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Preguntas abiertas tras el atentado de París


Civaka Azad – 24 diciembre 2022 – Traducido por Rojava Azadi Madrid

Emine Kara, M. Şirin Aydın y Abdurrahman Kızıl: estos son los nombres de las tres víctimas del atentado de ayer en París. Un fascista francés de 69 años, recién salido de la cárcel, atentó contra el centro cultural kurdo Ahmet Kaya y después contra un restaurante y una barbería regentados por kurdos. En la peluquería fue dominado por los empleados cuando intentaba recargar su arma de fuego. Se trata de un ataque selectivo contra la comunidad kurda de París, que no sólo nos conmociona a todos, sino que nos enfurece increíblemente.

¡Tenemos preguntas!

Al parecer, el agresor fue trasladado en coche a la calle del Centro Cultural Kurdo. ¿Quién le llevó hasta allí? En cualquier caso, el objetivo del atentado no parece haber sido una coincidencia. ¡Queremos saber quién está detrás de este ataque! ¿Existe la posibilidad de que el servicio secreto turco esté implicado? ¡Exigimos una investigación completa!

El autor estuvo en prisión por un ataque a un campamento de inmigrantes, salió de la cárcel poco antes del ataque, pudo hacerse con un arma y llevar a cabo semejante masacre sin ser molestado. ¿Por qué esta persona no estuvo bajo la vigilancia de las autoridades de seguridad francesas tras su salida de prisión? ¿Por qué pudo actuar con tanta libertad?

Recientemente, fascistas turcos han amenazado al Centro Cultural Kurdo de París. Éstas se transmitieron a las autoridades de seguridad francesas. ¿Por qué no se hizo un seguimiento? ¿Acaso el Centro Cultural Kurdo no está vigilado por los servicios de seguridad franceses?

En el momento del atentado contra el centro cultural, debía celebrarse allí una reunión del movimiento de mujeres kurdas con motivo de la proximidad del aniversario de la masacre de París, el 9 de enero de 2013. Se suponía que unas 60 personas asistirían a esta reunión. La reunión fue aplazada una hora con poca antelación. Si esto no hubiera ocurrido, probablemente habría habido muchas más víctimas. ¿Sabía el agresor de esta reunión planeada? ¿Por eso eligió el momento para su ataque? Si es así, ¿de dónde sacó la información?

Ninguna confianza en las autoridades de seguridad francesas

Nuestro enfado tras el atentado de ayer se debe también a que no confiamos en las autoridades de seguridad francesas. Porque la masacre de París, es decir, el asesinato de las tres activistas kurdas Sakine Cansız, Fidan Doğan y Leyla Şaylemez el 9 de enero de 2013 a manos de un asesino a sueldo de los servicios secretos turcos, nunca se ha investigado a fondo y, sobre todo, nadie ha sido procesado por ello. Desde hace diez años, decenas de miles de kurdos y personas solidarias exigen justicia para Sakine, Fidan y Leyla en manifestaciones conmemorativas anuales. Pero las autoridades francesas no tienen ningún interés en aclarar el caso, que está clasificado como secreto de Estado.

El atentado de ayer es una continuación de los asesinatos de 2013. La población kurda ya no vive segura, ni siquiera en Europa. Los kurdos no sólo sufren persecución y opresión en su país de origen. En el centro de Europa, son objetivo de los fascistas y de los servicios secretos turcos, pero también de los aparatos de represión del Estado.

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