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El Movimiento de Mujeres Kurdas hace un llamamiento mundial a todas las mujeres

Fuente: The Region
Fecha: 05/03/2018
Traducido por Rojava Azadi
kjk
A las mujeres del mundo:
¡Transformemos el siglo XXI en la era de la libertad de las mujeres!

Desde las montañas del Kurdistán, en estas tierras donde se ha desarrollado una sociedad con el liderazgo de las mujeres, os saludamos con  toda nuestra libertad, pasión, ambición y lucha inquebrantable. Desde los barrios del Kurdistán sirio a los bosques de América del Sur, desde las calles de Europa a las llanuras de África, desde los valles de Oriente Medio a las plazas de América del Norte, desde las montañas de Asia a los escenarios de Australia; con nuestro amor que no conoce fronteras y con nuestros sentimientos más revolucionarios, abrazamos a todas las mujeres que intensifican la lucha por la libertad y la igualdad.

Con motivo del 8 de marzo de 2018, Día de la Lucha Internacional de la Mujer, en la que se conmemora a todas las mujeres que-han dado su vida en la búsqueda de la libertad, en la resistencia contra la esclavitud, la explotación y la ocupación. Desde Rosa Luxemburgo a Sakine Cansız, desde Kittur Rani Chennamma a Berta Cáceres, desde Ella Baker a Henan de Raqqa, desde Djamila Bouhired, desde la palestina Sana’a Mehaidli a Nadia Anjuman, estamos siempre agradecidas a las combatientes inmortales en la lucha por la liberación de la mujer. Su luz atraviesa la oscuridad impuesta sobre nosotras; en el camino que han iluminado ante nosotras, marchamos hacia la libertad. Junto con ellas, conmemoramos a todas las mujeres que han sido asesinadas en el curso de cinco mil años de orden patriarcal, por medio de todo tipo de violencia masculina, guerras, terrorismo de Estado, ocupación colonialista, poderes enmascarados de religiosidad, manadas de hombres, maridos y pretendidos amantes. Es su memoria la que aumenta nuestra determinación inquebrantable de poner fin al feminicidio, que constituye la guerra más larga del mundo.

 

Queridas mujeres, compañeras, hermanas,

Estamos en medio de un proceso histórico. El sistema patriarcal, como la era de la civilización estatista, está atravesando una profunda crisis estructural. Como mujeres, debemos diagnosticar esta crisis sistémica con sus causas y consecuencias, establecer análisis sólidos y desarrollar perspectivas que aceleren nuestra lucha. Por el bien del mundo, esta situación también ofrece oportunidades para garantizar la libertad de las mujeres. Incluso decimos: ¡podemos convertir el siglo XXI en la era de la liberación de las mujeres! No se trata de un sueño o una utopía. Es una realidad. Pero para que se haga realidad, debemos crear un programa de liberación de la mujer para el siglo XXI.

Para esto, primero debemos entender en su totalidad las contradicciones y atributos fundamentales de la era en la que vivimos. ¿Qué posibilidades y riesgos constituyen estas contradicciones y atributos desde la perspectiva de la liberación de la mujer? ¿Qué tipo de responsabilidades tenemos en este sentido, como organizaciones y movimientos globales de mujeres?

El sistema mundial ha entrado en el siglo XXI en una crisis profunda, utilizando términos como «Nuevo Orden Mundial».

En el intento de reorganizarse como una manera de salir de la crisis, la modernidad capitalista ha intentado por primera vez aplicar este nuevo orden en Oriente Medio bajo el nombre de «Proyecto Gran Oriente Medio». Denominamos a este proceso -que comenzó con las intervenciones en Afganistán e Irak, continuó con la primavera árabe en el norte de África y se intensificó en los últimos años en Siria, Irak y el Kurdistán- «Tercera Guerra Mundial». Al tiempo que los regímenes de los estados-nación en Oriente Medio, que fueron creados por los estados occidentales hace cien años para reproducir de forma permanente el caos y la crisis y tratar de proteger el statu quo, las potencias extranjeras intentan repartirse de nuevo el área entre ellas.

Nuestra consideración del período actual de Oriente Medio como «Tercera Guerra Mundial» no es sólo un intento de enfatizar la participación de los poderes internacionales. Más que eso, está claro que la reconstrucción de la modernidad capitalista en Oriente Medio tendrá consecuencias a escala mundial. De hecho, el sistema mundial contemporáneo o la modernidad capitalista no es un fenómeno de los últimos 500 años; ya que, de hecho, sus semillas germinaron como el primer Estado hace 5000 años en Mesopotamia y, desde entonces, han sido sometidas a diferentes transformaciones para lograr mantenerse hasta hoy en día.

Por esta razón, defender la Solución Confederal Democrática como la «tercera vía» contra el «statu quo-ismo» de los Estados regionales y el intervencionismo rediseñado de los poderes extranjeros, constituye una responsabilidad fundamental para todas nosotras y supera las fronteras de Siria y Oriente Medio. El sistema de Autonomía Democrática que se está construyendo actualmente con el liderazgo de las mujeres en Rojava y el norte de Siria, en las actuales condiciones bélicas y de resistencia, es la única solución que tiene el potencial para terminar con las crisis, el caos, las contradicciones y los conflictos que se ha venido reproduciendo sistemáticamente en la región durante el último siglo. Los estados-nación que se crearon por medio de fronteras dibujadas artificialmente después de la Primera Guerra Mundial no sólo trataron de soslayar la realidad social, étnica, cultural y religiosa, sino que también tuvieron como objetivo arruinar nuestra milenaria cultura de vida común. Hoy, en el norte de Siria, por primera vez, se está construyendo un sistema que se basa en los principios de igualdad, pluralismo religioso y democracia participativa. Como alternativa democrática, este modelo propone una solución a los  obsoletos problemas de Oriente Medio, contra los regímenes masculinos, sexistas, monistas, nacionalistas y sectarios que han sido alimentados por el sistema global durante décadas.

Ésta es la razón por la cual el Estado turco, que tiene el segundo ejército mayor de la OTAN, lanzó con toda su fuerza una operación contra el cantón de Afrín de Rojava / norte de Siria el 20 de enero de 2018. Ésta es también la razón por la que las potencias extranjeras como Estados Unidos, Rusia y la UE no están obstruyendo los ataques militares contra Afrin. Porque en Afrin se está construyendo un modelo de sociedad democrática cuyo núcleo es la liberación de las mujeres. La resistencia de Afrin es el levantamiento de las mujeres contra la vida de la modernidad capitalista. La ciudad y las aldeas circundantes de Afrin resisten al fascismo, la misoginia, el desarraigo de la naturaleza y los valores culturales, y la animosidad entre los pueblos. Está claro que no es sólo el Estado turco y sus aliados reclutados entre grupos yihadistas los que se enfrentan con las Unidades de Defensa de las Mujeres en Afrin. En esencia, en una pequeña zona geográfica como Afrin, dos sistemas mundiales, dos ideologías, dos proyectos de futuro chocan en un enfrentamiento colosal. Mientras que uno se basa en la liberación de la mujer, la ecología y el pluralismo, el otro está hecho de misoginia, poder machista, monismo, dominación y explotación. Uno brilla con todos los colores de la vida, mientras que el otro representa la oscuridad. Por ello, es de vital importancia y significado para las mujeres del mundo reclamar y defender la creciente resistencia contra el fascismo en Afrin. Porque lo que se ataca allí y se está defendiendo son los valores universales de la liberación de las mujeres. En esta ocasión, como KJK, saludamos y felicitamos a las combatientes por la libertad que asumen el liderazgo de la resistencia de Afrin, así como a las gentes de Afrin, quienes heroicamente defienden sus tierras contra los invasores. Las mujeres y la unidad ganarán. El fascismo perderá.

El proceso de revolución en curso en Rojava y el norte de Siria muestra esta verdad a todos: las revoluciones deben ser revoluciones de mujeres. Los intentos revolucionarios que no se basan en la liberación de las mujeres no tienen ninguna posibilidad de éxito. La razón fundamental de la incapacidad de los movimientos socialistas y revolucionarios del siglo XX para lograr sus objetivos de sacrificio, dedicación y programas sólidos es el hecho de que no han puesto la liberación de las mujeres en el centro de sus batallas. Efectivamente, la cuestión de las mujeres no es una cuestión secundaria, sino que está en la base de todas las demás cuestiones. Las mujeres son la primera clase oprimida, esclavizada, explotada, colonizada y dominada. Todas las demás formas de explotación aparecen después de la explotación de las mujeres. Por esta razón, liderar una lucha efectiva contra el sistema hegemónico sólo será posible dentro del marco de una ideología y un programa de liberación potentes, en el que mujeres organizadas de manera individual y autónoma tomen un rol activo. Nuestro Movimiento por la Libertad de las Mujeres de Kurdistán, con ya 30 años de duración a sus espaldas, nos lo ha demostrado.

Queridas mujeres, queridas camaradas,

Puesto que la semilla del sistema global basado en la modernidad capitalista está arraigada en Oriente Medio, específicamente en Mesopotamia, la presente crisis sistémica también se muestra de forma más desnuda y directa en esta región. Pero como la crisis experimentada por el sistema mundial capitalista patriarcal tiene una cualidad global, no hay tierra que quede exenta de caer en tal crisis; ningún lago, montaña o río permanece intacto, ninguna sociedad está libre de intentos de dominación. Sin embargo, las más afectadas por la crisis son las mujeres. Esto a su vez está directamente relacionado con el carácter sexista de la modernidad capitalista. El sistema está tratando de superar su crisis explotando y abusando de las mujeres ideológica y materialmente de manera aún más enérgica. De hecho, así es como trata de asegurar su existencia.

Contra lo comúnmente afirmado, el liberalismo, como una de las ideologías fundamentales del estado-nación, no ha hecho ninguna contribución positiva a la liberación y la igualdad de las mujeres. Por el contrario, especialmente en la era del liberalismo, el sexismo se ha desarrollado y utilizado como un elemento ideológico. Es una gran mentira que el liberalismo libera a las mujeres. De hecho, la mercantilización de las mujeres en términos de su propio cuerpo, personalidad y alma es la forma más peligrosa de esclavización.

En este contexto, la modernidad capitalista es la etapa superior del sistema patriarcal. En ningún momento de la historia de la civilización se ha sometido a las mujeres a tal grado de explotación como en la era de la modernidad capitalista. Desde la perspectiva de las mujeres, hay una colonización que ha aumentado exponencialmente en profundidad y alcance. El sexismo en la sociedad nacional-estatista, mientras asigna al hombre el máximo poder, ha convertido a la sociedad en la colonia más ínfima en el personaje de la mujer. En esta dimensión, en la historia de la civilización en general y en la modernidad capitalista en particular, la mujer está en la posición de ser la nación colonizada más antigua así como más nueva. Desde la perspectiva del sistema hegemónico, una de las razones de la crisis insostenible es la colonización de las mujeres.

La mujeres y su liberación constituyen el poder opositor fundamental al sistema mundial capitalista patriarcal. En el corazón de todas las formas de poder, hegemonía, explotación, saqueo, esclavización, violencia y opresión que el sistema crea en el mundo se encuentra la dominación de la mujer. La esclavitud y la propiedad impuesta sobre las mujeres se extiende paso a paso al resto de la sociedad. Ésa es la razón por la que la lucha de liberación de las mujeres, de todas las luchas antisistema, adquiere un gran poder para sacudir los cimientos del sistema hegemónico machista. Y, de hecho, es esta dinámica la que revela la crisis que experimenta el sistema. Como mujeres, debemos ver claramente el poder que poseemos y el efecto que creamos.

En este sentido, el aumento masivo de la violencia y los ataques contra las mujeres en todo el mundo está directamente relacionado con esta situación de crisis y con la relación entre el sistema mundial capitalista patriarcal y la liberación de las mujeres. El sistema sexista, basado en la explotación, ataca a la mujer, que representa el mayor desafío y peligro para su poder. De hecho, estamos hablando de una guerra de agresión sistemática. La forma de esta guerra de agresión puede diferir a nivel local, pero nos enfrentamos esencialmente a un fenómeno universal. Debemos ver las conexiones entre las violaciones colectivas en Asia y la violencia de género en los Estados Unidos. De manera holística, debemos examinar los asesinatos de mujeres en América Latina, que han alcanzado el nivel de masacre, y el secuestro y la esclavización de mujeres y niñas por parte de grupos con máscara religiosa en África y Oriente Medio. Juntas, debemos analizar el resurgimiento de los regímenes fascistas y misóginos y el secuestro de los derechos alcanzados por las mujeres como resultado de sus luchas. Y tenemos que ser plenamente conscientes del hecho de que esta guerra, dirigida por el sistema patriarcal, es de escala global, y está tratando de sofocar la búsqueda y la lucha por la liberación de las mujeres.

Porque, tal vez, el sistema dominado por los hombres nunca ha estado tan presionado en la historia de la civilización. Sus fundamentos nunca se han visto sacudidos a tal grado. Del mismo modo, desde la perspectiva de las mujeres, las condiciones para asegurar la liberación nunca han estado tan maduras. Las posibilidades de lograr la segunda gran revolución de las mujeres nunca habían llegado a este nivel. Es por ello que estamos atravesando por un período histórico. Hay grandes oportunidades disponibles, pero los peligros son igualmente grandes.

Si ese es el caso, ¿qué deberíamos hacer si queremos enfrentarnos a estos peligros y evaluar de manera efectiva las posibilidades para asegurar la liberación de las mujeres y, por ende, la liberación de toda la sociedad? ¿Cómo podemos defendernos de los crecientes ataques del sistema? En este sentido, la autodefensa no debe entenderse como pasiva. Se requiere autodefensa activa. La forma más grande y efectiva de autodefensa es crear una vida libre y restringir los ataques del sistema dominado por los hombres. Debemos hacer la vida insoportable para el sistema, y ​​no al revés. Pero para que esto suceda, debemos llevar nuestra lucha a un nivel superior. A escala global, la lucha de liberación de las mujeres ha creado una base sólida, tanto en términos teóricos como prácticos. Pero ahora es el momento de dar un paso adelante.

Como Movimiento por la Libertad de las Mujeres de Kurdistán, hemos luchado durante más de 30 años para profundizar en la Ideología de Liberación de las Mujeres, revelar el poder y la conciencia de autodefensa de las mujeres para asegurar la participación igualitaria y libre de las mujeres en la esfera política, para superar el sexismo en todas las esferas de la vida y acelerar la libertad de las mujeres. En este camino, siempre hemos entendido la importancia de compartir nuestros resultados con el resto del mundo. Y ahora, con gran entusiasmo, alegría y determinación, al objeto de convertir el siglo XXI en la era de la mujer liberada, con el fin de llevar a cabo la segunda gran revolución femenina, nuestro objetivo es cumplir con nuestra tarea en el movimiento universal de liberación de las mujeres.

 
Queridas mujeres,

Es absolutamente esencial que nos organicemos a nivel global para crear un sistema global igualitario y libre de mujeres contra el sistema mundial sexista, patriarcal y capitalista. Una táctica crucial del sistema hegemónico es la división. Nuestro poder, sin embargo, deriva de la unidad. Sin rechazar las diferencias entre nosotras, al tiempo que protegemos nuestras particularidades y colores -si no como un mosaico, sí como una obra de arte marmórea-, no hay nada que la lucha por la libertad mundial de las mujeres no pueda alcanzar. Para que esto suceda debemos desarrollar alianzas democráticas de mujeres. Debemos desarrollar medios, métodos y perspectivas adecuadas a las condiciones, características y necesidades del siglo XXI. Esencialmente, todas debemos unirnos para desarrollar el programa para la liberación de las mujeres del siglo XXI.

Como Movimiento por la Libertad de las Mujeres de Kurdistán, debemos el desarrollo de nuestra revolución como revolución femenina a nuestro líder Abdullah Öcalan, quien hace 19 años fue secuestrado por la conspiración de una organización estatal machista llamada OTAN y sigue rehén bajo condiciones de aislamiento sin precedentes en Turquía. Es el análisis que del sistema ha realizado Öcalan, con sus perspectivas de liberación, su transformación personal, sus interminables esfuerzos para el desarrollo del movimiento por la libertad de las mujeres, las que constituyen la fuerza tras esta dinámica que ahora inspira a gentes de todo el mundo. Su confinamiento en una isla carcelaria durante los últimos 19 años y su completo aislamiento del mundo exterior en los últimos tres años están relacionados con la influencia de sus ideas. Pero los pensamientos no pueden ser aislados; los espíritus libres no pueden ser tomados como rehenes.

El siguiente extracto de las perspectivas de Öcalan, desarrollado bajo condiciones de aislamiento en prisión, es esclarecedor desde la perspectiva de la universalidad de la lucha de liberación de la mujer: «Sin lugar a dudas, exponer la situación de las mujeres es una de las dimensiones del problema. Pero lo que es más importante es la cuestión de la liberación. En otras palabras, la solución del problema adquiere una mayor importancia. A menudo se dice que la libertad general de una sociedad puede medirse por la libertad de las mujeres. Lo que es correcto e importante considerar es cómo completar esta afirmación. La liberación y la igualdad de las mujeres no determinan sólo la libertad y la igualdad de la sociedad. Para esto, se requieren la teoría necesaria, el programa, la organización y los planes de acción. Más importante todavía, muestra que no puede haber políticas democráticas sin las mujeres y que, de hecho, la política de clases seguirá siendo inadecuada, y que la paz y la naturaleza no podrán desarrollarse ni protegerse».

Como Movimiento por la Libertad de las Mujeres del Kurdistán, con motivo del 8 de marzo de 2018, hacemos un llamamiento a las mujeres de todo el mundo: unámonos y desarrollemos conjuntamente la necesarias teorías, programas, organización y planes de acción para la liberación de la mujer. Con la conciencia de que sólo una lucha organizada puede producir resultados, aumentemos nuestra organización en todas las esferas de la vida. Colectivicemos nuestra conciencia, poder de análisis, experiencias de lucha y perspectivas para crear alianzas democráticas. No luchemos por separado, hagámoslo juntas. ¡Y, en el camino, convirtamos el siglo XXI en la era de la liberación de las mujeres! ¡Porque éste es exactamente el momento adecuado! ¡Es el momento de la revolución de las mujeres!

¡Afrin está en todas partes; en todas partes hay resistencia!
¡Larga vida a la lucha por la libertad universal de las mujeres!
¡Jin, Jiyan, Azadî! ¡Mujer, Vida, Libertad!
8 de marzo de 2018
Komalên Jinên Kurdistan (KJK)

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