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Una argentina en la guerra kurda: La revolución de las mujeres

11265559_10205309308706985_1790345216728591367_nEntrevista en el programa de Radio Universidad Calf “Cuarto Intermedio” a María Álvarez sobre su experiencia en el Kurdistán y lo que aprendió de la organización y la lucha del pueblo kurdo y, especialmente, de sus mujeres.

Por Virginia Trifogli para 8300Web.

María Álvarez, profesional de la salud e integrante de Convergencia Socialista, permaneció dos meses en el Kurdistán como brigadista en respuesta al llamado del Comité de solidaridad con el pueblo kurdo.

Su viaje, enmarcado en el apoyo de organizaciones de izquierda a la lucha del pueblo kurdo, nos permite conocer el proceso revolucionario que se inició en el norte de Siria y, especialmente, la experiencia de organización de las mujeres kurdas.

Actualmente la región de Kurdistán está ocupada por Irak, Irán, Turquía y Siria. Con la derrota del imperio Otomano después de la primera guerra mundial hubo una promesa de independencia para el Kurdistán que no se cumplió. Desde ese momento, las poblaciones kurdas ha realizado incontables levantamientos para obtener su libertad dirigidos por distintas fuerzas políticas. María pone en contexto la importancia de la región ya que “es la mayor reserva de petróleo de la región de Medio Oriente”, por lo que los Estados no tienen interés por reconocer la identidad y los derechos kurdos. A lo que suma la intervención de los imperios extranjeros, especialmente Estados Unidos, con un “ejército de mercenarios”, que organizó junto con Turquía, llamado Estado Islámico “para dirigirlo a aplastar con métodos fascistas un proceso revolucionario” que se estaba desarrollando en Rojava, al norte de Siria. Esta experiencia era “una alternativa, para todos los pueblos del Medio Oriente, encabezado por la lucha de las mujeres”.

En medio de la guerra civil en Siria el pueblo estableció durante 2012 gobiernos autónomos basados en asambleas populares. Se han desarrollado tres comunas autónomas, una de ellas en la ciudad de Kobane en las que se han implementado reformas y estructuras democráticas importantes, una confederación comunal con gran libertad, autodeterminación y derechos democráticos e igualdad de género. “Todos los cargos son ocupados por un hombre y una mujer – relató María– además las mujeres han organizado sus propias milicia, su propia policía para intervenir en auxilio de sus propios tribunales de mujeres para los casos de violencia”.

Las mujeres kurdas también han establecido una especie de Constitución que en sus primeros artículos criminaliza los matrimonios forzosos e infantiles, la poligamia, la violencia doméstica, y la dote de la novia. “Ellas dicen que lo que están haciendo es una revolución social, anticapitalista, de democracia directa y por su propia liberación como mujeres” resaltó la brigadista.

María rescató, desde el relato de sus protagonistas, la génesis de este movimiento que data de los 90’s: “hubo un giro espectacular en la disposición de las mujeres a terminar con semejante opresión y que se expresó de una manera, que no fue ideológica, sino las chicas más jóvenes simplemente no querían repetir las vidas de sus madres, de sus abuelas, de sus hermanas, de sus tías y no tenían opción. Entonces, se fueron a la montaña a incorporarse a la guerrilla. Estuvieron 10 años ahí, se empoderaron de esa manera”.

En el año 2000 volvieron de las montañas para trabajar con la población en general, seguras de que si eran capaces de enfrentar a un ejército, eran capaces también de convencer a las mujeres de su pueblo. La lucha no fue fácil, fueron encarceladas, torturadas y asesinadas, hasta que en el 2012 enfrentaron al ejército del presidente sirio que se retiró y declararon su autonomía. A partir de esto, la población kurda de otras regiones apoyó la revolución y la resistencia al Estado Islámico.

Para María, la lucha de las mujeres del Kurdistán “es una lucha política, ideológica, por ganar las consciencias de la población en general y la cuestión militar es apenas un 10% de lo que ellas dedican, el mayor vuelco es a la organización de las instituciones que fueron creando”. Y agrega que “ellas lo sintetizan de la siguiente manera: en la experiencia histórica las mujeres hemos participado en procesos revolucionarios, hemos sido protagonistas, se ha logrado la transformación social, la revolución; pero al poco tiempo las mujeres perdieron, volvieron a ser oprimidas; entonces ellas dicen queremos hacer la revolución (…) y en el mismo proceso liberarnos, porque cuando terminemos de transformar la sociedad si no nos liberamos vamos a retroceder”.

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