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En el 10º aniversario del Genocidio Yazidi

The Kurdish Center for Studies – 3 agosto 2024 – Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid

Hoy se cumple un sombrío hito: el décimo aniversario del genocidio yazidí. Sigue siendo un oscuro capítulo de la historia de la humanidad, que se desarrolló el 3 de agosto de 2014, cuando ISIS lanzó un asalto despiadado contra los pacíficos kurdos yezidíes de Shengal, Kurdistán del Sur (Sinjar, Irak).

En esta solemne ocasión, en el Centro de Estudios Kurdos nos reunimos para honrar la memoria de las víctimas, reconocer la fortaleza inquebrantable de los supervivientes y renovar nuestro compromiso con la justicia y la prevención de futuras atrocidades.

Un día de horror inimaginable

Hace diez años, el mundo fue testigo del comienzo de una campaña sistemática de violencia contra el pueblo yezidí. Los militantes de ISIS atacaron a la comunidad yazidí de Shengal con una brutalidad espeluznante, con el objetivo de aniquilar toda su religión. Ejecutaron a miles de hombres y sometieron a mujeres y niños a actos de violencia inenarrables, como esclavitud sexual, conversión forzada y otras formas de trato inhumano. Mientras la oscuridad envolvía sus vidas, el genocidio desplazó a cientos de miles de yezidíes, obligándoles a huir de su sagrada patria ancestral en busca de refugio. En los días que siguieron al 3 de agosto, el heroísmo de los guerrilleros kurdos abrió un corredor desde el monte Sinjar, salvando muchas vidas yazidíes.

Resistencia y recuperación

A pesar del sufrimiento y las pérdidas insondables, la comunidad yezidí ha demostrado una notable capacidad de recuperación y un espíritu indomable durante la última década. Los supervivientes han compartido valientemente sus historias, asegurándose de que el mundo no olvide las atrocidades cometidas contra ellos. Gracias a su valor inquebrantable, han forjado un camino para una mayor concienciación y comprensión de la difícil situación que padece la comunidad yezidí. Numerosas organizaciones, tanto locales como internacionales, han desempeñado un papel decisivo en la prestación de apoyo, la defensa de la justicia y la asistencia en el proceso de recuperación.

En busca de justicia

La búsqueda incesante de justicia para el genocidio yazidí sigue siendo una empresa crítica y profunda. Los organismos internacionales, incluidas las Naciones Unidas, han reconocido las atrocidades cometidas por ISIS como un genocidio. Se han emprendido acciones legales para exigir responsabilidades a los autores, y algunos miembros de ISIS se enfrentan a juicios por sus crímenes. Sin embargo, el camino hacia la justicia integral está lejos de completarse. La comunidad internacional debe seguir apoyando las iniciativas encaminadas a llevar ante la justicia a todos los responsables (incluidos los agentes estatales que prestaron asistencia), garantizando que crímenes tan atroces no queden impunes. Además, todavía podría haber cientos de niñas yazidíes secuestradas que siguen vivas pero que permanecen recluidas en secreto en campos de ISIS bajo burkas negros, donde siguen sin poder ser identificadas.

Reconocimiento y apoyo mundiales

El 10º aniversario del genocidio yazidí invita al mundo a ahondar en las profundidades de nuestra conciencia colectiva y a reflexionar sobre la necesidad de un esfuerzo mundial sostenido para prevenir tales atrocidades en el futuro. El genocidio es un crudo testimonio de las devastadoras consecuencias del odio, la intolerancia y el fanatismo ferviente. Al honrar a las víctimas, debemos reconocer también la importancia de promover la paz, la tolerancia y el respeto de todas las personas.

A pesar de que han pasado diez años, persiste una realidad inquietante, ya que más de 150.000 supervivientes siguen viviendo en campos de desplazados por todo el norte de Irak, incluso cuando el gobierno iraquí intenta cerrar los campos y obligar a los supervivientes yazidíes a regresar a sus hogares para normalizar la gobernanza en la región. El ejército turco también sigue bombardeando y atacando Shengal, en un intento de expulsar a los yezidíes de sus tierras y ejercer un control geopolítico sobre ella.

En consecuencia, convoquemos a gobiernos, organizaciones no gubernamentales y particulares de todos los rincones del planeta a solidarizarse con la comunidad yezidí. El apoyo puede extenderse a través de una miríada de formas, incluidas las contribuciones monetarias a las organizaciones de ayuda, la defensa de políticas que protejan a las comunidades vulnerables y el fomento de iniciativas educativas que cultiven la comprensión, la empatía y la tolerancia.

Un rayo de esperanza

Aunque las cicatrices del genocidio son profundas, la inconquistable resistencia y determinación de la comunidad yezidí ofrecen un faro de esperanza. En la última década, los yezidíes no sólo han buscado justicia, sino que también se han embarcado en un viaje reflexivo para salvaguardar su legado cultural, fortificar su comunidad y fomentar un sentimiento de unidad. La generación más joven, en particular, es un testimonio vivo del espíritu perdurable del pueblo yezidí, decidido a construir un futuro libre de miedo y persecución.

Homenaje a las víctimas

Al conmemorar este sombrío aniversario, honremos la memoria de quienes perdieron la vida en el genocidio yazidí. Sus historias nos recuerdan la importancia de la vigilancia frente al mal y la necesidad de alzarnos contra la injusticia. Los monumentos conmemorativos y las ceremonias que se celebran hoy en todo el mundo sirven como poderosos símbolos de la resistencia del pueblo yazidí y del compromiso de la comunidad mundial de recordar y responder.

Se están celebrando una serie de actos conmemorativos y celebraciones mundiales para honrar a las víctimas y poner de relieve la resistencia de la comunidad yazidí. En Shengal, los supervivientes y sus familias se reúnen en una conmovedora ceremonia en la que se susurran oraciones, se colocan coronas de flores con ternura y el silencio envuelve el ambiente. Este acto simboliza no sólo el lamento por los seres queridos perdidos, sino también el espíritu inquebrantable del pueblo yezidí.

En las principales ciudades del mundo, como Washington D.C., Londres y Berlín, las comunidades de la diáspora yezidí y las organizaciones de derechos humanos están organizando vigilias y servicios conmemorativos. Estas concentraciones pretenden concienciar sobre el genocidio y abogar por un apoyo internacional continuado. Exposiciones de arte, proyecciones de películas y mesas redondas sirven para educar al público sobre las atrocidades y las luchas a las que se enfrentan los supervivientes.

Grabado para siempre en nuestras almas

El 10º aniversario del genocidio yazidí no es sólo un momento de reflexión, sino también una llamada urgente a la acción. Es un recordatorio de que la lucha contra el genocidio, la intolerancia y el extremismo es permanente y requiere un esfuerzo colectivo. Al unirnos en solidaridad con la comunidad yezidí, honramos su sufrimiento, apoyamos su recuperación y nos comprometemos a construir un mundo en el que estas atrocidades sean cosa del pasado.

Las instituciones educativas están desempeñando un papel crucial para garantizar que no se olviden las lecciones del genocidio yazidí. Las escuelas y universidades están incorporando la historia del genocidio en sus planes de estudio, proporcionando a los estudiantes una comprensión global de los acontecimientos y sus implicaciones más amplias. Se están organizando conferencias especiales y seminarios web en los que participan académicos y activistas yazidíes para facilitar debates en profundidad sobre el genocidio, sus causas y las medidas necesarias para prevenir futuras atrocidades.

Los medios de comunicación de todo el mundo están dedicando cobertura al aniversario, destacando las historias personales de los supervivientes, el estado actual del Shengal y los esfuerzos que se están realizando para llevar a los responsables de ISIS ante la justicia. Documentales y meticulosos reportajes de investigación están arrojando luz sobre la resistencia de la comunidad yazidí y los continuos retos a los que se enfrentan en su búsqueda de justicia y sanación.

Una oda a la perseverancia

Al celebrar este importante hito, no debemos olvidar que el camino hacia la justicia y la sanación de la comunidad yazidí dista mucho de haber terminado. El apoyo internacional constante es esencial para garantizar la seguridad, la dignidad y los derechos de los yazidíes. El 10º aniversario es un poderoso recordatorio de la necesidad de una acción colectiva para prevenir futuros genocidios, defender la causa de los derechos humanos y promover un mundo en el que no se repitan jamás estas atrocidades.

El último genocidio yazidí será para siempre un capítulo trágico en los anales de la historia, grabado en nuestra memoria colectiva. La implacable sinfonía de brutalidad que sufrieron cuando ISIS y sus colaboradores trataron de borrar su antiguo tapiz de cultura y fe conmocionó al mundo. Pero no basta con horrorizarse; debemos actuar y unirnos a la comunidad yezidí para crear un mañana mejor. Los yazidíes consideran este último genocidio el número 73 de su historia, y debemos asegurarnos de que nunca se produzca el 74.

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