Visita a Kobanê 26/03/15
Sentimos el retraso de la publicación de estos artículos sobre los últimos días del viaje. Estos artículos suponen un resumen de nuestras experiencias personales dentro del Cantón de Kobanê. El retraso de la publicación ha tenido varios motivos, el principal ha sido la seguridad y la falta de internet en el lugar de los hechos. Más adelante los motivos se oscurecen por las diversas detenciones y secuestros sufridos en el Estado Español hacia compañeros cercanos a las personas que estábamos de viaje. Estos injustificados y maliciosos secuestros han supuesto que al regreso de nuestro viaje del Kurdistán hayamos descuidado nuestro trabajo con el Comité.
26.03.15
Ayer por la noche nos dieron la noticia de que era factible cruzar la frontera. Después de la larga espera y de casi perder la esperanza, parecía que por fin se haría realidad el deseo de ver la tierra libre de Kobanê. Nuestro paso fue sencillo, casi un hermoso paseo a la luz de la luna, por las verdes colinas del norte de Rojava. Al llegar fuimos ubicados en una bonita casa baja. Cuando llegamos ya habían apagado el generador, por lo que no había más luz que la de nuestras linternas. Nos esperaban en la casa una de las compañeras kurdas de las YPJ y dos activistas italianas. Aquellas habían llegado el día anterior, en un viaje mucho más complicado y peligroso que el nuestro. Durante su travesía apareció una patrulla del ejército turco, por lo que tuvieron que correr despavoridas. En la carrera se enredaron con la alambrada de espino y cuchillas, que hace de frontera para separar Kobanê de Turquía. Una de ellas se hizo un gran corte en la pierna que requirió de varios puntos. La otra un corte en la nariz y en las manos. Pero fueron las llamativas heridas las que les ayudo a salir de tan difícil aprieto, ya que el soldado turco a ver la rostro ensangrentado de la muchacha, decidió quitarse de problemas y hacerlas continuar, a la advertencia de “no queremos volver a veros por aquí”.
Después de recibirnos y presentarnos tuvimos una intensa conversación sobre la revolución y sobre las diferentes visiones de cómo ésta debe realizarse. Retornamos a los orígenes de la estabilización del poder jerárquico y de la autoridad, de cómo a través de la esclavización de la mujer se esclavizó la sociedad. Hablamos de cómo las mujeres deben ser la base de la revolución social y de la responsabilidad que ellas deben tener en la reeducación de la población para alcanzar un verdadero cambio político, social, ecológico y económico. Conversamos sobre la visión de Ocalan de su estratégica visión y de las tácticas políticas y militares llevadas por los diferentes movimientos kurdos en los últimos 40 años. Fue una conversación plagada de reflexión y autocrítica. Una de sus principales visiones es la problemática que genera el poder de la lucha armada, tanto como poder que puede llegar a corromper el equilibrio social y político, como el hecho de que la juventud crece en un ambiente agresivo que les puede enseñar que la violencia es la vía más rápida para conseguir los objetivos. Esta reflexión nos resultó especialmente interesante. Esto no quiere decir que renieguen, ni mucho menos, de las opciones de lucha que tienen.
Así mismo pudimos observar una profunda modestia. Ellas no se clasifican todavía como “revolucionarias”. Son conscientes de que el sistema capitalista lo invade todo, de que han crecido en una sociedad mercantilista e individualista y que lo llevan impregnado en sus estilo de vida y mentalidad. Aún así deciden combatirlo día a día, mejorar y ser críticos no sólo con la sociedad sino también consigos mismos. La conversación duro un par de horas… se perdía la noción del tiempo. La magia de estar con alguien que cree realmente en la revolución que están llevando hacía delante llenaba la habitación. Gente que tomó y toma las riendas de su vida. Que liberó su ciudad, tomando el control de todas las instituciones, colegios, suministros de alimentos… Es una zona liberada. Y por mucho que pueda parecer una hecho casual, es el resultado de un largo proceso de más de 40 años de lucha.
Hoy nos hemos levantado con un hermoso día soleado y cálido. Muy agradable después de los varios días de frío y lluvia que tuvimos en Amed. Hemos desayunado en un bonito jardín junto con nuestros compañeros de viaje brasileños, italianos y argentino. Hemos tomado té mientras conversábamos sobre las diferentes acciones que están llevando las organizaciones de apoyo a la revolución de Rojava y al pueblo kurdo. Tras terminar de desayunar nuestro guía nos ha llevado a dar una vuelta por la ciudad. Hemos podido tomar muchas fotos de la devastación. La mayor destrucción ha sido provocada por las bombas lanzadas desde los supuestos aliados norteamericanos. Otra gran parte se debe a los 38 coches bombas estallados por el ISIS y a las decenas de kamikazes yihadistas. Hemos pasado por las plazas de la Libertad, la Revolución y la Paz. La ciudad está retomando poco a poco la actividad. Ya hay varios negocios abiertos de reparación de motos y automóviles, de venta de comida y ropa. Teterías y restaurantes. La mayoría se concentran en una amplia calle que forma el nuevo centro de la ciudad.
A continuación hemos ido a la escuela de la ciudad. Este es el único colegio en funcionamiento. En él estudian 250 niñas y niños desde hace 2 meses. Tienen dos clases, una de 7 a 10 años y otra de 10 a 15 años. Hay una grave carencia de material escolar debido a la clausura de la frontera con Turquía. Nuestra guía nos relata que al principio de la apertura de la escuela fueron los propios niños y niñas quienes tuvieron la iniciativa de habilitar las aulas para poder comenzar con su formación, esto sucedió de manera completamente autónoma, sin que nadie les dijera nada.
En la escuela las principales materias que se imparten son lengua kurda, lengua árabe, matemáticas e historia del Kurdistán, así como otras asignaturas comunes. Las profesoras son jóvenes universitarias sin una formación especializada en pedagogía. Una de las principales preocupaciones es la manera de impartir las clases. Nos comentan que quieren cambiar la metodología de la enseñanza y que para ello pretender crear una academia de formación de profesores, donde se aplicaran nuevas formas de educación. Tratarán de invitar a profesores especializados de otras partes del Kurdistán, especialmente del cantón del Cirizê, para que enseñen a los educadores de Kobanê.
Antes de la guerra en Kobanê había 18 escuelas. Tras los bombardeos sólo quedan 4 escuelas que podrían llegar a reutilizarse. Estas escuelas necesitan ser habilitadas, aunque anteriormente deberán limpiarse de las posibles minas que haya dejado el ISIS. Actualmente en la ciudad hay unos 2.000 niños y niñas y no se sabe cuántos más en los pueblos de alrededor. Los chicos y chicas de los pueblos no pueden viajar hasta la escuela de Kobanê, a parte de que no hay plazas para todos. Esta es una de las principales preocupaciones que tiene el TEV-DEM de Kobanê, ya que son conscientes de la importancia de la educación de las jóvenes generaciones.
Hemos proseguido con nuestra visita yendo al velatorio de los mártires de la revolución. Este edificio sirve para custodiar los cuerpos de los y las caídos en combate hasta que sus familiares vienen a recogerlos. Nos explican que muchos combatientes son de diferentes partes del Kurdistán, sobre todo del Norte y del Este, y que sus familias quieren enterrarlos en sus tierras de origen. Es un edificio forrado en el interior de un material que parece mármol, el ambiente es frío y seco. Todas las salas están muy limpias y de las paredes cuelgan cuadros con varios mártires famosos, así como grandes fotos de Abdula Ocalan. Este edificio es regentado principalmente por mujeres. Ellas son muy agradables y nos invitan a comer. El almuerzo consiste en una de las típicas comidas de la región, el Dolma. Arroz especiado que se envuelve en hojas de parra o piel de berenjena cocida. Acompañado de una fresca ensalada y té. Este edificio está al lado de un hospital privado. Nuestro guía nos cuenta, algo molesto, que es propiedad de un hombre muy rico de la ciudad. Este hombre ha reparado el hospital, tras ser Kobanê liberada, y actualmente esta ganado mucho dinero con él.
Avanzamos entre las ruinas de la ciudad para llegar al hospital autogestionado de Kobanê. Este centro ha sido utilizado durante toda la guerra y aún sigue en funcionamiento, su ocupación principal es para los heridos militares, pero también asiste a los civiles que los necesitan. Es un edificio de apariencia ruinosa en el exterior. Nuestra guía nos comenta que quieren rehabilitar el hospital pero debido, una vez más, a la clausura de la frontera, no tienen posibilidad de llevarlo a cabo. Por desgracia los médicos están muy ocupados y no pueden atendernos. Todos los médicos y especialistas son voluntarios y ninguno recibe ningún tipo de honorario. Conocemos a un médico cardiólogo y quirúrgico llamado Dr. Shervan. No tenemos oportunidad de conversar con él debido a la barrera lingüística, pero nos hace entender que nos da una cordial bienvenida. Finalmente no podemos pasar al interior para visitar el centro pero nos nos comentan que tratarán de organizarnos otra visita al día siguiente.
Para finalizar somos conducidos al centro de las YPJ. Allí nos encontramos con una curiosa situación. Un padre de familia con su hijo adolescente reclama a las compañeras combatientes que avisen a su hija de que debe volver a casa. Insiste en que él es una persona mayor y que no puede con las tareas de la casa. Las compañeras le ofrecen ayuda con dichas tareas e insisten en que su hijo adolescente también puede llevarlas a cabo. El señor reniega y dice que ningún varón puede encargarse de eso, que sería una vergüenza. Una comandante, con una paciencia infinita, le explica que su hija es libre de tomar la decisión de ir a combatir y no ser ama de casa. Que ni él ni nadie tiene poder de decisión sobre ella y que debe sentirse orgulloso porque su hija está luchando por toda la comunidad, incluido también él, para hacerlos a todos y todas libres.
Todo combatiente tiene la libertad de unirse a las YPG y las YPJ, así como de abandonarlas cuando deseen. Pero es la comandancia la que decide que labor tomará dicho voluntario o voluntaria según las necesidades de cada momento. Y con esto no hay discusión posible. Muchas de las combatientes son muy jóvenes, las más niñas pueden llegar a tener 13 o 14 años. Muchas mujeres se alistan huyendo de la presión familiar o de matrimonios forzosos. Dichos matrimonios a día de hoy están prohibidos en los Cantones. La mayoría de las voluntarias y voluntarios no son profesionales. Las YPJ e YPG les dan formación militar, pero no sólo, también es obligada la instrucción en lengua kurda y política. Esto sucede sobretodo con los más jóvenes, que tiene una formación obligada hasta los 18 años.
Volvemos extenuados a la casa que nos acoge. Cenamos y pronto nos metemos en la cama. Mañana será otro largo día. Debemos aprovechar el poco tiempo que tenemos para aprender todo lo posible sobre esta tierra libre.