El régimen ha muerto, ¡el legado de Omar Aziz sigue vivo!
Omar Aziz dijo a sus amigos:
«Si la revolución fracasa, mi vida y la de toda mi generación carecería de sentido, todo lo que hemos soñado y en lo que hemos creído habría sido mera ilusión».
Falleció antes de ver el triunfo de la revolución y recoger los frutos de su majestuosa obra. Los sirios que aún viven tienen una enorme deuda con Omar Aziz y con las decenas de miles de mártires sirios. Es una deuda que no puede saldarse con lágrimas y conmovedores homenajes. Nada menos que luchar como un demonio por una Siria libre sería suficiente.
El régimen ha caído. Assad se ha ido. Es una victoria importante para todos los revolucionarios, pero especialmente para los revolucionarios sirios.
Han pasado más de 13 años desde aquellas protestas que sacudieron Siria en 2011, cuando empezaron a verse las primeras grietas del régimen. El régimen intentó tapar esas grietas con balas y bombas de barril. No sabía que las ideas son a prueba de balas. Hoy esas grietas están abiertas de par en par. Hoy esas grietas han derribado los muros de las cárceles del régimen. Hoy somos testigos de una nueva Siria.
Este debería ser un momento de alegría, de celebración. Pero también es un momento de acción. No podemos detenernos ahora. Tenemos que ir más lejos. Las fuerzas autoritarias ya están subiendo las escaleras del poder, con el objetivo de coronarse como los nuevos gobernantes. La revolución no ha terminado. Esto es sólo el principio. Un nuevo comienzo.
Un nuevo comienzo también necesita una nueva hoja de ruta, una nueva dirección para seguir avanzando. Queremos avanzar juntos. Para ello, primero necesitamos encontrarnos, reconocernos, orientarnos en estas nuevas coordenadas. ¡Hermano, hermana, amigo, camarada! ¡Marchemos juntos!
Difícil es el camino que tenemos por delante, pero celebremos hoy nuestras victorias. Y hagámoslo en la memoria de aquellos que no pueden celebrar con nosotros, porque es también gracias a su sacrificio, gracias a su lucha, que estamos hoy aquí.
Esta es una llamada, una llamada al recuerdo, una llamada a la lucha. Omar Aziz ha sido una inspiración para muchos de nosotros, y su legado sigue vivo.