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Hoja de ruta para la estabilidad del norte y este de Siria

Chris McGrath/Getty Images

KPI – Ilham Ahmed – 11 enero 2024 – Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid

La contribución de esta autora es parte de la  serie "En primera persona" del Kurdish Peace Institute. A través de esta serie, el Instituto Kurdo para la Paz publica comentarios de figuras públicas relevantes sobre eventos actuales con el fin de avanzar en la comprensión de los problemas y actores regionales. Estos comentarios tienen como objetivo brindar a nuestra audiencia una visión exclusiva de cómo los diferentes individuos y grupos de la región entienden los acontecimientos en curso.

La derrota militar del califato de ISIS, lograda hace casi cinco años como resultado de los esfuerzos conjuntos de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) y la Coalición Internacional, ha tenido importantes consecuencias para nuestra región y el mundo. ISIS ya no controla territorio y su capacidad de amenazar a Oriente Medio, Europa y Estados Unidos está enormemente disminuida.

Aquí, en el norte y este de Siria, nuestra sociedad está trabajando para recuperarse de los impactos del gobierno opresivo de ISIS. Ya hemos adoptado el pluralismo étnico y religioso como base para gestionar la vida política y social y hemos fortalecido los valores de la igualdad de género y los derechos de las mujeres . Esto desafía la ideología de odio de ISIS y nos hace más ricos tanto política como culturalmente.

Administrativamente, la descentralización ha demostrado ser eficaz como sistema que puede satisfacer las necesidades de un país tan diverso en identidad, cultura y política como es Siria. Para abordar las deficiencias que surgieron de nuestro enfoque en las amenazas militares existenciales, también estamos trabajando para cambiar el enfoque de nuestros esfuerzos hacia mejoras en la administración y la política sobre la base de estos valores.

Por otra parte, tenemos que lamentar muchas víctimas y pérdidas materiales. 12.000 miembros de nuestras fuerzas armadas dieron sus vidas para derrotar a ISIS. Nuestra economía e infraestructura han quedado devastadas. Las sociedades que estuvieron sujetas al gobierno de ISIS sufrieron grandes daños psicológicos, sociales y de otros tipos. Y aunque nuestro pueblo sacrificó más que cualquier otra nación para derrotar a ISIS, hemos quedado responsables de miles de prisioneros afiliados a ISIS de otros países y otras regiones de Siria.

Frente a este statu quo, podemos describir la posición de las fuerzas de la Coalición en el norte y este de Siria como de casi estancamiento. Llevan a cabo operaciones contra células y actividades de ISIS dentro de un marco de rutina, pero no han demostrado una estrategia o mecanismos prácticos para eliminar las condiciones que dieron origen a ISIS y permitieron que su ideología se extendiera. Tampoco parecen estar planificando un futuro sostenible post-ISIS. Mientras pensamos en soluciones políticas y sociales para poner fin al siglo de guerra y opresión estatal que ha estrangulado nuestra región, las fuerzas de la Coalición Internacional se centran en objetivos militares de miras estrechas sin un final a la vista.

El impacto de la guerra entre Israel y Hamás en nuestra región ha exacerbado este problema. La guerra ha distraído aún más a Estados Unidos y a la Coalición de las raíces políticas y sociales de los problemas de seguridad en el norte y este de Siria y hace más probable una confrontación militar en nuestra región. Esto ha dado a Turquía y otras potencias que acechan en el norte y este de Siria la oportunidad de aprovechar los avances en seguridad, estabilidad y gobernanza logrados con la sangre de nuestro pueblo.

En los últimos dos meses, Turquía ha atacado tres veces las infraestructuras civiles del norte y este de Siria. Los ataques recientes se han ampliado desde apuntar a infraestructuras públicas críticas hasta a empresas privadas. El día de Navidad, Turquía atacó una editorial que imprimía libros de texto en idioma kurdo que permiten a nuestros niños estudiar en su lengua materna, una planta procesadora de aceitunas dirigida por una familia expulsada de Afrin por la invasión y ocupación turca, y un salón de bodas propiedad de una de las pocas familias cristianas que quedan en la ciudad de Amude.

Estos ataques han matado y herido a civiles, exacerbado la crisis económica de nuestra región y reducido las capacidades de la Administración Autónoma para proporcionar servicios básicos como electricidad y agua potable a nuestra gente. Todo esto tendrá impactos negativos en nuestra capacidad para contener a ISIS, estabilizar la zona y poner fin a la guerra.

A pesar de ello, no existe una posición internacional fuerte contra la agresión de Turquía. Estados Unidos y la Coalición, las otras potencias regionales y globales preocupadas por la crisis siria e incluso las organizaciones internacionales de derechos humanos han permanecido en silencio y resultado ineficaces.

Esto ha creado varios problemas para nuestros socios internacionales. Primero, somos una democracia que rinde cuentas ante la voluntad de nuestro pueblo. Es posible que algún día nos pregunten con razón por qué colaboramos y hacemos concesiones en nombre de unos Estados que no nos corresponden ayudándonos a ser más prósperos o más seguros. En segundo lugar, si nuestros enemigos pueden destruir nuestro proyecto, nuestro pueblo no será el único que perderá. Los ataques turcos anteriores han provocado desplazamientos masivos, han dado a ISIS espacio para prosperar y han prolongado la crisis de Siria en beneficio de dictadores y terroristas. Ahora que Oriente Medio ya está al borde de una guerra más amplia, este resultado en el norte de Siria es aún más peligroso que antes.

Está claro que una estrategia política definida para poner fin a la guerra en Siria y proporcionar un plan para poner fin a otros conflictos en la región no sólo redunda en nuestro interés, sino también en el de la comunidad internacional. A continuación describiré nuestra estrategia y sus impactos positivos para la región.

Vemos nuestro futuro como parte de una Siria unificada, democrática y multiétnica, lograda mediante un proceso que incorpore a todos los sirios. Cuando todos acepten un sistema que represente a todos los sirios, sin exclusión, la estabilidad regresará a Siria y los problemas en nuestro país disminuirán.

El gobierno de Damasco adopta un enfoque regresivo respecto a nuestras ideas y, en contraposición, exige un retorno a las condiciones que causaron la guerra en 2011. Nos niega nuestros derechos civiles y políticos básicos y nos acusa de intentar dividir el país. Permítanme ser clara: no somos separatistas. Rechazamos la idea de que la descentralización y el pluralismo debilitarían o harían menos estable a Siria. De hecho, harán a Siria más fuerte. Podemos encontrar sistemas federales en países fuertes, seguros e influyentes a nivel mundial, incluidas potencias mundiales como Estados Unidos y Rusia. La existencia continuada de nuestra administración demuestra que el pluralismo es una fortaleza. A pesar de los esfuerzos por provocar discordia y xenofobia, muchos kurdos, árabes y asirio-siríacos en el norte y este de Siria creen hoy que el sistema político de la Administración Autónoma es su mejor opción y que pueden trabajar juntos dentro de él para resolver las cuestiones pendientes.

Nuestra estrategia para poner fin a la guerra en Siria es comunicarnos con las distintas partes en conflicto en Siria y unificar los esfuerzos de los actores internos y externos hacia un futuro democrático. Creemos que los procesos políticos patrocinados por las Naciones Unidas de conformidad con la Resolución 2254 de la ONU, así como otros procesos políticos, no deben excluir el norte y este de Siria. Somos una realidad sobre el terreno. La Administración Autónoma Democrática del Norte y Este de Siria debe ser reconocida políticamente para permitirnos negociar desde la mejor posición.

Hemos realizado dos cambios recientes para facilitar esto. El Consejo Democrático Sirio (SDC) ha ampliado su trabajo más allá del noreste de Siria. Ahora abre sus puertas a todas las administraciones y movimientos democráticos de Siria. Esperamos que todos los que comparten nuestros valores y buscan la democracia, la coexistencia, la libertad religiosa, la igualdad de hombres y mujeres y el fin de la guerra se acerquen.

En diciembre de 2023 adoptamos un nuevo Contrato Social. Vemos esto como un paso necesario para abordar las necesidades de la gente de nuestra región y como una propuesta de un modelo para la futura Siria democrática de la que esperamos ser parte. Nuestro Contrato Social protege los logros que hemos alcanzado en materia de convivencia, libertad religiosa y derechos de las mujeres. También aborda algunas de nuestras deficiencias. Planeamos celebrar elecciones, empezando por las locales y municipales, lo antes posible. El Contrato Social también otorga a cada pueblo, ciudad y cantón la capacidad de rechazar cualquier decisión de nivel superior mediante referéndum si su pueblo así lo decide. Esto fortalecerá nuestra cohesión interna y nos ayudará a seguir siendo la forma de gobernanza que mejor funciona disponible en Siria.

Para abordar los actuales desafíos de seguridad relacionados con ISIS, emprenderemos trabajo político y social para abordar las causas fundamentales del extremismo y la mentalidad detrás de él. Nos esforzaremos por mejorar nuestra economía en las regiones liberadas de ISIS para que el grupo no pueda explotar la pobreza y los impactos de la guerra. Continuaremos trabajando para llevar a ISIS ante la justicia y exigir responsabilidades por los crímenes que este grupo perpetró contra nuestro pueblo. La exclusión política practicada contra nuestra administración que he descrito anteriormente es también uno de los factores que impactan nuestra capacidad de lograr una derrota a largo plazo de ISIS. Por ejemplo, al no tener reconocimiento internacional, nuestros esfuerzos por llevar a juicio a los miembros de ISIS no cuentan con el apoyo de la comunidad internacional. Debido a nuestra exclusión económica, no podemos obtener los recursos que necesitamos para revitalizar las regiones destruidas por la guerra.

Otro importante problema de seguridad al que nos enfrentamos son aquellas fuerzas que no aceptan la existencia del pueblo kurdo ni el modelo de autoadministración en el norte de Siria. Estas fuerzas buscan cambiar estas realidades por medios militares, complicando el conflicto, exacerbando el desastre humanitario en nuestro país y amenazando a la comunidad internacional.

Una de estas potencias es Turquía. Turquía continúa acusándonos falsamente de “terrorismo” para justificar los ataques contra nuestro pueblo. Lo repetiré: no somos una amenaza para Turquía. No permitimos que nadie utilice nuestro territorio para atacar a nuestros vecinos. De hecho, mis colegas han alentado repetidamente la resolución pacífica del conflicto entre Turquía y el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK). En 2022, el comandante en jefe de las SDF, Mazloum Abdi, escribió en el Washington Post que “estamos dispuestos a desempeñar un papel útil para reiniciar estas conversaciones y alcanzar la paz que buscamos”.

Hoy respaldamos la llamada al diálogo (y al apoyo internacional) que se hizo en ese artículo. Creemos que Turquía debe resolver sus problemas internos por medios pacíficos y democráticos. Atacar a hombres, mujeres y niños inocentes en el norte y este de Siria no resolverá los conflictos profundamente arraigados causados por décadas de negación de la existencia del pueblo kurdo y por la destrucción de la democracia.

En lugar de intentar aplastar nuestro modelo de administración autónoma, sería mejor que Turquía optara por aprender de él. Nuestro modelo permite que todas las personas hablen su propio idioma, practiquen su propia fe y se enorgullezcan de su propia identidad. Descentraliza el poder a municipios y cantones. Siempre está abierto al cambio y la mejora, como lo revela nuestro nuevo Contrato Social y el proceso del que surgió. Si Turquía adoptara modelos como estos, su problema kurdo no existiría. Realmente esperamos que, algún día, una Siria democrática y multiétnica y una Turquía democrática y multiétnica puedan ser buenos vecinos e incluso buenos amigos. Continuaremos nuestros esfuerzos políticos nacionales, regionales y globales hasta que esto sea una realidad.

Sabemos que nuestra mayor fortaleza en cualquier proceso diplomático o diálogo es la alternativa que brindamos a los autócratas ultranacionalistas y fundamentalistas religiosos. Aunque hemos enfrentado dificultades, nuestras regiones siguen siendo la parte más estable y que funciona mejor de Siria. A pesar de ocupar nuestras ciudades, Turquía no pudo destruirnos en 2019 porque nuestro pueblo se mantuvo unido y defendió su proyecto. Si nuestro sistema político es débil y nuestro pueblo está dividido, no podemos avanzar. Si es fuerte y nuestra gente está unida, podemos lograr un cambio real.

Por esta razón, estamos comprometidos a construir nuestras instituciones políticas y promover la gobernanza a través de medidas como el Contrato Social, abordar las causas fundamentales de ISIS para lograr una derrota permanente del grupo y su ideología, y encontrar una solución política para poner fin a la crisis de Siria para siempre.

Es de interés de la comunidad internacional, particularmente de aquellos países que ya están asociados con nosotros en el noreste de Siria, apoyarnos para que esto sea posible. Para ello hacemos cinco recomendaciones:

– Continuar la campaña para derrotar a ISIS y fortalecerla con nuevos mecanismos que aborden la ideología del grupo y las causas fundamentales de su expansión.

– Estudiar el nuevo Contrato Social para el norte y este de Siria, brindar asistencia para implementar el Contrato de manera práctica en el terreno y brindarnos apoyo para que podamos celebrar elecciones en un entorno seguro.

– Desarrollar y promover la inversión en el norte y este de Siria para abordar la crisis económica y mejorar la estabilidad en la región.

– Apoyar todo diálogo entre diferentes partes y actores en Siria para encontrar una solución liderada por Siria que no excluya a ninguna región o administración.

– Apoyo a una conferencia siria inclusiva para establecer un nuevo Contrato Social/Constitución que conduzca a una fase de transición en Siria.


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