El Estado de Emergencia turco y los kurdos LGTB +
Tras el fin de las negociaciones de paz entre Turquía y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (Partiya Karkerên Kurdistan, PKK) en julio de 2015, las ciudades kurdas han sido testigo de una destrucción masiva. La destrucción estuvo acompañada de grafitis racistas y sexistas de las fuerzas gubernamentales de Turquía en muchas de las áreas destrozadas. Entonces, siguiendo al fallido golpe de Estado el 15 de julio de 2016, fue declarado un estado de emergencia de tres meses por parte del gobierno de Erdoğan, extendido de nuevo por otros tres meses, emborronando los límite de la autoridad de Erdoğan sobre el poder estatal. Fortalecido por la historia de la derrota del intento de golpe de Estado del 15 de julio, el gobierno extendió su objetivo hacia el movimiento de Gülen, los supuestos conspiradores del golpe de Estado, también se convirtió en blanco el movimiento político kurdo. El éxito del pro-kurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) en las elecciones de junio de 2015 reforzó el papel del movimiento como una barricada contra las fantasías presidenciales de gobierno de un solo hombre de Erdoğan. Finalmente, el gobierno de Erdoğan arrestó a doce miembros del Parlamento pertenecientes al HDP, incluyendo a su copresidente. El gobierno también arrestó a los co-alcaldes elegidos democráticamente, incluyendo al co-alcalde de la mayor ciudad kurda Diyarbakır/Amed, y nombró administradores en un gran número de barrios kurdos.
Las recientes políticas del gobierno de Erdoğan contra las mujeres son un parte de un aspecto de género tradicionalmente significativo en la guerra de Turquía contra los kurdos y una amenaza para que las igualdades de género aumenten. Un posible argumento, bastante razonable, es la dificultad para diferenciar entre la opresión contra las mujeres y el colectivo LGTB en tiempos de conflictos severos, ya que están estrechamente relacionados con sus luchas existenciales contra las constantes arremetidas del patriarcado. Sin embargo, las diferentes experiencias de la comunidad LGTB+ y su resistencia permanecen invisibles en el discurso político más amplio y su análisis. A la luz de las crecientes políticas opresivas, los LGTB kurdos están en una “doblemente vulnerable” posición frente a la opresión del Estado a través de una “vulnerabilidad interseccional”: en las bases de su identidad étnica y de género. Mi objetivo haciendo esta afirmación es la de llamar la atención sobre las dimensiones no abordadas de la purga política contra el HDP a través de las posibles perspectivas LGTB+. También es importante la situación de los LGTB kurdos y la de los refugiados LGTB+.
El programa del HDP incluye detalladas políticas pro-LGTB+. Por consiguiente, el intento de eliminar a la organización de la escena política de Turquía es también un ataque a los avances de los LGTB+ dentro del Estado y la sociedad en Turquía. De acuerdo con una encuesta sobre los derechos LGTB+ en la Gran Asamblea Nacional de Turquía, el HDP y sus antecedentes solicitaron catorce de las veinticinco solicitudes parlamentarias sobre los derechos LGTB+ entre 2008 y 2014. También, el HDP y los activistas LGTB+ se enfrentaron a una serie de reacciones homófobas por parte de varios sectores de Turquía y Kurdistán. Estas reacciones iban desde amenazas por parte de grupos islamistas de extrema derecha como Huda-Par, o usando las políticas LGTB+ del HDP contra ellos en mítines pro-AKP, hasta el marcar como blancos a los activistas LGTB+ en los periódicos pro-gobierno. Teniendo en cuenta el discurso del AKP sobre los LGTB desde 2001 hasta 2015, ello nos proporciona una percepción suficiente sobre la homofobia dentro de la esfera política formal. Sin embargo, estos duros ataques no causaron que el HDP cambiara sus políticas. El partido continuaba llevando los problemas de los LGTB+ al Parlamento turco hasta la purga política más reciente.
La reciente purga política de Erdoğan contra los kurdos incluye a famosas figuras del movimiento kurdo de las mujeres y las luchas LGTB+. El gobierno detuvo forzosamente y, finalmente, arrestó a Sebahat Tuncel, copresidenta del pro-kurdo Partido Democrático de las Regiones (DBP) y anterior miembro del Parlamento del HDP. Tuncel es una activa defensora de los derechos LGTB+. En 2008, fue la primera miembro del Parlamento en la historia de Turquía que solicitó una investigación parlamentaria sobre las condiciones de los derechos LGTB+. Además de Tuncel, el gobierno detuvo a Levent Pişkin, un renombrado activista LGTB+ y uno de los abogados del encarcelado copresidente del HDP, Selahattin Demirtaş, tras un campaña contra él en los periódico pro-gubernamentales. Estos dos ejemplos (Tuncel y Pişkin) causaron reacciones de varias facciones políticas, iluminando cómo la intersección de identidades y/o defensas políticas sobrepasarían sus propias ideologías para unirse en solidaridades específicas. Esto también demostró la posición de los LGTB+ en la reciente purga de la esfera política.
Hay una fuerte alianza entre los LGTB de diferentes etnias dentro de la política izquierdista en Turquía y Kurdistán. Alguno de los más recientes ejemplos de esta alianza es la declaración conjunta sobre las violaciones de los derechos humanos en el tiempo posterior al intento de golpe de Estado en Turquía y la declaración conjunta con organizaciones feministas contra el arresto de Gültan Kışanak (co-alcalde de Diyarbakır/Amed). El estado de emergencia, como un mecanismo, funciona contra todo tipo de solidaridad y alianzas anti-opresoras. Este mecanismo incluye aspectos organizativos, como la suspensión de actividades de organizaciones sociales civiles como Gündem Çocuk (una famosa organización de los derechos de los niños), la cual impide el avance de las colaboraciones en los derechos de los niños LGTB+. Este mecanismo también incluye otros aspectos, como difundir el miedo y criminalizar los actos de solidaridad. A pesar de estos impedimentos, los esfuerzos de solidaridad bajo las condiciones de represión se mantienen inspiradores.
Los LGTB kurdos están en una posición “doblemente vulnerable”. Por un lado, son kurdos bajo el gobierno turco, donde los derechos nacionales kurdos son denegados. Por otro lado, son personas LGTB+ bajo un orden social heteronormativo y homofóbico. Sin embargo, esta doble vulnerabilidad ha abierto al mismo tiempo un espacio para su movilización y visibilidad. La proliferación de las organizaciones LGTB+ en Kurdistán ha sido notable y prometedora. Por ejemplo, la ciudad de Dersim -conocida por la gran masacre de 1938 y por ser un centro de la movilización izquierdista en Kurdistán- presentó su desfile del orgullo en 2014. Fue Roştîya Asmê (“Luz de luna” en kurdo/ dimilkî) quien organizó este evento. Keskesor LGBTI (“Arcoiris” en kurdo/ kurmancî), localizado en Diyarbakır/Amed, es otra famosa iniciativa que solía estar activa en la organización de eventos dentro de Kurdistán.
En 2013, la iniciativa LGTB de Estambul de base kurda, Hêvî LGTB (“Esperanza” en kurdo/ kurmacî) anunció su fundación, afirmando: “Era necesario formar una entidad en Estambul que pudiese convocar a los kurdos y aquí estamos.”
Durante la destrucción de las ciudades kurdas y durante la declaración del estado de emergencia, la defensa de los derechos kurdos se ha vuelto casi imposible, debido al gobierno autoritario de Erdoğan. Lo mismo es para las organizaciones kurdas LGTB+ mencionadas anteriormente. Además, el seguimiento de los discursos de odio y otro tipo de violencias contra las personas LGTB+ se ha vuelto casi imposible. A estas organizaciones se les está impidiendo efectivamente realizar su trabajo. En una entrevista en diciembre de 2016 con Yıldız Tar, un famoso activista LGTB+ y editor de Kaos GL, interpretó la situación de la defensa de los derechos LGTB+ en Kurdistán como la siguiente:
El área, en la cual las organizaciones LGTBI pueden respirar o trabajar les está siendo arrebatado. Quiero decir, una gran parte de Kurdistán está condenado a un régimen, en el cual es un éxito simplemente el sobrevivir, el vivir…Además de una guerra contra los kurdos, hay también una guerra contra el kurdismo en sí mismo a un nivel simbólico. Vives bajo está presión, continúas intentando construir tu realidad, al mismo tiempo eres un individuo LGTB, lo que significa que todo tu espacio es reducido…Por ejemplo, solamente la frase “los individuos LGTB tienen derechos” se convierte en un lujo, quizás ahora más que nunca en Kurdistán. De hecho, lo que intentas decir es que los individuos LGTBI viven bajo una opresión dos veces mayor, pero la frase golpea las paredes y tintinea, porque detrás de esa pared, hay un guerra.
Intentar entender las políticas LGTB+ sin evaluar sus intersecciones con otras formas de política es un enfoque reduccionista. Uno no puede pensar en una identidad LGTB+ en un contexto kurdo sin pensar en la guerra que hay allí también. Las mismas identidades, tanto kurdas como LGTB+, están construidas dentro y a través de la guerra. Además, como consecuencia de estás construcciones, su mera existencia se convierte en un forma de resistencia: “Bajo ciertas condiciones, el continuar existiendo, moviéndose y respirando son formas de resistencia, es por eso que a veces vemos pancartas en Palestina con el eslogan “¡Aún existimos!”” [1]
Los refugiados LGTB+ constituyen otro grupo vulnerable. El 11 de agosto de 2016, el HDP planteó el problema de un crimen de odio hacia un LGTB en el Parlamento, el asesinato y la decapitación de un refugiado sirio gay, Muhammed Wistam Sankari en el contexto de impunidad para tales crímenes de odio contra los LGTB+. Hay, de hecho, varios indicadores de redes emergentes de solidaridad entre las iniciativas LGTB+ locales y los refugiados LGTB+. Por ejemplo, Kaos GL atendió a 452 refugiados LGTB+ en 2015.
Hêvî LGTB, por otra parte, dirigió un proyecto de investigación completo en la comunidad. Continúan organizando charlas con los refugiados LGTB+ para documentar e informar sobre sus experiencias. Estos actos de solidaridad no solo fortalecen a las comunidades LGTB+, sino que también forman alianzas y trastocan el discurso de victimización.
Es importante también prestar atención a las experiencias, protestas y objeciones individuales, en las cuales podemos ver el tipo de resistencia que este artículo está resaltando.
En un reciente vídeo, se puede ver a la policía turca hostigando a un activista trans kurdo, Demhat Aksoy, porque su género marcado en su DNI no coincidía con su identidad de género. En el vídeo, que se hizo viral, Demhar está en una protesta, y durante el registro policial, piden a una mujer policía que lleve a cabo el registro. Sin embargo, la oficial de policía objeta: “Si la República turca te llama hombre, yo te trataré como a un hombre,” afirma la oficial, señalando el DNI azul, que indica el género masculino. En una entrevista que llevé a cabo con Demhat, interpretaba la ocasión de la siguiente forma:
“La policía me hablaba sobre el DNI azul, ya ves, dime que soy un hombre, pero ese DNI azul no me molesta, en su lugar, ese DNI azul se convierte en un evidencia desde donde me defino. Su placer (el de la oficial de policía) cuando me tiró el DNI a la cara, se convirtió en mi placer. Entonces dije: has aprendido que es una mujer y un hombre, y que el color de cada uno es azul o rosa, pero mira, mi color es completamente diferente.”
La decisión de marcar el género de alguien varía desde los médicos -quienes tienen el poder de decidir en nombre de un bebé recién nacido – a otros agentes del Estado, tales como oficiales de policía – quienes tienen el poder de limitar el cambio del cuerpo basándose en un entendimiento normativo/binario del sexo/género. Estas decisiones no sólo rodean nuestros cuerpos, sino que también ayudan a mostrarlos de una determinada manera. Sin embargo, al mismo tiempo, estas decisiones se enfrentan a ciertas objeciones, que producen cierto tipo de tensión. Esta tensión se convierte en un lugar para las políticas y la resistencia. En el vídeo anteriormente mencionado, somos testigos de una discontinuidad dentro de la protesta, y esto resalta la importancia de las discontinuidades dentro de las luchas: son interrumpidas, disputadas y llevadas dentro de una esfera donde los límites entre las vidas cotidianas y los momentos de protestas son borrosas. De hecho, la lucha de las personas LGTB+ va más allá de los sitios de protesta -y se puede decir, más allá del estado de emergencia. En otras palabras, cada sitio de sus vidas puede convertirse en un lugar de resistencia. Los funcionarios estatales y otros usan el género binario contra los precisos cuerpos que se reúnen para resistir a las políticas represivas. También promueven la homofobia y/o la transfobia en diferentes maneras para impedir las reuniones de resistencia y las nuevas posibilidades políticas.
Porque cuando los cuerpos se reúnen como lo hacen para expresar su indignación y para promulgar su existencia plural en los espacios públicos, también están haciendo demandas más amplias: están demandando el ser reconocidos y valorados, están ejerciendo su derecho a aparecer, a ejercer su libertad, y están demandando una vida soportable. [2]
En “Notas para una teoría performativa de la asamblea”, Judith Butler afirma que la “alianza” no es meramente una futura forma social, es, al mismo tiempo una parte de nuestra formación subjetiva. Por lo tanto, si “yo mismo soy una alianza, o yo soy aliado de mí mismo o de mis diversas vicisitudes culturales,” [3] ¿qué posibilidades políticas podrían emerger de nuestras formaciones subjetivas como LGTBs kurdos? ¿Cómo pueden esas posibilidades fortalecernos en Kurdistán contra las opresivas, si no coloniales, prácticas de Turquía?
Otras cuestiones importantes que siguen a este contexto: ¿Qué nuevas formas de solidaridad y alianzas podemos esperar o establecer, dentro fundamentalmente de Oriente Medio? A través de un efectivo desplazamiento cultural, ¿qué puede la lucha de los LGTB kurdos ofrecer a otros contextos? ¿Qué pueden aprender los LGTB+ kurdos de los gays palestinos, puesto que ambos son LGTB de naciones sin Estado? ¿Cómo pueden otros movimientos o experiencias LGTB+ de Oriente Medio influenciarnos? ¿Qué podría ofrecer el sistema político en Rojava, [4] el cual está siendo parcialmente construido con un énfasis en la igualdad de género mientras lucha contra el Estado Islámico, quien asesina a LGTBs, a las políticas LGTB+? Debemos estar haciendo constantemente preguntas sobre posibles solidaridades y alianzas, y entonces buscar nuevas preguntas dentro de ellas. Inspirándonos en Benjamin, si el “estado de emergencia” no es la excepción sino la regla, sería apropiado concluir con un famoso eslogan político kurdo, el cual también se aplica a las luchas LGTB+: Berxwedan Jiyan e! (¡Resistir es vivir!).
Notas finales:
[1] Judith Butler, “Vulnerabilidad y resistencia revisitadas” en Judith Butler, Zeyned Gambetti y Leticia Sabsay (eds), Vulnerabilidad en resistencia (Duke University Press, 2016),26. [2] Judith Butler, “Notas para una teoría performativa de la asamblea” (Harvard University Press, 2015),26. [3] Butler, 2015, 68. [4] Michael Knapp, Anja Flach y Ercan Ayboğa, “Revolución en Rojava – Autonomía Democrática y Liberación de la Mujer en el Kurdistán Sirio”, traducido por Janet Biehl (Pluto Press, 2016).Fuente: Kurdish Question
Autor: Hakan Sandal
Fecha de publicación: 28 de diciembre de 2016
Traducido por Rojava Azadi.