Dobles raseros de la ONU frente a un posible brote de coronavirus en Siria
Fuente: Organización por los Derechos Humanos, Afrin, Siria.
Regiones de Sehba.
Jueves 24 de marzo de 2020.
Dobles raseros de la ONU frente a un posible brote de coronavirus en Siria.
El coronavirus acaba de confirmarse en Siria, el Comité Internacional de Rescate (IRC, por sus siglas en inglés) y la OMS han advertido que Siria pronto podría convertirse en uno de los focos más graves del mundo.
Entrevistado por la CNN, el representante de la OMS, Nema Saiid Abed, dijo que nueve años de conflicto han dejado el sistema de salud en toda Siria en ruinas y un brote en el país, especialmente en los campos de refugiados tendría consecuencias devastadoras, dónde la mayoría de la población son desplazados internos y los servicios de atención sanitaria están sobresaturados.
La semana pasada, la OMS había declarado su predisposición a prestar asistencia médica, activando una respuesta en un esfuerzo por contener el virus en zonas controladas de Turquía y los rebeldes de la oposición siria, así como zonas bajo el control del gobierno central.
Lamentablemente, la OMS nunca se refirió a zonas controladas por la Autoadministración Democrática y el SDF en el noreste del país y en las regiones de Shahba, al norte de Alepo, donde la sanidad es precaria y el acceso a servicios básicos es gravemente limitado y las condiciones son perfectas para la propagación de la enfermedad.
La falta de agua potable en el noreste después de que las fuerzas turcas cortaran el suministro de agua del depósito de Allok ya ha dejado a cientos de miles de personas sin agua potable en la ciudad de Al-Hasaka y Til Tamir, haciéndolos más vulnerables a una enfermedad que puede propagarse tan rápido como el COVID-19.
En el noreste del país, la ONU ya no presta suministros médicos para satisfacer las necesidades de millones de personas, especialmente las que se encuentran en campamentos como Al Hol – donde hay cerca de 70.000 personas que viven en condiciones extremadamente precarias –
Hasta ahora, todos los llamamientos de la Junta de Salud de la Autoadministración de la Democracia han sido desoídos. La Junta había pedido equipo médico urgente, como respiradores y monitores.
“Las farmacias también presentan escasez” añadió y “ya hay escasez de mascarillas, guantes y otros equipos de protección personal que son esenciales para que los sanitarios desempeñen su labor con seguridad”.
En la región de Shahba, 150.000 desplzados internos del enclave kurdo de Afrin, y decenas de miles de lugareños (más de 200.000 en total) permanecen en campos de refugiados débiles y aldeas y pueblos arrasados por la guerra. Solo hay un pequeño hospital que carece de todo equipo y materiales y necesita mucho personal sanitario.
Para empeorar las cosas, con casi nula ayuda de organizaciones internacionales y bombardeos diarios de las fuerzas turcas y sus grupos afiliados a la FSA, la zona está aislada de sus alrededores debido a limitaciones geográficas, militares y políticas.
Nosotros, en la Organización por los Derechos Humanos de Afrin, sabemos que la pandemia del coronavirus ya ha causado estragos en países con sistemas sanitarios fuertes, por lo que la devastación que causará en los campamentos noreste y Shahba es inimaginable, donde la mayoría de los hospitales que permanecen abiertos son incapaces de hacer frente a las necesidades ya existentes.
También pedimos a la comunidad internacional que adopte medidas urgentes para apoyar los esfuerzos humanitarios para aumentar la preparación y la respuesta al COVID-19 en todas las regiones sirias, sin sesgos ni dobles raseros, pues todos somos seres humanos.
Organización por los Derechos Humanos de Afrin, Siria.
Región de Sehba.
