd. no ha pasado por esto, pero yo sí. Muchos consideran dolorosa mi historia, pero hay víctimas ahí fuera que han vivido y siguen viviendo tragedias peores.
Aproximadamente 3.100 mujeres y niños se encuentran actualmente en manos de Daesh. Todo lo que queremos es la emancipación de nuestras mujeres y niños. Sí, Shengal ha sido rescatado pero el 40 por ciento de la población aún permanece en su poder y hasta ahora han aparecido más de 27 fosas comunes. ¡No podemos volver allí! No sólo han sido demolidos nuestros hogares, hemos perdido nuestra confianza. ¿Cómo vamos a estar seguros de que no ocurrirá otra matanza?
Hemos perdido la confianza en el gobierno. Para que volvamos, nuestro país necesita encontrarse bajo protección internacional. Esta no es la primera vez que los yazidis se ven expuestos al genocidio; no podemos aceptarlo por más tiempo. Los yazidis y los que sufren por esta guerra quieren que todas las comunidades y la humanidad se unan contra Daesh.
Daesh es un peligro para todas las naciones, no sólo Irak o Siria. Tienen miembros en todo el mundo. Pido a todo el mundo que ayuden a los afectados por esta guerra, aunque sea lo mínimo.
¿Se puede hablar de alguna novedad en el Consejo de Seguridad de la ONU después de la reunión? ¿Qué pasó con sus demandas? ¿Se han tomado medidas concretas?
Nada de lo que dije durante mi discurso en la reunión era un secreto; eran cosas que todo el mundo ya sabía. Después de mi discurso, me encontré con el secretario estadounidense John Kerry y la científica Susan Wright del Instituto de Investigación sobre la Mujer e Historia de Género de la Universidad de Michigan. Les supliqué ayuda. Ambos se comprometieron a hacer todo lo que estuviera a su alcance. Todavía estamos esperando su respuesta a nuestras peticiones.
Hasta ahora he hecho campaña y asistido a muchas reuniones en Egipto, Grecia, Kuwait, Noruega, EE.UU. y actualmente Gran Bretaña. Mi principal petición en estas convenciones es la libertad de las mujeres y los niños esclavizados y, en segundo lugar, el reconocimiento del genocidio, habida cuenta del descubrimiento de fosas comunes.
Quiero que la gente, sin importar quiénes sean, yazidis, musulmanes o lo que sea, se levanten contra esta cuestión. Este es un ataque contra todos nosotros. Es un problema que está costando muchas vidas humanas. La situación de las mujeres y las niñas yazidis es crítica, pero personas de muchas comunidades diferentes han perdido y siguen perdiendo sus vidas y también sus hogares.
Nuestro objetivo último es la liberación de todas las mujeres y niñas en manos de Daesh. Necesitamos apoyo urgente para mejorar las cosas. Tenemos que parar el reclutamiento de jóvenes por Daesh y su lavado de cerebro ideológico. Para las mujeres cautivas actualmente por Daesh, hay muchas familias como la que me ayudó a mí, dispuestas a ayudar en Irak y Siria. He pedido a muchos musulmanes que ayuden a estas mujeres, apelando a su comunidad musulmana local, pidiendo que sean rescatadas.
Hay hombres que arriesgan sus vidas para salvar las vidas de estas mujeres y niñas. También hay los que están dispuestos a salvarlos a cambio de dinero. Sin embargo, muchas familias no tienen los medios económicos para pagar el precio que exigen. Muchos han perdido a los miembros de la familia que proveían para ella. Nuestras chicas no tienen a nadie que proporcione el dinero necesario para su liberación. Por tanto, insto a cualquier persona con capacidad financiera para ayudar a la comunidad yazidí, a que lo haga con urgencia.
¿Le ha contactado alguna organización femenina kurda en Europa para ofrecerle su ayuda?
No, ninguna lo ha hecho.
¿Hay algún mensaje que le gustaría transmitir a través de esta entrevista?
Necesitamos la ayuda de todos los seres humanos, independientemente de quiénes sean. Ayudémonos unos a otros; enfrentemos juntos esta barbarie. Ha pasado un año y medio y nuestro pueblo sigue desesperado, hambriento y en el corazón de esta atrocidad. Suplicamos a todo el mundo que nos ayude como pueda. Independientemente de su sexo o religión, ruego el apoyo y la asistencia de todos.
El gobierno iraquí le ha propuesto para el Premio Nobel de la Paz …
Olvídense del Premio Nobel de la Paz. Antes de proponerme como candidata al Nobel deben liberar a las mujeres y niñas rehenes de Daesh. Cuando Alemania aceptó un millar de mujeres como refugiadas, nos trataron bien y nos cuidaron. Nos dieron un lugar cómodo para alojarnos junto con una asignación mensual. Realmente nos ayudaron a alcanzar la normalidad en nuestras vidas de nuevo. Todas estábamos abrumadas y sufrimos mucho antes de recibir esta ayuda. Necesitamos personas que puedan proporcionar este tipo de ayuda. Muchos de nosotros hemos perdido algunos, si no todos los miembros de nuestra familia. Por tanto, les insto a hacer por estas mujeres todo lo que puedan.
Extracto del discurso de Nadia en el Consejo de Seguridad de la ONU en diciembre 2015: Urjo a la exterminación de Daesh.
«Nos llevaron a Mosul con otras 150 familias yazidis más. En un edificio había miles de familias yazidis y niños que eran intercambiados como regalos», dijo a los 15 miembros del Consejo. El hombre que me llevó me pidió que cambiara de religión. Me negué. Entonces, pidió mi mano en matrimonio, por así decirlo. «Esa noche me golpeó. Me pidió que me quitara la ropa. Me llevó a una habitación con los guardias y luego procedieron a cometer su crimen hasta que me desmayé. Les imploro que se deshagan por completo de Daesh [ISIS]”.