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Contra todo enemigo

Carnegie Middle East Center – 2 diciembre 2022 – Traducido por Rojava Azadi Madrid

Los kurdos de Irán, Irak y el norte de Siria se enfrentan a una serie de amenazas de los gobiernos de la región.

Wladimir van Wilgenburg es un periodista y escritor holandés afincado en Erbil y especializado en asuntos kurdos. Es autor, con Harriet Allsopp, de «The Kurds of Northern Syria: Governance, Diversity, and Conflicts» (2019, I.B. Tauris) y también es coautor, con Michael Knights, de «Accidental Allies: The U.S.-Syrian Democratic Forces Partnership Against the Islamic State». Diwan le entrevistó a principios de diciembre para hablar de los ataques del gobierno iraní contra las zonas kurdas en el contexto de las protestas que duran semanas en el país, así como de la amenaza turca de lanzar una nueva operación militar contra las fuerzas kurdas en el norte de Siria.

Michael Young: Una de las dimensiones menos publicitadas de las protestas en Irán ha sido el factor kurdo. Mahsa Amini, cuya muerte desencadenó las protestas, era kurda, y el régimen iraní intervino militarmente en zonas kurdas tras el inicio de las protestas. ¿Puede explicar cuál es la relación actual entre la República Islámica y los kurdos, recordando que en 1979, poco después de la revolución, hubo un levantamiento en las zonas kurdas iraníes?

Wladimir van Wilgenburg: En realidad, el verdadero nombre de Mahsa Amini era Jina Amini, pero no se había dado a conocer porque ha habido restricciones a la emisión de nombres kurdos en Irán. Aunque los kurdos de Irán no son muy conocidos en Occidente y no reciben la misma atención que los kurdos de Irak y Siria, que se hicieron conocidos por sus batallas contra el grupo Estado Islámico, los kurdos iraníes tienen una larga historia de lucha por la autonomía dentro de Irán y son un movimiento kurdo fuertemente nacionalista. Uno de los principales partidos kurdos iraníes, el Partido Democrático del Kurdistán Iraní (PDK-I), se creó en 1945. Un año después, el PDK-I fundó una efímera República del Kurdistán en Mahabad, dirigida por su carismático líder Qazi Mohammed, que sólo sobrevivió un año. Otro partido kurdo destacado es Komala, un partido socialista-marxista creado en otoño de 1969 por intelectuales kurdos. Durante la revolución contra el régimen del sha Mohamed Reza Pahlavi, los kurdos iraníes esperaban obtener una forma de autonomía, pero tras la toma del poder por parte de los islamistas, el ayatolá Ruhollah Jomeini no estaba dispuesto a conceder ningún derecho a los kurdos. Los combates continuaron entre las fuerzas rebeldes kurdas y las fuerzas de seguridad iraníes hasta 1983. La nueva República Islámica no permitió la libre participación política de los kurdos, aunque también hay kurdos en el gobierno y el parlamento iraníes.

Irán también asesinó a varios líderes kurdos después de 1979, entre ellos el líder del PDK-I, Abdul Rahman Ghassemlou, en Austria, durante las negociaciones de paz con la República Islámica en 1989, y su sucesor, Sadegh Sharafkandi, en Alemania en 1992. Esto provocó un vacío de liderazgo entre los partidos kurdos iraníes y nuevas divisiones. Finalmente, tanto Komala como el PDK-I se trasladaron al Kurdistán iraquí en la década de 1980, durante la guerra entre Irán e Irak. Además, tanto Komala como el PDK-I han sufrido escisiones y divisiones internas, aunque ambos se han reunido recientemente: el PDK-I antes de las protestas del 16 de septiembre que estallaron tras la muerte de Amini, y Komala después.

Además, existe el Partido de la Vida Libre del Kurdistán (PJAK), creado en 2004, que está afiliado al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) de Turquía. Otro partido es el Partido de la Libertad del Kurdistán (PAK), creado en 1991. El PAK es un partido más pequeño, con sede en el Kurdistán iraquí, que desempeñó un papel importante en la lucha contra Estado Islámico y contra las fuerzas iraquíes en Pirde en octubre de 2017, tras el referéndum de independencia en el Kurdistán iraquí en septiembre de 2017. También hubo mucha solidaridad entre los kurdos iraníes con el referéndum. En 2018, cinco partidos kurdos iraníes crearon un Centro de Cooperación para coordinar mejor sus actividades.

El 8 de septiembre de 2018, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán lanzó el primer ataque transfronterizo con misiles contra el PDK-I en Koya, matando al menos a dieciocho personas. Además, ese mismo día fue ejecutado Ramin Hossein Panahi, miembro de Komala. Asimismo, un día antes del ataque, tres combatientes de un grupo afiliado al PJAK murieron en un enfrentamiento. El ataque se consideró un mensaje a Estados Unidos, Israel y Arabia Saudí de que Irán podía ahora golpear a sus rivales fuera de sus fronteras, y un mensaje a los partidos kurdos que querían establecer relaciones con Estados Unidos.

Tras la muerte de Amini estallaron protestas generalizadas en Irán, y hubo protestas a gran escala dentro del Kurdistán iraní. Para desviar la atención de su situación interna, Irán ha estado golpeando al PAK, a Komala y al PDK-I con ataques de drones y misiles desde el 16 de septiembre y ha bombardeado las fronteras de la región del Kurdistán iraquí, donde también hay combatientes peshmerga de los partidos kurdos iraníes.

MY: Como acaba de señalar, Irán también ha atacado posiciones kurdas iraníes dentro de Irak. ¿Qué poder tienen estos grupos en Irak, y cuál es su relación con los kurdos iraquíes, cuyos dos principales partidos han tendido a mantener buenas relaciones con Irán?

VMR: Durante la guerra entre Irán e Irak en la década de 1980, miles de kurdos iraníes huyeron a Irak y un gran número de ellos sigue viviendo en campamentos, como el de Koya. Además, la mayoría de los partidos kurdos iraníes tienen bases y campamentos (incluyendo combatientes) en la región de Kurdistán. Komala, por ejemplo, tiene una base cerca de Sulaymaniyah que fue alcanzada, mientras que el PDK-I fue alcanzado en Koya y el PAK en Pirde (que está más cerca de Kirkuk) en los recientes ataques. Aparte del PJAK, afiliado al PKK, que opera en territorio del PKK a lo largo de las fronteras, el resto de los partidos kurdos se encuentran dentro de las zonas controladas por los partidos kurdos iraquíes: la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK) y el Partido Democrático del Kurdistán (PDK). En general, han mantenido una buena relación con la PUK y el PDK en los últimos años, aunque también tuvieron sus diferencias y tensiones durante la guerra entre Irán e Irak. Irán ha exigido el desarme de los partidos kurdos iraníes, o su retirada, y ha amenazado con lanzar operaciones transfronterizas. La mejor opción para Irán es que los partidos kurdos iraníes se trasladen al extranjero, como ocurrió con la oposición iraní Mojahedin-e-Khalq, que fue trasladada a Albania desde Irak, donde había tenido su base después de 1986. Pero hasta ahora, los kurdos iraquíes no han cedido a las presiones para que se retiren los partidos, y recientemente han acordado con Bagdad el envío de más fuerzas a la frontera con Irán.

MY: ¿Cuáles son las perspectivas de una intervención terrestre iraní en Iraq?

WVW: Es difícil de decir. Siempre es posible que Irán, al sentirse amenazado por los disturbios internos, lance una ofensiva terrestre transfronteriza limitada. En los últimos años Turquía ha llevado a cabo varias ofensivas en el Kurdistán iraquí contra el PKK. Pero parece más probable que Irán continúe con sus ataques con drones y misiles balísticos contra los partidos kurdos iraníes, que son menos costosos y tienen el mismo efecto amenazador y ponen al Gobierno Regional del Kurdistán bajo presión. Los partidos kurdos iraníes no suponen actualmente una amenaza existencial para Irán y no pueden impedir la represión en el Kurdistán iraní, que está en curso y ha costado muchas vidas. También hay que señalar que la afirmación del gobierno iraní de que los partidos kurdos son separatistas es falsa. Por ejemplo, el PDK-I siempre ha promovido la democracia para Irán y el federalismo para Kurdistán. Los partidos kurdos también se han abstenido de involucrarse militarmente en las protestas, por temor a que Irán pueda utilizar esto para crear divisiones dentro del movimiento de protesta (utilizando el sentimiento nacionalista iraní contra los kurdos). Ya hemos visto tensiones en la diáspora iraní entre kurdos y persas por las banderas y símbolos kurdos.

MY: Por otra parte, los kurdos de Siria se enfrentan a la perspectiva de una nueva intervención militar turca en el norte de Siria. ¿Qué probabilidad hay de que esto ocurra, dado que tanto Estados Unidos como Rusia parecen querer evitar ese resultado? ¿Qué está haciendo Rusia, en particular?

WVW: Es difícil de decir. Es posible que Turquía lleve a cabo una operación limitada cerca de Manbij y Kobani. Cuanto más esperen los turcos, más improbable será que ocurra pronto. Por otro lado, también es posible que Turquía lleve a cabo una ofensiva terrestre en primavera, cuando las condiciones meteorológicas sean mejores, y esto sería más cerca de las elecciones de junio de 2023. El partido gobernante del presidente Recep Tayyip Erdoğan ha perdido apoyo popular y necesita movilizar a los votantes más nacionalistas.

Sin embargo, parece que Rusia y Estados Unidos se oponen a una intervención terrestre, al menos en público. Las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), una alianza de grupos armados dominada por las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), han exigido una posición más firme y han subrayado que no es suficiente para disuadir a Turquía. Además, Rusia intenta utilizar la amenaza turca para estrechar las relaciones entre Damasco y Ankara contra las YPG, o para obligar a las YPG/SDF a ceder más territorio al gobierno sirio. Damasco quiere que las tropas turcas abandonen el noroeste de Siria, mientras que Ankara quiere acabar con el proyecto de autonomía de las SDF dirigido por los kurdos sirios en su Administración Autónoma del Norte y Este de Siria. Tanto Damasco como Ankara también quieren que termine la asociación entre Estados Unidos y las Fuerzas DemocráticasSirias. Turquía quiere devolver a los sirios a Siria en medio de la creciente hostilidad turca contra los refugiados sirios, debido al empeoramiento de las condiciones económicas.

El sentimiento contra los refugiados fue también una de las razones por las que el AKP perdió Estambul y Ankara frente al Partido Popular Republicano en las últimas elecciones municipales. El Partido del Movimiento Nacionalista [MHP], socio de coalición del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Erdoğan, quiere que el AKP se reconcilie con el presidente sirio Bashar al-Assad, pero la base islámica del AKP se opone a ello. Sin embargo, tras la reunión de Erdoğan con el presidente egipcio Abdel-Fattah al-Sisi, esta alternativa es más posible, ya que el encuentro demostró que el presidente turco está dispuesto a reconciliarse con antiguos enemigos. Erdoğan también ha declarado que podría reunirse con Assad cuando llegue el momento adecuado. El enviado presidencial especial ruso para Siria, Alexander Lavrentiev, dijo el lunes a TASS que la reunión requeriría preparación, ya que Erdoğan en el pasado había pedido a Assad que dimitiera.

MY: ¿Puede Estados Unidos seguir protegiendo a las YPG, que considera un valioso aliado contra cualquier resurgimiento del grupo Estado Islámico, dada la firme oposición de Turquía a las YPG?

WVW: Estados Unidos puede impedir una incursión turca mediante la presión económica y las sanciones. La economía de Turquía está en un estado frágil y Erdoğan necesita votos, pero al mismo tiempo los estadounidenses y los europeos necesitan la cooperación turca en Ucrania. Por lo tanto, es una situación diferente a la de 2019, cuando Estados Unidos logró limitar la incursión de Turquía a Ras al-Ain y Tell Abyad. Además, Europa teme que Turquía permita a los refugiados sirios ir a Europa. Incluso si Turquía lanza una operación cerca de Kobani y Manbij, sería posible que las fuerzas estadounidenses permanecieran en las gobernaciones de Hasakeh y Deir Ezzor. Los kurdos de Kobani huirían a Raqqa y Hasakeh, o irían a las zonas controladas por el gobierno sirio. Sin embargo, sería más difícil para las YPG y las SDF continuar sus relaciones con Estados Unidos, ya que muchos de los líderes de las SDF son de Kobani. Si tanto Afrin como Kobani caen bajo control turco, tendría más sentido que las SDF mejoraran su relación con Rusia y Damasco para evitar una incursión turca. Sin embargo, es poco probable que Damasco reconozca cualquier forma de autonomía local, mientras que Rusia ha exigido supuestamente que las SDF retiren su presencia militar de la frontera hasta la autopista M4, que discurre paralela a la frontera con Turquía entre Latakia y Saraqib, y dejen la zona bajo su control al gobierno sirio.

Carnegie no adopta posiciones institucionales sobre cuestiones de política pública; las opiniones aquí representadas son las del autor o autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de Carnegie, su personal o sus administradores.

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