El Primer Kobanê
Fuente: http://www.biehlonbookchin.com/first-kobane/ [inglés]
Autora: Janet Biehl
Traducido por el Comité de Solidaridad con Rojava y el Pueblo Kurdo
El 7 de diciembre de 2014, la Delegación Académica viajó a Sere Kaniyê, donde visitamos el centro local del comando YPG, la sede del PYD, un barrio que había sido un campo de batalla, y el cruce de la frontera hacia Turquía.
Las YPG y el asombroso éxito de las YPJ al liberar Kobanê, merecían cada pedacito de la alabanza universal que recibieron. Sin embargo, aunque la liberación fue sorprendente, Kobanê no fue el primer lugar donde las fuerzas de defensa de Rojava golpearon de nuevo a los fanáticos, armados y asesinos yihadistas. En noviembre de 2012, Jabhat al Nusra, una variante de Al Qaeda, atacó y ocupó la ciudad de Sere Kaniyê, en el borde occidental del cantón de Cizire, y durante los meses siguientes las YPG liberaron esa ocupación también.
Una ciudad de 50.000 personas, mayoritariamente de kurdos, aunque también de chechenos, armenios, arameos y árabes, Sere Kaniyê se encuentra en la dura frontera con Turquía, al otro lado de la ciudad de Ceylanpinar. Hace un siglo, las dos eran en una realidad, pero a raíz de la Primera Guerra Mundial, cuando se establecieron los nuevos estados de Turquía y Siria, desde las ruinas del Imperio Otomano, las grandes potencias dibujaron la línea límite entre ellas a través de la antigua ciudad intacta.
Las dos mitades siguen divididas después de casi un siglo de inquietas relaciones turco-sirias. «La frontera que nos separa de nuestros familiares», dijo el guía a nuestra delegación visitante. «Aquí la gente todavía se refieren a Ceylanpinar como ‘Sere Kaniyê encima de la línea’ y a esta parte como por debajo de la línea».
El levantamiento sirio comenzaron durante la primavera de 2011 y pronto degeneraron en una brutal guerra civil, ya que muchas de las fuerzas que se opusieron al régimen de Assad emergieron del mismo modo que los islamistas radicales. En la oscuridad de la mañana del 8 de noviembre de 2012, una de esas fuerzas, el Frente de Al Nusra, entraba en un barrio residencial de Sere Kaniyê, los sonidos de helicópteros y ametralladoras rompieron el silencio. Los varios cientos de invasores se apoderaron de las casas de la gente para uso militar.
Aunque Al Nusra era parte de la oposición al régimen de Assad, sus combatientes entraron en Sere Kaniyê no desde el sur, sino desde el norte, desde Turquía. De hecho ellos fueron capaces de cruzar sin problema. Así como el co-presidente del PYD, Asiya Abdullah, pronto señaló que «Los ataques vienen de Turquía, y están violando el derecho internacional. Hacemos un llamamiento a todos los Estados, a las organizaciones y a la ONU para que condenen a Turquía por esta violación de los derechos humanos”. Nada podría venir de su apelación. De hecho, la invasión apenas se ha registrado en los informes de los medios internacionales.
Aviones del régimen de Assad pronto bombardearon la ciudad, con el pretexto de luchar contra los yihadistas. Pero las bombas mataron a por lo menos diez civiles e hirieron a otros setenta; fueron demolidas unas cincuenta casas. Miles de residentes aterrorizados huyeron, durante un día o dos, sobre todo para el este. Las YPG se movilizaron para defender la ciudad.
Siete días después del ataque inicial, el 19 de noviembre, una coalición de partidos kurdos llama a una marcha para protestar contra la ocupación. Los civiles de Dirbespiye, Qamişlo y Amude -otras ciudades en Rojava- llevaron a las carreteras que conducen a Sere Kaniyê. De antemano Al Nusra creó barreras para bloquearlas.
El co-jefe del consejo de la gente local, Abid Xelil surgió, acompañado por las fuerzas de seguridad kurdas (Asayiş), y exigió que los islamistas armados eliminaran los obstáculos y permitieran la marcha. A modo de respuesta, los yihadistas abrieron fuego y le dispararon a muerte, junto con a un joven manifestante.
Según el co-presidente del PYD Abdullah, Xelil había sido «una figura simbólica para la comprensión interétnica» en Sere Kaniyê. Aquí «árabes, sirios, armenios y kurdos viven juntos en paz… Turquía está tratando de socavar la convivencia armoniosa y provocar una guerra entre árabes y kurdos».
El 20 de noviembre el ejército turco ayudó a la invasión de Al-Nusra con el disparo de misiles de corto alcance desde el otro lado de la frontera. Los yihadistas en Sere Kaniyê dieron a los turcos las coordenadas de las posiciones de las YPG, para poder apuntarles mejor.
A medida que las YPG se defendían, los observadores notaron que los yihadistas heridos estaban siendo trasladados en ambulancias turcas al otro lado de la frontera a los hospitales de Ceylanpinar, pero los heridos kurdos fueron excluidos de recibir tratamiento en esos mismos hospitales. Fue y es difícil evitar la conclusión de que la invasión de Sere Kaniyê fue una operación de Turquía, ordenada desde Ankara y coordinada desde Ceylanpinar.
En los veinte primeros, cinco tanques turcos rodaron sobre la frontera, una vez más en nombre de Al Nusra. Entonces, los yihadistas ocuparon la mayor parte de la ciudad, a excepción de los distritos de Hawarna y Xiraba. Pero las YPG resistieron ferozmente, y en la mañana del 23 de noviembre, Al Nusra pidió una tregua que se negoció. Aunque se rompió por los enfrentamientos intermitentes, que persistieron durante dos meses.
Dos meses después, el 16 de enero de 2013, unos 1.500 yihadistas cruzaron nuevamente la frontera turca en Sere Kaniyê, esta vez con varios tanques. Pero en los siguientes días, una vez más, las YPG resistieron, destruyendo tres de los tanques y matando de 100 a 120 yihadistas, perdiendo sólo unos pocos de los suyos. Los refuerzos llegaron para los yihadistas, que condujeron a un choque de fuerzas sobre la estación de policía, el edificio de la gobernación y una iglesia cristiana asiria. Pero den aquel momento las YPG comenzaban a liberar a los barrios, y para el 30 de enero ya habían echado a la mayor parte de Al Nusra fuera de la ciudad y habían retomado toda la línea fronteriza.
El 17 de febrero las YPG y el Ejército Libre de Siria acordaron un alto el fuego, que Al Nusra dijo que sería observado. Bajo sus términos, los grupos armados fueron a dejar Sere Kaniyê; un consejo civil integrado por representantes de diversos pueblos de Siria, controlaba el paso de frontera. Salih Muslim, co-presidente del PYD, dijo: «El lado kurdo está totalmente detrás del acuerdo… Tenemos que formular y garantizar los derechos de los diversos grupos étnicos y religiosos, así como los de las mujeres en una constitución democrática.»
Pero los atacantes -y sus aseguradores turcos- se negaron a renunciar, el 16 de julio los yihadistas atacaron Sere Kaniyê una vez más. Esta vez la resistencia de las YPG fue rápida y decisiva: después de sólo dos días se repelió a los invasores y se retomó el control de toda la ciudad. En las zonas anteriormente ocupadas por los yihadistas, combatientes de las YPG encontraron pasaportes turcos.
Consignadas las zonas rurales de toda Sere Kaniyê, Al Nusra, ahora ampliada por el ISIS, llevó a saqueo, secuestro; y a la ejecución de los civiles kurdos y árabes por igual. Del 1 al 5 de noviembre, las YPG lanzaron una operación para expulsar a los yihadistas de las aldeas. A la vez que liberaron pueblos a docenas, recuperaron armas, vehículos, municiones y material de logística. Bienes robados fueron devueltos a sus propietarios. El Consejo Popular distribuyó pan. Los residentes árabes estaban tan aliviados de ser liberados como los kurdos, expresando su alegría con consignas de «¡Viva las YPG!»,
En el Centro de Comando de las YPG
Por el momento mi Delegación Académica llegó en diciembre de 2014, la mayor parte de la vida normal había vuelto a la ciudad, a pesar de que los enfrentamientos con el ISIS continuaban 25 kilómetros al oeste. En el Contacto y Centro Administrativo de las YPG en Sere Kaniyê, el portavoz nos dijo que «El Daesh (ISIS) está en una posición de defensa en vez de ofensiva… Hemos tenido una operación contra ellos en las últimas dos semanas… Comandantes de alto nivel fueron asesinados por su lado, y nosotros nos estamos acercando a su centro».
Las YPG y su contraparte femenina, las YPJ, se llaman a sí mismos «unidades de defensa del pueblo», explicaba el portavoz de las YPG, Dr. Huseyin Koçer: No defienden a un Estado, sino a la sociedad, Rojava está autogobernada a través de una democracia popular. «Estamos aquí para el pueblo, para la sociedad, es así como nos entendemos». A pesar de ello, el Dr. Koçer subrayó, «la movilización que tenemos es más fuerte que diez Estados.»
Lo crucial para la autodefensa popular es la cooperación interétnica e interreligiosa entre los kurdos, asirios, árabes, armenios y otros grupos étnicos. «Sólo de esta manera podemos derrotar a aquellos que están atacando, que tratan de desplazarnos y hacen que las comunidades vayan unas contra otras.», dijo el doctor Koçer. En lugar de discriminar a las minorías no kurdas, la voluntad social de la autonomía, expresada por las YPG, es la de proteger los valores y las tradiciones culturales de las minorías.
«Cientos de árabes forman parte de las YPG y las YPJ» nos dijo el Dr. Koçer. Los asirios tienen una milicia armada, Sutoro, bajo el liderazgo de las YPG. Un combatiente checheno nos dijo en el centro de comando que su gente había llegado a esta zona ya en generaciones anteriores», pero nos hemos convertido en gente de esta región también. Hemos venido aquí y nos hemos unido a las fuerzas de las YPG y YPJ, y junto con ellos podemos proteger esta región».
¿Qué sucede cuando las YPG y YPJ liberan un pueblo árabe? le preguntamos.
«Muchos de los aldeanos árabes apoyan al Daesh,» replicó el Dr. Koçer. Pero «no tratamos de hacerles daño… Estamos seguros de que muchos de ellos no les gusta el Daesh pero sienten que tienen que soportarlo por miedo. El Daesh sabotea y roba a donde quiera que vayan… Están cometiendo estos crímenes en nombre del Islam, pero no tienen nada que ver con el Islam… Tratamos de fortalecer la capacidad de movilización de los pobladores árabes… Tratamos de crear conciencia de libertad y de liberación. Tratamos de comunicar la necesidad de auto-organización, no sólo para mantener la vida diaria, sino también la vida política».
El portavoz militar de las YPG dijo que se está tratando de llevar el auto-gobierno democrático de los pueblos árabes. «En los lugares que hemos liberado, el consejo popular de Sere Kaniyê va allí y ayuda a organizar, y a veces vamos de la mano… Les ayudamos y les apoyamos en la creación de los consejos en los que viven… Discutimos con ellos y les proponemos [democráticamente] nuestro proyecto y nuestros objetivos».
¿Cómo le perciben a usted? le preguntamos. ¿Es que se unen también a usted por miedo?
«No vamos a lugares para hacer que sean como nosotros. Queremos asegurarnos de que puedan expresar su voluntad política. A través de discusiones tratamos de crear conciencia de libertad. Muchos pueblos nos han apoyado y se han unido a las YPG».
A raíz de su victoria sobre el Daesh en Sere Kaniyê, y los progresos realizados en Kobanê, la moral de las YPG es muy alta, dice el Dr. Koçer. «No importa cuántas veces nos ataquen, ya no vamos a aceptar cualquier ocupación… de nadie… Estamos dispuestos a ser el cementerio de aquellos que nos están atacando”.
«Esta es una fuerza que está cometiendo crímenes contra la humanidad», continuó. «El Daesh está planteando una amenaza para las comunidades del mundo. Estamos resistiendo a esta fuerza. Hoy es aquí, pero mañana será en otro lugar. »
Tan feroz como es la resistencia, que está plagada por la falta de medios materiales, Rojava está embargada tanto política como económicamente por Turquía y, con algunas excepciones, por el Gobierno Regional de Kurdistán. Como resultado de esto, «no podemos tratar a los heridos de manera adecuada. Tenemos médicos, pero carecemos de medicamentos… Realmente necesitamos levantar este embargo… Queremos ser vecinos con Turquía, pero el Estado turco está movilizando activamente, apoyando y facilitando los ataques del Daesh».
Rogó a la Delegación Académica para decirle al Oeste, que presionara a Turquía a que cediera, y al menos abrir un corredor humanitario para Rojava, para que los medicamentos básicos así como las armas puedan pasar. Los que están comprometidos con la lucha contra el extremismo islamista, de hecho el terrorismo, debería hacer menos por éstos y dedicarse más a los aliados, los guerreros-demócratas de Rojava.
Escrito por Janet Biehl. El relato de la batalla se basa en informes de Firat, Civaka Azad, y el Informe de Rojava. Los comentarios de las YPG se han editado para la concisión.