El sistema comunal: una mirada al gobierno local del PYD en el noreste de Siria
Fuente: Atlantic Council
Autor: Dan Wilkofsky
Fecha: 12 marzo 2018
Traducido por Joshua Pérez
La posición del Partido de la Unión Democrática (PYD) es precaria. Aunque ha logrado avances políticos y territoriales durante la crisis siria y se ha vinculado a la lucha de los EEUU contra el Estado Islámico (ISIS, ISIL, DAESH) y los subsiguientes esfuerzos de estabilización, el PYD se ve amenazado por los restos de resistencia del ISIS, la amenaza de un ataque del gobierno sirio y un asalto rebelde apoyado por Turquía en su territorio en Afrin.
El éxito continuo del PYD depende de su capacidad para mantenerse alineado con los EEUU y establecer su sistema administrativo de forma tal que obtenga apoyo local e internacional. El Secretario de Estado de los EEUU, Rex Tillerson, dijo en enero que «Estados Unidos mantendrá una presencia militar en Siria», en referencia a los aproximadamente 2.000 soldados concentrados en la cuarta parte del país que controla el partido kurdo. Es improbable que Turquía se arriesgue a un enfrentamiento directo con estas tropas, y Damasco tampoco lo hace, lo que significa que a la espera de un cambio importante en la dinámica de los conflictos, el territorio del PYD al este del Éufrates es seguro. Todo indica que el partido está planeando una presencia a largo plazo, ya que ha pasado años estableciendo una administración civil en el noreste de Siria, y ha celebrado dos rondas de elecciones a finales de 2017 para formalizar su experimento de autodenominada democracia (la tercera y última etapa de las elecciones ha sido pospuesta por razones inciertas). Si bien se enfrenta a muchas trampas potenciales, el PYD se ha mostrado flexible, como al gobernar de manera diferente en sus territorios centrales respecto a las áreas periféricas como Deir Ezzor.
Bajo el orden político propuesto por el PYD, las comunidades locales manejan sus propios asuntos, y los ciudadanos resuelven los problemas a través del diálogo con los vecinos. Hombres y mujeres de todas las etnias disfrutan de los mismos derechos y responsabilidades. La literatura del partido afirma que una vez que haya echado raíces, el llamado ‘confederalismo democrático’ podría extenderse por Siria y Oriente Medio y borrar las cicatrices dejadas por el conflicto sectario. Sobre el terreno en Siria, el PYD ha implementado gran parte de su programa social centrado en el igualitarismo étnico y de género, mientras que sólo da pasos tentativos hacia el desarrollo de las instituciones políticas prometidas.
Los consejos vecinales, llamados comunas, forman la base fundamental del modelo confederalista democrático. Los residentes del noreste de Siria eligieron representantes en más de 3.000 comunas a finales del año pasado, y cientos han estado operativas desde 2015. Desde entonces, el sistema comunal ha reducido las distinciones de género al requerir la participación de las mujeres en roles de liderazgo críticos, y ha facilitado la aportación de una ayuda humanitaria muy necesaria. Pero las comunas han dado una medida insignificante de autonomía local a los residentes, y los críticos dicen que realmente han atrincherado el poder del PYD vinculando la provisión de servicios esenciales a la ideología política. El tiempo dirá si los consejos revolucionarios cumplirán sus estatutos y orientarán el área hacia la democracia, o si ayudarán a crear una versión del Estado autoritario que supuestamente deben destruir.
El problemático Estado-nación
«El conflicto sirio es una crisis de gobernabilidad», dijo a SyriaSource Hakam Khalo, jefe de la oficina legal de la administración autónoma dirigida por el PYD en Hasakah. «Es una crisis basada en un régimen dictatorial, autoritario y chovinista, que ya no es posible con el multiculturalismo, la diversidad de doctrinas religiosas y la identidad nacional que contiene Siria».
La ideología del PYD sostiene que el sistema de estado-nación en Oriente Medio enfrenta a los grupos étnicos y religiosos entre sí en un conflicto por el poder, dando lugar al autoritarismo cuando un grupo llega a gobernar a expensas del otro. En el caso de Siria, el Partido Baath suprimió la identidad kurda durante décadas, prohibiendo los días festivos kurdos y restringiendo la enseñanza de idiomas, y favoreció a los alawíes, la secta del presidente Bashar al-Assad, para puestos de seguridad sensibles. Ahora el país está sufriendo una guerra sectaria.
El PYD pretende proponer lo contrario del sistema nacional-estatatista centralizado: el poder se distribuye a través de unidades democráticas cada vez más pequeñas, representando provincias, regiones, pueblos, etc., hasta el nivel de vecindario, representado por la comuna. Teóricamente, todas las etnias cooperan dentro de estos consejos, y los poderes superiores del gobierno se coordinan entre sí.
Las comunas «organizan a la gente lejos del poder del Estado», dijo a SyriaSource Mohammed Shekho, un funcionario de la organización paraguas del PYD, TEV-DEM. Cada vecindario elige a dos co-presidentes de la comuna, quienes eligen a los residentes para formar parte de los comités de personal que supuestamente supervisan la mayoría de los asuntos relacionados con la vida diaria. En una comuna que funciona perfectamente, el comité económico supervisa la creación de pequeñas empresas, el comité de seguridad organiza patrullas dirigidas por residentes y el consejo de reconciliación media entre vecinos en pugna.
La autonomía local puede parecer una venta fácil a las personas que han sobrevivido a una guerra brutal de siete años. Sin embargo, los cientos de comunas activas desde 2015 no han conseguido el apoyo popular porque la mayoría sólo han cumplido sus funciones administrativas, como la distribución de ayuda humanitaria y la transmisión de las solicitudes de servicios a las autoridades superiores, según entrevistas con dos residentes de la comuna y dos periodistas kurdos. Los comités económicos, de seguridad y otros, que podrían dar a las comunidades un poder real de toma de decisiones, han permanecido inactivos mientras el PYD ejerce control sobre el gobierno municipal.
«Lo único que hicieron fue distribuir combustible para el invierno, pan y gas», dijo a Syriasource, en la provincia de Raqqa septentrional, un antiguo maestro kurdo que pidió el anonimato cuando hablaba de política. «Las verdaderas decisiones pertenecen a la Casa del Pueblo [la oficina de TEV-DEM de la zona]; la Casa del Pueblo usará la comuna como tapadera [para sus decisiones]», dijo.
TEV-DEM mantiene el control presupuestario de los municipios. El principal bloque político kurdo sirio en oposición al PYD boicoteó las elecciones comunales de septiembre, lo que significa que la mayoría de los copresidentes son partidarios del partido.
Mohammed Shekho, funcionario del TEV-DEM, reconoció que los esfuerzos del PYD para implementar el autogobierno local han experimentado «deficiencias», que, según él, son naturales dadas las condiciones de la guerra. «Estamos en guerra… toda la infraestructura de Siria ha sido destruida, y las capacidades disponibles no son enormes», dijo Shekho. En los últimos tres años, los combatientes afiliados a PYD sufrieron grandes bajas mientras forzaban a ISIS a salir del noreste del país, y ahora están ocupados repeliendo un ataque turco contra Afrin, un área que previamente se había librado de la destrucción de la guerra civil.
Los obstáculos para lograr la autonomía de las bases son psicológicos y materiales, según los dos funcionarios de los partidos que hablaron conmigo. Del mismo modo que el estado-nación conduce a conflictos perennes entre grupos étnicos y religiosos, también subyuga a las mujeres y las excluye de la vida pública. Por lo tanto, antes de que la transición a la democracia descentralizada pueda tener éxito, los residentes deben adoptar ideas ilustradas sobre la igualdad de género.
El sistema de comunas está encargado de influir en este cambio social. La copresidencia está formada por un hombre y una mujer, y las comunas imparten a los residentes clases que combinan el igualitarismo de género, el antirracismo y la democracia, inspirándose en las enseñanzas de Abdullah Öcalan, líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), quien se encuentra encarcelado. En un conflicto armado dominado por hombres, algunos de los cuales tienen puntos de vista socialmente conservadores sobre el género, las comunas a menudo llevan los nombres de mujeres muertas en la lucha contra el ISIS.
La presencia de mujeres en las comunas «ha jugado un gran papel en conseguir que la sociedad acepte a las mujeres como líderes, y en conseguir que las mujeres participen en todas las actividades [públicas]», dijo una mujer kurda del norte de la provincia de al-Raqqa, que pidió el anonimato.
Sin embargo, tres críticos kurdos del sistema de comunas señalaron que la falta de funcionalidad de las comunas no se debe a las concepciones retrógradas de género ni a las limitaciones materiales. Más bien, dicen que el PYD tiene la intención de utilizar los consejos para afianzar su dominio sobre una población que no lo apoya de manera uniforme.
Pan y Política
«El objetivo de estas comunas es vincular al ciudadano a una orientación política específica», dijo un analista político sirio kurdo radicado en Turquía, quien, al igual que otros críticos del sistema de comunas entrevistados para esta historia, solicitó el anonimato. «Para conseguir pan, hay que seguir las políticas de esta administración.»
Las comunas supervisan la distribución de la ayuda humanitaria y otorgan a los residentes permiso para solicitar los registros civiles esenciales. Como resultado, tienen una enorme influencia sobre las personas que luchan por sobrevivir en una economía de guerra. «Si alguien quiere abrir una cafetería, solicitar una licencia de conducir, un trabajo en la administración, una licencia para los medios de comunicación o cualquier otra cosa que se le ocurra, necesita la aprobación de la comunidad», informó un periodista kurdo radicado en Hasakah.
«La comuna es una institución de nivel superficial que se utiliza, cuando es necesario, para presionar a los disidentes y opositores a las políticas de la actual administración», agregó el periodista. Por ejemplo, una comuna de la ciudad de Hasakah se negó a aprobar las actividades de un club juvenil y lo calificó de peligroso para las autoridades superiores porque la mayoría de los miembros pertenecían a partidos afiliados al Consejo Nacional Kurdo de la oposición, dijo un segundo periodista kurdo radicado en Hasakah al autor en una entrevista privada.
Los comités de seguridad de las comunas a veces incluyen partidarios del PYD que actúan como los «ojos del partido en los barrios», según el segundo periodista. Recopilan información como: «¿Quién vive en el vecindario? ¿Sucede algo extraño? Políticamente, ¿a quién apoya la gente?»
Para muchos sirios, la vida bajo la administración del PYD es preferible a vivir bajo el gobierno central, los rebeldes o el ISIS, ya que la gente disfruta de libertades personales y de una relativa seguridad. Pero algunos residentes temen que el partido termine actuando como los Estados autoritarios que dice desmantelar. La alta dirección del PYD está dominada por personalidades militares relacionadas con el PKK, que históricamente ha utilizado la violencia contra opositores políticos. Durante el conflicto sirio, grupos afiliados al PYD han cerrado por la fuerza las oficinas de partidos kurdos disidentes, amenazado a periodistas de la oposición y reclutado a residentes para el servicio militar.
El oficial legal Hakam Khalo espera que con el tiempo, a medida que los residentes asuman el gobierno participativo, la administración del área mejore. «La estructura democrática, ya sea en Europa o en América, no fue algo espontáneo, producto de días o años. Fue una acumulación de cultura y conocimiento a lo largo de los siglos», dijo.
«Estamos al principio del camino, y es un buen comienzo.»