Aclaración sobre la coordinación de los CDRs
Fuente: Azadî Plataforma
Autoría: Azadî Plataforma
Fecha: 19/11/2017
Traducción: Rojava Azadi Madrid
Dirigido a todas las personas que impulsan y se vinculan a los CDRs.
El 8N ha sido un punto de inflexión, en el cual se ha demostrado que el pueblo se puede autoorganizar desde abajo y detener todo el país sin necesidad de instituciones centralizadas. Los CDRs se han consolidado como actor principal del proceso de autodeterminación catalán. Y se trata de un actor muy especial, cualitativamente diferente a los otros, pues en esencia su poder proviene de abajo, de los comités arraigados en los barrios y pueblos, de la unión en la diversidad del pueblo.
Celebramos que uno de los aspectos que ha permitido esto haya sido inspirarse parcialmente en el Confederalismo Democrático de Rojava de cara a la coordinación de los CDRs a nivel catalán, intentando combinar agilidad y horizontalidad en la toma de decisiones, a partir de la propuesta enfocada al debate organizativo que planteamos desde Azadí Plataforma. Sentimos que, ya solo con este simple hecho, nuestro esfuerzo por tejer vínculos entre los movimientos sociales de aquí y el Confederalismo Democrático kurdo se ve ampliamente recompensado.
Según nuestro punto de vista, si bien se ha progresado mucho en cuanto a agilidad, como se ha visto en el 8N por ejemplo, el punto débil es de momento la horizontalidad, tanto a nivel local (barrio/pueblo), como territorial (Ats), y “nacional”. Intentaremos hacer una crítica constructiva al respecto. Sin embargo, no queremos que ninguna persona participante en los CDRs se sienta mal por lo que diremos. Sabemos por propia experiencia que detrás de los CDRs hay montones de trabajo con muy buenas intenciones y sueños que compartimos; y sabemos sobre todo que el camino hacia la democracia y la libertad implica una transformación cultural, personal y de mentalidad muy profunda y llena de contradicciones, pues llevamos bien adentro los valores anti-democráticos de la sociedad en la que hemos crecido.
Dicho esto, intentando aportar nuestro granito de arena en esta transformación, queremos señalar aquellos puntos donde no se está siguiendo nuestra propuesta, trasladada por el CDRL de Vilamajor en el plenario de CDRs de Igualada y aprobada en el siguiente plenario (en Argentona) hace tres semanas, así como proponer medidas para consolidar esta decisión. Las principales observaciones son:
1) Proponíamos que cada asamblea designara dos personas el máximo de diversas como codelegadas. No obstante, tenemos constancia de que esta elección en muchos CDRs no se ha hecho, sino que algunas personas se han autoproclamado como codelegadas de su CDR. Tampoco se aplica en muchos casos el principio de diversidad, y en algunos casos encontramos por ejemplo dos personas pertenecientes al mismo partido, cuando en su CDR hay gente mucho más diversa. Además, también tenemos constancia de que algunas de ellas actúan como representantes, es decir que toman decisiones según su criterio e interés personal (o de partido) sin buscar “recoger el sentir general, complejo y diverso” de su CDR, tal como figuraba en la propuesta. En estos CDRs habría que efectuar un proceso de escoger entre todos los participantes las dos personas que hacen de codelegadas. También hay que recordar que cualquier decisión o codelegada es revocable si una amplia mayoría del CDR lo vota favorablemente. Cuando se habla de escoger dos codelegadas no quiere decir que sea un máximo de dos personas; si un CDR o una Territorial considera necesario escoger más de dos para reflejar su propia diversidad debería poder hacerlo.
Para que la organización realmente sea confederal, es decir, que las decisiones y el poder se mantengan en las bases, es necesario que las codelegadas y responsables de las coordinaciones superiores sean escrupulosas a la hora de actuar. Por un lado es necesario que las delegadas sean realmente escogidas por las bases y que todos los CDRs de una territorial hayan participado y estén de acuerdo en la elección de sus codelegadas. Por el otro, a la hora de tomar decisiones que afecten a los CDRs locales es necesario tener en cuenta que quien tiene la última palabra en estos casos tendría que ser el CDR local; si se quieren llevar a cabo acciones dentro de los límites geográficos de un CDR es este el que tiene la última palabra sobre la cuestión.
Por otro lado las decisiones, opiniones o votos que las codelegadas lleven a las instancias superiores no tienen por que ser una sola. Es decir, las codelegadas podrían llevar dos opiniones contradictorias entre sí en el caso de que en la instancia inferior no se haya llegado a un consenso. Esto permite que haya posiciones diferentes dentro de la estructura sin que la minoría quede invisibilizada. Si se han de tomar decisiones por votación vale la pena que los CDRs y las Territoriales tengan diferentes votos para poder repartirlos de la forma que crean conveniente.
2) La propuesta implicaba que cada asamblea definiera una temporalidad en la cual se renovarían las codelegadas (si no eran revocadas previamente), para favorecer una rotación de esta figura. Aquí también tenemos constancia de que muchos CDRs y Territoriales no están definiendo esta rotatividad, y las personas que quedan como delegadas perpetuas acaban concentrando mucho poder. Sabemos que en muchos casos es poca la gente dispuesta a hacer de codelegada (porque implica más trabajo), pero la rotatividad de responsabilidades es muy importante para que las diferentes personas de cada CDR aprendan a impulsarlo y lo sientan suyo. Para superar esta dificultad, se puede comenzar con períodos de rotación bajos (de 2 a 4 reuniones por codelegada) para que no implique un compromiso muy elevado, así como tener flexibilidad para que cuando una codelegada no pueda acudir a una reunión alguna otra de su CDR o Territorial le pueda suplir. Para mantener el conocimiento creado en base a la experiencia, pero para garantizar también una rotatividad democrática, otra opción sería que haya una tercera codelegada que tenga un ritmo más elevado de rotación. Por ejemplo, dos codelegadas podrían rotar cada 3 meses y la otra cada tres semanas.
Un tema clave en una organización de este tipo es el tiempo de convocatoria de las reuniones. En tanto que organización popular que quiere incluir a todas debe tener en cuenta que los ritmos serán diferentes que los de una organización de personas militantes. Para poder tomar decisiones realmente de forma democrática es necesario que se puedan llevar a cabo los debates con los ritmos pertinentes, así como dar tiempo a que las personas se puedan reunir. Por esto cuando haya propuestas que vienen de la Nacional o de las Territoriales se debe dejar suficiente margen de tiempo para que los CDRs pueden discutirlas, valorarlas y organizarse de forma adecuada.
3) Respecto a la división en Agrupaciones Territoriales, sabemos que hay un fuerte desequilibrio entre territoriales muy grandes y otras diminutas, comparando el volumen de personas que se reúnen. No tenemos ninguna propuesta específica, pero sí que le vemos mucho sentido a intentar que las Territoriales más pequeñas crezcan, ya sea porque se junten entre ellas o porque algunos CDRs de Territoriales grandes contiguas se trasladen a ellas.
4) Creemos que los CDRs tendrían que ser espacios de base, abiertos a todo el vecindario, donde toda persona pueda implicarse y expresar su voz de cara a la construcción y defensa del Nuevo País. No entendemos, pues, por qué hay CDRs no abiertos a todos los vecinos y vecinas, o que tienen coordinadoras cerradas, donde solo pueden estar determinadas personas, de determinadas entidades. Creemos que un principio básico y común de todos los CDRs para que sean mínimamente democráticos tendría que ser que cualquier vecino del pueblo/barrio en cuestión que quiera implicarse, pueda sentirse incluido, y llegar a ser codelegado (si es escogido obviamente). Esto creemos que se debería dejar explícito a nivel “nacional”, y que los pocos CDRs que aún no funcionan así tengan que hacer el trabajo de abrirse al vecindario. Por otro lado, si se definen coordinadoras o grupos técnicos para agilizar cierta labor, las personas participantes en estas tendrían que ser escogidas por el conjunto del CDR (o de las codelegadas de la territorial donde se articulen), y nunca autoproclamadas.
Pensamos que la horizontalidad no es solamente una cuestión de ideales, también es pragmática: un funcionamiento vertical o cerrado de los CDRs hará que mucha gente no esté a gusto o se canse, y se desmovilice o prefiera esperar que las instituciones guíen el proceso en lugar de responsabilizarse impulsando la autoorganización vecinal. En los CDRs participa mucha gente que por primera vez se organiza de esta manera, y al mismo tiempo muchos activistas experimentados están acostumbrados a la forma vertical de organizarse. Es importante pues, que lo entendemos también como un proceso de aprendizaje a tomar decisiones entre los vecinos y vecinas, a pesar de que a veces cueste o alguna decisión pueda no ser del todo acertada.
Estos son nada más algunos puntos, pero nos parece importante mencionar que el Confederalismo Democrático no es un modelo político cerrado que se pueda adoptar de forma ciega. La base del Confederalismo Democrático no son las cuotas, el número de codelegadas o los núcleos que comprenden cada Territorial; todo esto son cuestiones técnicas y adaptables. El núcleo y base del Confederalismo Democrático es un cambio en la mentalidad, es la toma de conciencia de que la sociedad se organiza por sí misma, al margen de instituciones estatales, y que es el pueblo el que se autogobierna. Además de inspirarnos en el Confederalismo Democrático sobre el aspecto concreto de la coordinación y la confederación de comités locales, queremos señalar que conocer más profundamente las ideas e historia de las que parten pueden abrir grandes vías de aprendizaje y fortalecimiento.
Antes de acabar, no podemos evitar preguntarnos: ¿qué pasa si a un pueblo o barrio no le llega la información de que las codelegadas son revocables porque estas mismas codelegadas no lo trasladan a su CDR? Nos sabe mal hacer esta pregunta desconfiada, pero sería ingenuo pensar que esta situación no se pueda dar. Es por esto que, además de dirigirnos a la coordinadora de CDRs, nos dirigimos a cada una de las personas que participan y pedimos difusión de estas aclaraciones a todos los niveles.
Muchas gracias, esperemos que estas líneas puedan contribuir a una mejor organización de los CDRs.
Azadî – Plataforma de solidaridad con el pueblo kurdo