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Música del PKK: la ingeniería de una revolución social

Por Bahzad Hammo

30 junio 2017

La música ha dado forma a la ingeniería social de toda la comunidad kurda, desde Turquía hasta las zonas de Rojava en el norte de Siria.
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Imagen de SyrianUntold

Este artículo es el resultado de una colaboración entre SyrianUntold y openDemocracy’s NAWA

El 19 de enero de 2013, las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG) anunciaron la muerte de Lawand Qamishlo, uno de sus oficiales de campo, durante la batalla de Serê Kaniyê-Ras Al-Ain contra el Ejército Sirio Libre (FSA) y facciones islámicas. En menos de una semana, el grupo Botan, que es una de las decenas de bandas musicales pertenecientes al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, es decir, el partido detrás de las YPG), lanzó una canción titulada The Martyr Lawand.

No es extraño que el grupo respondiera tan rápido al incidente, ya que sus miembros son «guerrilleros» de distinto tipo en las filas del partido. Cantan al público sobre la literatura del PKK y alaban la «resistencia» en las cárceles y sus luchas. Por lo tanto, una canción -desde la perspectiva del partido- es una herramienta para ayudar a la revolución y para aglutinar a las masas. La música ha dado forma a la ingeniería social de toda la comunidad kurda, ya sea en Turquía y Siria hasta las zonas de Rojava en el norte de Siria.

La institucionalización de la música

Desde su creación a finales de los años setenta, el izquierdista-marxista PKK ha sido consciente del papel de la música como herramienta revolucionaria en el fortalecimiento de su discurso ideológico. Los miembros del partido, tanto a nivel de liderazgo como de tropa, han atraído a artistas y poetas, como Safakan y Dalil Dugan, que murieron en enfrentamientos militares mientras servían en las filas de las Fuerzas Guerrilleras HPG, (Fuerzas de Defensa del Pueblo), el ala militar del PKK. Muchos siguieron, mientras que otros se mantuvieron en la lucha como parte del Comité Cultural del partido.

El Comité ha producido sistemáticamente contenidos que giran alrededor de las artes y la cultura para lograr su programa ideológico, que puede resumirse como «alcanzar una mayor conciencia entre la comunidad kurda y movilizarla para apoyar los objetivos políticos y militares del PKK».

Las canciones pronto se convirtieron en el medio más difundido editado por el partido por su capacidad para propagarse rápidamente entre una comunidad plagada en gran parte por el analfabetismo, y porque los kurdos generalmente tienen afinidad con la música. Este medio ganó posteriormente una dimensión organizativa directa a través de la creación de grandes bandas (de acuerdo con las normas kurdas) conectadas directamente con el partido.

A principios de 1982, la famosa banda Barkhwadan fue lanzada desde el Líbano gracias a los esfuerzos de los cuadros turcos del PKK que se habían trasladado al país a finales de los años 70, incluyendo al líder del PKK, Abdullah Öcalan. Las canciones publicadas por la banda alimentaron sentimientos nacionalistas en Siria, Turquía, Irak e Irán. El resultado fue que cientos de hombres y mujeres jóvenes se unieron a la «resistencia» armada contra Turquía en las montañas del Kurdistán.

Haval (“camarada” en kurdo) Bahozi, un antiguo miembro del PKK que actualmente está activo en el movimiento de las artes y la cultura en Rojava, dice que a principios de los años ochenta estaba en contacto directo con varios grupos kurdos, incluido el PKK. Sin embargo, decidió unirse inmediatamente a este último después de escuchar la famosa canción de Barkhwadan titulada «Vaye PKK Rabu» («Aquí ha llegado el PKK«).

En mayo de 1994, la primera emisión de un canal kurdo (Med TV) se lanzó desde la capital belga, Bruselas, gracias a los esfuerzos de los cuadros del PKK y los miembros de la banda Barkhwadan que se trasladaron a trabajar en Europa. El canal de televisión se convirtió en el escenario para el PKK y su ideología, mientras que sus canciones eran escuchadas en la mayoría de los hogares kurdos en Siria. También se emitían imágenes de mujeres y hombres que luchaban en las montañas del Kurdistán.

Pero a miles de kilómetros de Bruselas, en Amuda, en el norte de Siria, era común ver a mujeres que trabajaban los campos de algodón bajo el abrasador sol mientras tarareaban las melodías de las últimas canciones revolucionarias. De hecho, el PKK había puesto en marcha una campaña de donaciones para financiar el canal de televisión. Las familias pro-PKK trabajaban los campos y donaban sus beneficios diarios o estacionales al partido, lo que era una de las maneras en que las familias más pobres mostraban su compromiso «voluntario» con el PKK.

Blindii, un ex activista en el partido, declara a SiriaUntold: «Por el dinero que tomábamos de la gente, solíamos darle a cambio eslóganes y canciones.» Él fue parte de la campaña para Med TV a finales de 1995. Blind no recuerda la cifra específica de la cantidad que se recogió solo en la ciudad de Darbasiyah, donde estaba activo, pero señala que fue «bastante elevada».

Junto a los canales dirigidos a las masas, los combatientes kurdos de las montañas tenían sus propios canales de radio como Judy-Qandil-Media. Esta famosa estación de radio, basada en un pequeño pueblo kurdo en el sur de Rusia, transmitiría sus programas de concienciación y canciones revolucionarias a los combatientes a través de FM.

Las autoridades rusas cerraron la estación en 2000 en respuesta a las solicitudes turcas, después de que el líder del PKK, Abdullah Öcalan, hubiera sido arrestado. «Los camaradas llevaban dispositivos de transmisión para pasarlos de contrabando a través de las montañas hasta nuestra sede en Qandil, pero las autoridades iraníes los confiscaron en las fronteras iraquíes».

En 2017, las emisoras de radio y televisión vinculadas al PKK han aumentado hasta más de 20 estaciones de radio y cinco canales de televisión, entre ellas: Ronahi TV, Sterk TV, Cira TV, el canal de música MMC y Gerilla TV. Todos ellos difunden los mismos discursos y envían los mismos mensajes políticos con canciones revolucionarias que ocupan una parte considerable del tiempo de transmisión.

¡No abandones las armas y las canciones de tus compañeros!

En un ritual de guerra único en las montañas del Kurdistán, la hora final de la preparación para cualquier batalla se dedica a escuchar canciones revolucionarias y bailar a sus ritmos. «Con el mismo espíritu jovial y entusiasmo con el que terminamos nuestro baile, entramos en el campo de batalla», dice Ramaniii, un viejo combatiente del PKK que solía participar en las instituciones de medios de comunicación del partido en la década de 1990. Según él, más de dos tercios del presupuesto del PKK se asignaría a los medios de comunicación, en todas sus formas, dedicando a la música la mayor parte.

Uno de los mensajes más importantes en que se centraban los medios de comunicación del PKK al cubrir la vida cotidiana de los combatientes en las montañas era la imagen de los instrumentos musicales que se mostraban junto a sus armas. Esta imagen no era un montaje, incluso cuando el partido le ponía demasiado énfasis.

Las montañas fueron el escenario central de una dura guerra entre las HPG y el ejército turco, que dejó decenas de miles de muertos, pero que también agregó talento artístico brillante a la biblioteca musical de los kurdos, especialmente en términos de canciones revolucionarias.

Horas de música kurda revolucionaria:

La famosa cantante kurda Shahid Mezgin era una mujer de unos veinte años que dirigía un grupo de 700 combatientes de las HPG. Formaba parte de la banda de Barkhwadan y murió en una sangrienta batalla contra los turcos en 1990. La banda está orgullosa de sus cantantes-combatientes «que no abandonaron a sus camaradas ni a sus canciones en el campo de batalla».

Mezgin había cantado para el mártir Safakan. Cuando falleció, otro artista en armas, Hozan Sarhad, le hizo un tributo con la famosa canción «Mizgin a Leheng«. Sarhad había aprendido música en instituciones turcas, pero luego se unió a las HPG con su esposa y murió en el campo de batalla. Obviamente, encontró en la máquina de música del PKK a muchos para cantar su martirio.

 

Los kurdos de Siria bailan con las canciones del PKK

A mediados de los años ochenta, después de décadas de represión que habían alcanzado su apogeo bajo la República Árabe Unida (1958-1961), las celebraciones kurdas, como el Newroz, se hicieron gradualmente más públicas en Siria. El Newroz se convirtió en la ocasión perfecta para que la comunidad kurda mostrara sus melodías revolucionarias en la esfera pública y con cierta libertad.

En casi cada barrio, había dos celebraciones separadas en Newroz: una para los partidarios del movimiento tradicional kurdo (popularmente llamado «Barzanin» por el Partido Democrático del Kurdistán de Masoud Barzani, KDP) y la otra para los partidarios del PKK («Apocin», por Abdullah «Apo» Öcalan). Las celebraciones del primero eran bastante lentas y aburridas, mientras que las celebraciones de este último estaban llenas de canciones revolucionarias cantadas por niños y ancianos, hombres y mujeres por igual.

El PKK había creado bandas locales musicales en cada ciudad kurda del norte de Siria, algunas de las cuales se convirtieron en productoras. Por ejemplo, éste es el caso de Koma Agirî, una casa de producción que pertenece a la banda homónima del partido en Amuda

 

El partido también estableció bandas dirigidas a los kurdos en el exilio en todo el mundo, además de tener una presencia cultural especial en Líbano y Libia, donde se organizaron campos de entrenamiento militar para miembros del PKK.

Las canciones del PKK en el conflicto sirio

En 1999, el destino del PKK en Siria, que había estado protegido durante mucho tiempo bajo el régimen de Asad, quedó afectado negativamente por el Acuerdo Adana entre Siria y Turquía. A principios de 2012, después de haber estado prohibido durante años, el partido volvió a la esfera pública.

En la Rojava del PKK, las armas no han sido el único componente, ya que las canciones han vuelto a ocupar el centro del escenario y el partido ha inaugurado varios centros culturales y artísticos.

El “camarada” Jamil, co-presidente de la Fundación Mohammad Sheikho para las Artes y la Cultura en Al-Qamishli, declara: «Abrimos nuestro primer centro cultural en el barrio de Qudur Bek en Al-Qamishli. Uno de nuestros camaradas experimentados dijo en la ceremonia de inauguración que la revolución social comienza en Rojava, y nosotros como artistas debemos seguir creando mensajes que capten el corazón de nuestra audiencia».

El movimiento de las artes y la cultura dentro del PKK ha llevado a «capturar el corazón de la audiencia», y vuelto a ejecutar viejas canciones revolucionarias mientras que emite otras nuevas que acompañan la nueva fase en Siria. A finales de 2012, con la batalla de Serê Kaniyê-Ras Al-Ain, un nuevo capítulo de la canción revolucionaria nació en Siria.

Al mirar las producciones musicales y artísticas del PKK, aparecen tres atributos principales en la estructura de las nuevas canciones: convertir a los mártires en leyendas, inmortalizar una cierta posición militar y mostrar escenas de la vida de los combatientes en primera línea.

Sorprendentemente, la producción artística actual no se dirige sólo a los kurdos. Las estimaciones oscilan alrededor de 15.000 el número de combatientes árabes dentro de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), que es una alianza entre el PKK y otras facciones no kurdas. Para estos combatientes, decenas de canciones revolucionarias han sido lanzadas en árabe, glorificando a combatientes tanto árabes como kurdos por igual. Músicos populares árabes han lanzado varias canciones para las unidades kurdas, que incluso se cantan en las bodas árabes.

Jamil, de la Fundación Mohammad Sheikho, ha informado a SyriaUntold que estaban trabajando en coordinación con guerrilleros para cubrir las campañas militares de manera artística. «Recibiríamos la noticia de que uno de nuestros camaradas ha sido martirizado antes del anuncio oficial. Inmediatamente nos juntamos y empezamos a escribir una canción para él / ella. A menudo hemos podido ejecutar esto en menos de 24 horas, y la canción estaría lista para ser tocada en el funeral».

Jamil y su grupo acabaron de grabar una canción titulada ‘Ar-Raqqa’ hace dos días. Grabaron algunas escenas del video musical dentro de la ciudad devastada por la guerra y esperan transmitir la canción en el minuto en que «Ar-Raqqa sea declarada liberada.» Jamil admitió que el calibre de la obra musical no está a la par, pero no parece que la excelencia artística sea la clave aquí. En cambio, tener las canciones para infiltrarlas en los corazones y las mentes de los oyentes es por lo que el partido está apostando.

Algunos blogueros y comentaristas árabes han clasificado las canciones políticas en dos categorías: Una es la canción «comprometida», que saluda a los cuadros y la élite política dentro de una estructura política. La otra es la canción «revolucionaria», que se hace para «las masas» en tiempos de guerra y turbulencia.

Sin embargo, esta categorización no parece exacta para la producción artística del PKK, si se tiene en cuenta la ideología populista del partido y cómo ha concebido la comunidad kurda -a través de diferentes clases y componentes- como un depósito orgánico para sus rutas políticas y militares.

Por lo tanto, no habría una categorización clara para el público e incluso para la mayor parte de la producción artística, literaria e incluso intelectual. A menudo uno se encuentra con una mujer kurda analfabeta que recita, sin darse cuenta plenamente, las líneas intelectuales y filosóficas que los cuadros del PKK han trabajado duro para injertar en «las masas» durante muchos años.

Muchas son las reservas y críticas que se han dirigido al PKK desde su creación. Sin embargo, vale la pena decir que el partido ha tenido una experiencia única en la arena política kurda cuando se trata de modelar y realizar la ingeniería social de la comunidad kurda utilizando diferentes métodos, siendo las canciones sólo uno de ellos.

Una hora de canciones para las Unidades de Protección del Pueblo:

 

Sobre el autor

Bahzad Hammo es un periodista sirio de Amuda. Actualmente reside en Turquía.

i Heredando el legado de muchos otros movimientos de izquierda, los miembros del PKK son habitualmente conocidos por su nombre de guerra precedido por la palabra “camarada”.

ii Por razones de seguridad se ha utilizado un pseudónimo.

iii Idem.

 

Fuente: open democracy, Syria untold

Autoria: Bahzad Hammo

Fecha de Publicación: 30/07/2017

Traducido por Rojava azadî

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