Elecciones en Turquía: el sultanato más cerca
A continuación publicamos el siguiente artículo de Marc Saurinas publicado en La Directa y Traducido por Kaos En La Red
El Partido de la Justicia y el Desarrollo del presidente Erdogan podrá formar gobierno de nuevo después de obtener una cómoda mayoría absoluta en unas elecciones condicionadas por un estallido de violencia del cual el gobierno ha sido en parte responsable.
Los resultados provisionales de las elecciones generales anticipadas celebradas en Turquía este domingo 1 de noviembre llevan sorprendentemente al Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) del presidente Recep Tayyip Erdogan poder formar gobierno, de nuevo, con una cómoda mayoría absoluta. Así, ya la espera de que los resultados oficiales sean publicados por el Alto Consejo Electoral (YSK), el AKP obtendría un 49,4% de los votos y 316 escaños y podrá seguir gobernando el país cuatro años más, después de estarlo haciendo ya trece años en solitario, condicionando y decidiendo el futuro del país en todos los ámbitos.
El resto de partidos que han superado el 10% mínimo de votos para poder obtener representación parlamentaria son los mismos que en las últimas elecciones del pasado mes de junio. El kemalista Partido Republicano del Pueblo (CHP) ha obtenido un 25,40% y 134 escaños, el pro-kurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP), un 10,7% y 59 escaños y el ultranacionalista Partido de Acción Nacionalista (MHP) un 11,9% y 41 escaños. La principal sorpresa ha sido, pues, la increíble recuperación de votos que el AKP ha conseguido en tan sólo cinco meses, pasando del 40% al 49% de los votos, igualando los resultados de las elecciones generales de 2011 y superando la barrera de los 276 escaños para obtener la mayoría absoluta. Por otra parte, el MHP ha perdido cerca de dos millones de votos, el HDP ha perdido uno y el CHP medio millón. El AKP ha recuperado cerca de cinco y otros pequeños partidos conservadores y nacionalistas como el islamista Partido de la Felicidad (SP) y el ultranacionalista Partido de la Gran Unión (BBP) -unidos en una coalición a las elecciones del pasadomes de junio- han perdido, la mitad de sus votos prácticamente medio millón.
Muchos tuiteros han criticado la rapidez con la que los grandes medios daban los primeros resultados, apoyados por agencias de noticias cercanas al gobierno
La sorpresa ante los resultados ha venido condicionada por las cerca de cuarenta encuestas publicadas desde junio, tras las elecciones generales, hasta octubre, por empresas reconocidas del sector como Konda, Metropoll, Gezici, ORC y otros. Según información publicada en Diken, ninguna de ellas preveía que el AKP superara el 45% de los votos. El MHP se situaba entre el 15 y el 20% y el HDP superaba siempre cómodamente el 10% de votos llegando, en algunos casos, hasta el 15%. En Twitter, por ejemplo, se ha criticado la rapidez con la que los principales medios de comunicación, daban los primeros resultados, apoyados por agencias de noticias cercanas al gobierno como Anadolu Ajani, y también se han denunciado incrementos exagerados en mesas electorales de Estambul donde los votos ganados por el AKP respecto al mes de junio no se ajustaban a la pérdida del resto de partidos. Sin embargo, la participación ha aumentado también, pasando del 83,92% el 7 de junio en el 87,3% el 1 de noviembre, un aumento de prácticamente 2 millones de votos que permiten explicar en parte el aumento de la AKP, más allá de las pérdidas de los principales partidos.
Una de las cuestiones a destacar de estas elecciones no recae en si ha sido un proceso transparente o no.Turquía tiene una larga tradición en elecciones y, aunque la HDP y el CHP dan resultados diferentes, no plantean, de momento, iniciar ningún proceso de reclamación para recuentos. La clave, tal y como ha remarcado el subsecretario general de la HDP Selahattin Demirtas, se encuentra en las condiciones en las que estas elecciones se han producido. Mientras la sociedad turca y todos sus políticos muestran valores democráticos durante las jornadas electorales, los meses previos a los comicios y la misma razón de ser de estas elecciones anticipadas invalidan moralmente cualquier resultado y victoria del AKP.
Las elecciones de junio obligaban al AKP a formar un gobierno en coalición mientras que el HDP erigía como nuevo partido de la oposición representa una nueva izquierda donde las kurdas y todo tipo de grupos y colectivos encontraban su lugar en la sociedad. Las condiciones de partidos como el CHP y el MHP para formar gobierno exigían renunciar al proyecto del presidente Recep Tayyip Erdogan de reformar el sistema político del país eliminando la figura de Primer Ministro. Más allá de este requisito, el AKP pronto mostró claramente que no estaba dispuesto a dejar de gobernar en solitario y la amenaza, previa a las elecciones, de que el país entraría en una etapa de inestabilidad si no se alcanzaba una mayoría absoluta pronto se ha hecho realidad.
Continuo estado de excepción
El atentado de Suruc, donde murieron 34 jóvenes de grupos de izquierdas que marchaban a reconstruir Kobane marcó el inicio de operaciones militares contra el PKK, de un continuo estado de excepción en muchas localidades de las provincias kurdas, de muertos en enfrentamientos entre el ejército y la policía turcas y el PKK y de numerosas bajas civiles como las cerca de veinte víctimas en el sitio de Cizre y las 101 personas muertas en las explosiones de la marcha por la paz en Ankara, el pasado 10 de octubre. Esta escalada de violencia ha venido promocionada en parte por el mismo gobierno en un esfuerzo por desacreditar el HDP como partido de cambio y para vincularlo con el PKK y con las muertes de soldados turcos. Así, las noches del 7 y 8 de septiembre se produjeron una serie de agresiones a oficinas de la HDP y población kurda en todo el país en una especie de pogromo que recordó los hechos del 6 y 7 de septiembre de 1955 cuando la población turca atacó a la minoría griega de las ciudades de Estambul y Izmir.
No han sido unas elecciones democráticas pues se han producido condicionadas por un estallido de violencia de la que el gobierno en funciones ha sido el principal responsable. En muchas zonas de las provincias kurdas no se ha podido hacer campaña electoral mientras la violencia continuaba y la prohibición de salir a la calle se mantenía a varias localidades. La implicación del PKK ha perjudicado claramente a la HDP como partido capaz de liderar una solución y cambiar la situación de la población kurda y ha acabado sirviendo a los objetivos del AKP de recuperar votos. La estrategia del miedo ha funcionado y el HDP ha cedido votos allí donde había logrado expulsar al AKP, votos kurdos conservadores que rechazan la actividad militar del PKK y han optado por apoyar de nuevo el AKP.
En muchas provincias kurdas no se ha podido hacer campaña mientras la violencia continuaba y la prohibición de salir a la calle se mantenía en varias localidades
La incredulidad por los resultados lleva directamente a pensar en irregularidades que han acabado beneficiando el AKP para poder gobernar en solitario. Sin embargo, muestra un desconocimiento de la sociedad turca a lo largo de la historia. El porcentaje de votos que los partidos conservadores han logrado desde que el pluripartidismo es permitido ha sido siempre bastante similar. En la década de los 50 con el Partido Democrático (DP), a la de los sesenta con el Partido de la Justicia (AP), a la de los 80 y parte de los 90 con el Partido de la Madre Patria (ANAP) y desde 2002 con el AKP.
Las políticas neoliberales del AKP, el rápido crecimiento macroeconómico del país y el liderazgo de Erdogan han contribuido a mantener durante más tiempo que el resto de partidos un alto porcentaje de votos por esta fuerza, que no ha bajado nunca del 40%, aunque Gezi, pese a la corrupción, a pesar de la represión policial, a pesar de las víctimas civiles. Además, cuando se hace referencia a la población kurda a menudo se ignora la realidad de la sociedad kurda asimilada de las grandes ciudades que mantiene la identidad pero que vive totalmente integrada en la sociedad turca desligada totalmente del PKK y de los partidos políticos kurdos del pasado y que sólo se ha sentido atraída hasta ahora por la HDP.
Junto con toda una serie de promesas económicas dirigidas a jubilados, funcionarios, mujeres y estudiantes, el AKP ha prometido reiniciar el proceso de paz con el PKK. Sea como sea, se está intentando eliminar el HDP como actor en este proceso. A pesar de las dificultades, el HDP ha conseguido superar de nuevo el 10% de votos y es la tercera fuerza parlamentaria en Turquía. Sin el poder de los medios de comunicación y sin el poder económico del partido del gobierno, el vencedor de estas elecciones es el HDP que mantiene la esperanza de cambio de muchos turcos y kurdos.
Podéis consultar los resultados precisos aquí: http://secim.aa.com.tr/DegisimENG.html