Dos paradigmas, dos revoluciones (Parte 3/3)
El Análisis de la Mercancía de Marx y la Teoría de la Comuna de Öcalan

Nimet Sevin – 15 de diciembre 2025 – Editado por Rojava Azadi Madrid
Este ensayo examina de forma comparativa el análisis de la mercancía de Marx y la teoría de la comuna de Öcalan, tratando de mostrar sus contextos históricos, rupturas epistemológicas, diferencias metodológicas y complementariedades. Ambos paradigmas, al responder a los problemas de sus propias épocas, ofrecen un marco teórico sólido cuando se consideran juntos para la lucha por la liberación del siglo XXI.
Publicamos este ensayo en 3 partes:
1. Marx y el descubrimiento de la Mercancía (8 diciembre 2025).
2. Öcalan y el redescubrimiento de la Comuna (11 diciembre 2025).
3. Anatomía comparada de dos paradigmas (15 diciembre 2025).
TERCERA PARTE: ANATOMÍA COMPARADA DE DOS PARADIGMAS
Contradicciones Históricas y Demandas de Transformación
La razón fundamental por la que Marx y Öcalan desarrollaron soluciones teóricas diferentes reside en las distintas contradicciones y demandas de las épocas que vivieron. Una comparación sistemática de estas diferencias es crucial para comprender por qué ambos paradigmas eligieron diferentes puntos de partida.
En la época de Marx, la contradicción fundamental de la sociedad capitalista era entre el capital y el trabajo. La revolución industrial había transformado a millones de campesinos en la clase obrera. Las condiciones de trabajo en las fábricas eran inhumanas: jornadas de 14-16 horas, intensa explotación de la mano de obra femenina e infantil, accidentes laborales, salarios de miseria. La obra de Engels, La situación de la clase obrera en Inglaterra (1845), documenta estas condiciones en detalle. 1Engels, Friedrich. La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra (1845). Trad. Halil Berktay. Estambul: İletişim Yayınları, 2000. Edición en castellano: https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/situacion/situacion.pdf
Esta contradicción era visible, concreta y cotidiana. El obrero se encontraba con el capitalista en la puerta de la fábrica todos los días. Trabajaba largas horas ante la máquina a diario. El salario que recibía semanalmente era mucho menor que el valor de su trabajo. Esta concreción convirtió a la contradicción capital-trabajo en el foco natural de la lucha política.
La riqueza se acumulaba en manos de los propietarios de las fábricas. Los obreros vivían en la pobreza. En la década de 1840 en Inglaterra, el ingreso promedio de una familia obrera estaba apenas por encima del umbral de inanición. La tasa de mortalidad infantil alcanzaba el 50% en los barrios obreros. Esta era una contradicción abierta, visible y medible.
La clase obrera se organizaba contra estas condiciones. Sindicatos, huelgas, el movimiento cartista; estas organizaciones expresaban las demandas económicas y políticas de los trabajadores. La teoría de Marx proporcionó una base científica a esta lucha concreta: ¿Cuál es la fuente de la explotación? ¿Cómo se puede eliminar? ¿Cuál es la misión histórica de la clase obrera?
La fuerza de la teoría de Marx radica en la unión del análisis abstracto con la lucha concreta. El Capital es una obra teórica densa, pero también una guía práctica para el movimiento obrero. La teoría del valor muestra a los trabajadores: la fuente de la explotación «no reside en el mercado sino en la fábrica, no en el intercambio sino en la producción». Esta comprensión define la estrategia de la lucha.
En la época de Öcalan, las contradicciones se han multiplicado y complejizado. Por supuesto, la contradicción capital-trabajo continúa, pero otras contradicciones también se han vuelto centrales:
- Crisis Ecológica: El cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la acidificación de los océanos amenaza la existencia humana. Los informes del IPCC (2018, 2021) indican que queda muy poco tiempo. Esta contradicción era invisible en la época de Marx, ya que el capitalismo aún no había chocado con los límites ecológicos del planeta. En el siglo XIX, la naturaleza era vista como un recurso ilimitado. En el siglo XXI, sabemos que estos límites han sido superados.
- Patriarcado y Género Social: El movimiento de mujeres se fortaleció en el siglo XX y demostró que la dominación patriarcal tiene una dinámica independiente de la explotación de clase. El movimiento MeToo reveló la violencia sexual estructural. La medida radical de Öcalan es redefinir el patriarcado, eliminando su posición de «contradicción secundaria» para convertirlo en la «contradicción primaria». Esto invierte la jerarquía marxista clásica.
- Identidad y Reconocimiento: Las luchas basadas en la identidad étnica, religiosa y de género han ganado una importancia central junto a la lucha de clases. El problema kurdo es un ejemplo concreto de esto. El debate de Nancy Fraser y Axel Honneth, ¿Redistribución o Reconocimiento? (2003), teoriza esta nueva dinámica. La discusión de Fraser y Honneth es importante porque plantea la pregunta dentro de la izquierda: «¿justicia económica o reconocimiento cultural?». Fraser sostiene que ambas son necesarias, pero la cuestión de cómo integrarlas queda sin respuesta. El confederalismo democrático de Öcalan ofrece un modelo práctico que integra ambas. 2Fraser, Nancy y Axel Honneth. ¿Redistribución o Reconocimiento? Un Intercambio Político-Filosófico (Original: Redistribution or Recognition? A Political-Philosophical Exchange, 2003). Londres: Verso, 2003. Edición en castellano: Ediciones Morata, S.L. 2006. ISBN 9788471125019.
- Dominación Tecnológica: Los avances científico-tecnológicos, como la vigilancia digital, el control algorítmico y la inteligencia artificial, han creado nuevas formas de dominación. El concepto de «biopoder» de Foucault sigue siendo válido, pero es insuficiente para el poder algorítmico. El biopoder gestiona cuerpos y poblaciones; el poder algorítmico gestiona comportamientos e inconscientes. Esta es una nueva capa de dominación.
En la época de Marx, la demanda fundamental de la clase obrera era clara: jornada laboral más corta, salarios más altos, derechos sindicales, representación política. El objetivo estratégico era la superación del capitalismo mediante la revolución socialista. La claridad y la fuerza unificadora de estas demandas eran la ventaja del movimiento obrero del siglo XIX. Obreros de diferentes sectores podían identificar a un enemigo común (la clase capitalista) y un objetivo común (el socialismo).
En el siglo XXI, las demandas se han pluralizado: sostenibilidad ecológica, liberación de la mujer, derechos LGBTIQ+, reconocimiento étnico-religioso, derechos digitales, paz, derechos de los migrantes. Todas estas demandas son legítimas y son parte del proyecto de liberación. Sin embargo, esta pluralidad crea un problema de coordinación. Surgen conflictos de prioridades, divisiones estratégicas y efectos fragmentadores de la política de identidad entre los diferentes movimientos.
El Confederalismo Democrático de Öcalan abraza esta pluralidad. Diferentes identidades y demandas se organizan en comunas autónomas y se unen en la estructura confederal. Este enfoque no busca un «sujeto hegemónico», sino que acepta la «pluralidad de sujetos». Cada movimiento lucha en su propio campo autónomo, pero establece estructuras federativas para la coordinación y la solidaridad. Marx vio que la contradicción fundamental estaba entre el capital y el trabajo y encontró la solución en un cambio de poder revolucionario. La burguesía sería liquidada, la clase obrera tomaría el poder, los medios de producción serían nacionalizados y se establecería una economía planificada. Esta estrategia es clara, programática y medible. El criterio de éxito es evidente: tomar el poder estatal.
Öcalan ve la pluralidad de contradicciones y no busca la solución en un único cambio de poder revolucionario. En su lugar, propone la auto-organización de la sociedad, la autogestión, las luchas autónomas en diferentes campos (economía, ecología, género, identidad) y su unidad federativa. Aunque esta estrategia es más compleja y a largo plazo, también es más resistente. El colapso de un solo centro no destruye todo el sistema; la estructura federativa es más resistente a los golpes regionales.
David Harvey, en La Condición de la Posmodernidad (1989), analiza la transición del capitalismo a un régimen de acumulación flexible. La producción fordista (estándar, masiva, centralizada) fue reemplazada por una producción flexible, diversificada y distribuida. La observación de Harvey es importante porque demuestra que el propio capitalismo ha pasado de una organización centralizada a una organización en red. Si el capitalismo se organiza en forma de red, la resistencia contra él también debe organizarse en forma de red. La estructura piramidal del partido es ineficaz contra el capitalismo de red. 3Harvey, David. La Condición de la Posmodernidad: Investigación sobre los orígenes del cambio cultural (1989). Estambul: Metis Yayınları, 1993. Edición en castellano: Amorrortu Editores España, 2008. ISBN 9789505186594.
Esta transformación también cambió la estructura de clase. El «trabajador estándar» disminuyó, mientras que el precarizado y los trabajadores del sector servicios aumentaron. Esta es una realidad muy diferente a la clase obrera homogénea de la época de Marx. La teoría de Öcalan responde a esta nueva realidad heterogénea: en lugar de una clase obrera homogénea, pueblos oprimidos heterogéneos; en lugar de un único sujeto revolucionario, sujetos plurales; en lugar de una estrategia centralizada, coordinación federativa.
Contexto Histórico y Diferencias Geográficas: ¿Por Qué Diferentes Paradigmas?
Los diferentes puntos de partida de Marx y Öcalan no son accidentales. Como muestra la obra El Mediterráneo (1949) de Fernand Braudel, la geografía y el momento histórico determinan la estructura del pensamiento. El concepto de «larga duración» (longue durée) de Braudel resulta esclarecedor aquí. Los acontecimientos históricos se desarrollan en diferentes capas temporales: acontecimientos de corto plazo (politique), coyunturas de medio plazo (économique), estructuras de largo plazo (géographique). Marx y Öcalan responden a diferentes coyunturas y diferentes geografías. 4Braudel, Fernand. El Mediterráneo y el Mundo Mediterráneo en la Época de Felipe II, Vol. 1: Desde el siglo XVI al XVIII a.C. (1949). Estambul: Türkiye İş Bankası Kültür Yayınları, 2000. Edición en castellano: Fondo de Cultura Economica México 2023. ISBN 9786071664037.
Marx escribió en el siglo XIX en Europa Occidental, durante el auge del capitalismo. La revolución industrial estaba universalizando la producción de mercancías. Todo se convertía en mercancía: trabajo, tierra, conocimiento. En estas condiciones, la clave para entender la sociedad estaba en la mercancía. La teoría de Marx pertenece al período «clásico» del capitalismo: capitalismo competitivo, mercados nacionales, producción industrial.
Öcalan escribe en el siglo XXI en Oriente Medio, durante el período de crisis del capitalismo globalizado y del sistema de Estado nación. La producción industrial se ha desplazado a Asia, Occidente se ha financiarizado, la cadena de producción se ha fragmentado. Pero lo que es más importante, el modelo de Estado nación ha creado una catástrofe total en Oriente Medio: fronteras artificiales, limpiezas étnicas, guerras sectarias, dictaduras autoritarias. La teoría de Öcalan pertenece al período «tardío» del capitalismo y al período de crisis del Estado nación.
La obra El Largo Siglo XX (1994) de Giovanni Arrighi examina la geografía histórica del capitalismo. Según Arrighi, los centros de poder hegemónico cambian: primero las ciudades-Estado italianas, luego Holanda, luego Inglaterra, luego Estados Unidos. Cada ciclo hegemónico crea diferentes formas de organización. La teoría de los «ciclos hegemónicos» de Arrighi aclara por qué Marx y Öcalan responden a diferentes fases del capitalismo. 5Arrighi, Giovanni. El Largo Siglo XX: Dinero, Poder y los Orígenes de Nuestro Tiempo. Trad. Recep Boztemur. Ankara: İmge Kitabevi, 2000. Edición en castellano: Editorial Akal, 2014. ISBN 9788446039938. Marx escribió en el apogeo de la hegemonía británica y el capitalismo industrial. Öcalan escribe en la crisis de la hegemonía estadounidense y la fase final del capitalismo financiero.
Estos diferentes momentos históricos requieren diferentes soluciones teóricas. La pregunta de Marx era: «¿Cómo funciona el capitalismo y cómo se supera?». La pregunta de Öcalan es: «¿Cómo se establece una organización social alternativa en el colapso de la modernidad capitalista y el sistema de Estado nación?».
¿Dónde Reside la Fuente de la Explotación? ¿Propiedad Privada de los Medios de Producción o Poder?
Marx y Öcalan examinan las formas de dominación prominentes en sus propias épocas. Esta diferencia está directamente relacionada con la identificación de diferentes fuentes de la explotación capitalista y la percepción de diferentes dimensiones de la dominación. Es una orientación estratégica y se proponen diferentes caminos de liberación. Ambas medidas hacen visibles las relaciones sociales detrás de las formas fetichizadas visibles.
Marx comenzó su análisis de la sociedad capitalista con el análisis de la mercancía. La elección de la mercancía por parte de Marx se deriva de la naturaleza del capitalismo del siglo XIX. Todo se convierte en mercancía, se mercantiliza. El obrero vende su fuerza de trabajo como mercancía. El fetichismo de la mercancía oculta las relaciones sociales como relaciones entre objetos. Sin romper este fetichismo, no era posible hacer visible la explotación capitalista.
La mercancía es la forma en que se cristalizan las relaciones sociales capitalistas. La relación entre mercancías es, de hecho, la relación entre personas que consumen trabajo. En la sociedad capitalista, las personas no se relacionan directamente entre sí; se relacionan indirectamente a través de las mercancías. El fetichismo de la mercancía hace que las relaciones sociales aparezcan como relaciones entre objetos. Romper este fetichismo hace visibles los mecanismos reales de la explotación capitalista. La estrategia de Marx es revelar las relaciones sociales detrás de la mercancía, demostrar que la clase obrera es explotada y crear conciencia revolucionaria. La mercancía es la forma visible de la dominación capitalista.
La elección de la comuna por parte de Öcalan se deriva del carácter totalitario de la modernidad capitalista del siglo XXI. El capitalismo ha establecido su poder no solo en lo económico, sino también en lo político, militar, cultural, ideológico; en todos los campos. Para superar esta totalidad, es necesario cuestionar no solo la explotación económica, sino el monopolio del poder en sí mismo. La comuna es la célula básica de la sociedad, la capacidad de auto-organización. El Estado ha usurpado, centralizado y monopolizado esta capacidad. La comuna es la economía social suprimida y negada por la modernidad capitalista; es la forma de organización política de la economía.
La dominación capitalista basa la explotación en el monopolio del poder. Mientras que el análisis de la mercancía resuelve las relaciones económicas capitalistas, no explica completamente cómo se establece el monopolio del poder ni cómo impregna todas las áreas de la sociedad. La comuna, por otro lado, refleja el monopolio del poder y hace visibles las áreas de explotación; hace comprensible la amplitud y profundidad de la explotación, cómo se infiltra desde las «fábricas» en todas las dimensiones de la vida social y en la naturaleza.
Según Marx, la plusvalía se genera en el proceso de producción. El obrero, mientras trabaja en la fábrica, produce más valor que el valor de su propia fuerza de trabajo. Este excedente es la plusvalía, que va al bolsillo del capitalista. La explotación se produce aquí, en el momento de la producción. El capitalista puede realizar esta explotación porque posee la propiedad de los medios de producción. Por lo tanto, la solución es clara: nacionalizar los medios de producción, poner el proceso de producción bajo el control de la sociedad.
Öcalan, por su parte, enfatiza que la explotación de la plusvalía se produce no solo en la fábrica, sino quizás de forma más intensa en el mercado: en la manipulación y la especulación que el monopolio del poder establece sobre el mercado. El capitalista explota al obrero en el proceso de producción, pero gana su riqueza principal en el mercado, jugando con los precios. Esto es, como demostró Braudel, un saqueo monopolista impuesto desde fuera de la economía real.
Si la explotación de la plusvalía se produce únicamente en el proceso de producción, basta con nacionalizar los medios de producción. Sin embargo, si la fuente más profunda de la explotación es el monopolio del poder (la dominación del Estado, el sector capitalista, la oligarquía financiera sobre el mercado), entonces el objetivo no puede ser solo la nacionalización de los medios de producción, sino la abolición del monopolio del poder.
Aquí es donde se revela la diferencia estratégica entre la mercancía de Marx y la comuna de Öcalan. Marx propone cambiar la propiedad de los medios de producción y tomar el poder estatal para nacionalizar esos medios, con el fin de cambiar las relaciones mercantiles. El objetivo es tomar y transformar el Estado. Öcalan, por otro lado, apunta al monopolio del poder, y la forma de superarlo es eludir al Estado y lograr la auto-organización de la sociedad. La estrategia de Marx es construir el socialismo desde arriba. La estrategia de Öcalan es cercar y superar el monopolio del poder desde abajo, con la organización comunal. Marx dice: «Primero el poder, luego la sociedad». Öcalan dice: «Primero la sociedad, no el poder».
Esta diferencia también se relaciona con las lecciones extraídas de la experiencia de los Estados socialistas del siglo XX. La Unión Soviética nacionalizó los medios de producción, pero el monopolio del poder (la burocracia estatal) creó una nueva forma de explotación. China estableció una economía planificada, pero la dictadura del partido trajo una nueva dominación, no liberación. La socialización de los medios de producción no fue suficiente porque el monopolio del poder continuó e incluso se fortaleció.
El énfasis de Öcalan en la comuna como unidad básica es la última de estas experiencias. La fuente de la explotación no es solo la propiedad privada de los medios de producción, sino también, y quizás de forma más fundamental, la dominación del monopolio del poder sobre la sociedad. El Estado está por encima de la sociedad, es la forma usurpada de la propia capacidad de organización de la sociedad. La forma de superar esta dominación no es tomar el poder estatal, sino fortalecer la capacidad de auto-organización de la sociedad. Las sociedades existieron antes que el Estado y pueden existir sin él.
Subjetividad y Fuerzas Sociales: ¿Quién Hará la Revolución?
Marx ve a la clase obrera como el sujeto revolucionario universal. En el Manifiesto Comunista, dice: «La burguesía produce sus propios sepultureros». La clase obrera está en el centro de la producción capitalista y es el objeto directo de la explotación. La teoría de la clase obrera de Marx se basa en tres suposiciones: Primero, el desarrollo capitalista multiplica numéricamente la clase obrera. Segundo, la explotación radicaliza a los trabajadores. Tercero, la disciplina de la fábrica prepara a los trabajadores para la organización. (Ibíd.)
Sin embargo, la historia del siglo XX complejizó estas suposiciones. La clase obrera en Occidente no hizo la revolución, sino que se integró en el sistema mediante reformas. Las revoluciones tuvieron lugar en países subdesarrollados como Rusia, China y Cuba, con alianzas de campesinos y obreros. Herbert Marcuse, en El Hombre Unidimensional (1964), analizó la integración de la clase obrera en las sociedades capitalistas avanzadas. El concepto de «hombre unidimensional» de Marcuse muestra que los trabajadores están integrados en el sistema no solo económicamente, sino también cultural y psicológicamente. La cultura de consumo, la manipulación mediática, el estado de bienestar; todo esto transforma a los trabajadores de sujetos revolucionarios a partidarios del sistema. 6Marcuse, Herbert. El Hombre Unidimensional (1964). Trad. Cemal Yıldırım. Estambul: İletişim Yayınları, 2004. Edición en castellano: Editorial Austral, 2016. ISBN 9788408151241.
Öcalan tiene una comprensión del sujeto más amplia y pluralista. No solo los obreros, sino también los campesinos, las mujeres, los jóvenes, las naciones oprimidas; todos son sujetos de la lucha democrática. En particular, las mujeres desempeñan un papel central en la teoría de Öcalan. La tesis de Öcalan de que «las mujeres son el sujeto revolucionario primario» es una afirmación sin precedentes en la teoría de la izquierda. Esto se debe a que las mujeres son el objeto de la forma de dominación más antigua y profunda (el patriarcado). La liberación de las mujeres es esencial para la superación de todas las formas de dominación. Esta es una prioridad estratégica: sin superar el patriarcado, no se pueden superar otras formas de dominación.
Las tesis de la «democracia radical» critican la política centrada en la clase obrera y defienden la equivalencia de los diferentes movimientos sociales (feministas, ecologistas, antirracistas). Pero el enfoque de Öcalan difiere en dos aspectos: primero, Öcalan no abandona el análisis de clase, sino que lo amplía. Segundo, más allá de la equivalencia entre movimientos, Öcalan propone formas organizativas concretas para la coordinación federativa.
Estado y Poder: ¿Tomarlo o Superarlo?
Marx prevé la toma del poder estatal a través de la dictadura del proletariado y la posterior construcción de la sociedad socialista. Lenin, en El Estado y la Revolución (1917), sistematiza esta visión: el aparato estatal burgués debe ser destruido y reemplazado por el propio Estado de la clase obrera (los Sóviets). Este Estado se extinguiría con el tiempo.
Sin embargo, la tesis de la «extinción del Estado» es el mayor fracaso teórico y práctico del siglo XX. En la Unión Soviética, el Estado no se extinguió; por el contrario, se transformó en burocracia y totalitarismo. China, Cuba, Vietnam tomaron el poder estatal, pero el Estado se fortaleció y la liberación no se produjo. Milovan Djilas, en La Nueva Clase (1957), analiza detalladamente cómo surgió una nueva clase burocrática en los Estados socialistas. La importancia del análisis de Djilas es que vincula el problema no a errores individuales (la dictadura de Stalin) sino a causas estructurales (la forma estatal en sí). 7Djilas, Milovan. La Nueva Clase: Un Análisis del Sistema Comunista (1957). Trad. H. Tayfur Sonkur. Ankara: Doğuş Ltd. Şti. Matbaası, 1959. Edición en castellano: Sudamericana, 1958. ISBN 9788473863667.
Öcalan extrae lecciones de estas experiencias históricas y no tiene como objetivo el poder estatal. Por el contrario, propone el modelo de autonomía democrática sin Estado. Este es un quiebre paradigmático en la teoría de la izquierda. Desde Lenin hasta Mao, desde Castro hasta Chávez, todos los movimientos de izquierda del siglo XX apuntaron al poder estatal. Öcalan rechaza esta tradición y abre la posibilidad de «política sin Estado».
Investigaciones que examinan sociedades sin Estado (pueblos nativos americanos, beduinos del desierto, tribus y clanes kurdos, etc.) han revelado que la vida social es posible sin necesidad de un Estado y que se basa en una historia mucho más profunda que la del Estado. El Estado no es una necesidad histórica. Las sociedades pueden desarrollar mecanismos conscientes contra la estatización. La arqueología de las sociedades sin Estado constituye la base antropológica de la estrategia teórica de Öcalan.
La organización sin Estado también es posible en las sociedades modernas. Las formas de resistencia cotidiana, la auto-organización desde abajo, las formas de autonomía local contra la autoridad central y las experiencias vivas ofrecen un amplio campo de examen. Bajo el velo de la Modernidad, existe una resistencia social persistente, invisible y oculta. La resistencia social ya no se manifiesta solo como un ataque frontal y abierto, sino que encuentra su existencia en estrategias de organización entrelazadas de los Tiempos Modernos. Las comunas continúan existiendo espontáneamente (informalmente) dondequiera que se tejen las redes de dominación. El problema fundamental es crear organizaciones comunales de resistencia en todas estas redes. Las comunas deben organizarse bajo el radar del Estado, dentro de la vida cotidiana. Esto puede ser más sólido y sostenible que desafiar abiertamente al Estado.
Ecología y Género Social: Las Brechas de Marx, las Ampliaciones de Öcalan
Señalamos que la crisis ecológica y la cuestión del género social permanecieron en un plano secundario en el análisis de Marx. Marx percibe cómo el capitalismo destruye la naturaleza con el concepto de «fractura metabólica». En el tercer volumen de El Capital, en su análisis de la renta de la tierra, explica que la agricultura capitalista agota el suelo. Sin embargo, esta observación no se convierte en una teoría ecológica sistemática. Para Marx, la naturaleza es principalmente un insumo para la producción; no se puede teorizar como un campo de existencia valioso en sí mismo. (Ibíd.)
Los marxistas ecologistas sientan las bases del Marxismo Ecológico al ampliar el concepto de «fractura metabólica» de Marx. El proyecto de Foster es importante a este respecto, pero es retrospectivo: redescubrir la intención de Marx, llenar sus vacíos. Öcalan, por otro lado, coloca la ecología en el centro de la teoría desde el principio.
Se observa una situación similar con la cuestión del género social. Engels, en El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado (1884), examina los orígenes históricos de la opresión de las mujeres. Sin embargo, el análisis de Engels asume que el problema de la mujer se resolverá con la abolición de la propiedad privada. La experiencia soviética refutó esta suposición: se eliminó la propiedad privada, pero el patriarcado continuó, e incluso fue reproducido por el Estado.
Öcalan coloca la ecología y el género social en el centro de su teoría. La crisis ecológica es el fin de la modernidad capitalista y debe superarse. El patriarcado es el prototipo de todas las formas de dominación, y la lucha contra él es un requisito previo para la liberación. Estos énfasis no son una elección teórica, sino una respuesta a la realidad material del siglo XXI. La crisis climática y la violencia patriarcal son tan urgentes y mortales como la explotación capitalista.
Política Prefigurativa: Unidad de Medios y Fines
La estrategia revolucionaria de Marx consiste en tomar primero el poder estatal y luego transformar la sociedad. Hay una separación entre el medio (el poder estatal) y el fin (la sociedad comunista). Lenin, en ¿Qué hacer? (1902), define al partido de vanguardia como el medio. Esta estrategia se basa en la lógica de «primero el poder, luego la libertad». Sin embargo, la historia ha demostrado que los medios a menudo transforman los fines. La lucha por el poder transforma el proyecto de libertad en ambición de poder.
La estrategia de Öcalan se basa en la política prefigurativa. Es decir, la sociedad que se quiere construir en el futuro se comienza a vivir en la forma de organización del presente. Las comunas, los consejos de mujeres, las asambleas democráticas; estos no son solo medios para la revolución, sino también la revolución en sí misma. La política prefigurativa dice: «la libertad comienza ahora». No se pospone para el futuro.
Carl Boggs, en su artículo 8Boggs, Carl. 1983. “The new populism and the limits of structura reforms”
New Left Review, no. 139: 3–22. No se ha encontrado edición en castellano. Para más información, visitar: https://www.carlboggs.org, discute el concepto de política prefigurativa. Según Boggs, los nuevos movimientos sociales como el feminista, el ecologista y el pacifista no buscan establecer la sociedad que defienden «algún día en el futuro», sino que intentan construir prácticas a pequeña escala de esa sociedad hoy. Los Zapatistas son uno de los ejemplos más concretos de este enfoque. El principio fundamental del movimiento, «gobernar obedeciendo» (mandar obedeciendo), significa que la autoridad no es un poder que ordena de arriba abajo; está obligada a implementar la voluntad colectiva de la comunidad. Por lo tanto, el EZLN, en lugar de aspirar a tomar el poder estatal, vive y construye el autogobierno democrático en las regiones autónomas de Chiapas desde el presente. 9Jameson, Fredric. Postmodernismo o la Lógica Cultural del Capitalismo Tardío (1991). Trad. Abdülkadir Gölcü. Ankara: Nirengi Kitap, 2011. Edición en castellano: Verso Libros, 2024. ISBN 9788419719225.
El movimiento Occupy intentó la política prefigurativa con asambleas generales y democracia por consenso. Sin embargo, el fracaso de Occupy también muestra los límites de la política prefigurativa: sin instituciones sostenibles, los momentos prefigurativos son transitorios. El confederalismo democrático de Öcalan asimila esta lección: combina la política prefigurativa con estructuras institucionales permanentes.
Ruptura Epistemológica: La Importancia de Definir la Célula Fundamental
Marx y Öcalan realizan fundamentalmente un movimiento epistemológico similar: comienzan el análisis de la totalidad social a partir de la célula más simple y fundamental de esa totalidad. Como señalamos en la introducción, el progreso científico no es acumulativo, sino que procede por saltos. El viejo marco conceptual es insuficiente, se abandona y se determina un nuevo punto de partida.
Sin embargo, el viejo paradigma no es solo insuficiente, sino también un obstáculo; impide activamente ver la nueva realidad. Para Marx, la economía política burguesa era tal obstáculo. Para Öcalan, la ideología del Estado nación es tal obstáculo. Ambos realizan una ruptura conceptual radical para superar estos obstáculos.
Marx abandona las categorías visibles como «mercado» y «precio» de la economía política burguesa y desciende a la estructura profunda de las relaciones sociales capitalistas: mercancía, valor, plusvalía. Öcalan abandona las categorías de «Estado» y «poder» de la teoría política tradicional y se dirige a la comuna, la autogestión democrática, la capacidad de auto-organización de la sociedad.
Complementariedad y Síntesis: Perspectivas que se Enriquecen Mutuamente
El análisis de la mercancía de Marx y la teoría de la comuna de Öcalan no se excluyen mutuamente. Por el contrario, se complementan y enriquecen. Marx analiza profundamente las relaciones económicas capitalistas, resuelve los mecanismos de explotación y muestra las contradicciones internas del capitalismo. Öcalan desarrolla formas alternativas de organización social, teoriza la estructura democrática sin Estado y enfatiza el carácter multidimensional de la liberación.
La lucha por la liberación en el siglo XXI requiere ambas perspectivas. Sin comprender la anatomía económica de la explotación capitalista, no podemos lograr la justicia económica; Marx ofrece una metodología extremadamente importante aquí. Pero sin desarrollar formas de organización democrática, tampoco podemos establecer la libertad política; Öcalan es la guía aquí. Sin ver la crisis ecológica, ponemos en peligro el futuro del planeta. Sin luchar contra el patriarcado, no podemos alcanzar la verdadera liberación.
Fredric Jameson analiza 10Fredric Jameson, en El Postmodernismo o la Lógica Cultural del Capitalismo Tardío (1991). Edición en castellano: Editorial Verso, 2024. ISBN 9788419719225. la lógica cultural del capitalismo tardío. Jameson dice que «se necesitan teorías totalizadoras en las condiciones posmodernas». Sin embargo, esta totalización no debe ser reduccionista, como el dogmatismo de Stalin. Se requiere una síntesis dialéctica de diferentes teorías. Pensar los paradigmas de Marx y Öcalan juntos es precisamente un esfuerzo de tal síntesis.
La fuerza de esta síntesis es que los puntos débiles de una teoría se complementan con los puntos fuertes de la otra: el determinismo económico de Marx se equilibra con el análisis social multidimensional de Öcalan. El rechazo del Estado por parte de Öcalan se profundiza con la crítica de Marx a la economía capitalista. El enfoque de Marx centrado en la clase obrera se amplía con el enfoque de sujetos plurales de Öcalan. La política prefigurativa de Öcalan se asienta sobre una base concreta con el materialismo histórico de Marx.
Conclusión: El Diálogo de los Paradigmas y el Horizonte de Liberación del Siglo XXI
Marx y Öcalan son pensadores de diferentes épocas, diferentes geografías y diferentes condiciones sociales. Sin embargo, ambos han mostrado nuevas formas de comprender y transformar la realidad social. Marx resolvió la anatomía de la sociedad capitalista con el análisis de la mercancía, expuso los mecanismos de explotación y mostró el potencial revolucionario de la clase obrera. Öcalan ha dibujado la arquitectura de la sociedad democrática con la teoría de la comuna, demostrado la posibilidad de la organización sin Estado y remarcado el carácter multidimensional de la liberación.
La similitud fundamental entre las revoluciones teóricas de estos dos pensadores es que ambos revelan las relaciones sociales reales detrás de las formas sociales fetichizadas visibles. Marx rompió las categorías veneradas de la economía política burguesa, el fetichismo de la mercancía, haciendo visibles las redes de explotación capitalista. Öcalan ha roto el fetichismo del Estado al superar los límites de la teoría política centrada en el Estado y ha redescubierto la capacidad de auto-organización de la sociedad.
Ambos pensadores han cuestionado los sistemas de pensamiento hegemónicos de su tiempo y creado un nuevo terreno epistemológico para la liberación. Han demostrado que las formas sociales que el discurso hegemónico presenta como «naturales» e «inevitables» son, de hecho, históricas y superables.
Hoy, a medida que se profundiza la crisis de la modernidad capitalista (destrucción ecológica, desigualdad social, auge de regímenes autoritarios, guerras y migraciones), el diálogo entre estos dos paradigmas se vuelve aún más crítico. Ni la crítica al capitalismo por sí sola es suficiente ni lo es un modelo de sociedad alternativo. Es necesario pensar en ambos juntos, en una relación dialéctica.
Los proyectos de liberación deben ser tanto críticos como constructivos. La crítica del sistema actual es necesaria, pero criticar no es suficiente. Se deben desarrollar instituciones alternativas, formas de organización y estilos de vida. La crítica de Marx y la perspectiva constructiva de Öcalan son proyectos complementarios a este respecto. Esta situación se define como «utopía realista»: la crítica y la construcción forman los dos pilares de la «utopía realista». Construir sin crítica es utopismo ingenuo. Criticar sin construir es negatividad estéril.
En la era del Antropoceno, en el período en que las actividades humanas se han convertido en una fuerza geológica, la humanidad se enfrenta a dos caminos: o continuamos por el camino de la modernidad capitalista y nos deslizamos hacia el colapso ecológico, o hacemos la transición a una sociedad democrática, ecológica, justa en materia de género y comunal. Esta transición no es automática ni inevitable. Requiere una lucha consciente, organización y claridad teórica.
Marx dijo: «Es necesario cambiar el mundo». Öcalan preguntó: «¿Cómo vamos a cambiar el mundo?» y encontró la respuesta en las comunas, la autogestión democrática, la liberación de la mujer y el equilibrio ecológico. Dos paradigmas, dos revoluciones, pero un único objetivo: la liberación de la humanidad y la naturaleza. Este es el proyecto más urgente del siglo XXI.
Nimet Sevim
Noviembre de 2025
NOTAS:
- Engels, Friedrich. La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra (1845). Trad. Halil Berktay. Estambul: İletişim Yayınları, 2000. Edición en castellano: https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/situacion/situacion.pdf
- Fraser, Nancy y Axel Honneth. ¿Redistribución o Reconocimiento? Un Intercambio Político-Filosófico (Original: Redistribution or Recognition? A Political-Philosophical Exchange, 2003). Londres: Verso, 2003. Edición en castellano: Ediciones Morata, S.L. 2006. ISBN 9788471125019.
- Harvey, David. La Condición de la Posmodernidad: Investigación sobre los orígenes del cambio cultural (1989). Estambul: Metis Yayınları, 1993. Edición en castellano: Amorrortu Editores España, 2008. ISBN 9789505186594.
- Braudel, Fernand. El Mediterráneo y el Mundo Mediterráneo en la Época de Felipe II, Vol. 1: Desde el siglo XVI al XVIII a.C. (1949). Estambul: Türkiye İş Bankası Kültür Yayınları, 2000. Edición en castellano: Fondo de Cultura Economica México 2023. ISBN 9786071664037.
- Arrighi, Giovanni. El Largo Siglo XX: Dinero, Poder y los Orígenes de Nuestro Tiempo. Trad. Recep Boztemur. Ankara: İmge Kitabevi, 2000. Edición en castellano: Editorial Akal, 2014. ISBN 9788446039938.
- Marcuse, Herbert. El Hombre Unidimensional (1964). Trad. Cemal Yıldırım. Estambul: İletişim Yayınları, 2004. Edición en castellano: Editorial Austral, 2016. ISBN 9788408151241.
- Djilas, Milovan. La Nueva Clase: Un Análisis del Sistema Comunista (1957). Trad. H. Tayfur Sonkur. Ankara: Doğuş Ltd. Şti. Matbaası, 1959. Edición en castellano: Sudamericana, 1958. ISBN 9788473863667.
- Boggs, Carl. 1983. “The new populism and the limits of structura reforms” New Left Review, no. 139: 3–22. No se ha encontrado edición en castellano. Para más información, visitar: https://www.carlboggs.org
- Jameson, Fredric. Postmodernismo o la Lógica Cultural del Capitalismo Tardío (1991). Trad. Abdülkadir Gölcü. Ankara: Nirengi Kitap, 2011. Edición en castellano: Verso Libros, 2024. ISBN 9788419719225.
- Fredric Jameson, en El Postmodernismo o la Lógica Cultural del Capitalismo Tardío (1991). Edición en castellano: Editorial Verso, 2024. ISBN 9788419719225.
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- 1Engels, Friedrich. La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra (1845). Trad. Halil Berktay. Estambul: İletişim Yayınları, 2000. Edición en castellano: https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/situacion/situacion.pdf
- 2Fraser, Nancy y Axel Honneth. ¿Redistribución o Reconocimiento? Un Intercambio Político-Filosófico (Original: Redistribution or Recognition? A Political-Philosophical Exchange, 2003). Londres: Verso, 2003. Edición en castellano: Ediciones Morata, S.L. 2006. ISBN 9788471125019.
- 3Harvey, David. La Condición de la Posmodernidad: Investigación sobre los orígenes del cambio cultural (1989). Estambul: Metis Yayınları, 1993. Edición en castellano: Amorrortu Editores España, 2008. ISBN 9789505186594.
- 4Braudel, Fernand. El Mediterráneo y el Mundo Mediterráneo en la Época de Felipe II, Vol. 1: Desde el siglo XVI al XVIII a.C. (1949). Estambul: Türkiye İş Bankası Kültür Yayınları, 2000. Edición en castellano: Fondo de Cultura Economica México 2023. ISBN 9786071664037.
- 5Arrighi, Giovanni. El Largo Siglo XX: Dinero, Poder y los Orígenes de Nuestro Tiempo. Trad. Recep Boztemur. Ankara: İmge Kitabevi, 2000. Edición en castellano: Editorial Akal, 2014. ISBN 9788446039938.
- 6Marcuse, Herbert. El Hombre Unidimensional (1964). Trad. Cemal Yıldırım. Estambul: İletişim Yayınları, 2004. Edición en castellano: Editorial Austral, 2016. ISBN 9788408151241.
- 7Djilas, Milovan. La Nueva Clase: Un Análisis del Sistema Comunista (1957). Trad. H. Tayfur Sonkur. Ankara: Doğuş Ltd. Şti. Matbaası, 1959. Edición en castellano: Sudamericana, 1958. ISBN 9788473863667.
- 8Boggs, Carl. 1983. “The new populism and the limits of structura reforms”
New Left Review, no. 139: 3–22. No se ha encontrado edición en castellano. Para más información, visitar: https://www.carlboggs.org - 9Jameson, Fredric. Postmodernismo o la Lógica Cultural del Capitalismo Tardío (1991). Trad. Abdülkadir Gölcü. Ankara: Nirengi Kitap, 2011. Edición en castellano: Verso Libros, 2024. ISBN 9788419719225.
- 10Fredric Jameson, en El Postmodernismo o la Lógica Cultural del Capitalismo Tardío (1991). Edición en castellano: Editorial Verso, 2024. ISBN 9788419719225.